sábado, 14 de junio de 2014

Tom Carpenter

Acabo de terminar de leer un libro que me ha parecido muy lúcido y lleno de destellos inspiradores. El autor o canalizador es Tom Carpenter. El título del libro: «Diálogo sobre el Despertar». Se indica en la portada que es: «De la misma fuente que "Un Curso de Milagros"». Fue publicado en España en 2003 por ediciones vesica piscis. Por lo visto aún se encuentra en algunas librerías, pues recientemente lo encontré para comprarlo en una librería online. Es un libro con muchos detalles buenos, que podría gustarle a algún que otro aficionado a UCDM.

Para quien no se sienta inclinado a sondearlo, acá va un posible resumen de la enseñanza en dos palabras: Dios es. O significando lo mismo: Yo soy.

O resumiéndolo en una única palabra: ES.

Incluso sin palabras, basta con uno permitirse relajarse en el sentimiento de paz que siempre nos envuelve, pues la paz conduce al reconocimiento del Ser.

Actualización: información sobre dónde descargar este libro, aquí: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2014/11/dialogo-sobre-el-despertar.html

domingo, 1 de junio de 2014

Comentando la lección 253 del Libro de ejercicios

Hará un par de semanas o tres, una amiga me pidió que comentara algo sobre la lección 253 del Libro de ejercicios de UCDM. Lo copio aquí por si a alguien le viene bien o le entretiene.

Copio primero la pregunta, que copiaba el breve contenido de la lección:

Por cierto , esta mañana la  Lección que me tocaba del Curso no he llegado a integrarla del todo. Si me aclaras un poquito , estupendo. Pero sin prisas, cuando puedas.

Es la Lección 253 (sobre todo el punto 2): Mi Ser es amo y señor del universo:
 
"1. Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido. Aun en este mundo, soy yo el que rige mi destino. Lo que sucede es lo que deseo. Lo que no ocurre es lo que no deseo que suceda.  Tengo que aceptar esto. Pues de esta manera se me conduce más allá de este mundo a mis creaciones -las criaturas de mi voluntad-, las cuales moran en el Cielo junto con mi Santo Ser y con Aquel que me creó.

 2. Tú eres el Ser a Quien Tú  creaste como el Hijo, el cual crea como Tú y es uno Contigo. Mi Ser, que es señor y amo del universo, no es sino la perfecta unión de Tu Voluntad con la mía, la cual no puede sino asentir gustosamente a la Tuya, de modo que pueda extenderse hasta Sí Misma"

Y a continuación copio lo que surgió comentar: 

Por cierto , esta mañana la  Lección que me tocaba del Curso no he llegado a integrarla del todo. Si me aclaras un poquito , estupendo. Pero sin prisas, cuando puedas.
  
Veo que simplemente copias la lección sin indicar qué ideas en concreto te chirrían, así que comentaré intuitivamente alguna cosa que crea que pueda resultarte útil.

Es la Lección 253 (sobre todo el punto 2): Mi Ser es amo y señor del universo:
  
Aunque no sea crucial, creo que puede ser interesante leer ese título en el inglés original y luego ver posibles traducciones igual de buenas que la elegida para el Curso en español. Veamos:

 En inglés dice: My Self is ruler of the universe.

Vemos que se ha traducido "ruler" por "amo y señor", pero a mí me resultan igual de resonantes o más los significados más coloquiales de "ruler", usando una sola palabra: "gobernante", o "soberano".

Por ejemplo: "Mi Ser es el soberano del universo".

A mí me suena muy bien así, pero puede ser porque la palabra "soberano" me resulta bella y elegante jejeje.

En cualquier caso, la idea general de ese título la veo relacionada con el tema de: "No soy víctima del mundo que veo". Si entiendes esa idea, todo va bien. No somos víctimas de nada, y UCDM nos lo repite en el Texto y en un montón de lecciones, para reforzar esa idea. Por ejemplo nos dice que nada externo a uno mismo nos puede dañar (el mundo no nos hace nada, sino que soy yo mismo quien determina el mundo que percibo, mediante mi manera de pensar). Nos dice que "es únicamente a mí mismo a quien crucifico". Nada real puede ser amenazado. Nadie puede crucificarme, excepto yo mismo al creer en la separación (incluso eso es una crucifixión imaginaria, pero es de las creencias imaginarias de las que nos queremos liberar).

