viernes, 7 de febrero de 2014

No niegues tu experiencia de las ilusiones, pero niega su realidad

Este tema es repetido en varios pasajes de UCDM, tengo localizados 4 de ellos, comencemos citándolos:

El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. Se puede exagerar el valor de sus capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi imposible negar su existencia en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil. En este caso el término "inútil" significa únicamente que no es necesario proteger a la mente negando lo no-mental. Si uno niega este desafortunado aspecto del poder de la mente, está negando también el poder mismo. (T.2.IV.3.8-13) (Pág. 25)

Lo que tú crees, es cierto para ti. En este sentido la separación ha ocurrido, y negarlo sería utilizar incorrectamente la negación. Concentrarse en el error, no obstante, no es más que otro error. El procedimiento correctivo inicial consiste en reconocer temporalmente que hay un problema, mas solo como señal de que tiene que ser corregido de inmediato. Esto da lugar a un estado mental en el que la Expiación puede ser aceptada sin demora. Debe señalarse, no obstante, que, en última instancia, no puede haber transigencia alguna entre lo que lo es todo y lo que no es nada. El tiempo es esencialmente un recurso por medio del cual se puede abandonar toda idea de transigencia al respecto. Este proceso parece ser gradual debido únicamente a que el tiempo en sí comprende intervalos que no existen. (T.2.VII.5.5-12) (Pág. 35)

Negarte a cambiar de mentalidad no conseguiría probar que la separación no ocurrió. El soñador que duda de la realidad de su sueño mientras todavía está soñando no está realmente sanando su mente dividida. Tú sueñas con un ego separado y crees en el mundo que se basa en él. Todo ello te parece muy real. No puedes deshacerlo sin cambiar de mentalidad al respecto. Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios. (T.4.I.4.2-7) (Pág. 59)

No niegues su presencia ni sus terribles resultados. Lo único que se puede negar es su realidad, no sus consecuencias. (T.24.I.2.7-8) (Pág. 560)

No es conveniente que neguemos nuestra experiencia. Ciertamente que la percepción es ilusoria, pero no es práctico negar el hecho de que estamos percibiendo, aunque sepamos que se trata de una apariencia. Negar esto sería la actitud de la avestruz que esconde la cabeza en un hoyo quedando el resto de su cuerpo fuera, creyendo tontamente que así ha solucionado el problema que la atemoriza.

En la dualidad nada es lo que parece. Todo lo percibido es simbólico. Esto quiere decir que no es literalmente cierto sino que hace referencia a otra cosa. Por ejemplo, si discutimos con alguien, la escena corporal de la discusión es un símbolo de un conflicto a un nivel más profundo de la mente, un conflicto que hemos dejado caer al nivel inconsciente: simboliza la creencia en la separación de la Plenitud. Esto produce culpa y miedo, y estos sentimientos son simbolizados en el "mundo físico" (el cual en realidad es mental también) mediante innumerables símbolos: discusiones, problemas, conflictos, guerras, la muerte (tanto la "propia" como la "de otros"), enfermedades, diferencias de intereses, diferencias de cualidades, etc. En realidad, todos esos símbolos son reflejos de ese único problema a nivel de la mente profunda: la creencia en la separación de la Totalidad. Y ese problema no es real, pues se trata de una creencia falsa. Basta con poner el problema en manos del Guía interior (simboliza el puente con nuestro verdadero Ser) y así se desvanecerá, pues no es real.

Todos los símbolos de conflicto son lo mismo. Funciona todo así. Por ejemplo, si nos sentimos enfermos, esto es un símbolo de separación: un intento de reforzar la creencia de que somos un cuerpo (enfermo o sano) y por lo tanto que estamos separados del "resto del mundo". La solución más benigna en este estado de ignorancia/sueño es darnos cuenta de que el símbolo no es real, que simboliza nuestro deseo de separación (a nivel de la mente profunda), y al dejarlo en manos del Guía interior para que lo subsane, este deseo de separación desaparece (como nadie suelta este deseo de golpe, se hace gradualmente en apariencia, como si cada vez que discernimos la ilusoriedad de un símbolo percibido, reconociendo lo que representa y entregándolo al Guía interior, se deshiciera una parte del "iceberg del deseo de separación").

La lección 5 del Libro de ejercicios de UCDM dice: "Nunca estoy disgustado por la razón que creo". Esto es así por lo ya explicado: los conflictos que percibimos que nos disgustan, son símbolos de algo más profundo: la creencia en nuestra mente subconsciente en favor de la separación.

