domingo, 31 de julio de 2016

Facimoutreach P-897

Parece haber mucho engaño en el mundo, ¿hay alguna verdad objetiva?

P-897: Sigo teniendo problemas con la enseñanza de Un Curso de Milagros con respecto a la irrealidad del mundo, y cuando leo o escucho las noticias todo esto se acentúa. A modo de ejemplo, ahora la mayoría de la gente es consciente de que los gobiernos del mundo no son honestos los unos con los otros, ni cada uno con sus propios ciudadanos. Si aceptamos que el mundo tal como lo experimentamos es meramente un sueño generado por la culpa y el ataque, se supone que hemos de deducir que cualquier engaño concreto —incluso una auténtica trola— no puede ser otra cosa que una ilusión dentro de una ilusión. Y puesto que el Curso nos dice que no hay una jerarquía entre las ilusiones, la conclusión presumiblemente tiene que ser que no hay ninguna diferencia (no importa) si los gobiernos son honestos o no, puesto que el propio mundo donde actúan esos gobiernos es también una fabricación del ego. Como estudiante del Curso con un prolongado apego a la noción de una verdad objetiva dentro del mundo, agradecería cualquier orientación sobre cómo responder a este tipo de cuestión.

Respuesta: Reconocer los dos niveles en que está escrito el Curso puede ser útil. Tu descripción se centra en lo que llamamos Nivel Uno de la enseñanza —el absoluto contraste entre la verdad y la ilusión. En ese nivel, absolutamente todo lo que tiene lugar en el mundo es ilusorio. Para nosotros ese debería ser el final de la historia. Pero como tenemos demasiado miedo de aceptar eso sin reservas, y por lo tanto todavía pensamos que el mundo es real y reaccionamos a él en consecuencia (incluyendo nuestra propia existencia corporal), Jesús sigue la historia. Y este es el Nivel Dos: Jesús hablándonos en términos de lo que todavía pensamos que es real, a pesar de que sabemos intelectualmente que «fuera del Cielo no hay vida» (T.23.II.19.1). Afortunadamente, y con suavidad, Jesús nos enseña cómo abordar nuestras vidas en el mundo de manera tal que deshagamos nuestra creencia de que existimos aparte de Dios de manera independientemente —en vez de reforzar esa creencia vigorosamente defendida. Esta es la "inversión del pensamiento" que es el objetivo de los ejercicios y lecciones del Libro de ejercicios.

Poder contar con la honradez de las personas es una expectativa normal, y sin duda aliviaría la tensión de la vida diaria en este mundo increíblemente complejo y desafiante. Desafortunadamente, esa expectativa concluye en decepción con mucha más frecuencia de lo que la mayoría de nosotros apreciamos. Pero esto no debería sorprendernos, dado el origen del mundo y de sus habitantes: que es la proyección de un pensamiento de ataque, generado por una mente violenta en su determinación de conseguir sus deseos al precio que sea, dispuesta a matar para mantener lo que ha conseguido de este modo, pero sin asumir ninguna responsabilidad por el caos resultante. Todo lo que pasa en este mundo proviene de ese pensamiento, motivo por el cual Jesús nos dice que el mundo es «la imagen externa de una condición interna» (T.21.introd.1.5). Todo lo de aquí se basa en última instancia en la mentira —de que la unidad del puro Amor puede fragmentarse en individuos egocéntricos y en conflicto entre sí. Por lo tanto, el valor de una fuerte reacción negativa al engaño percibido en los demás es que revela el engaño en nosotros mismos, dándonos así la oportunidad de perdonarlo.

Por lo tanto, el Curso nos enseña a considerar el mundo como un aula, en la que el plan de estudios son nuestras relaciones y experiencias diarias. Nuestro objetivo es pedir ayuda para cambiar nuestro foco desde el mundo y el cuerpo hasta nuestras mentes —concretamente, el propósito que les damos a nuestros pensamientos y acciones, derivado del maestro que hayamos elegido. Esta es la "condición interna" a la que debemos prestar atención. En este nivel, por tanto, nuestra función es volvernos hacia dentro para tomar conciencia de si estamos procediendo desde el sistema de pensamiento del ego o desde el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Practicamos el pedir ayuda cada vez más frecuentemente para dejar de lado nuestros egos, de modo que nuestras interacciones en el mundo sean verdaderamente útiles para que avancemos hacia el único objetivo que tiene valor: regresar al hogar unidos con todos.

Nunca se nos pide que renunciemos a nuestros roles normales del mundo como ciudadanos, padres, empresarios, trabajadores, etc. Sin embargo, sí se nos pide que renunciemos a ser nuestro propio maestro (T.12.V.8.3), lo que significa que nosotros (en tanto que identificados con el sistema de pensamiento del ego) deberíamos girarnos hacia Jesús o el Espíritu Santo para que nos ayuden a definir nuestros problemas y sus soluciones. La aplicación de esto a una situación como la que describes es que llevarías todos tus juicios y sentimientos de ira, desesperación y victimización al amoroso lugar libre-de-ego que hay en tu mente recta. En ese instante santo de mirar a tu mente errada con tu mente recta, percibirás automáticamente si hacer o decir algo o nada. No tendrás un apego/inversión a que las cosas cambien, ni siquiera si expresas tu opinión o apoyas a un grupo que trabaja en favor de algún cambio. El punto principal que Jesús está tratando de ayudarnos a aprender es que no se ha logrado nada de valor cuando el deseado cambio externo ha sido efectuado, aunque uno se sienta internamente triunfante por haber derrotado al "enemigo" —independientemente de lo beneficioso que este cambio pueda ser para el mundo. «No olvides que el único propósito de este mundo es sanar al Hijo de Dios. Ese es el único propósito que el Espíritu Santo ve en él, y por lo tanto es el único que tiene. Hasta que no veas la curación del Hijo como lo único que deseas que tanto este mundo como el tiempo y todas las apariencias lleven a cabo, no conocerás al Padre ni te conocerás a ti mismo» (T.24.VI.4.1-3). Este es el enfoque de mentalidad-recta para cada situación que encontremos en el mundo. Tenemos que crecer hacia esto: que esto se vuelva nuestra única motivación en todo lo que pensemos y hagamos.

Ver las preguntas P-53, P-455, P-484 y P-599 para más comentarios sobre temas y principios que guardan relación con tu duda.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions179.htm#Q897

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

sábado, 30 de julio de 2016

Facimoutreach P-896

Problemas para aquietar la mente

P-896: Mientras estudio Un Curso de Milagros, estoy realmente luchando al tratar de "no luchar" durante los períodos de práctica del Libro de ejercicios. En otras palabras, parece que no consigo calmar mi mente. ¿Alguna sugerencia?

Respuesta: Tu lucha se aborda en la lección 9 del Libro de ejercicios: «A la mente no entrenada le resulta difícil creer que lo que aparentemente contempla no está ahí. Esta idea puede producir gran inquietud, y toparse con gran resistencia, la cual puede manifestarse de muchas maneras» (L.9.2.1-2). Jesús nos dice aquí que, para el ego, el mensaje del Libro de ejercicios (y del Curso mismo) es preocupante. El constante parloteo de una mente ruidosa es una de las formas que toma la resistencia a su mensaje. Es la manera en que el ego insiste en que los pensamientos y experiencias del cuerpo son reales y tienen el poder de borrar de la conciencia el recuerdo de Dios. La estrategia funciona, porque en cualquier medida que se tome en serio tal ruido mental, se le da el poder de bloquear el recuerdo de Dios. Luchar por no luchar sigue siendo luchar, que es otra forma de resistencia que da poder al ruido mental.

Dado que intentar no resistirse no va a funcionar, Jesús nos da otra útil instrucción en la sección "Reglas para tomar decisiones": «(...) si experimentas gran resistencia y ves que tu resolución flaquea, es que todavía no estás listo. No luches contra ti mismo» (T.30.I.1.6-7). Lo primero que hay que hacer al practicar el Libro de ejercicios, por lo tanto, es mantener la calma. Puesto que Jesús nos dice que nos resistiremos, no deberíamos sorprendernos por el ruido mental que parece entrometerse en la quietud. El ruido está diciendo: "Tengo miedo de aquietarme". Tal como has observado, luchar contra esto lo único que hace es agravar el miedo y el ruido, en una batalla aparentemente sin esperanza en la que la mente ocupada en tales ruidos es juzgada como pecaminosa y así se le otorga realidad, lo cual sirve para obstaculizar la quietud. Así que mientras tú luches el ego estará seguro. Además, pensar que esta lucha se puede ganar reforzará aún más la creencia del ego de que él está a cargo de la Expiación, lo que garantiza la continuidad de los pensamientos ruidosos. Tomar conciencia de esto es el comienzo del logro de la quietud de la mente, porque el origen y el propósito del ruidoso parloteo han sido correctamente reconocidos.

Es posible entrenar la mente para observar la invasión de pensamientos sin juzgarlos, recordándote amablemente a ti mismo: "Tengo demasiado miedo de estar tranquilo". Este amable recordatorio sin juicio suaviza la lucha. Es preferible mirar sin juicio cuánto miedo tenemos y cuánta resistencia ofrecemos, aunque sólo lo miremos por un breve instante, que dedicar largos períodos de lucha a tratar de estar en calmado silencio. En esta práctica, menos es definitivamente más. De hecho, en varios lugares del Libro de ejercicios encontramos recordatorios de que nos detengamos cada vez que sintamos cualquier tipo de tensión (ver, por ejemplo, L.12.6.4).

La mente dividida ha aprendido a olvidar de manera repetitiva y tenaz, y se requiere paciencia para desaprender eso y recordar. La paciencia, que es una de las características de los maestros de Dios (M.4.VIII), se basa en la certeza del resultado final. Así que cuando tu mente esté llena de pensamientos, puede ser útil que recuerdes que la quietud y el recuerdo de Dios permanecen inafectados por todos los «juguetes y baratijas del mundo» (L.258.1.3). El recuerdo de Dios retornará a la conciencia porque nunca salió de la mente. Cuando Jesús nos dice que recordemos que este es nuestro objetivo, él no establece un período de tiempo para lograrlo, basta con recordar durante un instante cada vez que practiquemos: «Lo único que necesitamos hacer es entrenar nuestras mentes a pasar por alto todos los objetivos triviales e insensatos, y a recordar que Dios es nuestro objetivo. Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes, eclipsado tan sólo por nuestras absurdas e insignificantes metas, que no nos deparan nada y que ni siquiera existen» (L.258.1.1-2).