Nuestro Ser es el gobernante del universo. No somos una figura dentro del sueño ilusorio (este tema se trata profundamente en T.27.VIII: El "héroe" del sueño). Nuestro ego cree que somos víctimas de un mundo externo, en el cual vivimos y bajo el cual estamos a su merced porque somos un pequeño y débil cuerpo incluido en ese peligroso mundo. Pero no es así. El mundo "externo" no es más que una idea, es mental, y las ideas no abandonan su fuente. Ese mundo... ¡es una creencia en nuestro propio interior, una suposición en nuestra propia mente, y que no ha abandonado nuestra mente, por lo que podemos cambiarlo al cambiar de pensamientos!

Puesto que dicho mundo soñado es una proyección mental nuestra, no puede hacernos daño ni afectarnos realmente. ("Solamente mis pensamientos pueden hacerme daño", afectarme). Si elegimos cambiar de pensamientos, nos liberamos de esa pesadilla; así de fácil. Por eso, nuestro Ser es el soberano del universo. Porque no estamos a merced de las ilusiones. Somos libres de des-pensar las ilusiones que hemos pensado. Y al pensar según el Pensamiento del Espíritu Santo, los falsos pensamientos pierden nuestro apoyo y desaparecen, dejando el sitio para la paz.

"1. Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido. Aun en este mundo, soy yo el que rige mi destino. Lo que sucede es lo que deseo. Lo que no ocurre es lo que no deseo que suceda.  Tengo que aceptar esto. Pues de esta manera se me conduce más allá de este mundo a mis creaciones -las criaturas de mi voluntad-, las cuales moran en el Cielo junto con mi Santo Ser y con Aquel que me creó.


La primera parte de ese párrafo está relacionada con la lección 152 (titulada: "Tengo el poder de decidir"), sobre todo con el primer párrafo de esa lección. Copio ese párrafo:

      Nadie puede sufrir pérdida alguna a menos que ésa haya sido su propia decisión. Nadie sufre dolor salvo cuando él mismo así lo decide. Nadie puede estar afligido, sentir temor o creer que está enfermo a menos que eso sea lo que desea. Y nadie muere sin su propio consentimiento. Jamás ocurre nada que no sea una representación de tus deseos, ni se te niega nada de lo que eliges. He aquí tu mundo, completo hasta el más ínfimo detalle. He aquí toda la realidad que tiene para ti. Mas es sólo ahí donde se encuentra la salvación. (L.PI.152.1) (Pág. 301)

Eso se relaciona con el principio del primer párrafo de esa lección 253. Se puede decir, siguiendo la onda "Wapnick-Renard", que decir esas frases no se refiere a que estemos decidiendo los sucesos físicos desde la mente terrenal (humana). Por ejemplo, como explicó Gary Renard, si alguien padece cáncer, esa persona no ha elegido experimentar esa apariencia desde su mente humana consciente. Pero sí lo ha elegido desde su mente "inconsciente": la Mente global que proyectó el universo físico (el Ego colectivo). UCDM nos enseña a deshacer nuestras decisiones de ese nivel mediante el perdón: así nosotros perdonamos el símbolo que percibimos, y dejamos el resto al Espíritu Santo (nuestro Yo Superior), Quien se encarga de limpiar en la Mente inconsciente todo lo relacionado con ese símbolo que hemos perdonado. Por eso podemos elegir. Y por eso, en el fondo, no estamos a merced de las circunstancias, y se puede decir como dice el principio de esa lección 253 que: "Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido". Al elegir creer en la separación, dimos nuestro visto bueno a toda la proyección (el universo físico con todas sus dimensiones temporales, el cual urdimos (imaginamos) desde nuestra Mente global para autoengañarnos y poder percibir la culpa fuera de nosotros... la culpa por la supuesta separación).

La segunda parte de ese primer párrafo se refiere al conocimiento. O sea, que en la primera parte se habla del perdón (mi Ser es soberano, no soy víctima del mundo ilusorio) y en la segunda parte se menciona lo que hay más allá del perdón: el Cielo, la creación, el conocimiento, la verdad, el amor, la unión, la paz inmutable. 

