viernes, 27 de enero de 2017

Sobre el hacedor y la elección

Este tema surgió de una pregunta de Codorníu en el foro Concordia y plenitud, concretamente en este hilo: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t131-si-la-cabeza-ya-esta-dentro

Copio aquí también el tema:

Hola, Codorníu. ¡Interesante tema! Pero vamos primero a lo que dices al final, ya que en realidad tú mismo has dado en la tecla práctica, en lo realmente fundamental:

codorníu escribió: Yo, por ahora, ante estos atascos intelectuales, confieso que me quedo desconcertado. Entonces me digo: "A ver Codorníu...  dedícate a perdonar cuando pierdas la Paz y punto".
Pero con todo y con eso, no me quedo muy satisfecho.

Necesitaría una ayudita...

Esto que dices (simplemente seguir practicando el perdón) es la verdadera respuesta a tu pregunta, y a toda pregunta que podamos hacernos, y es la única que realmente te va a conducir a sentirte satisfecho: practicar el perdón (o quien siga otra tradición, volver la mente adentro, con el procedimiento que sea). Dices que no te quedas muy satisfecho, pero la satisfacción total y definitiva es el final del proceso. En el "durante", experimentaremos "vaivenes", subidas y bajadas, oscilaciones, y la respuesta a estas movidas sigue siendo el perdón hasta el final.

Y ahora vayamos a lo que preguntas, y supongo que me puede salir un comentario largo, cuyo cometido es simplemente aplacar las dudas de la mente para tranquilizarla y que se aquiete, pero repito y es muy importante, recuerda que la verdadera respuesta no son las palabras que me surjan (o para el caso, las palabras de los libros de Gary Renard, de Kenneth Wapnick o del propio Curso), sino que la verdadera respuesta es la que has dicho al final de tu comentario: practicar el perdón.

codorníu escribió: Cada vez resuena en mí con más claridad que, como Codorníu (como imagen egoica), no hago nada. ¿Cómo habría de ser el hacedor de algo si soy tan solo una apariencia, una marioneta, un personaje de película sin libre albedrío?

A veces resuena en mí que esto de la "entrega" no está para nada en mis manos (como Codorníu). O que como diría Ramana M: "La cabeza ya está dentro de las fauces del tigre".

De ahí que eso de confiar y permitir sea algo que tiene un aroma contradictorio. Si el proceso ya está en marcha, y si como ego no hago nada que no esté ya hecho, grabado y acabado...  incluso los verbos confiar y permitir, serían demasiado hacer. ¿No os parece?

Estoy seguro que, desde UCDM, tiene que haber una explicación que deshaga este nudo.

Bueno, en primer lugar, este tema se solapa muchíiiiiisimo con lo que estuvimos conversando recientemente en este otro hilo del foro:

La libre elección: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t125-la-libre-eleccion

Y lo menciono porque supongo que mi primer comentario en ese hilo sirve también de respuesta a lo que preguntas aquí. Evidentemente aquí no voy a repetirlo todo, por lo que quien quiera profundizar en el tema podría volver a ese hilo y releer, pues es un tema con mucha miga. Luego se puede reflexionar en estas ideas, interiorizarlas, dejarnos empapar por ellas... otro día puede surgir otro refuerzo al leer el Curso o a Gary Renard, etc, y poco a poco vamos pasando de ver borrosamente a vislumbrar cada vez más nítidamente el meollo del asunto. En el Curso debe haber cientos de citas relacionadas con este asunto.

Aquí voy a ampliar un poco más lo dicho. Puede que me repita un poco (o un poco bastante demasiado mucho jejeje), pero creo que lo siguiente podría entenderse mejor tras haber leído el comentario que digo del otro hilo del foro y teniéndolo fresco en la memoria.

Ah, ahora recuerdo que en ese hilo del foro luego hice un par de comentarios relacionados más (las metáforas), y además posteé todo junto en un post, y una cosilla, el post es un pelín más completo porque contiene un parrafo más al final como resumen, un resumen que no había hecho en el foro. Así que el tema completo podéis encontrarlo aquí:

http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2017/01/somos-libres-o-somos-marionetas.html

Bien, pues vamos al tema. A veces llamo a esto el tema del "hacedor", por mis tiempos cuando estaba más centrado en el Advaita. Muchos gurus nos han indicado que no somos el hacedor. En esto coinciden Ramana Maharshi, Un Curso de Milagros, Ramesh Balsekar, etc. Pero es un tema que hay que comprenderlo debidamente, pues es fácil confundirse. La idea de que "no eres el hacedor" va dirigida a nuestra identificación con el cuerpo, o con el individuo/personalidad, o Ramesh Balsekar lo llamaba el "mecanismo cuerpo-mente". El personaje no puede ser el hacedor, pues es simplemente un efecto, un reflejo, una sombra, como queramos decirlo. El personaje no decide nada, simplemente es un reflejo de lo que ocurre en el interior de lo que Un Curso de Milagros llama "mente". Recordad que lo que el Curso llama mente no coincide con lo que en Advaita u otras tradiciones llaman mente (lo digo para que no nos liemos en este tema donde estoy mencionando tanto el Curso como un poco de Advaita). Como dice Ken Wapnick, nosotros (por lo general) ni siquiera sabemos que tenemos una mente. Y lo que usualmente es llamado mente (la mente humana, la personalidad, etc) para el curso sigue siendo parte de lo que él denomina "cuerpo" o "mundo", o a veces lo llama "cerebro", y como dije en mi comentario en el otro hilo del foro, "El cerebro no decide nada" (ver ese otro hilo para más detalles).

Bien, pues a nivel del cuerpo (y de la mente humana), no somos el hacedor. Pero no podemos dejar esto así, pues es solo un paso y los siguientes son igual de importantes. Así que sigamos. El cuerpo no es el hacedor, pero nosotros no somos un cuerpo. Si fuésemos un cuerpo y no fuésemos el hacedor, entonces sería perfecto para el ego: seríamos una víctima de las circunstancias porque no podríamos decidir nada, ni siquiera podríamos elegir perdonar o despertar. Pero no somos un cuerpo. Somos una mente (en el sentido de UCDM), o conciencia (en el sentido del Advaita, aunque no coincide del todo con lo que UCDM llama mente).