(Para leer más sobre este tema, ver las preguntas P-35, P-90 y P-351).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions178.htm#Q896

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

jueves, 28 de julio de 2016

Facimoutreach P-895

Sobre la idoneidad del Curso para alguien con retraso mental

P-895: Tengo una enfermedad mental, lo que significa que soy muy inestable. Entiendo que en realidad parte de mi problema es tener un ego subdesarrollado. La primera mitad de mi vida estuve buscando intensamente una fe, probablemente en gran parte porque me sentía muy inseguro y no estaba interesado en las cosas mundanas. Parece que ahora necesito enraizarme más en el mundo y me pregunto si en mi caso dejar de lado al ego sería una cosa sensata que hacer, dadas mis dificultades. Por otro lado, me siento muy atraído por Un Curso de Milagros y el Curso en general tiene mucho sentido para mí. Mi desarrollo se detuvo cuando yo era muy joven; y al leer el mail de alguien sobre los niños, donde se comentaba que la enseñanza didáctica del Curso no es apropiada para ellos, me preguntaba si esto se aplica también para mí.

Respuesta: Puesto que dejar de lado al ego es algo que se hace muy al final del proceso en el que el Curso nos está guiando, y puesto que a lo largo del camino, especialmente al principio, el foco consiste simplemente en reconocer a nuestro ego y en no condenarnos por tener uno, el Curso podría de hecho ser una parte útil de tu sanación. Pues la descripción que haces de tu temprana huida del ego sugiere que, aunque intentabas abiertamente elevarte por encima de las cosas mundanas, en realidad estabas haciéndolas muy reales en tu percepción y por lo tanto estabas reforzando tu ego, su fuente. Pero ahora, con el Curso, puedes empezar a aprender la manera de mirar a tu ego y todas sus variadas expresiones sin miedo o autocondena.

Es importante recordar que el proceso del Curso jamás consiste en renunciar a nada, ni siquiera al ego, sino que más bien consiste en aprender a darle otro propósito a cualquier cosa que hayamos hecho real en nuestras vidas —dándole el propósito del perdón en vez del de la separación, el ataque, la culpa y el miedo. Pues independientemente de lo variadas que puedan haber sido las formas, el ego ha estado a cargo de todo en nuestras vidas, hasta que aprendamos que existe una opción diferente que podemos usar para todas nuestras experiencias en la vida. Y mientras estamos identificados con el ego, todos sufrimos la misma enfermedad. Tal como Jesús nos aclara: «La enfermedad es demencia porque toda enfermedad es enfermedad mental, y en esto no hay grados. Una de las ilusiones que hace que la enfermedad se perciba como real es la creencia de que la enfermedad varía en intensidad: que el grado de amenaza difiere según la forma que adopte. En esto radica la base de todos los errores, pues todos ellos no son más que intentos de transigir, al ver sólo una pequeña parte del infierno» (P.2.IV.8.1-3; cursivas añadidas).

Ciertamente, dada tu experiencia hasta ahora, te interesaría ser cuidadoso en simplemente no concentrarte en las partes del Curso que describen el final del proceso del perdón, y no tratar de saltarte los pasos que te ayudarán a avanzar, que implican mirar directamente la fealdad del ego sin tomarlo en serio. Pues esta manera de mirar es una parte fundamental en el proceso de aprender a aceptarte a ti mismo y a los demás exactamente donde cada uno resulta que está en su camino de Expiación (T.9.III.6.4). Y de eso es realmente de lo se que trata el perdón.

A pesar de los paralelos que te han sido sugeridos con respecto a tu desarrollo detenido y su semejanza con el desarrollo de los niños, como adulto tienes el beneficio de ser capaz de reflexionar sobre dónde has estado y hacia dónde te diriges. Ciertamente, al igual que un niño, es posible que tengas que esforzarte más para aprender a lidiar con el mundo y sus demandas, pero tienes la capacidad de la autoobservación, que te permitirá darte cuenta de cuándo has elegido a tu ego como una manera de evitar tratar con el mundo, y de cuáles son los costos, de modo que serás capaz de tomar una decisión diferente, si eso es lo que quieres.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions178.htm#Q895

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-892

¿Qué significan las "experiencias cercanas a la muerte"?

P-892: He leído mucho sobre "experiencias cercanas a la muerte" (ECM) a lo largo de los años y este tipo de relatos siempre me han parecido inspiradores, tranquilizadores y reconfortantes. La naturaleza de muchas de estas experiencias parece reñida con el propósito del ego de mantenernos apegados a nuestros cuerpos. He leído muchos relatos de ECM en los que el experimentador estaba en éxtasis al estar libre del cuerpo; y la mayoría se enfadaban, se entristecían o se decepcionaban al encontrarse de nuevo en sus cuerpos al acabar la experiencia. Leí una respuesta anterior sobre una ECM en la que dijisteis que a veces en este tipo de experiencias se le da a la persona una misión "especial" para llevar a cabo cuando regrese al cuerpo (siguiéndole el juego al ego); sin embargo, nunca he leído sobre ninguna experiencia ECM en la que al regresar, la persona se sintiera "especial". La mayoría de las personas se sienten enormemente agradecidas de haber tenido un vislumbre de lo que, según piensan ahora, es su verdadero estado; y la experiencia a menudo las convierte en mejores personas. Me pregunto cómo es posible que el maravilloso sentimiento de liberación del cuerpo y la sensación de unidad con todos que muchas personas experimentan en sus ECM podrían estar sirviendo al ego.

Respuesta: Si hay una sensación de unidad con todo —sin la más mínima necesidad de que los demás lo sepan, ni la más mínima insinuación de especialismo por haber tenido esa experiencia— entonces no sería un evento egoico. Sin embargo, desde el punto de vista de Un Curso de Milagros, la mente de la persona no estaría completamente sanada si el sentimiento de liberación y de amor omniabarcador disminuye o cambia al "encontrarse de nuevo en sus cuerpos al acabar la experiencia". El Curso enseña que el amor es nuestra realidad, no el cuerpo; y por lo tanto si tu mente se identificara completamente con ese Amor del Cielo, verías claramente el cuerpo —como hizo Jesús— como simplemente un vehículo a través del cual fluye ese Amor. Verías también esa expresión de amor en todas partes o de lo contrario peticiones clamando por ese amor, y por lo tanto no tendrías ningún sentimiento de tristeza ni de decepción, ya que sabrías que no estás en el cuerpo. Tu identidad sigue siendo tal como es —aparte del cuerpo. El amor de tu mente se expresaría en la forma corporal, para que otros que aún estén identificados con sus cuerpos puedan reconocerlo y aceptarlo de una manera que no les abrume de miedo. Una ECM, por lo tanto, puede ser una experiencia no-egoica; pero esa misma experiencia de estar más allá del cuerpo puede ocurrir en cualquier instante en que elijamos en contra del ego. En otras palabras, es una experiencia siempre accesible a nosotros, ya que es sólamente una cuestión de la decisión que tomamos en nuestra mente, y no tiene nada que ver con la condición de nuestro cuerpo.

Un Curso de Milagros enseña que el cuerpo es una proyección de la mente y que no tiene realidad en sí mismo ni por sí mismo. En este sentido, la mente es la causa y el origen de todas las condiciones y experiencias corporales; el cuerpo es sólo un efecto de las decisiones de la mente. La mente está dividida entre el sistema de pensamiento del ego y la corrección de eso, que es el sistema de pensamiento de perdón del Espíritu Santo. Por lo tanto, todos los aparentes sucesos corporales —físicos  y psicológicos— pueden entenderse como símbolos que nos reflejan la decisión de nuestra mente ya sea por el ego o por el Espíritu Santo. Esto no es nuestro "estado verdadero", pero la percepción verdadera o mentalidad-recta nos lleva ahí, tal como explica Jesús: «No se puede hacer demasiado hincapié en el hecho de que corregir la percepción es simplemente un expediente temporal. (...) la percepción fidedigna es un trampolín hacia [el conocimiento]. El valor de la percepción correcta reside en la conclusión inevitable de que toda percepción es innecesaria» (T.4.II.11.1-3). Nuestro estado verdadero es como Mente (con M mayúscula) —puro espíritu, pura unidad, completamente más allá de toda percepción. Experimentamos el reflejo de nuestro verdadero estado cada vez que no percibimos nuestros intereses como aparte de los intereses de los demás; la práctica consistente de esto nos conduce a la percepción de que somos iguales.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions177.htm#Q892

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

miércoles, 27 de julio de 2016

Facimoutreach P-891

Cuando la vida va bien no estoy interesado en los principios del Curso

P-891: Me parece que sólo estoy dispuesto a mirar honestamente a mi sistema de pensamiento cuando las cosas están yendo mal. Cuando estoy confortable, cuando todo parece "ir bien con el mundo" o que todo va sobre ruedas, tengo muy poca motivación para llegar al tipo extraordinario de compromiso para cambiar que es necesario para aprender el Curso. Dicho esto, me siento como si en algún nivel hiciera mal las cosas en el mundo para así estar dispuesto a aprender. Pues cada vez que creo que el mundo es real (y obviamente estoy muy apegado a esta creencia), siento que estudiar Un Curso de Milagros es igual a molestias en la vida diaria. Intelectualmente me doy cuenta de que Jesús no está castigándome, pero ciertamente reacciono de esa manera. ¿Cómo me recomendaríais que piense de un modo diferente sobre esto?

Respuesta: Parte de la estratagema del ego para convencernos de que hay vida fuera del Cielo, y de que estamos disfrutándola, es formar una vasta colección de seductores sustitutos de la verdadera felicidad que es nuestra herencia como el inocente Hijo de Dios. Cuando todo parece "ir bien con el mundo", eso sólo puede deberse al placer fugaz de tener todas las necesidades del ego satisfactoriamente cubiertas. Tu experiencia de motivación vacilante para practicar el Curso es algo común. Mientras estemos satisfechos con una vida repleta de los agotadores esfuerzos por encontrar la "felicidad" que el ego ofrece, sólo para que se desvanezca sin previo aviso en un instante, no cambiarán nuestras mentes ni nos despertaremos del sueño. El ego hace un astuto trabajo para disfrazar y negar el dolor que impregna su sistema de pensamiento, motivo por el cual necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para descubrir la miseria que se encuentra oculta debajo de los "buenos tiempos" del ego.