 2.Tú eres el Ser a Quien Tú  creaste como el Hijo, el cual crea como Tú y es uno Contigo. Mi Ser, que es señor y amo del universo, no es sino la perfecta unión de Tu Voluntad con la mía, la cual no puede sino asentir gustosamente a la Tuya, de modo que pueda extenderse hasta Sí Misma"


Este segundo párrafo es sobre el mismo ámbito que el final del párrafo anterior: el conocimiento. Puede parecer un lenguaje paradójico, a veces misterioso, pero claro, sobre el conocimiento no se puede decir nada preciso con palabras, sólo lanzar insinuaciones, pistas, indicaciones (porque es indescriptible). La primera frase a mí me recuerda algo: que en el Cielo, la Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo es una Unidad y no hay diferencia entre Ellos. Mencionarlos con 3 palabras diferentes es un recurso de aprendizaje útil para comunicar con nosotros mientras aún estamos soñando, pero no será necesario una vez despiertos. Hay un Único Ser. En el Texto se dicen algunas frases relacionadas con este tema, aunque ahora mismo no recuerdo su ubicación. Por ejemplo una de ellas dice algo así como que no hay ningún lugar donde termine el Hijo y comience el Padre, o donde acabe el Padre y comience el Hijo. No hay frontera. No hay separación, ni diferencia. La verdad es pura Unidad. La aparente brecha es imaginada y no existe, y su apariencia que percibimos se deshace cuando la soltamos, dejando de creer en ella (por ejemplo mediante el perdón).

  Y bien, eso es lo principal que se me ocurre decir. Pero como anécdota complementaria a lo que dije más arriba al comentar el título de esta lección 253, en este segundo párrafo cuando dice en la 2ª frase: "Mi Ser, que es señor y amo del universo"; de nuevo, podemos traducirla en una sola palabra en lugar de dos, pues en inglés dice: 

My Self, which rules the universe (...)

  Que podemos traducirlo como: "Mi Ser, el cual gobierna el universo (...)". Significa lo mismo, pero a mí la pareja de palabras "señor y amo" (o "amo y señor") me distraen un poco mientras leo jejeje.

Bien, lo esencial es que en verdad todo es Uno, compartimos una sola Mente con Dios, y nuestro Ser, en el fondo, es Dios. Pero como creemos estar percibiendo un mundo de límites, para que no nos confundamos, se nos habla con 3 palabras o niveles: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esto es porque de entrada, mientras soñamos ya hemos confundido nuestro Ser con el ser limitado. Y si afirmamos (de palabra, sin sabiduría vivida) que somos exactamente lo mismo que Dios, entonces deduciríamos equivocadamente que Dios debe haberse quedado dormido, porque si experimentamos un mundo de sufrimiento y somos Dios, entonces Dios también experimenta el sufrimiento, debe haberse dormido jajaja. No es así. En realidad nuestro verdadero Ser no se ha dormido, aunque parezca que estamos jugando a percibir sueños. Por eso, para facilitarnos la comprensión, nos llamaremos provisionalmente "el Hijo" (palabra que usamos con diversos niveles: los hijos dormidos, o el Hijo despierto que es Cristo, etc). Al otro extremo conceptual, usamos la palabra Padre para aquella parte de nuestro Ser totalmente despierta y que no reconoce el sueño, jamás se durmió y además sabe que ninguna parte de Su Ser podría dormirse jamás. Pero como nuestra experiencia es sentirnos cuerpos en un mundo limitado, si pensáramos que Dios no reconoce el sueño (porque no existe el sueño) podríamos sentirnos solos, como si la hubiéramos cagado al soñar lo imposible y ahora hasta que despertemos no nos pudiera ayudar Dios. Entonces aparece el concepto intermedio, que es "el Espíritu Santo", que es la Gracia de Dios, la Gracia del Padre. La naturaleza del Padre es tal que incluso sin percibir lo imposible, su Bondad/Inspiración/Ayuda surge incluso en el sueño de las percepciones (adaptada en una manera que sea útil en esa irrealidad imaginada), y a ese modo de funcionamiento lo llamamos Espíritu Santo (tal vez también podríamos llamarlo las "leyes de Dios").

Esto está comentado en los libros de Gary Renard. (En "Tu realidad inmortal"). Si el Padre percibiera el sueño o lo reconociera de cualquier manera, entonces el sueño de sufrimiento sería real. Pero lo ilusorio no es real, no existe. Quien sí percibe lo inexistente es el Espíritu Santo, con el único fin de guiarnos a despertar. La naturaleza del Padre es simplemente la perfección de la Unidad; Ser; un éxtasis tan infinito que no lo podemos describir, pero sí vivir. Y la naturaleza de Dios adaptada al mundo perceptual, es simplemente el impulso de despertar: Su naturaleza nos provee de todo aquello que nos ayude a despertar (en realidad eso ya ha sucedido, pero el tiempo nos parece que tururí, ya sabes jejeje).

