domingo, 7 de agosto de 2016

Facimoutreach P-942

¿Tiene algún sentido intentar mejorar el mundo o a uno mismo?

P-942: No entiendo la manera en que Un Curso de Milagros considera el uso del esfuerzo personal para progresar uno mismo o ayudar a otros. Según el Curso, ¿vale la pena que nos esforcemos en algo? Por ejemplo, yo trabajo como voluntario con niños. ¿Es esta una actividad valiosa de hacer? ¿Y qué pasa con la donación de dinero para ayudar a otros que tienen menos que yo? ¿Hacer cosas así es un reflejo de mi culpa? ¿Qué pasa con procurarnos una buena educación? De acuerdo con el Curso, ¿esto sería simplemente mi ego tratando de mejorarse a sí mismo y de conseguir reconocimientos y un mayor salario? Y por último, ¿qué pasa con hacer ejercicio y llevar un estilo de vida saludable? Por mi comprensión del Curso, los intentos de mejorar la salud física servirían únicamente para reafirmar el apego al ego. Entonces, ¿por qué molestarse en intentarlo?

Respuesta: Qué duda cabe de que muchos estudiantes de Un Curso de Milagros se han hecho a sí mismos estas preguntas. Pero es importante recordar que el Curso no es una guía para la conducta. Se ocupa únicamente de lo que nos motiva para que intercambiemos al ego por el Espíritu Santo como nuestro Maestro interno. Por eso Jesús en el Curso nunca dice nada sobre lo que debemos hacer. En vez de eso nos dice que ante cualquier cosa nos preguntemos: «¿Qué propósito tiene esto?» (T.4.V.6.6-9). Él también nos dice que nosotros mismos le damos a todo lo que vemos todo el significado que tiene para nosotros (L.1; L.2). En otras palabras, nada de lo que hay aquí tiene un significado inherente o por sí mismo —las cosas significan cualquier cosa que ellas simbolicen en nuestra mente.

Ahora bien, es cierto que al principio nos quedamos dormidos y soñamos este mundo porque escuchamos al ego. Así que, por una parte, todo lo que hay aquí es un símbolo de nuestra aparente separación y de nuestro aparente triunfo sobre Dios. Por otra parte, una vez que ya estamos teniendo este sueño, podemos elegir reinterpretarlo con el Espíritu Santo como nuestro Guía. Cuando hacemos eso, todo se convierte en un símbolo de perdón, ayudándonos a acercarnos cada vez más al redespertar en el Amor de Dios. Eso es lo que el Curso nos insta a hacer —usar este mundo como un aula en la que aprender el perdón hasta que no lo necesitemos más.

Es muy útil darse cuenta de que el Curso está escrito en dos niveles. En el nivel uno —el nivel de la verdad absoluta— este mundo es un sueño. Pero en el nivel dos —dentro del sueño, donde todos creemos que estamos— este mundo puede ser utilizado como una prisión o como un aula. Y por lo tanto Jesús no quiere que finjamos que creemos que este mundo es una ilusión. Más bien nos recomienda: «Usa todos los nombres y símbolos nimios que caracterizan el mundo de la obscuridad. Mas no los aceptes como tu realidad» (L.184.11.1-2). Eso significa que debemos seguir haciendo todo lo que hacen las personas denominadas normales, pero haciéndolo con un propósito diferente. Si dejáramos de hacer todas las actividades que juzgamos como de mentalidad errada, le estaríamos negando al Espíritu Santo el único ruedo que Él tiene para corregir nuestra manera de pensar. Así que, una vez más, nosotros no cambiamos lo que hacemos, sólo cambiamos nuestra manera de pensar acerca de lo que hacemos.

Preguntaste que si dar dinero a otros y conseguir una buena educación son cosas valiosas desde la perspectiva del Curso. La respuesta es: desde la perspectiva del Curso, lo valioso es extender amor, mientras que proyectar culpa no lo es. Si debes o no participar en una actividad en concreto depende de lo que esa actividad simbolice para ti. Por eso Jesús dice: «El programa de estudios es sumamente individualizado» (M.29.2.6). Si sospechas que estás sintiéndote atraído a hacer algo por motivos erróneos, ese es el momento perfecto para simplemente pedirle al Espíritu Santo que mire ese asunto contigo. Él traerá amor a la situación y entonces sabrás qué hacer.

También preguntaste si tratar de mejorar el cuerpo reafirma el apego al ego. El Curso nos informa de que el «cuerpo es algo completamente neutro» (L.294) y de que negar su existencia es dedicarse a «una forma de negación particularmente inútil» (T.2.IV.3.11). Obviamente, Jesús no quiere que dejemos de cuidar del cuerpo como un camino para dejar atrás al ego. Esto se debe a que negar el cuerpo es simplemente la otra cara de mimarlo. Mientras sigamos identificados con el cuerpo, deberíamos sencillamente darle el cuidado y la atención que requiere, al mismo tiempo que pedimos ayuda para reconocer que no tiene el poder de afectar a nuestra mente.

El hecho de que acabes preguntando que "por qué molestarse en intentarlo", hace que parezca probable que hayas caído en una de las trampas clásicas del ego. Adoptamos al ego como guía porque nos convenció de que de lo contrario seríamos destruidos. Luego llega por ahí el Curso diciéndonos que estaríamos mucho mejor si eligiéramos al Espíritu Santo como nuestro Maestro interno. El ego sabe que si creyéramos ese mensaje se le acabaría la fiesta: el juego del ego habría terminado. Por lo tanto, el ego nos envía una señal de advertencia diciéndonos: "Si aceptas el mensaje de amor y perdón de Jesús, ¡saldrás perdiendo!". El ego no nos dice que lo único que perderemos será nuestro dolor y nuestra culpa, ni tampoco nos dice que ganaremos la paz interior duradera y la verdadera felicidad que siempre hemos querido.

Cuando sientes una punzante o persistente sensación de pérdida o de desesperación en relación a ser un estudiante del Curso, es porque el ego se ha colado para convertirse en tu compañero de estudios. Quédate tranquilo y ten por seguro que nuestro viaje de regreso al Cielo y al interior de los Amorosos Brazos de Dios no se basa en el sacrificio. Y ni Jesús ni el Espíritu Santo nos harán jamás renunciar a algo que realmente queramos.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions189.htm#Q942

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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