Uno de los objetivos importantes del Curso es ayudarnos a ver el dolor inevitable e ineludible de identificarnos con el ego. Tal como Jesús nos dice en el Texto: «Cualquier cosa en este mundo que creas que es buena o valiosa, o que vale la pena luchar por ella, te puede hacer daño y lo hará. No porque tenga el poder de hacerlo, sino únicamente porque has negado que no es más que una ilusión, y le has otorgado realidad» (T.26.VI.1.1-2). El objetivo no es buscar hormigas en cada pícnic, sino no dejarnos engañar por el brillo carente de sentido (o vacío de significado) de lo que no nos satisface verdaderamente y ni siquiera existe. El ego nos quiere hacer creer que cuando las cosas son de color de rosa hemos encontrado un sustituto maravilloso del Cielo, y que cuando no son tan de color de rosa no es fallo nuestro: tiene que ser Dios castigándonos. De este modo, el ego nos mantiene yendo y viniendo de un lado al otro (de la "satisfacción" fugaz, a la decepción y echar las culpas a Dios o a alguien/algo). Y sólo para asegurarse de que no deja cabos sueltos y cubrirse las espaldas para que no haya escape posible, el ego astutamente afirma que la única manera de aprender el Curso es sufriendo molestias de un tipo u otro. Esto es un ejemplo del caso que ha planeado el ego "a prueba de todo" para descartar el Curso en conjunto (T.5.VI.10.6), o al menos para intentar retrasar el progreso al fortalecer la creencia de que el mundo es real. El Espíritu Santo utiliza todas las distinciones entre "días color de rosa" y "días grises" para enseñarnos que todos son lo mismo, ya que sirven igualmente como aula para practicar el perdón.

Jesús endereza nuestra interpretación invertida y vuelta del revés con la que miramos todo: «Tú que eres tan partidario de la aflicción, debes reconocer en primer lugar que eres infeliz y desdichado. El Espíritu Santo no puede enseñar sin este contraste, pues tú crees que la aflicción es felicidad» (T.14.II.1.2-3). En realidad no estás haciendo las cosas mal, pero estás viendo que el mundo no funciona bien como sustituto del Cielo, independientemente de lo convincente que parezca la historia del ego. Si eso sirve como motivación para seguir un camino que conduce fuera del sueño de la separación para así volver a nuestro verdadero hogar, un mal día adquiere un propósito muy útil y positivo. Y eso no es tan malo. De hecho, puede verse como una evidencia de que la mente ha decidido apartarse del ego para digirirse hacia el Espíritu Santo, lo cual da un final feliz a un mal día.

Lo que hace que la felicidad de este mundo sea aflicción es el hecho de que se terminará (por no mencionar que no es real en primer lugar), y lo que no dura no puede brindar felicidad. Jesús lleva esto un paso más allá: «Puedes estar completamente seguro de que todo lo que aparente ser felicidad y no es duradero es realmente miedo» (T.22.II.3.5). Esto significa que cuando pensamos que somos felices con algo de este mundo en realidad tenemos miedo, y cuando no estamos felices también tenemos miedo. Obviamente no sabemos qué es la felicidad. La única manera de ver esto de un modo diferente es aprender que nada de este mundo nos dará auténtica felicidad. Siempre que se percibe como deseable algo de este mundo, la aflicción es inevitable. Tener esto en cuenta nos proporcionará una motivación constante para practicar el perdón que nos llevará fuera de la pesadilla de la separación en la que nada va verdaderamente "bien". No es necesario que estemos totalmente libres de nuestras ideas erróneas sobre la felicidad y el dolor; es suficiente que estemos dispuestos a admitir que no sabemos qué nos hará felices. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, ya que la identidad con el cuerpo depende de tener la razón con respecto a lo que somos. Por eso la resistencia es tan grande y la motivación para aprender este Curso puede ser perezosa. Así que Jesús nos dice lo que necesitamos escuchar más que ninguna otra cosa: «Da un paso atrás ahora, maestro de Dios. Has estado equivocado. No señales el camino, pues has perdido el rumbo» (M.22.5.7-9; cursivas añadidas). Cuando todo parece "ir bien con el mundo", puede ser útil simplemente recordarte a ti mismo esto, sin tratar de cambiar nada. Esto abre sitio a la duda, la cual debilita la creencia de la versión del ego de lo que va bien o mal, de lo que es bueno o malo, y así se abre el camino para una interpretación diferente. Cuando se elimina el obstáculo del criterio de qué es "bueno" o "va bien" según el ego, el Espíritu Santo se revela.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions177.htm#Q891

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-889

Mi amiga quiere que rece el rosario con ella. ¿Sería deshonesto por mi parte hacerlo?

P-889: Una persona con la que me relaciono tiene la costumbre de recitar el rosario cuando alguien viaja con ella, y espera que la otra persona lo recite con ella. Como estudiante de Un Curso de Milagros, ¿sería deshonesto recitar "Dios te salve María (...) ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora (...)", o sería más bien un acto amoroso de acuerdo con la enseñanza del Curso: «Reconoce lo que no importa, y si tus hermanos te piden algo "descabellado", hazlo precisamente porque no importa» (T.12.III.4.1)? ¿Se aplicaría esta exhortación a la situación de la que estoy hablando? 

Soy católica no-practicante y llevo estudiando el Curso 6 años. Algunas de las mujeres con las que me relaciono asisten regularmente a la iglesia. Me han preguntado a qué iglesia voy. No me gustó que me preguntaran sobre eso, ya que sólo hay una iglesia en nuestro distrito. De modo que la primera vez ignoré la pregunta. La segunda vez, espontáneamente respondí: "¡Buena pregunta!". No tengo ganas de decir que mi camino espiritual es Un Curso de Milagros. ¿Cómo podría responder a esa pregunta de un modo amoroso y honesto?

Respuesta: Tú misma has dado una buena respuesta a tu pregunta. Ciertamente puede ser algo amoroso decir el avemaría con tu amiga. No hay nada de deshonesto en estar dispuesta a encontrarte con tu amiga en su territorio y en sus términos. Mientras tu amiga practica sus creencias, tú puedes también practicar las tuyas al enfocarte en el contenido (los pensamientos de tu mente), sin dejar que la forma (el rosario) se interponga entre tu amiga y tú. Esto podría dar lugar a un viaje muy relajante.

De manera similar, no hay necesidad de decirle a nadie que eres estudiante del Curso. Lo importante desde la perspectiva del Curso es prestar atención a la incomodidad que experimentas con las preguntas de tus amigas, porque esa incomodidad refleja el conflicto de la mente. El objetivo del Curso es ayudarnos a volvernos conscientes de precisamente esa incomodidad, para que las creencias y juicios que están ocultos debajo de ella puedan ser expuestos. Ese es el único enfoque que el Espíritu Santo trae. Si estás dispuesta a mirar los juicios que tienes con respecto a la práctica católica de tus amigas y con respecto a tu identidad como una católica no-practicante / estudiante del Curso, puede que te sorprenda encontrar creencias de las que no eras consciente. Estas creencias y juicios son los que hacen difícil discernir qué decirles a tus amigas sobre el tema de la asistencia a la iglesia. Cada juicio es alguna forma de falta de perdón, y la falta de perdón bloquea la comunicación. Tal como Jesús nos dice en el Libro de ejercicios: «Es cierto que no parece que todo pesar no sea más que una falta de perdón. No obstante, ese es el contenido que en cada caso se encuentra tras la forma» (L.193.4.1-2). Con esto en mente, es posible encontrar la manera de salir de cada dilema: «(...) únicamente el perdón cura una falta de perdón, y sólo una falta de perdón puede ser el origen de cualquier clase de enfermedad [pesar, angustia, incomodidad, ansiedad]» (P.2.VI.5.5).

Cuando el perdón de nuestros propios juicios se convierte en el objetivo de la relación, la relación cambia, y todas las personas involucradas perciben el cambio en algún nivel. Las preguntas y las respuestas pueden cambiar, pero lo que verdaderamente importa es el cambio en el contenido. De alguna forma, el mensaje de que las preguntas de tus amigas no te están molestando será comunicado a ellas. Liberarlas de cualquier responsabilidad por tus sentimientos hace que cada interacción sea más ligera y luminosa. Cualquier cosa que digas estará libre de juicios. Si sigues siendo una amiga amable y amorosa de esta manera, a ellas probablemente no les importará a qué iglesia, si es que a alguna, estás yendo. Y si a ellas les importa, de todos modos eso no será un problema para ti. No puedes perder.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions176.htm#Q889

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-886

¿Cómo pueden nuestras mentes limitadas captar la verdad?

P-886: ¿Cómo puede la mente consciente, la mente de la ilusión, captar a la mente inconsciente, la mente de la verdad, o la Mente de su Padre, y saber conscientemente que está libre de la ilusión? ¿Hay una manera de saber que has estado en la verdad (en lo cierto)?

Respuesta: Jesús nos dice en el Texto que «Si no tienes miedo de absolutamente nada, y todos aquellos con los que te encuentras o incluso quienes piensan en ti comparten tu perfecta paz, entonces puedes estar seguro de que has aprendido la lección de Dios, y no la tuya» (T.14.XI.5.2). Todos estaríamos dispuestos a admitir que somos bastante buenos en engañarnos a nosotros mismos pensando que hemos logrado superar las ilusiones del ego, pero es más difícil engañar a las personas que son parte de nuestra vida diaria. Así que Jesús añade el segundo criterio de su prueba o test para determinar a qué maestro hemos seguido. Pero esta evaluación debería extenderse durante un cierto período de tiempo, no circunscribirse sólo a un instante dado, debido a que somos muy capaces de engañarnos puntualmente a nosotros mismos y también a los demás. Se puede encontrar una aclaración sobre esto en nuestro libro "Las preguntas más comunes en torno a Un Curso de Milagros", concretamente en la pregunta 43. Puedes ver también, en este servicio online de Preguntas&Respuestas, las preguntas P-43, P-285, P-309, P-486, P-498 ((en esta se cita entre otras la P-11 como relacionada)) y P-536. Prácticamente todos los estudiantes del Curso han preguntado sobre este mismo tema.

Las lecciones de la Primera Parte del Libro de ejercicios están directamente planteadas para ayudarnos a entrar en contacto con lo que hemos ocultado en nuestras mentes, para que podamos —con la ayuda de Jesús o del Espíritu Santo— tomar una decisión mejor. Sin embargo, una vez más, esto es un largo proceso, pues tal como Jesús nos dice al concluir las 365 lecciones: «Este curso es un comienzo, no un final» (L.Epílogo.1.1). Tenemos que seguir aplicando las lecciones con paciencia y mansedumbre, recordando siempre la promesa de Jesús de que no hay manera de que fallemos: «No olvides que una vez esta jornada ha comenzado, el final es seguro. Las dudas te asaltarán una y otra vez a lo largo del camino, y luego se aplacarán sólo para volver a surgir. El final, no obstante, es indudable. Nadie puede dejar de hacer lo que Dios le ha encomendado que haga. Cuando te olvides de esto, recuerda que caminas con Él y con Su Palabra impresa en tu corazón. ¿Quién puede desalentarse teniendo una esperanza como esa? Ilusiones de abatimiento parecerán asaltarte, pero aprende a no dejarte engañar por ellas. Detrás de cada ilusión está la realidad y está Dios. (...) El final es indudable y está garantizado por Dios» (C.epílogo.1.1-8,10).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions176.htm#Q886

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

martes, 26 de julio de 2016

Facimoutreach P-885

¿Por qué a veces siento que las palabras del Curso son poco amables?

