lunes, 30 de octubre de 2017

¿Errata o acierto? Urtext frente a ACIM (T.18.V.1.1): Prepare you... not or now?

En internet he encontrado opiniones (en inglés) sobre qué versión es mejor para la frase T.18.V.1.1:

Urtext: Prepare you not for the undoing of what never was.

Traducción: No te prepares para deshacer lo que nunca tuvo lugar.

ACIM: Prepare you now for the undoing of what never was.

Prepárate ahora para deshacer lo que nunca tuvo lugar. (T.18.V.1.1) (Es la traducción de la versión oficial del Curso en inglés).

El Urtext, como muchos sabéis, es la versión antigua del Curso, cuando aún estaba sin pulir y con mucho material que se debia eliminar, además de quitar las erratas.

ACIM es la versión oficial del Curso, bastante fiable sobre todo a partir de la 2ª edición en inglés (en la que se basó la traducción de la versión española).

Al parecer, en el fondo, ambas variantes de esa cita significan lo mismo si las vemos desde la perspectiva adecuada, en el contexto de otras ideas del Texto, por ejemplo en la sección anterior: T.18.IV.4.3-4 principalmente, también esa sección en general (T.18.IV.1.1-10; 2.1-3,7-8; 4; 5.1-4; 6.4-8, etc) y en la siguiente: T.18.V.1.1-2,5; 2.1-5, etc).

Es decir: no podemos prepararnos por nuestra cuenta (como individuos, desde la mentalidad errada), ya que tener buenas intenciones no es suficiente (T.18.IV.2.1-2), pero sí podemos confiar en nuestra buena voluntad (T.18.IV.2.3) o mentalidad recta, y en ese sentido podemos prepararnos para el deshacimiento de lo ilusorio, es decir, mediante el perdón, que es lo único que tenemos que hacer: nuestro pequeño papel o pequeña dosis de buena voluntad.

Desconozco el mecanismo de esta discrepancia entre el Urtext (o tal vez ACIM en su 1ª edición) y el ACIM de la 2ª y 3ª edición. Puede que lo correcto fuese la palabra "not" y al preparar la siguiente versión de ACIM, se tecleó como "now" inconscientemente. Pero es también posible (y creo que más probable) que este cambio fuese introducido de manera deliberada para corregir la errata de poner "not", previa consulta con las notas taquigráficas de Helen que son la única versión totalmente primigenia del Curso.

En mi caso, ¿qué opción prefiero?

En mi opinión, bien entendidas, ambas formas de expresar esa frase de T.18.V.1.1 son válidas. El mensaje general de esas secciones no se ve afectado por el pequeño matiz según el cual interpretemos esa frase en concreto, pues la idea general que se nos transmite es inequívoca, y ambas interpretaciones de esa frase encajan correctamente con el mensaje general que se nos transmite en esa porción del Texto. De hecho, ambas interpretaciones están expresadas en varias de las demás frases de esas dos secciones (T.18.IV-V), por no hablar del resto del Texto. El mensaje es claro: no podemos solucionar nuestros problemas desde la mentalidad errada (por nuestra cuenta, en el mundo), sino que se solucionan al reconocer que son proyecciones ilusorias con un origen mental igualmente ilusorio y simple de perdonar si volvemos nuestra atención a la mente (desde la perspectiva de la mentalidad recta).

Siendo ambas opciones válidas si se entienden correctamente, deja de ser relevante cuál elijamos. En mi caso prefiero quedarme con la versión oficial del Curso, pues suena muy natural y además encaja bien con lo principal: animarnos a cumplir con nuestra única tarea: el perdón (aceptar la Expiación para uno mismo).

Dejo escrito esta reflexión en el blog por si algún día alguien se encuentra con este debate (que de momento es muy minoritario, casi anecdótico y solo en inglés) sobre esta cita del Curso. Así queda aquí reflejada una opinión en español sobre este tema.

En definitiva, que yo me quedo con la versión actual del Curso:

Prepárate ahora para deshacer lo que nunca tuvo lugar. (T.18.V.1.1)

Si bien no es pecado, ni siquiera erróneo si se le da un sentido de mentalidad recta, elegir la otra opción.