El mundo es ilusorio y no existe, pero en términos prácticos, puesto que lo percibimos, diremos que de "algún sitio" ha debido surgir tal ilusión. Una de las cosas importantes para UCDM es que nos demos cuenta de que el "hacedor" del mundo no es Dios. Es la mente dividida... es decir, nosotros mismos (¡por lo tanto no somos víctimas!). El hacedor somos nosotros mismos, no como humanos, no como mentes individuales, sino como el Ego Global o la mente dividida mayor (podríamos llamarlo el Proyector). En el Advaita, algunos dirían que es una proyección de Ishvara (el Señor), y hay dos tendencias en el Advaita con respecto a esto. Para algunos, Ishvara es real y por lo tanto el mundo ilusorio es una proyección de la Divinidad (esto no coincide con el punto de vista de UCDM). Lo cual puede ser un pasito aceptable siempre que no se tome como verdad absoluta; puede ser aceptable si nos ayuda a sentirnos más tranquilos, sabiendo que todo está en Manos de Ishvara y que al final todo será para bien, etc. Pero los grandes maestros del Advaita van más lejos, y llegan a indicar que incluso Ishvara (entendido como Mente Cósmica y proyectora del mundo ilusorio) es en ese aspecto ilusorio. Y estos grandes maestros nos indican que la verdad absoluta es que no hay mundo. Por ejemplo:

«No hay creación ni disolución, ni nacimiento ni muerte, ni esclavo ni liberado. Ésta es la verdad absoluta». Gaudapada (en Karika, II, 32)

Esto fue afirmado también por muchos otros gurus, como Ramana Maharshi, y podéis ver algunos ejemplos más en este post:

http://jugandoalegremente.blogspot.com/2011/12/la-verdad-absoluta-segun-gaudapada-y.html

Por lo tanto, si no hay mundo (no hubo creación, ni habrá disolución, tanto a nivel individual como a nivel de la totalidad del universo ilusorio), entonces el Proyector es igualmente ilusorio.

Pero dejemos a un lado la verdad absoluta (que se experimenta tras despertar del sueño de la dualidad, o temporalmente en una experiencia de revelación) y vayamos a lo práctico para nosotros que aún percibimos y creemos que aún hay que despertar.

Según el Curso, el "Hacedor" del mundo ilusorio es la mente dividida mayor, la cual contiene tanto la mentalidad errada (ego) como la mentalidad recta en la que brilla el recuerdo de la verdad o Espíritu Santo. Además, el Curso añade que todo el mundo proyectado fue fabricado a la vez (todas las épocas y lugares están contenidas en un simple "parpadeo" de proyección originaria). Todas las situaciones fueron diseñadas en ese instante ontológico ilusorio inicial, y ahora ya no hay elección a nivel del mundo, sólo en la mente sí podemos elegir qué partes o "vídeos" vamos a revisar, y sobre todo, elegir el perdón/despertar. Como dice el Curso, nuestra experiencia en el mundo no es más que reproducir lo que ya pasó, como si viésemos un vídeo que ya fue rodado.

Nuestra capacidad de elegir es fundamental, pero a nivel del individuo humano no hay elección posible (¡pero nosotros no somos un humano!, aunque pensemos que lo somos). Sin embargo el Curso nos invita a elegir, incluso si aún nos identificamos con el humano. Y aquí hay que tener fresco lo que comenté en el otro hilo del foro y que no voy a repetir ahora (podéis releerlo). Es decir, cuando hablamos de "mente", para nosotros es confuso, porque por un lado nos referimos a nuestra experiencia de la mente humana, y por otro se nos dice que la mente es más profunda y es en ese nivel profundo donde realmente estamos tomando las decisiones (qué vídeo reproducir, si despertar o seguir durmiendo, etc). Y ni siquiera sabemos en qué medida estamos identificados con la mente humana o en qué medida vamos contactando con la mente ontológica. Sin embargo, todo es mente ontológica (incluso lo que llamamos mente humana, o incluso el cuerpo, pues no es físico sino que es una fantasía mental en la mente ontológica). Por suerte, podemos guiarnos por los reflejos en el mundo y así saber qué estamos eligiendo a nivel ontológico (ver el otro hilo del foro para más detalles). Y en la práctica basta con practicar el perdón, independientemente de que creamos que lo hacemos a nivel humano o a nivel ontológico. Lo que creamos o pensemos humanamente no afecta al funcionamiento del perdón, siempre que sigamos practicándolo.

Cuando reconocemos que tenemos una mente capaz de tomar decisiones, podemos elegir despertar (perdonar, etc). Hay que elegir. Siempre estamos eligiendo. Uno no puede esconderse (como quisiera el ego que hiciéramos) y decir: "No tengo que elegir: dejo que las decisiones simplemente ocurran". Esto no es práctico de momento (tras la iluminación sí porque entonces no hay mente errónea ni elección), porque siempre estamos eligiendo, seamos conscientes de ello o no. Y si no elegimos conscientemente (el perdón), entonces estaremos eligiendo siguiendo los hábitos de costumbre (eligiendo desde la mente errónea o ego).

Hay que elegir, o de lo contrario vamos a seguir siendo efecto en vez de causa. Y el Curso no se cansa de repetirnos que no somos víctimas de nada porque somos causa (mente) y no efecto (cuerpo, mundo, espacio/tiempo). Si no elegimos al Espíritu Santo, entonces simplemente estamos eligiendo al ego, aunque seamos inconscientes de ello.

Ramesh Balsekar mismo (del Advaita) decía que no somos el hacedor, pero no lo dejaba ahí:

"Ha de actuar en la vida como si usted fuera el hacedor, sabiendo que no lo es".

"El entendimiento es que todo es ilusorio y que no tenemos libre albedrío, pero en la vida hemos de actuar como si lo tuviéramos".

Ramesh Balsekar cita a Ramakrishna, quien dijo (las negritas son mías): «Has de saber que tú como individuo no eres el hacedor, pero en la vida has de actuar como si lo fueras» (Ramakrishna).

Finalmente, Ramesh Balsekar comenta que:

"Hemos de actuar. De hecho, no podemos evitarlo. El organismo cuerpo-mente ha de reaccionar a un acontecimiento. Ha de tomar decisiones y hacerlo como si fueran propias".

"Que tu entendimiento intelectual sea que no eres el hacedor y continúa actuando como si lo fueras". (Todas estas citas de Ramesh Balsekar las he extraído de su libro "Habla la Consciencia"; en mi ejemplar aparecen entre las páginas 365-367, aunque mi ejemplar es del año 2004 y en nuevas reediciones puede que hayan cambiado la numeración de las páginas).