P-885: ¿Por qué a veces siento que las palabras que se dicen en Un Curso de Milagros son poco amables? ¿Es esto una proyección del ego tratando de alejarme sutilmente del propósito del Curso? Y de todos modos, ¿cuál es el propósito del Curso?

Respuesta: El objetivo de Un Curso de Milagros es dejar al descubierto lo que está escondido en el sistema de pensamiento del ego, de manera que se pueda exponer a la luz de la verdad para que sea sanado. La exposición de la fealdad del ego puede parecer poco amable, al igual que los pacientes del dentista se encogen de miedo cuando éste examina la boca y la muela dolorida. El dolor de la muela infectada es insoportable, pero las ayudadoras manos del dentista pueden ser percibidas como todavía más dolorosas. Un examen cuidadoso de las gráficas descripciones que el Curso hace del ego revela el diagnóstico amable y tranquilizador de Jesús: nosotros no somos el espantoso ego que necesita una endodoncia, únicamente pensamos que lo somos. Jesús presenta descripciones de la locura del ego con frases como: «piensas que eres...», «crees que eres...», «te ves a ti mismo...». Él nunca dice que estas creencias sean verdad. De hecho, el único propósito de exponer estos pensamientos es enseñarnos que no son verdad, y que nos los creemos porque los hemos elegido para que apoyen la creencia en la realidad de la separación y del pecado. La enfermedad de la separación tiene primero que ser expuesta para que pueda ser curada. El objetivo del Curso es curar a la mente del pensamiento de la separación, lo cual Jesús nos ayuda a hacer al enseñarnos que al igual que elegimos al ego, podemos elegir contra él al elegir al Espíritu Santo.

Sí, centrarse en las fuertes palabras negativas del Curso en referencia al ego es una manera maravillosa de detener el progreso en tu estudio del Curso. La verdad es que no tenemos ningún problema en creer que somos egos que viven y mueren en cuerpos, sin esperanzas de poder regresar alguna vez a nuestro verdadero estado de unidad con Dios; lo cual es la cosa menos amable que el Hijo de Dios podría creer acerca de sí mismo. Pero tenemos una tremenda resistencia a creer el mensaje que Jesús nos ofrece: somos el inocente Hijo de Dios (L.95.12.2-3), la separación nunca ocurrió (T.6.II.10.7), el mundo es una ilusión (L.155.2.1), y «no hay ni un solo instante en el que el cuerpo exista en absoluto» (T.18.VII.3.1). Jesús añade sal a la herida al decirnos que este mundo es el infierno (L.182.3), que todo ataque es asesinato (T.23.III.1), que la culpa se está proyectando desde la mente en forma de odio (T.18.VI.2), y finalmente, que «una leve punzada de molestia no es otra cosa que un velo que cubre una intensa furia» (L.21.2.5). Para la parte de la mente que se identifica con el ego/cuerpo estas palabras son, en efecto, poco amables (desagradables); ciertamente no son las cosas que queremos oír. De hecho, el ego trabaja muy duro para ocultar este tipo de pensamientos de nuestra conciencia, defendiendo así la continua decisión de la mente en favor de la separación. Las devastadoras consecuencias de elegir la separación son ocultadas tras la aparente belleza del mundo. En el Texto, Jesús usa el ejemplo de un cuadro enmarcado para mostrarnos el uso que hace el ego de la negación y del engaño. El cuadro feo del especialismo del ego está «rodeado por un marco tan recargado y elaborado, que el cuadro casi desaparece debido a la imponente estructura del marco» (T.17.IV.8.2). El ego usa tanto las experiencias positivas como las negativas del mundo para fabricar su marco de engaño. Las experiencias positivas son distracciones destinadas a convencernos de que el mundo no es un lugar tan malo. El dolor y la desdicha de las experiencias negativas demuestran que el mundo es real. Nos hemos aprendido tan bien el mensaje del ego y nos hemos adaptado tanto a sus densas capas de negación, que Jesús nos tiene que explicar las cosas a fondo utilizando un llamativo contraste entre la oscuridad del ego y el amoroso mensaje de la verdad del Espíritu Santo. Jesús nos insta a «[mirar] al cuadro» (T.17.IV.9.1) en vez de al marco. A menos que veamos que elegir al ego es el origen de toda la angustia del mundo, no iremos más allá del velo de la ilusión para despertar en la luz de la verdad. Este es el objetivo final del Curso.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions175.htm#Q885

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Facimoutreach P-883

Una vez que he tenido un pensamiento, ¿cómo puedo llegar a olvidarlo?

P-883: 1) Un Curso de Milagros habla de que el mundo ilusorio desaparece una vez que nos damos cuenta de que nunca hemos salido de Dios. ¿Cómo es esto posible? Si yo tengo un pensamiento, entonces ese pensamiento se queda conmigo para siempre. Puede desvanecerse en un segundo plano, pero no desaparece del todo y puede reaparecer y recordarse en cualquier momento cuando es desencadenado por algún estímulo específico. Lo mismo debería aplicarse a todos los pensamientos que he tenido en esta ilusión.

2) Nosotros proyectamos nuestro miedo sobre algún otro y luego nos preocupamos o asustamos por lo que esa persona nos hará. Hay unos cuantos miles de millones de personas en este mundo y quién sabe qué otras cosas existirán en otras ilusiones diferentes de nuestro universo. Nada existe en la ilusión. ¿Significa esto que yo mismo he proyectado mis miedos sobre los miles de millones de personas que hay en este planeta?

Respuesta: 1) El "yo" que tiene ese pensamiento desaparecerá también, puesto que es tan ilusorio como el mundo. Esto nos resulta difícil de comprender, por no hablar del terror que sentimos cuando nos enfrentamos con este hecho. Pero tal como dice Jesús, cuando se descorre el velo y el mundo desaparece, «no recordarás nada de lo que ahora recuerdas» (T.19.IV.D.6.6). Del mismo modo, «En el Cielo no recordarás cambios ni variaciones. Sólo aquí tienes necesidad de contrastes» (T.13.XI.6.1-2). En Dios, no hay conciencia, ni un ser individual con recuerdos o pensamientos individuales: «no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado» (L.132.12.4).

A medida que practicamos nuestras lecciones de perdón y que consideramos las percepciones de separación y de diferencias cada vez menos útiles y atractivas, nos sentiremos más atraídos por lo que nos une a todos como uno. Con el tiempo, perderemos interés por cualquier cosa que nos recuerde la separación y los intereses opuestos. A esto es a lo que Jesús se refiere como la «atracción del amor por el amor» (T.12.VIII), cuando la visión de Cristo que nos ve a todos como uno se vuelve irresistible. Ésta crecerá en nuestra conciencia, y entonces un día despertaremos y nos daremos cuenta agradecidamente de que nunca ha habido nada más. Los pensamientos que teníamos como individuos habrán desaparecido en la nada de la que vinieron. Esto es un proceso que sucede de manera natural y gradual cuando nuestro único foco de interés a lo largo del día es el perdón.

2) Esto es es un proceso que se lleva a cabo enteramente en la mente, la cual está fuera del tiempo y del espacio. Eso hace que el proceso de la mente sea para nosotros más bien difícil de comprender, porque siempre pensamos sobre las cosas en términos de espacio y tiempo lineal. Sin embargo, Jesús hace hincapié en que el mundo no es nada más que «la imagen externa de una condición interna» (T.21.introd.1.5); «Aún sigue siendo cierto, no obstante, que no hay nada afuera. Sin embargo, es sobre esta nada donde se lanzan todas las proyecciones. Pues es la proyección la que le confiere a la "nada" todo el significado que parece tener» (T.20.VIII.9.7-9).

El punto de esto es que la mente está tan asustada por su culpa —gracias a su decisión de escuchar al ego en vez de al Espíritu Santo— que imagina un mundo lleno de una multitud de objetos sobre los que puede proyectar su culpa. Sin embargo, todo esto está ocurriendo únicamente en la mente. No hay primero un mundo y luego una mente que proyecta su culpa y miedo sobre él. La estrategia de la proyección, importantemente, incluye romper esa conexión para que acabemos siendo conscientes solamente de un mundo de objetos discretos (distintos y separados), al haber bloqueado el hecho de que estamos siendo generados por una mente que trata de descargarse de su carga de culpa. Dada esta dinámica, puedes proyectar tu miedo sobre absolutamente cualquier cosa. Sin embargo, por lo general sólo determinadas personas provocarán una reacción en ti, no todas. Recuerda, Un Curso de Milagros define la percepción como interpretación —no es lo que ves físicamente lo que constituye la percepción, sino la manera en que reaccionas a lo que ves. Así que cuando reaccionas intensamente hacia alguien —y no es necesario que esa persona esté físicamente presente— te interesa ver eso como una oportunidad para retornar al punto tomador-de-decisiones en tu mente, y pedir ayuda para mirar tu culpa y miedo con Jesús o el Espíritu Santo. A medida que hagas esto cada vez más, proyectarás cada vez menos. Entonces, finalmente, te liberarás a la vez de la culpa y del miedo.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions175.htm#Q883

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Facimoutreach P-880

¿Por qué nos conmocionaría descubrir que el sueño no es real?

P-880: En Un Curso de Milagros, Jesús afirma que estaríamos demasiado conmocionados y asustados al averiguar que no hay sueño en absoluto, por lo que la solución intermedia sería vivir un sueño "feliz" con actitudes positivas etc ((puede que se refiera a T.27.VII.13.4; o a algún pasaje similar a ese; es un miedo relacionado también con el temor a la revelación/reverencia, como se comenta en T.1.VII.5)). Me pregunto, ¿podemos estar conmocionados de averiguar que incluso el "sueño feliz" ha sido una ilusión, si no hay nada a lo que aferrarse o de lo que separarse? Si somos pura conciencia, ¿no debería ser la realización algo natural? Lo que se conmociona y se asusta tiene que ser todavía una parte del sueño.