Actualización (septiembre de 2018): Robert Rosenthal, Copresidente de FIP (Fundación para la Paz Interior) ha comentado que aunque ambas versiones de esta cita tienen sentido y son útiles si se las entiende adecuadamente, no obstante en las notas originales de Helen (su cuaderno de taquigrafía donde transcribió los mensajes originales de la Voz) aparece la palabra "not" (no), que luego por error se cambió a "now" (ahora).

Por lo tanto, en futuras reediciones esa cita aparecerá en su versión original, ya que el cambio de "not" a "now" parece que no se debió a una recomendación de edición sugerida por la Voz, sino que fue una simple errata al transcribirlo al URTEXT. En español sería entonces así:

No te prepares para deshacer lo que nunca tuvo lugar. (T.18.V.1.1)

Y siendo ambas válidas, esta es ahora la que prefiero también yo (me quedo con la versión original del cuaderno de notas de Helen, como respeto a Helen como escriba del Curso).

Dejo aquí el comentario de Robert Rosenthal sobre este tema:

Se incluye el descubrimiento (en el Capítulo 18 del Texto) de un error de transcripción en el que la palabra "no" de las notas se cambió inadvertidamente a "ahora" en el Urtext. Básicamente, un error tipográfico. La oración todavía tenía sentido, pero no era realmente congruente con la enseñanza que la rodeaba.

Quien quiera leer el comentario completo de Robert Rosenthal, está en inglés aquí: https://www.amazon.com/gp/customer-reviews/R17ZQ08XNHZIZ1/ref=cm_cr_dp_d_rvw_ttl?ie=UTF8&ASIN=B074TV53C7 (es largo, pero también interesante porque está comentando sobre una de las nuevas versiones del Curso, señalando sus ventajas y desventajas, y como es una reseña interesante he decidido traducirla para el blog, publicada en un nuevo post).Ya está listo: Traducción al español: Reseña del doctor Robert Rosenthal sobre la C&A Edition de Un Curso de Milagros: https://hablemosdeucdm.blogspot.com/2018/09/resena-del-doctor-robert-rosenthal.html

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Es conveniente no apegarnos a las palabras

El desapego es útil no solamente con respecto a los objetos físicos, sino también con respecto a los objetos mentales: las creencias, las emociones, las ideas, los significados de las palabras, etc.

El Curso nos proporciona ejemplos de desapego de las palabras, al dar a una palabra un significado en un contexto y otro significado completamente diferente en otro contexto. De este modo nos entrena para que valoremos los significados sin apegarnos a las palabras.

Por ejemplo:

No se le negó su deseo, sino que se modificó la forma del mismo, de manera que redundase en beneficio de su hermano y de él, y se convirtiese de ese modo en un medio para salvar en vez de para llevar a la perdición. (T.25.VI.5.11)

Aunque el Curso utiliza muchas veces el dúo forma/contenido para referirse con la palabra forma a lo irrelevante (el mundo, el cuerpo, las relaciones especiales) y con la palabra contenido a lo que es realmente relevante (el propósito, la mente), en esta cita se utiliza de manera puntual la palabra "forma" como sinónimo de propósito o contenido. El significado de esa frase es que el Maestro interior no nos quita la relación especial, pero modifica su forma (es decir, cambia su propósito) para que de este modo en vez de seguir siendo una relación especial se convierta en una relación santa.

Por lo tanto, no nos apeguemos a las palabras. Una cosa es la forma de una relación (por ejemplo nuestra profesión, o si estamos casados, etc), y otra cosa es la forma de una relación en el sentido de qué actitud presento en ella: si la utilizo para condenar o para perdonar; para sentirme diferente o para reconocer nuestra inherente igualdad. Si por ejemplo soy maestro y estoy casado, mi relación con mis alumnos es una de las formas en que se despliega mi vida, y mi relación con mi mujer es otra forma diferente en que se despliega mi vida. Un asunto diferente es la forma o manera (actitud mental) en que encaro mis relaciones (puedo usar mi relación con mis alumnos para unificar o para separar, y puedo usar la relación con  mi mujer para unificar o separar). Al Espíritu Santo no le importa si somos maestros, albañiles o parados, ni si estamos casados o solteros. No es eso lo que a Él le importa que cambiemos. Lo que le importa es si utilizamos esos roles para condenar o para perdonar. Eso es todo.

