miércoles, 10 de agosto de 2016

Facimoutreach P-967

Siento como si el Espíritu Santo me estuviera coaccionando a hacer algo que no quiero

P-967: Se acerca la fecha del encuentro que hacemos quienes íbamos al mismo colegio de secundaria y la idea de ir me está causando una intensa ansiedad. En realidad no quiero ir, pero siento como si el Espíritu Santo estuviera organizando las cosas para que vaya, porque se están alineando las circunstancias de una manera tal que no me va a quedar otra opción que asistir. Supongo que me siento algo presionada o forzada por el Espíritu Santo. ¿Por qué no puede Él enseñarme sin tener que enviarme a una situación en la que voy a sentirme incómoda? ¿Por qué Él no puede decir: "Vale, puesto que no quieres ir, aprenderás la lección que tienes que aprender de otra manera que sea más confortable"?

Respuesta: Tu ira por sentirte empujada a hacer algo que preferirías no hacer es muy comprensible. Pero sentirte coaccionada por el Espíritu Santo proviene de un malentendido básico sobre qué es el Espíritu Santo. Un Curso de Milagros habla del Espíritu Santo y del ego como si fueran entidades independientes (separadas de nosotros) que controlaran nuestros pensamientos. Pero en realidad son dos sistemas de pensamiento mutuamente excluyentes, cada uno de los cuales puede ser reducido a un pensamiento básico.

El ego es el sistema de pensamiento nacido de la creencia de que nuestra separación de Dios ocurrió realmente y es algo muy serio, muy grave. Como resultado, nuestros pensamientos egoicos reflejan siempre la premisa de que destruimos el Cielo, somos muy culpables y merecemos ser castigados. Para la mayoría de nosotros, sucede que el ego dirige el 99'9 % de nuestros pensamientos, ya que casi siempre pensamos que estamos realmente aquí en un cuerpo, dentro del mundo.

El Espíritu Santo, por su parte, es el recuerdo de Dios que trajimos a este sueño, que nos recuerda nuestra verdadera Identidad como el Hijo único de Dios. Más concretamente, el Espíritu Santo es el conocimiento (completamente olvidado por la mayoría de nosotros a nivel consciente) de que nunca nos hemos separado de Dios y por lo tanto de que todavía estamos en el hogar en el Cielo y simplemente que estamos «soñando con el exilio» (T.10.I.2). Todos los pensamientos que siguen a este pensamiento básico reflejan el amor, el perdón y la compasión que la conciencia de nuestra propia inocencia inspira.

En el Curso, Jesús habla del Espíritu Santo como si Él fuera un maestro que hace cosas por nosotros. Pero Jesús está simplemente usando un lenguaje metafórico para ayudarnos a que podamos relacionarnos con más facilidad con el Espíritu Santo. Debido a que nosotros creemos que somos individuos que viven en un mundo de formas, resulta casi imposible para nosotros que podamos relacionarnos con ideas abstractas. Así que Jesús personaliza al Espíritu Santo para nosotros. Él sabe que necesitamos esto para poder conceptualizar o concebir la fuente de los pensamientos de mentalidad-recta que hemos olvidado que podemos elegir.

El Espíritu Santo no puede hacer cosas en este mundo porque no hay mundo ((L.132.6.2)). En última instancia, elegir al Espíritu Santo como nuestro Maestro nos despertará a esa realidad. Pero antes de que eso ocurra, el Espíritu Santo (en otras palabras, nuestra elección del sistema de pensamiento que recuerda el Amor de Dios) reinterpretará todo lo que hacemos aquí, dándole un propósito amoroso. Ese es el motivo por el que el Curso dice que el Espíritu Santo «usa todo para el bien, pero no cree en lo que no es verdad» (T.6.II.10.2).

Como estudiantes del Curso, cuando empezamos a sentirnos víctimas del Espíritu Santo, de Jesús o de su Curso, podemos estar seguros de que el ego se ha hecho cargo de nuestros estudios (una vez más hablando metafóricamente del ego como una entidad). Recuerda que la misión del ego siempre es demostrar que somos víctimas, pero que la culpa es de algún otro. Por ejemplo, si trabajamos, el ego convertirá nuestro trabajo en una oportunidad de albergar resentimientos contra nuestro jefe. Si estamos casados, el ego convertirá nuestro matrimonio en una oportunidad para albergar resentimientos contra nuestro cónyuge. De manera que, ¿por qué iba a ser de otro modo con el estudio del Curso? Debemos esperar que el ego sea aún más chillón si siente que hemos llegado a algo que podría llevarnos a cuestionar su autoridad. Así que el ego nos ve trabajar con este Curso y dice: "Bueno, vale, puedo convertir esto en una victoria para mí. Puedo convertir al Espíritu Santo en simplemente un enemigo más, que trata de decirme lo que debo hacer".

Pero en realidad al Espíritu Santo no le importa lo que hacemos. A Él no le importa si vas a ese encuentro o no. Él sólo se interesa por el amor en tu mente, sea cual sea la decisión que tomes. Igualmente, al ego tampoco le importa si vas o no vas. Él sólo quiere que te sientas desdichada y culpable, tanto si vas a ese encuentro como si te quedas en casa.

Así que antes de decidir si vas o no, pide ayuda al Espíritu Santo para determinar cuál es la opción más amable y más amorosa que podrías elegir hacer en esa situación. Si no asistir a ese encuentro fuera la opción más amable y más amorosa, puedes estar segura de que el Espíritu Santo te ayudará a "aprender la lección que tienes que aprender de otra manera que sea más confortable".

Al final, lo único que podemos hacer es escuchar al Espíritu Santo lo mejor que podamos y no tomarnos las cosas con demasiada seriedad cuando regresemos al ego. Sabemos que hemos estado escuchando al ego cuando pensamos que los asuntos de nuestra vida son serios, y al Espíritu Santo cuando nos damos cuenta de que esos asuntos son sólo tonterías. Y el Espíritu Santo puede ayudarte a cambiar tu manera de pensar sobre ti misma y sobre el mundo por igual, tanto si estás en el encuentro con los antiguos compañeros del colegio como si estás en casa viendo la televisión.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions195.htm#Q967

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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