Todo esto está relacionado con algo que podemos llamar "especialismo": creerse especial implica un deseo de separación y el resultado es el conflicto, al creerse uno diferente de cualquier otra cosa. Reconocer la unidad, en cambio, hace que todo sea lo mismo y que el conflicto sea imposible. Si echamos la vista atrás a nuestra vida, o miramos nuestras reacciones en el presente cotidianamente cuando entramos en conflicto, veremos que siempre hay implicado una creencia y apego a la idea de verse uno mismo diferente o especial: considerarse uno mismo como "mejor" o "peor" o de alguna manera "diferente" a "alguien" o a "algo". Mientras se mantenga esta creencia, el conflicto será inevitable en la práctica, y por mucho que sea ilusorio, se experimentará como una molestia de un tipo u otro. Tal molestia/conflicto no debe desanimarnos, pues bien usado nos sirve como recordatorio de que estamos alimentando las creencias erróneas que simbolizan, y mediante este recordatorio, acabaremos por soltarlas.

En la práctica, somos sensatos, permitiendo que el Guía interior nos inspire a cada paso del despertar. Recordemos los pasajes citados al principio de este post. Y entonces, si por ejemplo enfermamos "de gravedad", sepamos que es un símbolo y entreguémoslo al Maestro interior con nuestra buena disposición a reconocer la unidad en lugar de seguir alimentando la falsa creencia en la separación. Y una vez hayamos discernido así, que es lo fundamental, recibiremos la guía apropiada. No negaremos nuestra experiencia (ni nuestra percepción del miedo, ni del dolor, ni del cuerpo aparentemente "lastimado"), simplemente sabremos que eso es irreal y que ya lo hemos entregado al Maestro interior. Y si sentimos la inspiración de ir al médico o tomar X medicina o lo que sea, y si sentimos que no hacer algo aumentaría nuestro miedo, podremos tomar las medidas oportunas en la forma (aunque sepamos que son ilusorias) como un apoyo o "placebo". No cometeremos la confusión que cometieron en el pasado algunos seguidores de por ejemplo la "ciencia cristiana", me refiero a algunos de ellos quienes al parecer se negaban a ir al médico y a tomar medicamentos, bajo la creencia de que como Dios es amor y no creó el mal ni la enfermedad, los males eran irreales y no requerían otro tratamiento que la oración. Hay varias cosas ciertas en esto, pero también un error. Los aciertos: efectivamente Dios, el Ser, es amor. Y no creó el mal, ni la posibilidad de enfermedad, ¡ni siquiera creó cuerpos! Y también es cierto que hay muchos casos de sanaciones mediante la oración, sin necesidad de médicos ni medicinas. Pero en aquellas actitudes se deslizaba un error, que es la confusión a la que apuntan los 4 pasajes de UCDM que cité al principio de este post. Cuando todavía estamos soñando con un mundo dual de enfermedad y males, estamos todavía hasta cierto punto bajo la influencia (en nuestra experiencia percibida) de esa creencia. Y si sentimos miedo, y nuestra mente en el fondo cree que lo único útil sería ir al médico o tomar algún medicamento, pero no lo hace "porque no es real" (por sus creencias), entonces ese miedo aumentará y la apariencia simbólica podría parecer empeorar, incluso con el resultado de "muerte", la cual es otro símbolo o apariencia (no es real y en realidad nadie muere). Lo sensato, por lo tanto, es, primero de todo, discernir ("esto no es lo que parece, pues simboliza el deseo en mi mente inconsciente de creer en la separación de la Plenitud, pero ahora que he reconocido este símbolo, se lo entrego al Maestro interior, pues ya no deseo seguir creyendo en la separación, y Él se ocupará de deshacer ese deseo en la mente inconsciente"). Luego de discernir, si sentimos miedo sin apoyos ilusorios (como ir al médico, tomar medicamentos, recurrir a alguien, etc), usaremos tales apoyos sabiendo que son meros placebos. Pues la enfermedad no es real, pero mientras creamos en la separación, estaremos expuestos a percibir símbolos conflictivos. Y el proceso de sanación/purificación de las creencias falsas de la mente, no se trata solamente de saber a nivel superficial que son símbolos irreales, sino que hay que llegar hasta nuestras creencias inconscientes, y esta purificación a nivel de la mente subconsciente se lleva a cabo mediante nuestra unión con el Maestro interior, Quien, al contrario que la "mente humana", sí "ve" lo que se cuece en la parte inconsciente de la mente. Y si estamos de acuerdo con Él, deshace todos los conflictos en la mente inconsciente. Le entregamos gradualmente los conflictos cada vez que discernimos la ilusoriedad de un símbolo conflictivo y lo dejamos en Sus Manos.