Por lo tanto, no es lo mismo el mundo de la forma que la forma en que trato a los demás. Lo primero es físico, lo segundo mental.

Otro ejemplo del Curso es que suele utilizar las palabras "amor especial" para referirse al ego. Pero en ocasiones no es así. Por ejemplo:

Su odio especial se convirtió en su amor especial. (T.25.VI.6.8)

En este caso, es de las pocas veces que el Curso utiliza la expresión "amor especial" en un sentido positivo. Esa frase se refiere a cuando cambiamos el propósito de nuestra relación, de modo que se transforme y en vez de seguir siendo una relación especial ("odio especial") pase a ser una relación santa (expresada puntualmente como "amor especial" en esta cita en concreto).

Esta misma flexibilidad con respecto al significado de las palabras es útil tenerla en cuenta al leer a otros autores, de cualquier tradición. Como ejemplo final, Kenneth Wapnick suele usar la expresión "uno o el otro" para referirse a la actitud básica del ego (si tú eres culpable, yo soy inocente; si yo consigo esto, tú te quedas sin ello; si yo soy mejor, tú eres peor; etc). Sin embargo, en algunos de sus escritos Ken utiliza esa expresión en un sentido que refleja mentalidad recta: cuando se elige entre el sistema de pensamiento del Espíritu Santo y el del ego. Pues se trata de uno o el otro (en el buen sentido), ya que no se puede elegir a la vez el amor y el miedo, la verdad y las ilusiones. O uno, o lo otro. Y hasta que no elijamos una de las dos opciones de manera inequívoca (y solo una de ellas puede ser elegida inequívocamente porque solo una es real) estaremos oscilando entre el amor y el miedo, entre la paz y las dudas. Mientras no elijamos el Cielo, estaremos en el infierno (no nos aferremos a las palabras aquí tampoco jejeje).

Intuyamos, pues, el sentido de las palabras pero sin aferrarnos a ellas. Las palabras son ilusiones. Señalan algo. Dirijámonos hacia lo que señalan y dejémoslas en paz. Esta flexibilidad, generalizada a todos los ámbitos de nuestra experiencia, facilitará mucho nuestro viaje a casa, nuestro despertar, nuestro reconocimiento de lo que siempre ES.

domingo, 22 de octubre de 2017

El papel de nuestro hermano como camino a la paz

Tema extraído del foro Concordia y Plenitud: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t257-el-papel-de-nuestro-hermano-como-camino-a-la-paz

Pregunta:

Toni y queridos amigos:

Podríais hablarme sobre esta frase de la página 483 del texto que dice: al arca de la paz se entra de dos en dos.

Intuyo y creo que comprendo lo que Jesús nos enseña sobre nuestro hermano, sobre como sin el no podemos entrar en el Reino (aunque nunca lo hayamos abandonado). Jesús, nuestro hermano y yo somos uno, pero si yo me quedase solo en el mundo no tendría hermano con el que compartir y aprender.


Después Jesús vuelve a decir: pues el nuevo mundo en su totalidad descansa en las manos de cada dos seres que entren allí a descansar. Y esto si que no lo entiendo aunque intuyo como en forma de sentimiento a que se refiere. Si puedes explicárselo Toni te lo agradecería mucho.


Un super abrazote queridos amigos


Mi comentario (en ese hilo del foro hay otros comentarios):

Vuestros comentarios van en la misma línea de lo que voy a decir. Pero copiemos primero las citas a la que te refieres, por si algún otro forero quiere releerlas en el futuro:

Al arca de la paz se entra de dos en dos. Sin embargo, el comienzo de otro mundo los acompaña. (T.20.IV.6.5)

No pienses que perdonar a tu hermano os beneficia sólo a vosotros dos. Pues el nuevo mundo en su totalidad descansa en las manos de cada dos seres que entren allí a descansar. (...) No podrías dejar ni a uno solo afuera tal como yo tampoco podría dejarte a ti afuera, y olvidarme así de una parte de mí mismo. (T.20.IV.7.2-3,6)

Y añado otra cita relacionada, sobre la que me preguntaron un par de veces por email:

Hoy sólo se necesitan dos que deseen gozar de felicidad para que se la ofrezcan al mundo entero. (T.30.I.17.1)