En definitiva, que no conviene escondernos de la toma de decisiones. De lo contrario podríamos bloquearnos, como quienes dudaban que la autoindagación recomendada por Ramana (otro modo de volver la mente hacia dentro) pudiéramos practicarla porque... ¡como no soy el hacedor, no puedo elegirla! O lo mismo con el perdón. Pero cualquiera que sea honesto, sabe que puede autoindagar o perdonar. E incluso si lo hace identificado con lo humano (lo cual es inevitable), acabará funcionando, pues esto en realidad no lo estamos decidiendo como humanos, aunque parezca así (recordemos de nuevo lo que dijimos en el otro hilo del foro).

En realidad no somos efecto, sino causa. Y aunque no entendamos esto intelectualmente, no es preciso que lo entendamos. Basta con que practiquemos el perdón hasta el final, y acabaremos experimentándolo directamente.

Todavía estás convencido de que tu entendimiento constituye una poderosa aportación a la verdad y de que hace que ésta sea lo que es. Mas hemos subrayado que no tienes que comprender nada. La salvación es fácil de alcanzar precisamente porque no te pide nada que no puedas dar ahora mismo. (T.18.IV.7.5-7)

Todo ha ocurrido ya. Incluso nuestra iluminación es un "vídeo" de una decisión que ya fue tomada por el Espíritu Santo en nuestro nombre. Y podemos elegir reproducir ese vídeo en cualquier instante, en lugar de los vídeos de conflicto y juicios del ego. El perdón es lo que nos ayuda a disipar nuestra resistencia a elegir reproducir el vídeo en que aceptamos la Expiación (es decir, el vídeo de la iluminación). La resistencia se debe al miedo a perder nuestra identidad individual, pero el perdón nos permitirá reconocer que en realidad perder lo ilusorio no es perder nada, y lo que se "gana" es maravilloso, glorioso, el valor infinito, lo que realmente somos, el verdadero Ser, el Uno en paz inmutable, que jamás sufre, libre de las formas y de la muerte, libre de todo conflicto, completo, pleno, e indiscriptible en palabras, por más que usemos algunas para insinuarlo.

Y pensarás, con feliz asombro, que a cambio de todo esto renunciaste a lo que no era nada. (T.16.VI.11.4)

Y puesto que el tiempo no tiene significado, se te está dando todo a cambio de nada. (L.98.6.3)

Todo ha ocurrido ya, y el perdón (no los comentarios en palabras) es lo que nos va a permitir reconocer experiencialmente (directamente) esto.

Negarnos a elegir —negarnos a practicar el perdón para volver la mente adentro— no cambia nuestra verdadera naturaleza, aunque retrasa el despertar, pues el perdón es un atajo para "acelerar" el despertar: para reconocer lo que siempre es.

Si no perdonamos, acabaremos despertando igualmente, aunque por un camino más largo y penoso, lo cual en realidad no importa tanto en el sentido de que las penas y el tiempo son ilusorios, pero si uno se harta de sufrir, es muy sensato volver la mente hacia dentro y despertar "antes". Esto no sucede por sí solo (la aceleración o perdón), sino que proviene de nuestra elección consciente (el Curso nos enseña a ello). De lo contrario, la mente acabará perdonando de todos modos (pues el recuerdo de la verdad en nuestro interior no dejará de ir aumentando), pero más despacito y, en términos lineales, la espera podría parecer medirse en "miles de años" o "millones de años". Esto puede acortarse mediante el discernimiento, el perdón, el dejar de juzgar y volver la mente hacia dentro. Todo esto se elige, aunque la elección sea ilusoria en último término.

Tienes que elegir entre la libertad absoluta y la esclavitud absoluta, pues éstas son las únicas alternativas que existen. (T.15.X.9.3)

Pero sí puedes elegir; de hecho, tienes que hacerlo. (L.133.3.4)

Mas es cierto que hay que contemplar el mundo de otra manera, si es que se han de aceptar Sus promesas. Lo que el mundo es, ya ha sido determinado. Tú no puedes elegir lo que debe ser. Pero sí puedes elegir cómo lo quieres ver. De hecho, eso tienes que elegirlo. (M.11.1.8-12)

Ese "cómo lo quieres ver" se refiere al perdón (o a la única alternativa: el juicio del ego).

En este mundo hay que tomar decisiones, y hay que tomarlas tanto si son ilusorias como si no. (S.1.I.2.4) (Pág. 8 de El Canto de la Oración, en la edición publicada por Grano de Mostaza)

La idea de que hay alternativas entre las que elegir es una ilusión. Aun así, dentro de esta ilusión yace el des-hacimiento de todas las ilusiones, incluida ella. (T.26.III.6.4) (Pág. 615)

Este es el mundo de los opuestos. Y tienes que elegir entre ellos a cada instante mientras el mundo siga siendo real para ti. No obstante, debes aprender cuáles son las alternativas que verdaderamente tienes (...). (S.2.I.10.1-3) (Pág, 25)

Elegir implica que la mente está dividida. El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. (T.5.II.6.6-7)

La única manera de escaparse del error es decidiendo que no tienes nada que decidir. (T.7.X.6.8)

Se refiere a decidir practicar el perdón, pues el perdón implica reconocer que en última instancia la decisión es innecesaria, pues no estamos aquí sino en el Cielo y no hay alternativa al Cielo (el ego —así como su mundo ilusorio— nunca surgió). Pero mientras nos experimentemos en el reino de la percepción, tenemos que elegir, y la única verdadera elección es el perdón, que significa elegir contra la creencia de que alguna vez hubo elección (concretamente la elección de separarnos de la Unidad, pues eso nunca ocurrió, tal como nos enseña Un Curso de Milagros).