Por lo tanto, lo importante es discernir y entregar al Maestro interior (o sea, en el lenguaje de UCDM: "perdonar"). Si nuestra actitud mental (de perdonar) es correcta, entonces el resto irá bien, tanto si nos sentimos más tranquilos tomando medicamentos o yendo al médico, como si no.

Quienes no van al médico a pesar de sentir que eso sería lo correcto por estar "muertos de miedo", están cometiendo el error de tratar de negar su experiencia. La apariencia de enfermedad, aunque sea ilusoria, no es útil que sea negada mientras uno la está experimentando. Sí negamos que sea real (pues es un mero símbolo que no puede dañar ni lo más mínimo a nuestro verdadero Ser), pero no negamos que estamos percibiendo algo que nos molesta, y poco importa que sea una apariencia irreal: mientras nos moleste, será sensato buscar una liberación del error. Las enseñanzas no duales proponen una liberación "de raíz" del error. Mientras que las curaciones duales se basan en intercambiar una ilusión por otra (y por lo tanto son soluciones temporales y solamente aparentes, pues el conflicto tarde o temprano se vuelve a reproducir aunque sea mediante otro símbolo/disfraz), en cambio el discernimiento no-dual conduce a la solución de raíz, la solución definitiva y para siempre: un proceso que culmina en el completo despertar del sueño de conflicto.

Una vez acabado tal proceso de despertar, podemos llamar a ese punto "iluminación" (la cual puede experimentarse repentinamente, aunque el proceso que conduce a ella aparenta ser gradual), y el iluminado está libre de toda creencia errónea, libre de toda ilusión, y por lo tanto siempre se siente en paz y libre de todo sufrimiento y de todo dolor (con independencia de lo que parezca ocurrir con su cuerpo/circunstancias), y en este reconocimiento de la verdad se sabe que todos están bien, pues nadie ni nada está separado del propio Ser, y al despertar y reconocerse a Sí mismo, se reconoce la misma Gracia en todos.

Pero antes de la iluminación, habrá símbolos conflictivos que nos afectarán en una u otra medida, y no será sensato negar nuestra experiencia, por ilusoria que sea, sino no darle más importancia de la que tiene y aprovecharla como una oportunidad para despertar y reconocer el Ser. El proceso de perdón va en esta dirección. Por lo tanto, si por ejemplo nos duele la cabeza, podemos primero de todo perdonar tal símbolo, y luego nos sentiremos inspirados a lo que sea: tal vez simplemente relajarnos y el dolor desaparecerá si estamos "maduros" para eso, o tal vez seamos guiados a tomar un analgésico como ayuda/placebo. En cualquier caso, si tomamos algún medicamento, no es conveniente hacerlo con sentimientos de culpa o de insatisfacción por haber tenido que recurrir a símbolos irreales. A fin de cuentas, respirar es otro símbolo irreal (es también en cierto modo un placebo pues sólo el cuerpo necesita respirar, y el cuerpo no existe realmente, sólo hay conciencia), pero nadie se niega a respirar. Incluso quienes cometían el error de debido a sus creencias no ir al médico a pesar de que parte de su mente creía que ir al médico sería lo razonable, y ello a veces les conducía a "empeoramientos" en su percepción de su enfermedad, pero sin embargo no se negaban a respirar jejeje... Por lo tanto, nada hay de malo en respirar o en ir al médico u otras ilusiones, son placebos a veces muy útiles, pero lo esencial realmente, es perdonar (discernir y entregar), pues los placebos solamente producen soluciones temporales (a veces ni eso), mientras que el perdón soluciona el problema en su raíz, y no está reñido con el uso de placebos cuando lo sintamos conveniente.

Confiemos en Dios que nos cuida incluso en este absurdo sueño de dualidad. Confiemos en el Amor. Sólo existe este Uno, este Amor, esta Plenitud, que es nuestro propio Ser, inmutable, siempre saludable pues no tiene una forma limitada que pueda enfermar ni deteriorarse ni desgastarse con el tiempo. Nada es ajeno al Ser. El tiempo es irreal. El Ser es lo único real. El Ser ES. Y en Ello, en la Verdad de lo que somos, estamos siempre felices a salvo. Sólo tenemos que despertar. Y el sueño, que se desenvuelve en el tiempo, no es real... Cuando despertamos, reconocemos que todo estuvo siempre bien y que es imposible que nada vaya mal jamás. En la Unidad no hay conflictos. Donde no hay tiempo ni espacio ni forma ni separación, no puede haber conflicto. Lo inmutable es eternamente perfecto y feliz, y Esto es lo que somos.

La Verdad ya ES.

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