"Al arca de la paz se entra de dos en dos" (y las frases similares del Curso) se refiere a Helen y Bill (los dos primeros estudiantes del Curso) y por extensión a todos nosotros, con nuestras respectivas relaciones en este mundo. Tenemos relaciones con las diversas personas de nuestras vidas (estén vivas "físicamente" o no, porque cuando pensamos en ellas, eso es una relación: todas las relaciones son mentales), y además la palabra "persona" podemos entenderla en el sentido más amplio: personas humanas (que es lo que más suele afectarnos porque nos las tomamos más en serio), animales, insectos, plantas, objetos, ideas, creencias, emociones, etc. Todas ellas son oportunidades de perdonar, y son innumerables, pero para simplificar podemos reducirlas a dos: sujeto y objeto: yo y , sea quien sea ese "tú", que en cada momento puede variar.

La aparente oposición dual es siempre un yo-tú, un yo-mundo, o un sujeto-objeto en cualquier manera en que se exprese la duplicidad. Por eso se entra al arca de la paz de dos en dos: es decir, perdonando todo aquello que percibamos: al perdonar todos los objetos, perdonamos simultáneamente al sujeto: yo mismo.

Recordemos que no hay un mundo ahí fuera. Pero mientras sigamos apoyando la creencia de la separación en nuestra mente inconsciente, necesitaremos perdonarnos a nosotros mismos por esa falsa creencia, y la manera de perdonarnos es perdonar el reflejo de esa creencia, pues siempre acaba siendo proyectada sobre la pantalla del mundo. El mundo es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. (T.21.introd.1.5)

Aunque lo que estamos eligiendo en la mente suele ser inconsciente porque lo reprimimos, al mirar el mundo que refleja esa decisión mental podemos saber qué es lo que estamos eligiendo en nuestra mente inconsciente, y así corregir nuestra elección. Al mirar el mundo, es especialmente importante prestar atención a nuestras propias emociones y sensaciones. Lo aparentemente "interno" y "externo" son básicamente lo mismo. Debemos prestar atención a si refleja conflicto o paz. Si es conflicto, es hora de perdonar.

Tenemos que perdonarnos a nosotros mismos, pero como reprimimos nuestro auto-odio y luego lo proyectamos sobre el mundo, el perdón lo efectuamos ahí en el mundo, a medida que vemos reflejado en nuestras relaciones especiales el odio/pecado que en realidad es nuestro (nuestra mente inconsciente se odia porque cree haber cometido el pecado mortal de la separación: haber destruido a Dios). Al perdonar al prójimo retirando nuestras proyecciones sobre él, nos perdonamos a nosotros mismos y encontramos la paz.

No es necesario que tengamos una relación de pareja ni nada parecido. Las interacciones cotidianas son más que suficiente, incluido el recordar a una persona del pasado, o preocuparse por hipotéticos conflictos futuros que nunca llegan a suceder. O por ejemplo, ves en la tele algo que te disgusta, o escuchas por la radio lo que dice un político y te enfadas: eso es una relación, y puedes usarla para perdonar y así entras al arca de la paz "de dos en dos" (entrando juntos: tú y a quien perdones, o lo que perdones).

Incluso si alguien se fuera al desierto o a la soledad de una alta y solitaria montaña, seguiría con sus recuerdos, por no hablar de los insectos, animales, el frío, los microbios (enfermedades), emociones, etc. Todo eso (cualquier cosa que nos moleste) son nuestros hermanos (el reflejo de nosotros mismos) a quienes debemos perdonar si queremos reconocer la paz.