Yo lo comparo a una mesa inclinada... por ejemplo una mesa de billar, con bolas de billar, pero con la mesa inclinada para metaforizar el tema: las bolas somos los Hijos de Dios. Al estar la mesa inclinada, las bolas son impulsadas hacia abajo hasta alcanzar el extremo seguro y estable de la mesa (el Cielo por así decir; el despertar). El Padre sería la mesa. Las bolas caen hacia la meta (hacia el despertar) porque la mesa está inclinada, pero la mesa no tiene por qué saber que las bolas están fuera de la zona (dormidas, soñando). Pero es su naturaleza (llamémosla la "Gravedad" si queremos, o la "Gracia") la que hace deslizarse a las bolas hacia el despertar. Así Dios es la Fuente del despertar, incluso sin Él reconocer que exista un sueño que no existe. Y en cuanto a las ayudas "concretas" que deseamos dentro del sueño, de eso se ocupa el Espíritu Santo, que es nuestro Yo Superior, es en cierto modo el Recuerdo que en nuestra mente hay de Dios, de la Verdad.

De manera que mi Ser es el tuyo, es el de Dios, no hay otro Ser, todos compartimos el mismo Ser porque todos somos este mismo Ser. Somos aspectos de lo mismo, sin separación entre nosotros. No estamos separados de Dios. Pero creemos estar soñando lo contrario. Y por la Gracia, incluso así, todo va bien, y para explicarlo con palabras, decimos (porque es lo más parecido en palabras a lo que en verdad sucede de acuerdo a nuestro punto de vista) que el Padre ha enviado al Espíritu Santo y el Espíritu Santo nos despierta dulcemente. Estamos guiados y a salvo.

Interesante para reforzar estas ideas podría ser leer la lección 135, titulada "Si me defiendo he sido atacado", por ejemplo en el párrafo 18 de esa lección dice:

¿Qué no ibas a poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo acontecimiento pasado, presente y por venir, es amorosamente planeado por Aquel cuyo único propósito es tu bien? Tal vez no hayas entendido bien Su plan, pues Él nunca podría ofrecerte dolor. Mas tus defensas no te dejaron ver Su amorosa bendición iluminando cada paso que jamás diste. Mientras hacías planes para la muerte, Él te conducía dulcemente hacia la vida eterna.

Y también es muy bueno relacionarlo con lo que dice el Texto en T.13.VII.12; 13.1 y lo copio aquí:

Sólo el Espíritu Santo sabe lo que necesitas. Pues Él te proveerá de todas las cosas que no obstaculizan el camino hacia la luz. Mientras estés en el tiempo, Él te proveerá de todo cuanto necesites, y lo renovará siempre que tengas necesidad de ello. No te privará de nada mientras lo necesites. Mas Él sabe que todo cuanto necesitas es temporal, y que sólo durará hasta que dejes a un lado todas tus necesidades y te des cuenta de que todas ellas han sido satisfechas. El Espíritu Santo no tiene, por lo tanto, ningún interés en las cosas que te proporciona. Lo único que le interesa es asegurarse de que no te valgas de ellas para prolongar tu estadía en el tiempo. Sabe que ahí no estás en casa, y no es Su Voluntad que demores tu jubiloso regreso a tu hogar.

Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. Él las colmará sin darles ninguna importancia.

Lo cual puede resumirse en una sola frase, por ejemplo "Pongo el futuro en Manos de Dios", o la frase "No hay más voluntad que la de Dios", que son ambas el título de lecciones del Curso.

Es muy útil recordar también otras frases de títulos de lecciones, que sirven para recordarnos puntos esenciales, como: "Soy espíritu", o "Descanso en Dios", o "Soy tal como Dios me creó", o "No soy un cuerpo. Soy libre", etc.

Pues hagamos eso, pongamos todo en Manos de Dios, dejemos todo en manos del Espíritu Santo y descansemos relajadamente en Dios, que nos ama y se ocupará de proveernos de todo cuanto necesitemos para despertar.

¡Un abrazooooooooo!