martes, 2 de agosto de 2016

Facimoutreach P-915

¿El perdón me hará menos propenso a experimentar dolor y fatiga?

P-915: Soy albañil, y practicar el proceso del perdón mientras trabajo me ha ayudado mucho a librarme de gran parte del dolor y de la frustración en mi trabajo. De hecho, puedo ir a trabajar y en vez de sentir que tengo que "atacar" el día agresivamente y luchar con mi trabajo y con los materiales, ahora el trabajo simplemente se hace con tranquilidad y dando un paso cada vez, y me siento muy agradecido por este importante cambio. Sin embargo, otro problema que mi actividad frecuentemente me causa es dolor físico, hambre y fatiga. Así que me pregunto en qué medida podría ayudarme el perdón con esto. El dolor, el hambre y la necesidad de descansar y de dormir parecen subproductos normales de mi actividad, pero si todo lo de aquí es un reflejo de lo que está en la mente, y si todas las necesidades y reacciones corporales son la manifestación de la culpa en algún nivel, entonces supongo que debería ser capaz de hacer algo con respecto a ellas. ¿Estoy siguiendo la pista equivocada? 

Si considero estos síntomas físicos como otras manifestaciones de la culpa ontológica, entonces es concebible que pueda permitirme aún más paz en mi actividad diaria, tanto si se traduce en cambios físicos como si no, ¿no es así? ¿Y estoy en lo cierto al suponer que "cualquier" reacción en mí que sea mental, emocional o física es un signo de culpa y una petición de perdón, ya que en el mundo real ya no hay más reacciones como esas porque ya no hay ningún "yo" real? Si es así, eso me daría mucho más en lo que trabajar cuando esté en mis tareas de construcción. 

Y otra pequeña pregunta adicional: en mi trabajo contacto raras veces con otras personas porque trabajo solo y vivo en un lugar aislado (apartado) del país. Así que me pregunto si puedo completar el proceso del perdón, ya que se supone que tenemos que encontrarnos con los demás, y eso simplemente es algo que no está sucediendo en mi vida. Me gustaría que sucediera, y me gustaría estar con personas, pero sencillamente no es así como están yendo las cosas por el momento. Sin embargo el perdón puede completarse porque todas las mentes están unidas, ¿no?

Respuesta: Dondequiera que parezcas estar, esa es tu aula, y ten por seguro que tus lecciones surgirán. Así que tu situación particular, a pesar del aislamiento físico de los demás, sigue ofreciéndote las oportunidades para practicar el perdón, tal como has supuesto. El dolor físico es efectivamente una indicación de que en la mente sigue habiendo un pensamiento de culpa sin sanar que está siendo proyectado, así que tu sugerencia de que podrías usar tales síntomas como un recordatorio para mirar dentro es una buena idea. Y el objetivo y el foco de tu práctica, desde la perspectiva de Un Curso de Milagros, sería soltar la culpa, y no aliviar el dolor corporal —aunque eso ciertamente puede ser un efecto secundario del perdón.

Las reacciones "normales" del cuerpo, como el hambre y la fatiga, simplemente indican que todavía estás identificado con el cuerpo, lo cual va ser el caso para cada uno de nosotros hasta muy al final de nuestro proceso individual de Expiación. Del mismo modo, si ves que crees estar mirándote a ti mismo en un espejo, aún debes estar creyendo que necesitas una defensa contra la culpa de tu mente. Así que puede ser útil recordar que el cuerpo, una vez que ya lo hemos hecho real en nuestra experiencia, se convierte en algo completamente neutral (L.294). Y todas sus funciones normales, como por ejemplo comer y dormir, son simplemente limitaciones que en general parecen acompañar a esa experiencia corporal.

Lo que determina el significado del cuerpo es el propósito que le damos (T.26.VIII.3.7), y ese puede ser un fructífero enfoque adicional para tu atención. En concreto, ¿cómo te ves a ti mismo en relación a los demás? No es necesario que sus cuerpos estén presentes para que tengas "encuentros" con tus hermanos en tu mente —que es donde realmente ocurren todos los encuentros, con sus consecuentes lecciones de perdón. Durante todo ese tiempo que estás a solas contigo mismo, ¿dedicas algo de ese tiempo a pensar sobre las demás personas de tu vida —familia, amigos, conocidos— del pasado o del presente? ¿Y cuál es la naturaleza de esos pensamientos? ¿Hay todavía resentimientos, irritaciones, enfados, etc., en relación con las personas que te vienen a la mente? ¿Hay sentimientos de amor especial con determinadas personas? Todo esto son proyecciones de tu propia culpa, y por lo tanto oportunidades de mirar dentro una vez más y reconocer y soltar la culpa enterrada/escondida.

Tu voluntad de usar todo lo que tu ego te presente (¡lo cual siempre se presenta por tu propia decisión!) es lo único que Jesús nos pide a cualquiera de nosotros. Tal como señalas, cada una de tus reacciones, en cualquier nivel, te ofrece otra oportunidad para elegir de nuevo. Un pasaje del Libro de ejercicios describe con mucha claridad el tipo de cambio al que estás aludiendo, el cual se volverá permanente sólo al final de nuestro viaje de regreso al hogar, aunque habrá destellos/vislumbres y luego períodos más largos de tiempo en los que esto será nuestra experiencia, en esos momentos en los que hemos suspendido todos los pensamientos de juicio y de ataque:

«Ahora el cuerpo está sano porque la fuente de la enfermedad [la mente] está dispuesta a recibir alivio. Y reconocerás que practicaste bien por lo siguiente: el cuerpo no sentirá nada en absoluto. Si has tenido éxito, no habrá sensación alguna de enfermedad o de bienestar, de dolor o de placer. La mente no responderá en absoluto a lo que el cuerpo haga. Lo único que se conserva es su utilidad y nada más.

Tal vez no te des cuenta de que esto elimina los límites que le habías impuesto al cuerpo como resultado de los propósitos que le habías adjudicado. A medida que estos se dejan a un lado, el cuerpo tendrá suficiente fuerza para servir a cualquier propósito que sea verdaderamente útil. La salud del cuerpo queda plenamente garantizada porque ya no se ve limitado por el tiempo, por el clima o la fatiga, por lo que come o bebe, ni por ninguna de las leyes a que antes lo sometías. No tienes que hacer nada para que esté bien, pues la enfermedad es ahora imposible» (L.136.17-18).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions183.htm#Q915

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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