Mientras nos experimentemos como un cuerpo y percibamos un mundo externo, el camino de salida de esa dualidad será perdonar: retirar nuestras proyecciones y resentimientos, volviendo la mente hacia dentro y aceptando la paz. Mientras sigamos en el proceso de despertar o proceso del perdón, la frase "perdona a tu hermano", o "al arca de la paz se entra de dos en dos", seguirá teniendo vigencia para nosotros. Mientras nos creamos un yo separado, seguiremos necesitando perdonar al mundo, al tú. Y cualquier hermano es nuestro salvador, en el sentido de que nos da la oportunidad de tomar conciencia de nuestros resentimientos, de nuestra insistencia en seguir manteniendo la dualidad (este es el papel que tiene nuestro hermano en nuestro camino a la paz y por eso el Curso dice que nuestro hermano es nuestro salvador: porque nos ayuda a detectar nuestras proyecciones y así perdonarlas y despertar a la verdad). Al aprovechar estos encuentros cotidianos para perdonar, convertimos a nuestro hermano en nuestro salvador, caminando junto con él hacia la paz a medida que retiramos de él nuestras proyecciones. Así, al arca de la paz se entra de dos en dos. Si yo perdono, ambos nos salvamos, todo el mundo queda salvado junto conmigo. Esto no implica que necesariamente la otra persona (o el resto del mundo) acepte inmediatamente también el perdón, pero están salvados porque la aceptación de la paz ya ha sido aceptada (en mi mente, y en la mente de todos los iluminados, que es la misma mente que la de todos los demás, pues solo hay una mente). El tiempo lineal es ilusorio. Pero mientras una persona "individual" quiera seguir jugando al conflicto/separación, es como si la semilla de la paz/libertad que ya se ha aceptado para ella, siga escondida hasta que ella misma elija perdonar. Pero en realidad, cuando uno ha perdonado, todos hemos perdonado juntos. Si queremos reconocer que esto es verdad, perdonemos, y veremos cuán cierto es.

Ya estamos salvados. Nuestro Ser ya es Uno. Cuando Jesús (o cualquier iluminado) perdonó, fue nuestra propia mente la que quedó completamente perdonada, pues hay una sola mente. Cuando perdonemos completamente, veremos que esto es así. Y al final del todo, se revela que en realidad nunca hubo necesidad de perdón, pues nunca ha habido separación. Pero mientras no hayamos aceptado la verdad, el perdón es el camino que nos la revelará. Al despejar los obstáculos a la verdad (nuestras creencias erróneas, nuestro deseo de separación), la verdad se revela por sí sola.

Quien quiera leer más, creo que en los siguientes posts hubo comentarios relacionados con este mismo tema:

Solo se necesitan dos... (T.30.I.17) Al arca de la paz se entra de dos en dos (T.20.IV.6:5) ¿Quiénes son esos dos?: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2017/11/solo-se-necesitan-dos-t30i17-al-arca-de.html

¿Existe o no existe nuestro hermano?: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2016/10/existe-o-no-existe-nuestro-hermano.html

Perdonando a tu hermano: http://jugandoalegremente.blogspot.com/2012/05/perdonando-tu-hermano.html

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viernes, 13 de octubre de 2017

Comentando un par de citas del capítulo 21 del Texto

En la primera cita que vamos a ver, de la sección T.21.VII (La última pregunta que queda por contestar), se plantean 4 preguntas, siendo la última de ellas la que marca la diferencia, según explica el Curso. Veamos el enunciado principal de esa cita:

Pero deja que se haga a sí mismo las siguientes preguntas con respecto a las cuales tiene que tomar una decisión, para que esto se lleve a cabo por él: 

¿Deseo un mundo en el que gobierno yo en lugar de uno que me gobierna a mí? 
¿Deseo un mundo en el que soy poderoso en lugar de uno en el que soy impotente? 
¿Deseo un mundo en el que no tengo enemigos y no puedo pecar? 
¿Y quiero ver aquello que negué porque es la verdad?

Tal vez ya hayas contestado las tres primeras preguntas, pero todavía no has contestado la última. Pues ésta aún parece temible y distinta de las demás. Mas la razón te aseguraría que todas ellas son la misma. (T.21.VII.5.10-14; 6.1-3)

Es reseñable que en las 3 primeras preguntas se menciona el mundo. Además, se utiliza un verbo más brumoso: desear (en inglés desire) mientras que en la última pregunta se utiliza el verbo querer (en inglés want; en la traducción oficial se tradujo también como desear, pero aquí he preferido traducirlo por querer, para mantener el mismo matiz que en inglés). La última pregunta puede expresarse también así:

¿Es esto lo que quiero ver? ¿Es esto lo que quiero? (T.21.VII.8.4-5) (en la palabra final, de nuevo, he cambiado "deseo" por "quiero" para reflejar en la traducción la palabra inglesa "want", en lugar del "desire" que se utiliza en las otras 3 preguntas).