El poder de decisión es la única libertad que te queda como prisionero de este mundo. (T.12.VII.9.1)

De lo único que dispones es del poder de decisión. (T.14.III.4.3)

¿Qué es lo que mantiene al mundo prisionero sino tus propias creencias? ¿Y qué puede salvar al mundo excepto tu propio Ser? El poder de las creencias es ciertamente formidable. Los pensamientos que albergas son poderosos, y los efectos que las ilusiones producen son tan potentes como los efectos que produce la verdad. Los locos creen que el mundo que ven es real, y así, no lo ponen en duda. No se les puede persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos. Sólo cuando se pone en tela de juicio la fuente de éstos alborea finalmente en ellos la esperanza de libertad. (L.132.1)

La verdad es que eres responsable de lo que piensas porque es solamente en ese nivel donde puedes ejercer tu poder de decisión. (T.2.VI.2.6)

Las malas decisiones no tienen ningún poder porque no son verdaderas. (T.8.III.7.9)

Él (el Espiritu Santo) te enseñará cómo usar en tu favor tu poder de decisión, que tú concebiste para substituir tu poder creador. (T.14.VI.5.6)

Tú que concebiste el poder de decisión para crucificarte a ti mismo, tienes que aprender del Espíritu Santo cómo utilizarlo en beneficio de la santa causa de la restauración. (T.14.VI.5.7)

Si eres feliz, es porque pusiste tu poder de decisión en manos de Aquel que no puede sino decidir a favor de Dios por ti. (T.21.II.3.6)

Atención a esa sección, titulada: Somos responsables de lo que vemos. (T.21.II)

Ninguna decisión que se haya tomado y que cuente con el respaldo del poder del Cielo puede ser revocada. (T.22.IV.2.3)

Y se te ha concedido poder tomar otra decisión y usar la percepción para un propósito diferente. (T.24.VII.11.12)

Este curso sólo intenta enseñarte que el poder de decisión no radica en elegir entre diferentes formas de lo que aún sigue siendo la misma ilusión y el mismo error. (T.31.IV.8.3)

El poder de su decisión se lo ofrece tal como él lo pide. En esto estriba el Cielo o el infierno. Al Hijo durmiente de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Las palabras que emplea son irrelevantes. (M.21.3.5-9)

La única libertad que aún nos queda en este mundo es la libertad de elegir, y la elección es siempre entre dos alternativas o dos voces. La Voluntad no está involucrada en la percepción a ningún nivel, y no tiene nada que ver con el proceso de elegir. (C.1.7.1-2)

La arrogancia es la negación del amor porque el amor comparte y la arrogancia no. Mientras ambas cosas te parezcan deseables, el concepto de elección, que no procede de Dios, seguirá contigo. Si bien esto no es verdad en la eternidad, en el tiempo lo es, de modo que mientras el tiempo perdure en tu mente te verás obligado a elegir. El tiempo en sí es algo que tú elegiste. Si quieres recordar la eternidad, debes contemplar sólo lo eterno. Si permites que lo temporal te preocupe, estarás viviendo en el tiempo. Como siempre, tu elección estará determinada por lo que valores. El tiempo y la eternidad no pueden ser ambos reales porque se contradicen entre sí. Sólo con que aceptes lo intemporal como lo único que es real, empezarás a entender lo que es la eternidad y a hacerla tuya. (T.10.V.14)

Buf, y podría seguir y seguir... el Curso prácticamente se basa en esto. Hay muchísimas citas más sobre el tema, y podéis investigar también las secciones donde aparecen estas citas, pues algunas de ellas ahondan en el tema, así como otras como T.25.III, T.26.III, L.138, L.152, etc, y por supuesto T.31.VIII, "Elige de nuevo", que no es casual que sea justamente la última sección del último capítulo del Texto, dada la central importancia que en la enseñanza del Curso tiene el elegir el perdón.

En definitiva, que podemos elegir practicar el perdón, aunque no comprendamos exactamente cómo funciona. Nuestro entendimiento no es necesario para despertar. Pero nuestro perdón (retirar las proyecciones y volver la mente hacia dentro) sí es necesario. Y de hecho sucederá. Pues no podremos retrasarlo definitivamente, pues a medida que el recuerdo de la verdad va despuntando en nuestra conciencia, todos tarde o temprano acabaremos despertando. ¿Pero por qué no aceptar el perdón ya? Esto es decisión nuestra (no del humano, pero no importa tampoco que aún nos identifiquemos con el humano, eso es normal y el perdón mismo lo disolverá). Aunque no comprendas con exactitud el perdón, aunque no comprendas exactamente qué eres (humano, mente ontológica, o finalmente Ser), practica el perdón y el propio proceso del perdón se irá afinando a sí mismo, pues el Espíritu Santo es como un GPS guiándonos constantemente hacia la verdad, a pesar de que constantemente nos desviamos, pero el GPS instantáneamente nos sigue corrigiendo el rumbo (metáfora empleada en los libros de Gary Renard).

Perdona y te liberas. No importa si crees que es posible perdonar o no, o si crees que esa decisión viene de la mente ontológica o del yo humano, simplemente practica el perdón y te liberarás. Y la liberación, que es el reconocimiento de lo que ya es porque siempre es, es la respuesta a toda posible pregunta que podamos tener. El perdón, por lo tanto, es la respuesta, o lo que abre camino a la Respuesta.

Perdona y te liberas. (L.198.2.2)

El perdón es lo que te libera de todas las ilusiones, y por eso es por lo que es imposible perdonar sólo parcialmente. (T.24.III.1.3)

No importa que lo llames perdonar, o permitir, o entregar, o autoindagar, o volver la mente hacia dentro, etc, simplemente hazlo y libérate, si quieres acelerar el deshacimiento de la ilusión del mundo/sufrimiento/dualidad.

El Curso dice que "No tienes que hacer nada" (T.18.VII), pero se refiere a que no es necesario hacer nada a nivel del mundo, excepto perdonar, que es más bien a nivel de la mente. No tienes que hacer nada, excepto perdonar.

No tengo que hacer nada, excepto no interferir. (T.16.I.3.12)

Ese "no interferir" significa perdonar. En otras palabras: Perdona y haz lo que quieras. Aunque no lo comprendas, funciona.

Perdonad también (jejeje) que me haya alargado tanto con tantas citas del Curso. Podría haberlas sustituido por un breve consejo de repasar todo el Curso, pero parecía interesante reflejar mediante un buen número de citas hasta qué punto es este tema clave en el sistema de pensamiento del Curso. Seguir estudiando y practicando el Curso nos ayudará enormemente a entender mejor esto. Y el propio proceso acaba cobrando vida y ocupándose de todo, cuando lo permitimos. Pero hay que permitirlo jejeje.