Respuesta: Sí, el personaje asustado del sueño es parte de la ilusión, junto con la conciencia, el sueño feliz, el mundo real y el proceso del despertar. Esto se debe a que: «En la realidad, [la separación] nunca ocurrió» (M.2.2.8). Aunque estamos demasiado asustados para creerle, Jesús de hecho nos dice que no hay sueño (T.18.II.9.2) ((la cita anterior puede ser un poco fallida, pero realmente eso se da a entender en diversos lugares del Curso, por ejemplo en T.12.VI.5.4, L.68.2.1 o en L.132.6.2)), ni mundo (L.132.6.2), ni cuerpo (T.18.VII.3.1), ni ego (T.9.IV.5). Sin embargo, oír esto no nos frena de seguir creyendo en la existencia de todo el paquete, ni de seguir eligiendo activamente no creer en lo verdadero y natural. Jesús nos dice varias veces que no creemos su mensaje: «Quizá pienses que no necesitas un curso que, en última instancia, enseña que sólo la realidad es verdad. Pero ¿crees realmente esto? Cuando percibas el mundo real, reconocerás que no lo creías» (T.11.VIII.1.2-4). La única explicación para esta locura es que estamos demasiado asustados para aceptar el mensaje del Curso y despertar a la verdad. Cuando ya no tengamos miedo del amor y ya no nos dediquemos al especialismo del ego, será realmente natural despertar del sueño enteramente. Mientras tanto, tanto el apego al especialismo como el miedo de nuestra verdadera Identidad como el Hijo único de Dios mantienen el sueño muy real en nuestra experiencia.

Debido a que caer en el sueño de la separación fue una decisión, despertar requiere nuestra voluntad de tomar otra decisión. El hecho mismo de que elijamos seguir enganchados al sistema de pensamiento del ego es una sencilla demostración de que Jesús tiene razón sobre nuestro miedo a aceptar lo verdadero y natural. Nuestro miedo es tal que no sólo nos encogemos de miedo y nos ocultamos de la verdad, sino que nos oponemos muy activamente a ella: «Atacas el mundo real cada día, cada hora y cada minuto, y sin embargo te sorprendes de que no lo puedas ver» (T.12.VIII.1.3). De acuerdo con el pensamiento invertido del ego, nos hemos vuelto muy buenos en hacer lo innatural y evitar lo que es más natural, es decir, nuestra identidad como mentes con el poder de elegir. Sin embargo, con el fin de defender su decisión por lo innatural (el ego y el cuerpo), la mente, muy oportunamente, niega su propio poder y proyecta el pensamiento de separación, haciendo que parezca que los acontecimientos externos a la mente son la causa de la aparente existencia del cuerpo. Entonces la mente se asusta de lo natural, con el fin de apoyar aún más su creencia en lo innatural. Se ha identificado con el cuerpo y está aterrada por la posibilidad de ser destruida si acepta su verdadera identidad. Es por eso por lo que necesitamos el suave proceso del perdón que Jesús nos enseña en el Curso. Su mensaje fundamental es que nada externo a la mente tiene ningún efecto sobre ella, y que todas las cosas del sueño son el reflejo de una decisión en la mente. El objetivo es restaurar en la mente la conciencia de su poder de elegir, de modo que tome otra decisión, motivada por el dolor de haber elegido la separación. La culpa por haber tomado esta decisión es lo que mantiene al personaje del sueño en un profundo adormecimiento en el que la llamada a despertar apenas se oye vagamente de manera muy tenue y débil. Cada vez que estamos dispuestos a ver nuestros juicios contra los demás como la proyección de nuestra propia culpa por haber elegido al ego, aflojamos su agarre y disminuye el miedo. A medida que el miedo y la culpa se deshacen gradualmente de este modo, el sueño se ilumina y se convierte en un sueño feliz, hasta la consecución del mundo real que pondrá fin a todo soñar. Sólo entonces la ilusión de la separación será olvidada y el conocimiento de la unidad (nuestro estado natural) será restaurado.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions174.htm#Q880

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Facimoutreach P-859

¿Cuál es el Nombre de Dios que se supone que debo invocar?

P-859: La lección 183 pide que invoquemos el Nombre de Dios, y que repitamos Su Nombre mientras estamos sentados en silencio ((debe referirse a L.183.8)). Necesito tener un Nombre para hacer esta lección.

Respuesta: No es casual que el Nombre de Dios no aparezca en ninguna parte de esta lección, aunque se nos pide invocarlo repetidamente. Esto nos ayuda a darnos cuenta de algo que no nos conviene pasar por alto de la enseñanza de Jesús: todo lo del mundo de las cosas concretas simboliza de alguna manera el contenido con el que hemos elegido identificarnos en nuestras mentes, que es el sistema de pensamiento del ego o el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Aplicado a esta lección, esto significa que invocar el Nombre de Dios o repetir Su Nombre significa invocar al sistema de pensamiento que refleja Su Amor. Y para nosotros, como estudiantes de Un Curso de Milagros, ese amor está simbolizado por Jesús. En el Manual, hablando en tercera persona, Jesús habla de invocar su nombre: «El nombre de Jesucristo como tal no es más que un símbolo. Pero representa un amor que no es de este mundo. Es un símbolo que se puede usar sin riesgo para reemplazar a los innumerables nombres de todos los dioses a los que imploras. Constituye el símbolo resplandeciente de la Palabra de Dios, tan próximo a aquello que representa, que el ínfimo espacio que hay entre ellos desaparece en el momento en que se evoca su nombre» (M.23.4.1-4).

Así que invocar el Nombre de Dios cambia nuestra perspectiva desde el especialismo, las cosas concretas y las ofertas y demandas del mundo, hasta la percepción de nuestros intereses compartidos y de nuestra unidad como el Hijo de Dios —y de que todo lo que no sea esto no tiene ningún valor o significado.

Jesús no quiere que convirtamos la invocación del Nombre de Dios en un ritual o en algún tipo de encantamiento mágico, ni que lo usemos como un mantra o como una fórmula para el éxito. Situado en el contexto de la totalidad del Curso, "invocar el Nombre de Dios" no podría tener otro sentido que el de ser un medio para ayudarnos a llevar todo el contenido de nuestro ego a la amorosa presencia que hay en nuestra mente, más allá del mundo y del cuerpo, y volver a nuestra desinteresada identidad como expresiones de ese Amor.

((Tal vez podamos resumir esto así: hablando en general [y no sólo para esta lección 183] el Nombre de Dios podemos considerarlo principalmente de dos maneras: 1) a nivel de la percepción significa unirnos al sistema de pensamiento del Espíritu Santo [principalmente practicando el perdón, o de cualquier modo que esté en consonancia con este sistema de pensamiento: por ejemplo, pensando en Jesús para tranquilizarnos o sentir paz, etc.]. 2) a nivel del conocimiento, el Nombre de Dios es el Ser de Dios, que es también nuestro Ser, la Unidad, lo único que existe))

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions168.htm#Q859

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lunes, 25 de julio de 2016

Facimoutreach P-856

¿Cuál es exactamente el significado de "Expiación"?

P-856: Dadme una buena definición de Expiación. Sé que significa Aunamiento ((Este significado se ha sacado de jugar a descomponer la palabra en inglés: Atonement [la palabra usada en el Curso, en español Expiación], si separamos la palabra en dos partes, así: At-onement, se podría entender entonces como "Aunamiento", "Unión"; pero en el Curso no se usa At-onement de esta forma separada, y además el término "aunamiento" o "unión" sugiere algo diferente a la Unidad, pues la Unidad es algo homogéneo, único [no una mezcla o combinación], mientras que un aunamiento o unión puede sugerir la idea de la unión entre seres diferentes, lo cual no es lo que enseña el Curso. Pese a todo, como las palabras son neutras en sí, podríamos elegir entender "Aunamiento" o "Unión" como el reconocimiento de la Unidad, la cual nunca ha sido separada y por lo tanto no necesita volver a unirse realmente, sino simplemente reconocerse)), no-separación, pero necesito una explicación más convincente.

Respuesta: Aunamiento ((At-onement)) no es un término usado en Un Curso de Milagros para definir la Expiación ((Atonement)). Tampoco Expiación tiene el significado que el cristianismo tradicional le da a esa palabra, que es el de una reparación/compensación por el pecado. En una palabra, el Curso le da un nuevo significado al término Expiación: impecabilidad ((sinlessness; impecabilidad, en el sentido de ausencia e imposibilidad del pecado. Recordemos: la separación nunca ocurrió)). A pesar de lo simple que es esto, es de hecho un mensaje muy fuerte para el ego, cuyo sistema de pensamiento se basa enteramente en la creencia de que el Hijo de Dios es culpable por haber tomado en serio la idea de la separación. Aceptar la Expiación significa escuchar la Voz del Espíritu Santo, Quien habla en favor de Dios y nos dice que la idea de la separación no sólo no es un pecado, sino que ni siquiera ocurrió. Esto es el corazón de la enseñanza del Espíritu Santo de la Expiación en el Curso. Aceptar esta verdad es un proceso por el cual se renuncia a la culpa por medio del perdón, el cual es la corrección que provee el Espíritu Santo para la creencia errónea en la separación. En el "Glosario-índice para Un Curso de Milagros" Kenneth Wapnick define la Expiación como "el plan de corrección del Espíritu Santo para deshacer el ego y sanar la creencia en la separación". Nuestra función en este plan, y lo que lo hace tan significativo en nuestras vidas diarias, es la práctica del perdón: «El perdón es la única función que tiene sentido en el tiempo» (T.25.VI.5.3).

Expiación, por lo tanto, no es sólo un concepto intelectual que tenga que ser entendido. Tiene vida y se convierte en nuestra vida, en cualquier grado en que estemos dispuestos a aplicar el principio del perdón en nuestras relaciones. Esto significa ver en cada juicio la proyección de nuestra culpa por la decisión de la mente en favor de la separación. Esa es nuestra única responsabilidad en el proceso de la Expiación: «La única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para sí mismo [aprender el completo perdón]» (T.2.V.5.1). Puesto que la decisión en la mente en favor de la separación es la causa de lo que sentimos, nada ni nadie externo a la mente puede ser culpado. Liberar a los demás de esta manera es como aprendemos que también nosotros estamos libres de pecado. Con ese reconocimiento se logra la Expiación.

Lo que convierte a la Expiación en un proceso son las densas capas de culpabilidad que acompañan a la decisión en favor del ego y bloquean la luz del Espíritu Santo. «[La Expiación] es perfectamente clara porque existe en la luz. Únicamente los intentos de ocultarla en las tinieblas han hecho que sea inaccesible para aquellos que eligen no ver» (T.3.I.6.6-7). En la retorcida manera de pensar del ego, la culpa es la justificación para no aceptar la Expiación. Al ego le gustaría hacernos creer que no somos dignos de ser el inocente Hijo de Dios, y que por lo tanto estamos condenados a seguir siendo formas desconectadas de nuestra Fuente. Lo que el ego no nos dice es que este es el medio mediante el cual se mantiene la idea de la separación, se protege al ego y se perpetúa la culpa. Este círculo vicioso del ego únicamente se deshace mediante la decisión de la mente de elegir al Espíritu Santo, Cuyo mensaje es que la creencia en la separación no ha tenido ningún efecto y el Hijo de Dios es inocente. Esto se afirma de manera muy simple en el Curso: «Todo el mundo tiene un papel especial en la Expiación [aceptarla para uno mismo], pero el mensaje que se le da a cada uno es siempre el mismo: El Hijo de Dios es inocente» (T.14.V.2.1). Cada encuentro es una oportunidad para elegir entre el juicio y el perdón. A medida que el perdón se convierte en el objetivo de cada relación, el círculo inclusivo de Expiación del Espíritu Santo reemplaza gradualmente al egoico círculo vicioso de culpa de separación y exclusión. Jesús pone esta decisión ante nosotros en la sección "El círculo de la Expiación": «A todo aquel que ves, o bien lo ubicas dentro del santo círculo de la Expiación o bien lo dejas fuera, juzgándolo como que merece ser crucificado o redimido. Si lo incluyes dentro del círculo de pureza, descansarás allí con él. Si lo excluyes, te quedas fuera con él» (T.14.V.11.1-3).