En el resto de esa sección se explica la importancia de estas preguntas, sobre todo de la última. Podéis releer esa sección para repasar todos los matices, pero citemos aquí de ejemplo lo siguiente:

¿Por qué es tan importante esta última pregunta? La razón te dirá por qué. Es igual a las otras tres, salvo en lo que respecta al tiempo. Las otras son decisiones que puedes tomar, volverte atrás y luego volverlas a tomar. Pero la verdad es constante, e implica un estado en el que las vacilaciones son imposibles. (T.21.VII.10.1-5)

Comentemos un poco el tema. Las 4 preguntas son en el fondo lo mismo, aunque las 3 primeras tienen un matiz diferente, menos firme. Como hemos visto, las 3 primeras preguntas mencionan el mundo. La cuarta pregunta va más a lo esencial: se refiere a la mente, al propósito: va directa a la causa (la mente), sin centrarse en el efecto (el mundo, que es simplemente el espejo donde podemos ver reflejada la decisión que hemos tomado mentalmente, y así poder cambiarla). Además, las 3 primeras preguntas indican que podemos tener dudas (por eso se utiliza el verbo desear), mientras que en la cuarta pregunta tenemos firmeza (por eso se utiliza el verbo querer). No es exactamente lo mismo querer algo que desearlo. Si quiero por ejemplo que en mi trabajo me suban el sueldo, inmediatamente me pongo manos a la obra, hago cosas útiles, comento algo con el jefe, etc. Pero si simplemente deseo que me lo suban, tal vez se quede en una simple fantasía o idea fugaz con la que no hago nada concreto. Cuando realmente quiero algo, estoy dispuesto a utilizar los medios para lograrlo. Por ejemplo, si quiero despertar de la dualidad, entonces debo estar dispuesto a utilizar el medio de despertar: el perdón.

Cuando el Curso dice que la cuarta pregunta es únicamente diferente con respecto al tiempo, se refiere a que en las 3 primeras preguntas tenemos dudas y no somos firmes: oscilamos demasiado fácilmente entre los sistemas de pensamiento del ego y del Espíritu Santo, pasando de uno al otro constantemente, haciendo constantes zig-zags de uno al otro, impulsados por nuestro antojo en cada momento. Pero cuando finalmente somos firmes en querer despertar, esas oscilaciones disminuyen en gran medida porque estamos dispuestos a usar los medios para lograr nuestro objetivo. Entonces, a lo largo del tiempo, somos mucho más fieles al propósito del perdón. Cada vez nos centramos más en la causa (la mente; deshacer la elección errónea de elegir al ego) en vez de en el efecto (el mundo, el cual vemos ahora simplemente como un espejo para ver reflejado lo que estamos eligiendo en nuestra mente).

Un Curso de Milagros dice de sí mismo:

Éste es un curso acerca de causas, no de efectos. (T.21.VII.7.8)

Por lo tanto, el Curso nos guía para que nos centremos en la mente (la causa, el propósito, lo que realmente queremos, el cambio de decisión), en vez de centrarnos en el cuerpo o en el mundo (el efecto, el comportamiento, los acontecimientos concretos).

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La segunda cita que quería comentar aparece al principio de la sección T.21.V (La función de la razón). Va a ser un comentario breve, pero útil porque a muchos puede que os pase como a mí con esta cita: que nunca tuve ni idea de a qué se refería exactamente, hasta que he leído a Kenneth Wapnick comentar su significado. La copio señalando con letras en negrita la parte que yo no entendía:

Las leyes del tamaño, de la forma y de la luminosidad tendrían validez, quizá, si otras cosas fuesen iguales. Pero no lo son. (T.21.V.1.3-4)