Podemos tener ya "la cabeza dentro del tigre". Pero eso no significa que debamos dejar de perdonar. Ramana Maharshi mismo decía que hay que autoindagar (meter la mente hacia dentro) hasta que el proceso se complete del todo. Tener la cabeza metida en la boca del tigre significa, en términos del perdón, que ya hemos llegado tan lejos que ya no hay marcha atrás. Podemos tener nuestros momentos más o menos inspirados, y experimentar ocasionales conflictos o aparentes "retrocesos", pero si en líneas generales tenemos claro que el perdón es nuestro camino y lo practicamos con frecuencia, ya tenemos la cabeza en las fauces del tigre. El resto vendrá por sí solo. No hay que hacer nada más.

Como esto ha sido un largo comentario, quiero acabar con algo breve (recordando lo que dijimos arriba del todo): En la práctica, la respuesta a todo es practicar el perdón.

Finalizo recordando el post que ya cité antes, donde comenté algunas claves en las que no he ahondado aquí:

¿Somos libres o somos marionetas? http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2017/01/somos-libres-o-somos-marionetas.html

Porque lo que he comentado ahora, aunque sea largo, es simplemente un complemento de lo que escribí de manera más breve y detallada el otro día.

miércoles, 25 de enero de 2017

¿Quién soy/somos? ¿Dios?

Copio unos emails muy recientes:

Pregunta:

Tengo una duda.. estoy en el libro de la desaparición del universo, para entender un curso de milagro... pero me ha surgido una duda... 

Lo único que existe es Dios... 

Dios, Mente, Amor, Espíritu, Eternidad... Todo eso es UNIDAD... 

Vale... y mi pregunta es, Si todo es UNIDAD, ¿Nosotros somos Dios? , es decir, Dios es yo y yo soy dios? ¿Verdad?. Yo soy, El yo soy... es que no tiene sentido pensar que esta la energía de Dios y luego diferentes energías dentro de el, por que eso sería dualismo...

Respuesta:

Lo que en un principio creemos ser (un cuerpo —físico, astral o del tipo que sea—, o un "alma" o individualidad) no es nada... ni siquiera existe (no está dentro de Dios, ni en ninguna parte... pero esto para nosotros es absurdo, pues creemos estar experimentándolo... todo se aclara tras despertar; mientras tanto, no es más que información intelectual, que podemos creer o no).

Lo que verdaderamente somos, es Dios. Pero esto no podemos comprenderlo tampoco con la mente humana, pues está más allá del sueño y más allá de las palabras. Pero es lo que experimentaremos tras despertar.

Todas estas informaciones, que para nuestro intelecto parecen raras, absurdas o incluso imposibles, se irán aclarando conforme avancemos en nuestro proceso de despertar. Vamos poquito a poco, pues difícilmente lo vamos a comprender todo los primeros días. Este proceso suele durar años, y en algunas tradiciones se habla de vidas y vidas (en algunas ramas del budismo se habla de miles o millones de años, miles de reencarnaciones). Con el procedimiento del Curso, si uno es sincero y dedicado, el proceso de despertar puede acortarse a unos pocos años, tanto como para lograrse en una sola vida (esta de ahora) o dos. Pero hay que tener paciencia, porque de todos modos no se logra en un par de días, excepto algún raro caso excepcional que ya viniera casi iluminado de su vida anterior.

Re-pregunta:

Hola toni, gracias por responder.

Dices: Lo que en un principio creemos ser (un cuerpo —físico, astral o del tipo que sea—, o un "alma" o individualidad) no es nada... ni siquiera existe (no está dentro de Dios, ni en ninguna parte... pero esto para nosotros es absurdo, pues creemos estar experimentándolo... todo se aclara tras despertar; mientras tanto, no es más que información intelectual, que podemos creer o no).

Entonces en esa frase estas queriendome decir que, Si, que somos el Mismisimo Dios en Unidad... ¿verdad?. Me gustaría que me lo dijeras con una afirmación o negación por que me cuesta algunas veces comprenderte.

Date cuenta, que me cuesta mucho asimilar todo esto:

Mira:

Está la MENTALIDAD ERRADA y está LA MENTALIDAD CORRECTA, pero estas PERCEPCIONES son en ultimo termino ILUSORIAS ¿hasta aquí todo bien verdad?
y luego en otra perspectiva esta LA MENTE, que es lo REAL...

Vale esa MENTE UNO, es Dios? si tu respuesta es afirmativa, eso quiere decir, que DIOS es UNIDAD... hasta aquí todo bien... si Dios es UNIDAD eso quiere decir que Todos mis hermanos, tu,yo,los animales, enfín todas las cosas somos UNIDAD y somos el mismisimo Dios o Dios esta por delante de nosotros pero pertenecemos a la misma fuente?

Es decir: Yo soy el Mismisimo Dios o Pertenezco solamente a la misma Fuente pero NO SOY DIOS....? Se me entiende ahora?

No me refiero como CUERPOS, si no mas bien imagina que nada ha sucedido, y que nos encontramos en aquella fuente (Dios) ahora mismo...

Respuesta:

¿Eres Dios? La respuesta a esta pregunta depende de lo que creas que eres. Si cuando dices "yo" (o "nosotros", o "somos"), te refieres a un cuerpo, al humano, entonces no, no eres Dios. Pero si te refieres a lo que realmente eres (lo cual actualmente no estás experimentando, pues es algo que hemos reprimido en nuestro más profundo inconsciente), entonces sí, eso que realmente eres en esencia, es Dios.

Ahora escribo tus palabras en color violeta y mis comentarios van en color azul:

Está la MENTALIDAD ERRADA y está LA MENTALIDAD CORRECTA, pero estas PERCEPCIONES son en ultimo termino ILUSORIAS, ¿hasta aquí todo bien verdad? ((Sí, todo bien; la mentalidad errada y la mentalidad correcta son recursos para ayudarnos a despertar, pero cuando despertemos veremos que en realidad no hay nada excepto Dios, y Dios no tiene mentalidad errada, ni siquiera mentalidad correcta, pues la mentalidad correcta es simplemente la corrección de la mentalidad errada, siendo ambas ilusorias porque en realidad Dios no se ha dormido)) y luego en otra perspectiva esta LA MENTE, que es lo REAL... ((Sí; y podríamos llamarla Mente pura, o Mente Divina o de Dios, para distinguirla de la mente dividida o mente dualista))