((Aunque en esta respuesta no se ha mencionado de manera explícita, es interesante la cita del principio del Texto: «"Expiar" significa "deshacer"» (T.1.I.26.2), pues esto condensa en 3 palabras la esencia de la Expiación. Se trata de deshacer la falsa creencia en la separación, y así reconocer lo que siempre ha sido y sigue siendo verdad. Algunas citas relacionadas con Expiar = deshacer: T.1.I.26.2-3; T.1.III.5.7; T.2.III.2.3; T.2.IV.2.1; T.2.VI.7.1; T.5.IV.6.1; y en general, cualquiera de las frases en las que se habla del deshacimiento del error. Pues no se trata de que consigamos algo nuevo que no hubiera antes [ni de unir algo que realmente se haya separado], sino simplemente de reconocer lo que siempre es, para lo cual primero debemos deshacer la ignorancia [la negación de la verdad], que es creer en cualquiera de los aspectos de la falsa creencia en la separación-culpa-miedo))

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions167.htm#Q856

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Facimoutreach P-854

¿Cómo puedo llegar a Dios, tal como describe la lección 41?

P-854: Vengo de unos antecedentes totalmente no religiosos y nunca me "interesé" en Dios de ninguna manera, modo o forma hasta que me "encontré" con Un Curso de Milagros (por el cual me siento agradecido). Estoy "atascado" en la lección 41, "Dios va conmigo dondequiera que yo voy". He estado haciendo esta lección diariamente alrededor de una semana debido a que el concepto me fascina en gran manera, pero a pesar de practicar diligentemente lo que esa lección describe, no he "llegado" a Dios en ningún sentido, aunque el Curso me dice que es perfectamente posible lograrlo ((L.41.8.1-7)). También dice: «El camino quedará despejado, si crees que es posible» (L.41.8.4). Quiero creer, pero ¿cómo hace uno eso?

Respuesta: Otra manera de enunciar el contenido de esta lección es: "La separación nunca ocurrió, y seguimos estando con Dios". En realidad no podemos estar en ninguna otra parte, y por eso Dios está con nosotros. Sin embargo, hay un mensaje muy importante en la primera frase del quinto párrafo: «Comprendemos que no creas nada de esto» (L.41.5.1). Con esta simple declaración, Jesús explica el "atasco" que casi todo el mundo experimenta al practicar el Libro de ejercicios. El primer objetivo de la lección, por lo tanto, es ayudarnos a darnos cuenta de que no creemos lo que dice. Por el contrario, aprendemos lo mucho que creemos al ego y lo poco que creemos al Espíritu Santo, que es uno de los objetivos importantes del Libro de ejercicios. Una parte necesaria del proceso de aprendizaje es llegar precisamente al dilema que describes: el mensaje del Curso nos inspira, pero a pesar de practicar diligentemente no parece suceder nada, aunque se nos asegura que puede lograrse. La utilidad de esta situación es que aprendamos a apreciar la intensidad de nuestra resistencia y el completo alcance de nuestra adhesión o apego al sistema de creencias del ego. Sin este claro reconocimiento, el progreso real es imposible porque el juego preferido del ego es la negación. Su vida depende de que creamos que el cuerpo es nuestra verdadera identidad, que a su vez se basa en la negación de la existencia de la mente, por no mencionar también la negación de su poder de elegir. Jesús nos dice al principio del Texto: «Son muy pocos los que aprecian el verdadero poder de la mente, y nadie permanece totalmente consciente de él todo el tiempo. No obstante, si esperas librarte del miedo [culpa, separación] hay algunas cosas que debes comprender, y comprender plenamente. La mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creativa» (T.2.VI.9.3-5).

Encontrar difícil experimentar a Dios contigo es una manera de entrar en contacto con la decisión en la mente de creer en la realidad de la separación e identificarse con el sistema de pensamiento del ego. Esta decisión ha hecho reales al cuerpo y al mundo en nuestra experiencia, haciendo de este modo irreal a Dios. La mente no puede mantener el pensamiento de la separación y el pensamiento de Dios al mismo tiempo. Por lo tanto, identificarse con el ego/cuerpo y con la culpa resultante de esta decisión bloquea de nuestra conciencia el recuerdo de Dios. De hecho, es un ataque sobre Dios: «Si el ego es el símbolo de la separación, es también el símbolo de la culpabilidad. La culpabilidad es más que simplemente algo ajeno a Dios. Es el símbolo del ataque contra Dios» (T.5.V.2.8-10). Cuando la culpa se va, Dios está ahí.

Renunciamos a la culpa por medio del proceso del perdón, que empieza con la voluntad de mirar al ego en nuestras vidas a la luz del principio de la proyección de la culpa. Este importante principio del Curso nos dice que todo lo que experimentamos en el mundo es el resultado de la proyección de la culpa de la mente por haber elegido estar separada e identificarse con el cuerpo. Esto significa que nada externo a nuestra mente es responsable por lo que sentimos. Aprender a mirar toda relación de esta manera requiere de una práctica paciente, porque no es la manera en que nos hemos enseñado a nosotros mismos a interpretar nuestras relaciones o nuestras experiencias en el mundo. Al hacer eso, nos enseñamos que los demás no son culpables por nuestra condición: son inocentes. Ver a los demás como inocentes es como aprendemos que nosotros también somos inocentes, lo cual despeja el camino para que recordemos que somos el Hijo de Dios y Él va con nosotros: «A menos que seas inocente no puedes conocer a Dios, Cuya Voluntad es que Lo conozcas. (...) A Dios no se Le puede conocer sin Su Hijo, cuya inocencia es la condición en la que se Le puede conocer» (T.14.IV.7.1,4).

Las intrucciones para la práctica del Libro de ejercicios no nos piden que creamos las lecciones, ni que las practiquemos perfectamente. Lo único que se nos pide es que las hagamos (L.introd.8-9). Es importante que reconozcamos honestamente que no nos las creemos, y que entonces nos perdonemos por tener miedo de la verdad del Curso. Si supiéramos realmente que Dios está con nosotros, no necesitaríamos el Libro de ejercicios, y lo que es más, tampoco el Curso. El hecho de que te has vuelto consciente de que esta verdad no es tu experiencia significa que has alcanzado uno de los objetivos importantes de las lecciones del Libro de ejercicios: apreciar el contraste entre lo que has aprendido del ego y lo que el Espíritu Santo te está enseñando en el Curso. Entonces te das cuenta de lo mucho que necesitas la ayuda del Espíritu Santo para desaprender/olvidar al ego y en su lugar aprender las lecciones del Espíritu Santo. La práctica de cada lección diaria tan sinceramente como puedas es suficiente para hacer un progreso constante, pues eso es lo único que se te pide hacer. Así es como se despeja el camino, ya que esta práctica refleja y fortalece la parte de la mente que cree en esto.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions167.htm#Q854

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Facimoutreach P-852

Si Jesús renunció a su ego, ¿por qué no lo hicimos todos?

P-852: En referencia a que «La redención es una» (L.295.1.4), me pregunto cómo Jesús o cualquier "individuo" puede estar fuera del sueño mientras el resto de nosotros estamos dentro del sueño. Parece que el éxito de Jesús en renunciar a su "ego" se debería haber logrado para todos nosotros. Pero nosotros seguimos aquí en el sueño.

Respuesta: Sí, "nosotros seguimos aquí en el sueño" mientras elijamos seguir dormidos. Mientras tanto, la verdad es que todos estamos despiertos con Jesús, quien representa la parte de la mente que está "fuera del sueño". La diferencia para él, es que él se identifica únicamente con esa parte de la mente, mientras que los que duermen se identifican con el ego. Además, no hay un "individuo" que se despierta, porque despertar significa aceptar la unidad del Hijo de Dios. Es una decisión en favor de la verdad de la unidad, en vez en favor de la separación del ego. Ni tampoco hay nadie "dentro del sueño" en realidad. Por ejemplo, aunque puedes soñar que recorres las colinas de la Toscana (Italia) durante un sueño nocturno, cuando te despiertas sabes que no estuviste en la Toscana en absoluto. El problema no es que soñamos, sino que nos identificamos con el personaje del sueño y con todos los acontecimientos del sueño. Esto es una elección deliberada, cuyo objetivo es estar separado y ser especial, lo que refleja la decisión de la mente de decir "no" a la Identidad que Dios le dio a Su Hijo.

