jueves, 4 de agosto de 2016

Facimoutreach P-928

¿Cómo puedo evitar juzgar y condenar a los gobiernos corruptos?

P-928: Desde hace unos 3 años he estado obsesionado con la corrupción de nuestro gobierno y con la pobreza, el terrorismo, la guerra, etc. que Estados Unidos ha causado. Esta obsesión me ha llevado incluso a tener algunos problemas de salud. Encuentro algo de consuelo al escribir sobre esto y al debatir este tema con ciertas personas. Siento como que quizás estoy consiguiendo algún beneficio. Un Curso de Milagros nos enseña a que miremos lo que hemos hecho con una sonrisa que diga que estos pensamientos no tienen ningún efecto en lo que soy, y «El perdón (...) es tranquilo y sosegado, y no hace nada» (L.PII.Preg1.4.1). Ken también ha dicho que un estudiante del Curso podría muy bien estar involucrado en una situación, como por ejemplo una guerra, y aun así seguir practicando la enseñanza del Curso. El asunto principal es a qué maestro estamos eligiendo. Creo que vuestra respuesta a la pregunta P-873 aborda este tema, pero de verdad que es frustrante.

Respuesta: Las preguntas P-509* y P-869 también son útiles con respecto a estos temas. Seremos breves al responderte, simplemente con el fin de no repetir nuestros comentarios anteriores. Se trata sin duda de una lección difícil, tal vez la más difícil de todas. Aplicar el Curso implica ser capaz de ver la corrupción y la deshonestidad, etc., y ser capaz de estar en desacuerdo con quienes llevan a cabo esas políticas, aunque reconociendo al mismo tiempo que estos líderes son parte de la misma Filiación de la que tú y todos los demás forman parte. Extender la compasión hacia las "víctimas" de la injusticia y no hacia los "agresores" es consentir la versión del ego de la compasión y de la justicia. Y el resultado inevitable de eso será siempre el conflicto, la culpa y la infelicidad. La exclusión nos cuesta muy cara desde el punto de vista de nuestra paz mental, porque excluir es una negación de la verdad y de la realidad. El Amor de Dios es todo-abarcador, y por lo tanto, como un reflejo de este Amor, Jesús envuelve a todos en su amor, sin hacer excepciones. Él nos pide que hagamos lo mismo, para que finalmente sepamos quiénes somos como el Hijo de Dios: «Ven, por lo tanto, a mí, y descubre la verdad que mora en ti. La mente que tú y yo compartimos la compartimos con todos nuestros hermanos, y a medida que los vemos tal como verdaderamente son, ellos se curan. (...) Sólo puedes apreciar a la Filiación como una sola. Esto es parte de la ley que rige a la creación y, por lo tanto, gobierna todo pensamiento» (T.7.V.11.1-2,7-8). Este es también el tema central del reciente libro de Ken, El Arco del Perdón, donde dice: "Si piensas en Jesús como amor e inocencia totales, en quien brilla el resplandor de la luz de Cristo, tienes que estar dispuesto a compartir el mismo pensamiento con los que parecen encarnar la maldad, la oscuridad y el pecado del ego. Si la luz de Cristo no brilla en todos, no brilla en ninguno" (pág. 24; este es también el tema de una colección de audios y del artículo de septiembre de 2004 de la revista The Lighthouse, ambos titulados "El Arco del Perdón").

El único modo de hacer esto es tratar de elevarse por encima del campo de batalla por un instante, más allá de la percepción de víctimas y de agresores (T.23.IV). Entonces verás que todos comparten la misma agonía de sentirse huérfanos y con la sensación de estar atascados, varados sin esperanza en un lugar que no es nuestro hogar. Este es el contenido que hay en la mente de todos, de los gobernantes y líderes militares, de los denominados malvados, de los aparentemente oprimidos y de todos los demás. El recuerdo de nuestro glorioso Ser como Cristo está también en cada mente, pero seguirá oculto mientras sigamos manteniendo la decisión de condenar o excluir aunque sólo sea a una sola persona. Ahí radica la importancia, para el ego, de tener enemigos —así nos mantenemos aparte los unos de los otros, y nos mantenemos también separados de nuestras mentes, donde veríamos tanto el dolor que compartimos como el recuerdo del amor que nos une a todos como el único Hijo de Dios. La ira y las acusaciones, por tanto, son muy intencionales —son los efectos de nuestra decisión de permanecer en un estado de separación, pero tiene que parecer que es obra de algún otro: los líderes corruptos e incompetentes; la ciudadanía indiferente y egoísta; etc.

Jesús nos invita a que veamos el precio que estamos pagando al aferrarnos a la ira que sentimos que está tan justificada, y luego en algún momento nos preguntemos si vale la pena. Él nos asegura que atacar a otros por medio de nuestra repulsa/condenación no es algo pecaminoso; pero es una locura, y aún más importante: no es realmente nuestra voluntad (T.23.IV.3.3; 4.6). El ego trata de convencernos de que podemos sentir que está justificado atacar a otros sin que eso nos haga daño a nosotros mismos: «Pues la doctrina fundamental del ego es que te escapas de aquello que les haces a otros. El ego no le desea el bien a nadie. No obstante, su supervivencia depende de que tú creas que estás exento de sus malas intenciones. Te dice, por lo tanto, que si accedes a ser su anfitrión, te permitirá proyectar su ira fuera y, de este modo, te protegerá. (...) [que] cuanta más ira descargues fuera de ti mismo, más a salvo te encontrarás» (T.15.VII.4.2-6).

Por lo tanto, Jesús nos pide que observemos con él este contenido en nuestras mentes, para que reconozcamos el sistema de pensamiento con el que hemos elegido identificarnos y entonces, honestamente, evaluemos su valor a la luz del sistema de pensamiento del perdón que él nos ofrece. ¿Por qué le íbamos a negar nuestro perdón ni siquiera a una sola persona, una vez que nos hemos dado cuenta de que al negar el perdón estamos excluyéndonos a nosotros mismos de la experiencia del amor y la paz del Cielo? Esa es la pregunta que Jesús quiere que mantengamos en primer plano en nuestra mente, junto con su garantía de que no podemos ahuyentarle de ninguna manera, ni siquiera si seguimos aferrándonos a nuestra ira y a nuestros resentimientos. Su amor por nosotros no puede ser afectado por nuestra decisión en favor de la locura.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions186.htm#Q928

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios actualmente cerrados. Si quieres comentar algo podrías inscribirte en el foro 'Concordia y Plenitud' mientras siga abierto:

http://concordiayplenitud.foroactivo.com/

Saludos :-)

☼☼☼

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.