viernes, 12 de agosto de 2016

Facimoutreach P-977

¿Qué es "la Expiación"; y una persona que la ha logrado es un Maestro Ascendido?

P-977: Soy totalmente nuevo en Un Curso de Milagros. Hasta ahora mi comprensión es que estamos básicamente perdidos y confundidos, vagando por los campos de la ilusión pero sin ser conscientes de ello. Entiendo que el Curso es nuestra guía para salir de estas ilusiones, o más precisamente, una guía para ayudarnos a volvernos conscientes de ellas. ¿Es a eso a lo que el Curso se refiere como la Expiación? Y con la Expiación, ¿podemos experimentar la ilusión a voluntad sin volvernos a confundir y a perder nuevamente? ¿Podemos entrar en la ilusión simplemente para jugar en ella o proporcionar guía a otros? ¿Los individuos capaces de hacer esto serían los Maestros Ascendidos de los que he leído en otros lugares?

Respuesta: Es tentador tratar de entender Un Curso de Milagros relacionándolo con otras enseñanzas espirituales. Pero aunque el lenguaje del Curso puede guardar cierta semejanza con el de otras espiritualidades, sus enseñanzas metafísicas y psicológicas son únicas.

En el Curso, Jesús nos da el siguiente consejo para que entremos en contacto con el Amor de Dios en nuestra mente: «No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia, hayas aprendido con anterioridad» (L.189.7.5) ((L.189.7.4 en la 1ª edición de UCDM en español, pues depende de cómo numeremos la primera frase de ese párrafo: considerarla acabada tras los dos puntos, o más tarde al llegar al primer punto y seguido. Al parecer, esta cita corresponde a L.189.7.4 también en el Curso en inglés, por lo que la errata se cometió al anotar la cita para esta respuesta)). Esta misma declaración (aunque es más bien desafiante) proporciona una excelente guía para abordar el Curso mismo.

Por lo tanto, con el fin de responder a tus preguntas, primero tenemos que echar un breve vistazo a lo que enseña realmente el Curso. Es cierto que, al igual que algunos otros caminos espirituales, el Curso nos dice que la totalidad de nuestra existencia física es una ilusión. El Curso también nos informa de que este mundo proviene de un pensamiento de ataque y por lo tanto no es un lugar agradable. Jesús se refiere a esto como «un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir» (L.PII.Preg13.5.1). Por supuesto que Jesús quiere que sepamos que en realidad no vinimos aquí en absoluto. Pero vinimos aquí en nuestra mente ((es decir: imaginariamente; desde nuestro imaginado punto de vista)) en un esfuerzo por escapar del terror del pensamiento de que podíamos separarnos de Dios y destruir Su Amor.

De manera única ((porque nadie más lo enseña)), el Curso enseña que este mundo fue la respuesta del ego a la conflictiva y aterradora creencia de que habíamos matado a Dios y de que de alguna manera Dios se levantará de nuevo y nos matará como castigo. El ego nos arrulló para dormir con su promesa de que simplemente con que le aceptásemos como nuestro maestro, podríamos expulsar todo recuerdo de Dios de nuestra mente y de ese modo estaríamos a salvo de tal horror.

Pero el Curso enseña, además, que a pesar de los mejores esfuerzos del ego, el recuerdo de Dios y de Su Amor permanece en nuestra mente. Desde la perspectiva del ego, este recuerdo del Amor de Dios es una cosa horrible que, si alguna vez nos acercamos a tal recuerdo, eso será la muerte o final del ego. Y puesto que estamos casi totalmente identificados con nuestros egos, pensamos que el Amor de Dios será nuestro final.

Sin embargo, el Curso nos hace saber que hay otra parte de nuestra mente. Jesús dirige su mensaje a la parte tomadora-de-decisiones de nuestra mente que eligió al ego. Él nos recuerda que hay otro Maestro interno que sigue estando disponible para nosotros —el Espíritu Santo. Y nos informa de que elegir al Espíritu Santo en vez de al ego no producirá nuestra destrucción, sino más bien nuestro gradual despertar y encontrarnos en el hogar en el Cielo, todavía a salvo dentro del Amor de Dios.

El Espíritu Santo representa el recuerdo del Amor de Dios que trajimos con nosotros adentro de este sueño. Si acudimos al Espíritu Santo en busca de ayuda, Él transformará cualquier situación de nuestra vida en un aula en la que aprender el perdón. Él hace esto al recordarnos que no nos hemos separado del Amor de Dios ni de ninguno de nuestros hermanos. A medida que empecemos a conocer esto cada vez más, veremos que todos compartimos el mismo ego atacador (que soñó este mundo de ataques) y los mismos pensamientos amorosos inspirados por el Espíritu Santo. En última instancia, reconoceremos que no hay nada que perdonar porque no estamos separados (ni los unos de los otros, ni de Dios) y que por lo tanto en realidad no ha ocurrido nada. En ese punto sabremos que todo esto es una ilusión.

Esto es a lo que el Curso se refiere como Expiación —el deshacimiento del ego y la curación de la creencia de la separación (facilitada por nuestro girarnos hacia el Espíritu Santo en busca de ayuda).

Muy al final del viaje, despertaremos y sabremos que todo esto fue un sueño. Pero el final del viaje no es asunto nuestro. Nuestra tarea es girarnos hacia el Espíritu Santo y permitirle que transforme nuestra vida en un aula. Al hacer esto nos volveremos más amorosos y menos llenos de ansiedad y dolor. Cada vez más, llegaremos a saber que nuestro cuerpo (físico y psicológico) no es nada más que una idea en la mente que nunca salió de su fuente. A medida que reconozcamos esto, el amor de nuestra mente se extenderá de manera natural a todo lo que encontremos.

La idea de entrar en esta ilusión para jugar no tiene sentido desde la perspectiva de Jesús. Sólo el ego cree que aquí puede haber diversión. A fin de cuentas, si supiéramos que estamos en casa en el Cielo y perfectamente seguros, ¿por qué habríamos de ir en busca de diversión a un mundo que fue hecho para hacer que nos sintamos "yermos (estériles, áridos, desérticos, carentes) y separados" (T.19.I.15.I)?

Asimismo, el Curso no se ocupa del concepto de los Maestros Ascendidos. Nos informa de que en cualquier momento en que estés en sintonía con el Amor del Espíritu Santo en vez de con el ataque del ego, eres un Maestro de Dios. Pero eso no te hace ascendido. Sólo te hace cuerdo (sano) durante todo el tiempo que dure tu pensar de mentalidad-recta.

Básicamente, cualquier persona que piense que él o ella está aquí tiene la misma lección que aprender. Todos queremos desesperadamente saber que la separación nunca ocurrió, que no somos culpables y que sólo estamos «soñando con el exilio, pero siendo perfectamente [capaces] de despertar a la realidad» (T.10.I.2.1).

Alguien como Jesús sería un ejemplo de lo que el Curso llama un Maestro de maestros (M.26.2.2). Jesús parecía estar aquí pero sabía que no lo estaba. Sólo apareció con el fin de servir como un recordatorio de la verdad para el resto de la Filiación. Pero, una vez más, Jesús representa el final del viaje y eso no es un asunto de nuestra incumbencia (más allá de permitirle que nos ayude a modo de guía e inspiración).

El Curso nos ayuda a reconocer que estamos en el comienzo del viaje. Si lo estudiamos sinceramente y con una mente abierta, nos daremos cuenta de que este es un viaje digno de emprenderse y que hay una mano fuerte y amorosa que podemos tomar a lo largo del camino.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions198.htm#Q977

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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