En realidad no hay distinción entre Jesús y "el resto de nosotros". La unidad es unidad y ahí moramos todos. Lo que nos impide tomar conciencia de esto es la decisión de creer que la separación ofrece «algo que sea más que lo que lo es todo, como si una parte de ese todo estuviese separada y se encontrase donde el resto no está» (T.29.VII.2.3). El "algo" es el especialismo. Eso es lo que es elegido, apreciado y preferido más que la redención, y lo que nos distingue de Jesús. No es que él renunciara de hecho al ego. Más bien, él es el nombre que le damos a la parte de la mente de la Filiación que desde el principio nunca se tragó la idea de la separación: «El hombre [Jesús] era una ilusión, pues parecía ser un ser separado que caminaba por su cuenta, dentro de un cuerpo que aparentemente mantenía a su ser separado del Ser, como hacen todas las ilusiones. (...) vio lo falso y no lo aceptó como verdad» (C.5.2.3,5). Cuando la «diminuta y alocada idea» (T.27.VIII.6.2) pareció suceder, parte de la mente sabía desde el comienzo que era imposible. Esta parte de la mente no fue anulada por el sueño de la separación. Por eso Jesús nos dice: «Cuando dije: "Estoy siempre con vosotros", lo dije en un sentido muy literal. Jamás me aparto de nadie en ninguna situación» (T.7.III.1.7-8). Por lo tanto, volviendo al ejemplo del sueño nocturno en la Toscana, tú llevas dentro del sueño un sentido (recuerdo) de lo que eres. No sueñas que eres Napoleón vagando por las colinas, ni abandonas tu cama para hacer tal viaje. En realidad no sucede nada, aunque durante el sueño parece muy real: «Reconoces por experiencia propia que lo que ves en sueños lo consideras real mientras duermes. Mas en el instante en que te despiertas te das cuenta de que todo lo que parecía ocurrir en el sueño en realidad no había ocurrido. Esto no te parece extraño, si bien todas las leyes de aquello a lo que despiertas fueron violadas mientras dormías» (T.10.I.2.3-5). Nuestra analogía termina con la significativa distinción de que el sueño de separación es el resultado de una decisión en la mente, y de la proyección de la culpa por esa decisión. Para defender su decisión por la separación, la mente niega su propio poder, al fabricar un cuerpo en el que agentes externos parecen ser la causa de todo lo que ocurre desde el nacimiento hasta la muerte. El guión del sueño, por lo tanto, empieza con el llanto: "No sé cómo llegué aquí, ¡pero no es mi culpa que esté aquí!". El mensaje de Jesús desde fuera del sueño es decirnos, primero de todo, que no estamos realmente aquí, y en segundo lugar que es nuestra decisión creer que aquí estamos. Es la resistencia a escuchar y aceptar su mensaje lo que nos lleva a divagaciones de distracción, como por ejemplo la "injusticia" de la envidiable posición de Jesús como el primero en salir del sueño, dejándonos atrás. Probablemente él es consciente de la "leve irritación" que sentimos hacia él por esto, así que nos dice: «No hay nada con respecto a mí que tú no puedas alcanzar. No tengo nada que no proceda de Dios. La diferencia entre nosotros por ahora es que yo no tengo nada más» (T.1.II.3.10-12). Nuestro objetivo, por lo tanto, es unirnos con Jesús en nuestra unidad al deshacer nuestra creencia de que tenemos lo que no procede de Dios, es decir, separación/especialismo. Su amoroso mensaje en Un Curso de Milagros de que la mente que eligió la separación puede elegir de manera diferente es toda la ayuda que necesitamos para ir más allá del sueño hasta la verdad de nuestro despertar. Jesús silencia todo miedo de que nos hayamos quedado fuera de su redención: «Mi mente será siempre como la tuya porque fuimos creados iguales. Fue sólo la decisión que tomé lo que me dio plena potestad tanto en el Cielo como en la tierra. El único regalo que te puedo hacer es ayudarte a tomar la misma decisión» (T.5.II.9.1-3).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions166.htm#Q852

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

domingo, 24 de julio de 2016

Facimoutreach P-849

¿Está la mente en el cuerpo, o viceversa?

P-849: En el libro "Las preguntas más comunes en torno a Un Curso de Milagros", se dice en diversos lugares que la mente nunca está en el cuerpo y que es imposible responder "dónde está". Esto es muy confuso para mí. ¿No reside la mente temporalmente en un cuerpo mientras éste está animado (vivo) y en el que estamos aprendiendo nuestras lecciones? ¿No es la mente la que anima al cuerpo? ¿No es la fuerza vital uno y lo mismo que la mente? Y si no, ¿QUÉ es lo que anima a un cuerpo durante un tiempo hasta que fallece? ¿No es la mente la que elige habitar un cuerpo para fines pedagógicos (para el aprendizaje)?

Una vez tuve una experiencia en la que mi mente (¿o era mi conciencia?) dejó aparentemente el cuerpo y se fundió con lo que se sentía como la Totalidad, donde me sentía pleno y no había necesidad de más preguntas. Ya no me sentía como un "yo", sino que sentía una indescriptible sensación de "neutralidad", como nada y todo a la vez. ¿Qué era eso? ¿Tenía algo que ver con la mente?

Respuesta: El cuerpo es simplemente una proyección ilusoria de la mente, pero sigue siendo un pensamiento dentro de la mente, animado por el deseo de la mente de que dicho pensamiento parezca estar vivo, al igual que en un sueño (por ejemplo T.27.VIII.1.1-2; L.PII.Preg5.3.1). De hecho, el paralelismo con nuestros sueños nocturnos puede ser muy iluminador. Cuando sueñas por la noche, ¿habita tu mente el cuerpo del personaje que piensas que eres mientras estás soñando? No, el personaje soñado es simplemente un pensamiento desplegándose a través de la pantalla de la mente, mientras tu mente elija seguir durmiendo y soñando. El cuerpo del personaje soñado no está vivo, sólo aparenta estar vivo y ser real mientras sigues soñando (T.27.VIII.4). Al despertar, se desvanece, como si nunca hubiera existido en absoluto, aunque pueda mantenerse en tu recuerdo, tal vez durante sólo un momento fugaz. Jesús nos está diciendo que nuestra "vida" de vigilia es tan soñada (ilusoria, un sueño) como nuestros sueños de cuando dormimos en la cama, y que el ser que pensamos que somos es un personaje tan imaginario como el ser que aparece en nuestros sueños de dormidos en la cama, existiendo sólo en nuestra mente (T.10.I.2; T.18.II.5). Vale que puede que esto no sea nuestra experiencia, pero tampoco es nuestra experiencia mientras seguimos soñando por la noche, creyendo que somos esa figura de nuestro sueño.

Lo que se experimenta como una experiencia fuera del cuerpo, tal como la que describes, usando nuevamente la metáfora del sueño sería similar a algún tipo de reconocimiento fugaz (un vislumbre), mientras aún estás soñando, de que tú no eres el personaje del sueño sino que eres la mente (o la conciencia: son lo mismo) que está soñando la totalidad del sueño, y de que todo lo que hay dentro del sueño es tu proyección y por lo tanto te estás identificando con la totalidad, en vez de con alguno de los aparentes fragmentos dentro del sueño que aparentemente tienen sus propios intereses separados, en conflicto con los otros fragmentos y fuerzas dentro del sueño (T.28.II.7.1-4). Así que, identificado con el soñador y su proyección completa en vez de con los personajes dentro de la proyección, no puede haber preguntas ni necesidades, siendo reemplazadas por una sensación de neutralidad o de paz, puesto que no hay que tomar partido con respecto a nada. Esta totalidad sigue siendo un símbolo dentro de la mente dividida, pero si no se está usando como una defensa contra la culpa que hay en la mente, puede simbolizar la plenitud que es nuestra verdadera realidad más allá de la mente dividida.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions165.htm#Q849

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Facimoutreach P-848

¿Entender el Curso depende de un cierto nivel de evolución?

P-848: Nuestra creencia en el tiempo, dentro del egoico marco de referencia de la separación, implica que experimentamos un despliegue no sólo de nuestras vidas, sino también de la historia (el proceso histórico o paso de los siglos) en su totalidad, lo que nos hace parecer dependientes de los logros y de los fracasos de nuestros antepasados. El Curso enseña que el tiempo no existe en la Mente de Dios (y por lo tanto que no existe en absoluto), pero sin embargo se inserta a sí mismo en el proceso histórico, es decir, temporal, secuencial —ilustrado por el hecho, que vosotros habéis señalado en alguna ocasión, de que el "enfoque psicológico" del Curso está "fuertemente basado en los discernimientos/intuiciones de Freud sobre la psique humana". Esto se remarca incluso más explícitamente en uno de los artículos de la revista Lighthouse ((El Faro, donde Kenneth Wapnick escribió muchos artículos)), el cual pregunta: "¿Por qué este miedo demente a la verdad?". Y responde: "Una de las contribuciones importantes de Un Curso de Milagros al mundo de la espiritualidad es que el Curso provee la respuesta de una manera que el famoso problema de San Pablo, por ejemplo, nunca realmente respondió —una respuesta, por cierto, que no podía entenderse o aceptarse en la era pre-freudiana". ¿No sugiere esto que la conciencia humana evoluciona a lo largo de la historia, y que el mensaje desde la eternidad que es Un Curso de Milagros depende en cierta manera de esa evolución?

Respuesta: Mientras sigamos creyendo que estamos en el tiempo, seguiremos necesitando usar los símbolos del tiempo, tanto para ayudarnos a entender las relaciones (que en realidad no son temporalmente lineales, sino que desde nuestra perspectiva parecen desplegarse en cierta secuencia lógica a lo largo del tiempo), como para comunicarnos con los demás, quienes todavía no entienden y ni siquiera cuestionan la realidad del tiempo y del espacio (L.184.9). Pero sería un error dar a las explicaciones basadas en el tiempo una mayor realidad que la que le damos a cualquier otro aspecto del sistema de pensamiento del ego. El tiempo es un ilusorio filtro conceptual a través del cual procesamos cambios en nuestra comprensión de lo que sucede en la mente que está fuera del tiempo y del espacio, mientras todavía queremos creer que el mundo y nuestros seres individuales son reales.

Si tenemos en cuenta que en realidad no existe el tiempo lineal y que todas las cosas que pueden suceder en el mundo del tiempo y del espacio existen todas simultáneamente en la mente como experiencia potencial que ya está terminada (T.26.V.3), entonces podemos empezar a entender que no puede haber una verdadera relación causal entre los acontecimientos "en el tiempo". Si consideramos la mente como holográfica, entonces cualquier momento del tiempo representa simplemente la totalidad de los pensamientos que estamos eligiendo permitir dentro de nuestra conciencia en ese momento dado. Y cada momento del tiempo tal como nuestra mente egoica lo ha configurado parece contener recuerdos de lo que ha sucedido antes, una experiencia de lo que está sucediendo ahora, y pensamientos y cavilaciones acerca de lo que podría suceder en el futuro. Pero estas distinciones son simplemente trucos de la mente egoica para hacer que el pecado, la culpa y el miedo parezcan tener una realidad multidimensional como pasado, presente y futuro (el audio de Ken Wapnick "From Time to Timelessness" ((Desde el tiempo hasta la intemporalidad)) explica detalladamente esta traducción entre los conceptos de la mente egoica hasta la aparentemente externa realidad del mundo del tiempo y del espacio). Pues el pecado se basa en la creencia en un pasado que ya ha terminado, que está teniendo consecuencias en el presente, con la certeza de un infierno aún peor en el futuro (T.15.I.6). Y sin embargo es sólo la decisión en la mente en el momento presente la que hace que todo esto nos parezca real, y esa es una decisión que con la misma facilidad puede ser deshecha en el presente al preguntar por un Maestro diferente en nuestra mente (T.15.I.8-9).

Volviendo a los temas específicos planteados en tu pregunta a la luz de esta comprensión de la naturaleza holográfica, no-temporal y no-espacial de la mente —hay un momento experimentado en el tiempo que incluye la idea de que hubo un distante pasado en el que Jesús caminaba sobre la tierra, y también la idea de un pasado menos distante en el que Freud elaboró su comprensión de la naturaleza de la mente, incluidas sus defensas de la negación y la proyección. Pero estos acontecimientos no existen en el pasado como antecedentes causales del día presente del Curso, sino que son sólo pensamientos que albergamos en nuestra mente ahora para explicar de una manera menos temible en el tiempo cómo parecemos estar llegando a la comprensión de los principios del perdón que están reflejados en el Curso.

