jueves, 4 de agosto de 2016

Facimoutreach P-929

¿Cuáles exactamente son las amenazas de las que el ego es consciente?

P-929: Un Curso de Milagros afirma que el ego «no ve la diferencia que hay entre los impulsos milagrosos y las extrañas creencias egoicas que él mismo ha inventado [y que] no hace distinciones entre estos dos tipos de amenaza tan diferentes» (T.9.VIII.3.1-2). Sé que esto se dice al comparar la grandeza con la grandiosidad y en el contexto de que el ego es consciente de algo más, algo diferente, mayor que él, "ahí fuera" (o, en realidad, "ahí dentro"). Pero estamos confusos sobre cuáles puedan ser en realidad las extrañas creencias propias (¿no de fuera de sí mismo?) del ego. ¿Es exacto decir que el ego es continuamente consciente de esta "otra" presencia? Sabemos que él no es consciente del Espíritu Santo (la Voz en favor de Dios) per se, ¿entonces seríamos nosotros como el tomador de decisiones? ¿Exactamente cuáles son los dos tipos de amenaza? ((Una parte de esta cuestión [la de percibir los impulsos milagrosos o al Espíritu Santo como una amenaza, a pesar de que el ego es incapaz de percibir al Espíritu Santo en sí] está relacionada con alguno de los comentarios de la pregunta P-763))

Respuesta: Los impulsos milagrosos provienen evidentemente de la mente recta, bajo la guía del Espíritu Santo, y su propósito es deshacer nuestra creencia en el ego. Es evidente por qué el ego percibe tales impulsos como una amenaza, a pesar de que en realidad él no puede entenderlos. Las extrañas creencias egoicas, por el contrario, tienen su origen en el sistema de pensamiento del ego, pero representan los pensamientos escindidos del ego, por los cuales él no quiere asumir responsabilidad y por lo tanto son negados por el ego, lo que incluye los pensamientos de ataque, culpa, debilidad y limitación, los cuales, aunque son invenciones del ego, tienen que ser vistos como externos a sí mismo para que funcionen como defensa. Así que los pensamientos de venganza y destrucción atribuidos a fuerzas externas a sí mismo, irónicamente desencadenan para el ego una especie de sensación de amenaza, a pesar de que, paradójicamente, forman parte del esquema del ego para su autopreservación. Y son estas amenazas, al igual que el miedo a lo desconocido representado por los impulsos milagrosos, las que incitan al ego en sus exagerados y auto-hinchados delirios de grandiosidad. ((Es decir, el ego anda siempre preocupado y con miedo, ya sea por los impulsos milagrosos o por las propias creencias del ego, por ejemplo se imagina que va a ser traicionado o que está siendo perjudicado por otros, por ejemplo por un vecino "molesto" o por los "gobernantes corruptos" o sintiendo de manera vaga e imprecisa que "alguien podría robarme, traicionarme o perjudicarme, o bien algo malo podría sucederme en la vida", sin darse cuenta de que simplemente está negando y proyectando sus propios pensamientos de ataque y miedo, viéndolos como fuera de él en vez de en su propia mente; sin saberlo, el ego se asusta de sí mismo, y al tener miedo reacciona atacando, ya sea de manera directa o de forma disimulada))

Hay una explicación muy simple para la percepción y reacción que tiene el ego cuando considera como iguales ambos tipos de amenaza. El ego es muy sencillamente un pensamiento de ataque, y por lo tanto su única reacción a cualquier cosa que perciba fuera de sí mismo —real o imaginaria— tiene que ser atacar, ya sea ahora o más tarde (T.9.VIII.3.4-6). El ataque puede ser tanto directo (odio especial) como indirecto (amor especial), pero atacar es lo único que el ego sabe hacer. Con el amor especial, utilizado cuando parece que el equilibrio de fuerzas está claramente en contra, el ataque puede que quede disfrazado, pero a pesar de todo, el contenido sigue siendo únicamente ataque. Así que el ego no distingue, ni puede distinguir, cuál es el contenido de cualquier pensamiento al que ataca. Al igual que el juicio del Espíritu Santo lo ve todo como extensiones de amor o como peticiones de amor, respondiendo sólo con amor (T.12.I.3), el ego también, independientemente de la naturaleza del contenido que encuentre, lo ve todo únicamente como una amenaza a su continuada existencia y responde a todo únicamente con odio y ataque.

Por lo tanto, para el ego, el enemigo es tanto el pensamiento de mentalidad recta que refleja lo que somos en nuestra naturaleza ilimitada —la grandeza de nuestro verdadero Ser— como también cualquier pensamiento basado en el ego, incluido el cuerpo, que desafíe o socave la imaginaria "autonomía" y "supremacía" del ego. Irónicamente, como ya se ha señalado, los otros pensamientos egoicos que el ego ataca son simplemente partes escindidas o fragmentadas de sí mismo, pero el ego sólo es capaz de percibir amenazas en cualquier cosa que vea como si estuviera fuera de sí mismo (T.4.V.2-3).

Una tercera fuente que el ego percibe como amenaza, tal como has observado, es el poder de nuestra mente para elegir entre esos pensamientos de mentalidad-recta y los de mentalidad-errada, pues por mucho que el ego pueda odiarnos, él depende del poder de nuestra mente para elegir que su existencia continúe (T.6.IV.4.1-2; T.7.VI.3).

Así que podemos decir de manera inequívoca que «el ego es literalmente un pensamiento atemorizante» (T.5.V.3.7) ((en este caso se podría decir: "el ego es literalmente un pensamiento temeroso, o de miedo, de temor", ya que "fearful" significa tanto "atemorizante" como "temeroso", y en el contexto de esta explicación cuadra mejor "temeroso")). Mientras sigamos identificados con el ego, sólo podemos oscilar entre las diversas formas de miedo y ataque, o entre la sospecha/suspicacia (recelo, desconfianza) y la perversidad/crueldad (T.9.VII.3.4-10). Si pudiéramos mirar muy honestamente todas nuestras reacciones a todo lo que nos rodea cuando estamos en nuestra mentalidad-errada, reconoceríamos que este es realmente el único contenido que somos capaces de experimentar como ego.

La demencia de las defensas del ego se ve más claramente en los aires arrogantes (la auto-inflación y exageración) de su propia grandiosidad, que es siempre un ataque contra un otro imaginario, como defensa contra la intrínseca sensación de pequeñez y vulnerabilidad que siempre tiene el ego. Hay que responsabilizar al otro por nuestros sentimientos de insuficiencia e ineptitud, en vez de verlos simplemente como el resultado de nuestra decisión inicial por el propio ego.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions186.htm#Q929

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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