Vale; esa MENTE UNO, es Dios? ((Sí)) si tu respuesta es afirmativa, eso quiere decir, que DIOS es UNIDAD... hasta aquí todo bien... ((Todo bien)) si Dios es UNIDAD eso quiere decir que Todos mis hermanos, tu, yo, los animales, en fin todas las cosas somos UNIDAD y somos el mismísimo Dios... o Dios esta por delante de nosotros pero pertenecemos a la misma fuente? ((Somos Uno, el Mismísimo Dios; no somos individuos divinos dentro de Dios y compartiendo la misma Fuente, sino que somos la Fuente en sí: Dios, lo Uno... pero todo esto son palabras; lo único que nos satisfará no son las respuestas en palabras, sino experimentarlo directamente: despertar; para eso disponemos del proceso de despertar))

Es decir: Yo soy el Mismisimo Dios o Pertenezco solamente a la misma Fuente pero NO SOY DIOS....? Se me entiende ahora? ((Tras despertar, eres Dios; pero antes de haber despertado, es mejor que pienses humildemente en ti mismo como el Hijo de Dios, pues facilita el despertar))

No me refiero como CUERPOS, si no mas bien imagina que nada ha sucedido, y que nos encontramos en aquella fuente (Dios) ahora mismo... ((En la realidad sólo existe Dios, y Dios es únicamente UNO, no muchos unidos como uno, por lo tanto, lo que realmente somos es Dios, pero para experimentarlo, antes tenemos que despertar del sueño de que no somos Dios: de la dualidad))



Como complemento (esto no está en los emails), algunas citas del Curso relacionadas con el tema, ya que este tema se toca pocas veces en el Curso en este nivel tan profundo de explicitar la unidad de Identidad entre Padre e Hijo, ya que por lo general el Curso se enfoca en niveles más flexibles, considerándonos como Hijo y necesitando despertar, pues este enfoque tiene más sentido para nosotros y es ahí donde conviene poner el énfasis para acelerar el despertar, así que solamente en una minoría de citas se insinúa suavemente la verdad absoluta, de manera muy sutil, como si no quisiera molestarnos ni que nos distraigamos de lo relevante en la práctica: el perdón.

El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro. (T.18.VI.1.5-6)

Es decir, que Dios/Uno no es un conjunto de Seres Divinos. Es Uno y no hay nada más que Ello. 

La Unidad es simplemente la idea de que Dios es. Y en Su Ser, Él abarca todas las cosas. Ninguna mente contiene nada que no sea Él. Decimos "Dios es", y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido. No hay labios que las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que no sea ella misma. Se ha unido a su Fuente, y al igual que Ella, simplemente es. (L.169.5)

Dios comparte Su Paternidad contigo que eres Su Hijo, pues Él no hace distinciones entre lo que Él es y lo que sigue siendo Él Mismo. Lo que Él crea no está separado de Él, y no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado. (L.132.12.3-4) 

(...) [E]l Padre y el Hijo son Uno (...). (L.169.4.1)

Hay algunas citas más relacionadas, pero ahora mismo no las recuerdo. En cualquier caso, este tema no es lo importante. Lo importante es volver la mente hacia dentro (mediante el perdón o como sea) y así despertar, y entonces experimentar directamente Eso que no puede ser descrito mediante las palabras.

Venga, una más, que ha salido sola porque estaba al lado de una de las anteriores y la he visto casi de reojo:

No podemos hablar, escribir, ni pensar en esto en absoluto. Pues aflorará en toda mente cuando el reconocimiento de que su voluntad es la de Dios se haya dado y recibido por completo. Ello hace que la mente retorne al eterno presente, donde el pasado y el futuro son inconcebibles. El eterno presente yace más allá de la salvación; más allá de todo pensamiento de tiempo, del perdón y de la santa faz de Cristo. El Hijo de Dios simplemente ha desaparecido en su Padre, tal como su Padre ha desaparecido en él. El mundo jamás ha tenido lugar. La eternidad permanece como un estado constante. (L.169.6)

El Hijo desaparece en el Padre y el Padre en el Hijo porque en la verdad absoluta ya no hay necesidad de metáforas. "Padre" es una metáfora. "Hijo" es una metáfora. En la Unidad no hay Padre e Hijo, no hay dos, sino Uno. Por eso podemos decir que las metáforas desaparecen: el Padre desaparece en el Hijo y el Hijo en el Padre, que es otra forma de decir lo que decía una cita anterior con otras palabras: "No hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado". Y en otra de las citas expresaba lo mismo con otras palabras: "perfecta unicidad", sin "nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro". O, como dice una de las citas más directas del Curso, que ya hemos citado: "La Unidad es simplemente la idea de que Dios es". Por eso en los libros de Gary Renard se dice que las palabras "Dios es" son una forma de expresar brevemente la verdad absoluta, la cual no puede realmente expresarse en palabras. Dios es... esto implica que sólo existe Dios, no hay nada más (ni "dentro" ni "fuera"). Dios es... y nada más es.

Hay quienes prefieren interpretar el Curso de otras maneras (y están en su derecho). Las citas que he localizado son algunos ejemplos (hay algunos más, aunque pocos) de en qué partes del Curso se puede vislumbrar (aunque las palabras, incluso las del Curso, siempre son discutibles para la mente) que en última instancia es correcto darle al Curso una interpretación puramente no-dual.

Se podría escribir un libro sobre este tema, pero ¿de qué serviría? Ningún discurso sobre qué es Dios podrá darnos una idea verdadera de qué es realmente. Por eso no es conveniente que nos obsesionemos demasiado con las palabras, con las teorías o teologías o filosofías, con las divagaciones intelectuales. Y por eso el Curso nos dice:

El ego exigirá muchas respuestas (...). El ego puede preguntar (...) de muchas maneras. Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase. (C.introd.4)

Lo importante es volver la mente hacia dentro (por ejemplo mediante el perdón), despertar (la última de las ilusiones, puesto que en realidad lo Uno nunca se ha dormido) y entonces comprobar directamente qué es Eso que no puede ser descrito con exactitud mediante las palabras.

lunes, 23 de enero de 2017

¿Somos libres o somos marionetas?

El siguiente tema es del foro Concordia y plenitud. Lo copio aquí porque es una duda que puede ser común a muchas personas en determinada etapa del viaje espiritual. Quien quiera ver el hilo original del foro (por si en un futuro se actualiza con algún matiz complementario más), puede verlo aquí: La libre elección: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t125-la-libre-eleccion

Pregunta: Si el personaje que creo ser como figura humana del sueño no puede elegir porque el guion está escrito. ¿Quién es el que elige cuando perdono? ¿La idea que emerge en mi cabeza de perdonar es un reflejo siempre de la mente ontológica o es un pensamiento del cerebro? 