Pero ¿qué cosas son esas? ¿Qué cosas no son iguales? Siempre leí esto sin entenderlo, hasta que he visto que cuando Kenneth Wapnick comenta sobre T.21.V.1-4, dice que a pesar de que la percepción mienta para decir que el mundo y la mente son iguales, en realidad no lo son. Ken no es muy explícito aquí, pero al leer eso deduje que por lo tanto, cuando el Curso habla ahí de "otras cosas" que "fuesen iguales" pero que "no lo son", se refiere a lo que dice Ken: la percepción se centra en el mundo, considerándolo tan esencial como la mente (igual a la mente, si es que incluso no más importante que la mente), pero en realidad no es así: el Curso nos enseña que la mente es la causa, mientras que el mundo es simplemente su efecto. No son iguales, puesto que el mundo está subordinado a la mente; es simplemente su reflejo. Es la mente la que manda, la que parte el bacalao. Por lo tanto es la mente (nuestra elección errónea por el ego) lo único que necesitamos corregir para librarnos de todos nuestros pesares y problemas, todos ellos ilusorios pero que nos parecerán reales mientras no cambiemos internamente de decisión en lo profundo de nuestra mente.

Me pareció un matiz interesante de tener en cuenta a la hora de tratar de entender esta cita.

martes, 10 de octubre de 2017

Vemos lo que queremos ver; elegimos estar en paz o en conflicto

No somos víctimas impotentes ante un mundo externo amenazador. Vemos lo que queremos ver. La percepción es interpretación: selecciona del "mundo externo" los datos que parecen encajar con lo que hemos elegido previamente en el interior de nuestra mente. Primero miramos dentro, elegimos entre la paz o el conflicto/separación, y luego miramos fuera en el mundo y encontramos lo que secretamente esperábamos encontrar: si interiormente elegimos creer en la separación (porque deseamos mantener la ilusoria sensación de individualidad), entonces veremos en el mundo motivos para reforzar nuestra creencia en la separación: veremos ofensas, diferencias, carencias, conflictos, que se nos trata injustamente, somos víctimas, etc. Pero si interiormente elegimos aceptar el principio de la Expiación (que la separación nunca ha ocurrido ni jamás podría ser real), entonces al mirar al mundo veremos expresiones de amor o peticiones de ayuda. Por eso el Curso dice que la proyección da lugar a la percepción: primero miramos dentro y elegimos en qué maestro confiar (en el ego o en el Espíritu Santo), y luego vemos plasmado en el mundo la proyección de esa elección interna. Por eso el Curso dice también que el mundo que vemos es la imagen externa de una condición interna. El mundo no es real (ni siquiera existe aparte de nuestros pensamientos), simplemente es como un espejo indicándonos o reflejándonos lo que estamos eligiendo en lo profundo de nuestra mente inconsciente.

La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por lo tanto, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense (eligiendo interiormente el sistema de pensamiento del ego o el del Espíritu Santo), así percibirá (se sentirá en conflicto o en paz; verá ofensas o peticiones de ayuda). No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo (el efecto), sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él (cambiar la causa). La percepción es un resultado, no una causa. Por eso es por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene sentido (todo obstáculo a la verdad se supera igual, pues no hay una jerarquía de ilusiones: todas son igualmente ilusorias y toda sombra se desvanece igualmente ante la luz; toda ilusión se desvanece cuando decidimos dejar de creer en ella). Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. Nada que se perciba sin ella tiene significado. Y donde no hay significado, hay caos.

La condenación es un juicio que emites acerca de ti mismo, y eso es lo que proyectas sobre el mundo. (...) Éstas son las únicas alternativas que tienes ante ti (la elección interna entre la santidad y la pecaminosidad, entre la unidad o la separatividad). Y lo que veas dará testimonio de tu elección y te permitirá reconocer cuál de ellas elegiste. El mundo que ves tan sólo te muestra cuánta dicha te has permitido ver en ti y aceptar como tuya. Y si ése es su significado, el poder de darle dicha tiene entonces que encontrarse en ti. (T.21.introd.1; 2.1,5-8)

Podemos estar en paz sea lo que sea que parezca ocurrir en el mundo a nuestro alrededor; sea lo que sea que parezca estar ocurriendo con nuestro cuerpo o con otros cuerpos. Estar en paz es una decisión. Si el mundo que vemos nos desconcierta o asusta, o si no estamos en paz por cualquier motivo, recordemos que somos libres en cualquier momento de cambiar nuestra decisión, volvernos hacia dentro y en nuestra mente cambiar el propósito que le hemos dado al mundo, para que en vez de servir para dormirnos, nos sirva para despertar del sueño de conflicto/dualidad.