Jesús permanece siempre fuera del tiempo y del espacio, ofreciendo la corrección para el sistema de pensamiento del ego, pero nosotros interponemos filtros conceptuales, incluyendo el tiempo, entre nosotros mismos y su mensaje de puro amor, para mantenernos a una distancia segura de él y su amor. El holograma de la mente bien podría con la misma facilidad/probabilidad contener un pensamiento de un momento presente que incluye un pasado reciente en el que Jesús ha explicado todo lo que necesitamos saber sobre nuestros bloqueos a su amor y en el que nosotros hemos abrazado de buena gana su enseñanza, perdonando a todos nuestros hermanos y aceptando la Expiación para nosotros mismos, sin el pensamiento de un distante pasado con un Jesús crucificado, sin el pensamiento de un pasado más reciente con las brillantes intuiciones de un Sigmund Freud, y sin el pensamiento de un libro llamado Un Curso de Milagros. ¡La salvación no depende de nada de lo que sucede en el tiempo! Sólo depende de nuestra voluntad de mirar y dejar ir los bloqueos a la conciencia de la presencia del amor a los que nos seguimos aferrando en este preciso momento en nuestras mentes. Y las formas en las que podemos elegir experimentar eso sólo reflejan los símbolos que son personalmente más significativos para nosotros justo ahora en nuestro proceso de deshacimiento, y nada más (M.2.3).

El libro de Kenneth Wapnick, Una vasta ilusión, ofrece explicaciones mucho más extensas de la naturaleza y el uso del tiempo, desde la perspectiva de los dos maestros de nuestra mente (el ego y el Espíritu Santo). ((El título completo de ese libro es: A Vast Illusion: Time According to A Course in Miracles [Una vasta ilusión - El tiempo de acuerdo con Un Curso de Milagros], pero a día de hoy no está traducido al español))

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions165.htm#Q848

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-847

¿Es el alma una unidad de Cristo?

P-847: ¿Es el alma una unidad/parte/porción de Cristo?

Respuesta: Un Curso de Milagros no usa el término alma excepto en referencia a la Biblia: «No se usa el término "alma" excepto en citas directas de la Biblia (...). En cualquier caso, sería un equivalente de "espíritu", entendiéndose que, al formar parte del ámbito de Dios, es eterna y nunca nació» (C.1.3.2-3). El Curso usa también el término mente para referirse a la verdadera Identidad del Hijo de Dios. En esta Mente, Dios y Su Hijo, Quien es el Cristo, son uno: «Cristo es el Hijo de Dios que no está en modo alguno separado de Su Padre y cuyos pensamientos son tan amorosos como el Pensamiento de Su Padre, mediante el cual fue creado» (T.11.VIII.9.4).

En el Curso se nos enseña que el sueño de la separación empezó cuando: «Una diminuta y alocada idea [la separación], de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad [la mente eterna], donde todo es uno» (T.27.VIII.6.2). Cuando la idea de la separación es tomada en serio, el Hijo cae dormido y sueña un sueño de separación en el cual parecen haber fragmentos individuales del único Hijo. Esta parte escindida de la mente, que parece tener una existencia separada, podría considerarse "una unidad de Cristo". En realidad Cristo es una totalidad que no puede ser dividida en unidades separadas. Al elegir identificarnos con el pensamiento de la separación, sin embargo, la totalidad de la Identidad de Cristo es "olvidada", pero no se ha roto. Por lo tanto, aunque parte de la mente duerme y sueña que es un cuerpo, hay una parte que recuerda la verdad.

Mientras tanto, cada aparente "unidad" es responsable de reconocer la decisión que toma la mente de seguir dormida cuando elige identificarse con el cuerpo en el sueño de separación. Al enseñarnos que tenemos que pagar un alto precio por esta decisión (perder la conciencia de nuestra verdadera Identidad como Cristo), Jesús nos está motivando para que aprendamos a tomar una decisión diferente. Esto se aprende gradualmente a través de la práctica del perdón, mediante la que aprendemos a ver en cada experiencia del sueño el reflejo de la decisión de la mente de identificarse con la separación (el ego) o con la verdad (el Espíritu Santo).

Cuando se tome la decisión definitiva de identificarnos únicamente con el Espíritu Santo, la separación será olvidada y la plenitud/totalidad de Cristo se recordará. Esto ocurrirá cuando toda ilusión haya sido perdonada y cuando se haya renunciado a toda creencia de que hay algo fuera de la unidad. Con este despertar el sueño finalizará, y la plenitud/totalidad de Cristo será restaurada a la conciencia ((awareness: o sea, que volveremos a ser conscientes, como Uno, de la plenitud del Cristo/Uno)).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions165.htm#Q847

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-833

¿Es de ayuda la meditación para el estudio del Curso?

P-833: He empezado las lecciones de Un Curso de Milagros. Mi pregunta es: ¿es bueno hacer algún tipo de meditación durante este tiempo en el que estoy haciendo el Curso? La semana pasada fui a un grupo de meditación y desde entonces tengo dolor de espalda, como si tuviera un cuchillo ahí, dentro de mi cuerpo. ¿Cómo puedo llevarle el dolor al Espíritu Santo, o hay alguna cosa más que deba hacer o no hacer? ¿El Curso me lleva automáticamente al presente para quedarme todo el rato inconsciente (sin-mente)? A veces siento como que algo de fuera de mí —se siente como una energía mala/perjudicial— se interna dentro de mi cuerpo. En esos momentos el miedo aparece siempre en mi mente. ¿Es eso normal? En esos momentos también, me viene a la mente otra persona, a la que quiero culpar de esos ataques. ¿Qué debería hacer en esos momentos para estar tranquilo y practicar el perdón?

Respuesta: Basta con saber que el ego siempre está listo para dar batalla en cualquier momento en que tomemos la decisión de encontrar paz, usando cualquier forma que pueda distraernos de nuestro propósito. Por ejemplo mediante síntomas corporales y dolor, cambios energéticos y miedo, y pensamientos de ira y de culpa, tales como los que experimentaste. Todas estas cosas no son infrecuentes y son reacciones normales en cualquiera que esté todavía identificado con el ego —¡lo que nos incluye prácticamente a todos nosotros! Una vez que reconocemos de dónde deben estar viniendo estas distracciones, lo único que necesitamos hacer a continuación es reconocer que el ego es su fuente y, lo mejor que podamos, no preocuparnos demasiado por las formas de sus diversos ataques. Simplemente tenemos miedo de la paz y no va a ser útil que tratemos de luchar contra nosotros mismos, pues eso lo único que hace es darle poder a nuestro ego. Y el propósito del Curso es ayudarnos a aprender cómo retirarle ese poder al ego —ya que de por sí no tiene ninguno (por ejemplo T.4.IV.8.9; T.7.VIII.4.6; T.8.I.2.1).

En cuanto a practicar meditación mientras estás haciendo las lecciones del Libro de ejercicios, no hay nada malo en hacerlo si te resulta útil. Pero tampoco hay necesidad de ninguna práctica de meditación concreta aparte de los ejercicios semejantes a la meditación que se presentan en las propias lecciones del Libro de ejercicios. La práctica del Curso es el perdón —desprendernos de los juicios en el contexto de nuestras relaciones— y no la meditación (T.18.VII.4.9-11; 5.1-3). Los ejercicios "tipo-meditación" del Libro de ejercicios se ofrecen simplemente para ayudarnos a volvernos más conscientes de los dos tipos diferentes de contenidos presentes en nuestras mentes —el del ego y el del Espíritu Santo— para que consigamos tener más claro entre qué exactamente está el Curso invitándonos a elegir a medida que aprendemos a practicar el perdón (L.introd.3.1; 4.1).

El Curso en sí no hace nada automáticamente por nosotros —tampoco Jesús o el Espíritu Santo hacen nada. Todos ellos son símbolos que nos recuerdan la única decisión que nosotros podemos tomar para liberarnos del egoico pasado y llevar nuestra mente a la paz del instante presente (T.5.II.7.1-7). Este estado presente, por cierto, no sería llamado inconsciencia (sin-mente) en el Curso, pues el término "mente" tiene un significado diferente en el Curso que en otras enseñanzas espirituales que equiparan el ego con la mente finita y su constante charla ociosa ((Nota: para que se entienda la alusión a la mente, he añadido entre paréntesis "sin-mente" tanto en la frase anterior como en la pregunta inicial, tras las palabras "inconsciente" [en la pregunta] e "inconsciencia" [en este párrafo], pues en inglés pone "mindless" (inconsciente) y "mindlessness" (inconsciencia), y en nuestro idioma no se ve el "mind" (mente; a veces conciencia) de las palabras en inglés. Como además, en el lenguaje del Curso, "mente" no es lo mismo que "conciencia", lo mejor ha sido añadir esos paréntesis añadiendo "sin-mente" para que entendamos que luego se hable de la mente en la explicación que ha seguido y que aún sigue)). El Curso, por el contrario, utiliza el término "mente" (con "m" minúscula, puesto que "Mente" con "M" mayuscula se refiere a Dios o Cristo [C.1.1.2]) para referirse a todas las capacidades de la mente dividida, incluyendo la conciencia ((consciousness)), la percepción, y el tomador-de-decisiones o elección (T.3.IV.2). Desde la perspectiva del Curso, somos inconscientes ((sin-mente, mindless)) cuando estamos identificados con el ego, pues creemos que todos nuestros problemas provienen de nuestro cuerpo y del mundo que nos rodea, en vez de provenir de nuestra decisión en nuestra mente de identificarnos con el ego. Así que olvidamos que tenemos y somos una mente que tiene la posibilidad de elegir cómo mirar nuestras experiencias y empezar a elegir contra las percepciones falsas del ego en nuestra mente errada, permitiendo que tales percepciones sean reemplazadas en nuestra conciencia por las amables y curativas percepciones del Espíritu Santo en nuestra mente recta.

Así que sé amable contigo mismo a medida que procedes con tu estudio y práctica del Curso. El proceso puede ser muy simple, además de amoroso/suave, si no tratamos de forzar nada y simplemente aprendemos a dar un paso atrás y observar las bobadas de nuestro ego a medida que trata de convencernos de que sigamos tomando con seriedad nuestras vidas y a nosotros mismos. Conforme seamos capaces de desenganchar nuestra mente de las interminables manipulaciones y esfuerzos del ego, acabaremos sonriendo más veces (L.155.1.1-3), aunque sólo sea en nuestras mentes.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions161.htm#Q833

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html