Reflexionaba sobre ello pensando que si Javi (yo) solo es una sombra en un sueño y soy manejado como una marioneta por mi mente ontológica realmente no puedo decidir nada. Solo puedo esperar a que mi mente decida cambiar de guion. O sea que por muchos planes que haga como persona ninguno será nada porque lo que estoy haciendo es solo creer que planeo cuando solo sigo las huellas que mi mente ontológica me ha marcado. Estoy ahora en un patrón obsesivo que viene y va, hay veces que siento que está ya superado y de repente zas!! caída mas aguda todavía. Es como si no pudiese evitarlo cuando estoy dentro del conflicto, es duro porque cuando estoy en medio del conflicto parece que nunca voy a salir de él, y al de un rato vienen pensamientos o los busco para calmar la situación y se suaviza el proceso y hasta siento una calma preciosa que hay veces que me cuesta aceptar por que siento que no está solucionado el tema. Pero sin esa calma que dura muy poco no tendría sentido nada. No sé de dónde viene esa calma. 

Quizá me podéis comentar algo al respecto. 

Un abrazote querid@s amig@s.

Comentario en respuesta:
Javier.E escribió: Si el personaje que creo ser como figura humana del sueño no puede elegir porque el guion está escrito. ¿Quién es el que elige cuando perdono?
El personaje es simplemente un reflejo, proyectado en el espejo del mundo. La decisión se toma en la mente (aquí la estamos llamando "mente ontológica" para no confundirla con lo que llamamos "mente humana"; Kenneth Wapnick también llama a eso "tomador de decisiones"). Lo que experimentas como personaje (básicamente: paz o falta de paz) es un reflejo de lo que estás eligiendo como mente ontológica. Tú eres la mente ontológica, y todo lo que piensas es en la mente ontológica, pero al estar identificado con el cuerpo experimentas todo centrado en el cuerpo, que en realidad es un reflejo y ni siquiera es físico (sigue siendo una fantasía de la mente ontológica).

Javier.E escribió: ¿La idea que emerge en mi cabeza de perdonar es un reflejo siempre de la mente ontológica o es un pensamiento del cerebro?
El cerebro es parte del cuerpo, así que es también un reflejo. El cerebro no decide nada, aunque en el mundo sí parece ser el "panel de control" o "centro de decisiones", y parece ser así porque el cuerpo/mundo ha sido diseñado para que parezca así. A nivel del mundo, las decisiones parece tomarlas el cerebro. Pero eso es una ilusión. El cerebro no existe, excepto como una fantasía mientras queremos seguir experimentándonos como cuerpos individuales.

La idea de perdonar cosas a nivel del mundo es un reflejo de que a nivel de la mente ontológica tu mente está perdonando la creencia en la separación de la Unidad/Dios, y esa decisión perdonadora se refleja entonces en el espejo del cuerpo/cerebro/mundo.

Javier.E escribió: Reflexionaba sobre ello pensando que si Javi (yo) solo es una sombra en un sueño y soy manejado como una marioneta por mi mente ontológica realmente no puedo decidir nada. Solo puedo esperar a que mi mente decida cambiar de guion.
No tienes que esperar a que tu mente decida cambiar de decisión. Tu mente eres tú. No tienes que esperar a cambiar de decisión: puedes hacerlo cuando quieras. Incluso ahora, a pesar de ser en gran medida inconsciente de las profundidades de tu mente ontológica, aún así puedes utilizar aquello de lo que sí eres consciente (el cuerpo, el mundo, las relaciones con las personas y con las circunstancias del mundo) para acceder indirectamente a la mente ontológica, lo cual haces al practicar el perdón tal como el Curso te lo enseña. Y aunque en tu experiencia te parece que estás perdonando a nivel humano (te parece así debido a tu identificación con el cuerpo/individualidad humana), en realidad estás haciéndolo todo a nivel ontológico, y lo que percibes como "cosas humanas" es el reflejo de lo que estás eligiendo en la mente ontológica. Pero como no eres consciente del nivel ontológico de tu experiencia, puedes seguir usando el truco que te ofrece en el Curso el Espíritu Santo: haces como que perdonas humanamente (tomando conciencia de que no estás disgustado por la razón que crees, de que podrías elegir paz en lugar de conflicto, de que no tienes que hacer nada para deshacer lo que no es nada, sino que basta con observar sin juzgar: observar sin juzgarte y sin juzgar a otros o a la situación, es decir, no juzgar nada por tu cuenta), y al practicar ese perdón (aparentemente "a nivel humano") todo irá bien, pues de hecho eso ya es el reflejo de que a nivel ontológico estás eligiendo también el perdón en primer lugar, y luego se refleja en lo que percibes humanamente.

Una metáfora que tiene alguna semejanza. Eres como un cirujano realizando una operación "a distancia": el paciente se encuentra en un hospital de Sevilla, y el cirujano puede estar en otra ciudad, como por ejemplo Nueva York. El cirujano no ve directamente al paciente (el paciente representa lo que se elige a nivel ontológico), pero se ayuda de pistas indirectas: dispone de un monitor, conectado por internet o por algún tipo de red al hospital donde se encuentra el paciente, donde la operación está siendo filmada y enviada (retransmitida en directo) adonde se encuentra el cirujano (a la imagen en el monitor). Lo que el cirujano ve en el monitor son las imágenes de lo que ya ha ocurrido (un reflejo), pero como son acciones más o menos simultáneas, le sirve para elegir dónde mover el bisturí, dónde cortar, dónde curar, dónde coser, etc, y entonces una especie de robot o "bisturí automático accionado a distancia" efectúa la operación "in situ" (en el propio paciente, lo que representa el nivel ontológico), siguiendo las indicaciones del cirujano (en nuestro caso, esas indicaciones las damos a nivel ontológico también, aunque lo experimentemos como si fuese a nivel humano). El cirujano opera basándose en el monitor (en el reflejo: representando a nuestra experiencia corporal del mundo), pero eso funciona para lograr operar con éxito al paciente (representando que la mente ontológica está siendo sanada, lo cual puede verse también en el reflejo). También en nuestro proceso de despertar, lo ontológico y su reflejo en el sueño del mundo son en realidad simultáneos, pues como dice el Curso, todo ya ocurrió y terminó. En el mismo instante en que pareció ocurrir la separación, llegó también la corrección del Espíritu Santo y en menos que un parpadeo todo volvió a la normalidad. El Cielo nunca se vio interrumpido realmente. Como nosotros insistimos en creer lo contrario, ahora revisamos los vídeos que ya fueron rodados por así decir. Y todos esos pensamientos ya ocurrieron, tanto los de separación como los de perdón. Cuando elegimos revisar los de perdón, estamos eligiendo despertar. Y cuando vemos eso reflejado a nivel humano, es un indicio de que a nivel ontológico ya estamos eligiendo el perdón y despertando.

Si por Javi te refieres al cuerpo o persona humana, Javi es solo un reflejo en el sueño del mundo, pero puedes usar ese reflejo para tomar conciencia de si estás eligiendo el perdón o no (Javi/cuerpo es el monitor, y tú eres el cirujano/mente). Y como estás tan identificado con Javi, sigue perdonando como si perdonaras "desde Javi", pero con el tiempo irás tomando conciencia de que en realidad estás practicando el perdón a nivel más profundo (como la mente ontológica), y luego ves en Javi el reflejo de ello. El Curso en realidad se hace en la mente ontológica, y el mensaje del Curso se dirige a ti como mente ontológica y no a ti como humano. Pero durante un buen tramo del proceso, hacemos la práctica como si fuésemos humanos, debido a nuestra fuerte identificación con la figura del sueño. No importa: este perdonar desde la figura en el sueño es el reflejo de que estamos perdonando correctamente desde lo que somos a nivel ontológico. Y con el tiempo, iremos tomando cada vez más conciencia de que no somos la figura soñada (el cuerpo), sino que somos el soñador (la mente ontológica). Esta toma de conciencia ocurre gracias al perdón, que nos permite volver la mente hacia dentro.

Todo lo hace (=decide) siempre la mente ontológica. Al principio la mente ontológica sueña ser un cuerpo humano y perdona como un cuerpo, y finalmente, cerca del final del proceso, uno toma conciencia de que se es el soñador y no el sueño. Pero esa toma de conciencia ocurre cuando ya hayamos practicado muchísimo el perdón, aunque a nosotros nos parezca que lo estamos haciendo "a nivel humano".

En última instancia, cuanto más nos identificamos con el personaje/cuerpo, más marioneta somos. Y cuanto más volvemos la mente hacia dentro para identificarnos con el soñador, menos marioneta somos porque estamos tomando más conciencia de nuestra capacidad para tomar decisiones como mente. Pero todo el tiempo (incluso cuando en la práctica vivimos casi como marionetas) somos la mente tomadora de decisiones, por lo que en realidad nunca somos una marioneta. Sentirnos marionetas es otra forma de decir que nos sentimos víctimas por lo que nos está haciendo alguien o algo externo a nosotros. El perdón implica darnos cuenta de que no existe nada externo a nosotros, por lo que es imposible que seamos marionetas. En otras palabras, somos el soñador y no el sueño; y en última instancia se reconoce que tampoco somos el soñador, sino que somos únicamente la plenitud del Uno, que es inmutable, nunca duerme y nunca pierde su indescriptible paz.
Javier.E escribió: (...) al de un rato vienen pensamientos o los busco para calmar la situación y se suaviza el proceso y hasta siento una calma preciosa que hay veces que me cuesta aceptar por que siento que no está solucionado el tema. Pero sin esa calma que dura muy poco no tendría sentido nada. No sé de dónde viene esa calma.
Esa calma viene de que a nivel ontológico has elegido el perdón, y ahora lo ves reflejado también en tu experiencia humana.

Post-data:

En mi comentario anterior, en el ejemplo que he puesto del cirujano realizando una operación "a distancia", un ejemplo que es relativamente válido si se entiende bien, pero tal vez hubiera sido más fácil la metáfora del simple espejo: cuando te afeitas ante el espejo, lo que ves en el espejo es simplemente un reflejo, pero no se te ocurre quejarte de que como es un reflejo es imposible afeitarte jejeje. Como la imagen en el espejo es casi simultánea con lo que haces en tu propio lado ("ontológico"), el reflejo en el espejo te sirve para conseguir afeitarte correctamente. Con el perdón de las ilusiones es parecido. Vemos su reflejo en el mundo/cuerpo, pero ese reflejo nos sirve para que a nivel ontológico podamos elegir lo correcto. Y cuando en el reflejo percibimos perdón (en las relaciones humanas, del mundo, etc), eso nos está diciendo que estamos haciéndolo bien en el nivel ontológico. El nivel ontológico viene primero (al igual que al afeitarnos ante el espejo, las acciones de nuestra mano con la maquinilla vienen primero), y luego, casi simultáneamente (en realidad incluso sin el "casi") podemos ver el reflejo, y podemos guiarnos por lo que vemos en el espejo para hacernos una idea de lo que está sucediendo en el "otro lado". Si fuésemos directamente conscientes de nuestra cara (del nivel ontológico) podríamos afeitarnos sin fijarnos en el reflejo (podríamos perdonar desde más allá del cuerpo/individuo), pero puesto que estamos tan identificados con el cuerpo y solamente miramos a eso, ahora el Espíritu Santo nos enseña cómo usar el reflejo para regresar igualmente al perdón ontológico, y no hay necesidad de hacer otra cosa que mirar el reflejo para tomar conciencia de nuestras decisiones, enseñados por el Espíritu Santo.

En resumen, si puedes afeitarte sin verte la cara "real", es decir, simplemente mirando la cara reflejada del espejo, entonces puedes hacer lo mismo con el perdón: puedes perdonar sin ver directamente la mente ontológica. Ya la estás viendo indirectamente al prestar atención a su reflejo. Eso es todo. Perdona en el espejo y en realidad estarás perdonando en la mente ontológica (igual que si el "Javi" del espejo se está afeitando, eso significa que el Javi del otro lado del espejo se está afeitando primeramente).

Nueva post-data:

Ah, siguiendo con la metáfora de afeitarnos ante un espejo, podemos decir que cuando tratamos de solucionar cosas en el mundo, (que es lo que hemos estado haciendo casi siempre), en la metáfora eso equivale a ver nuestra cara en el espejo y entonces tratar de afeitar la cara del espejo, en vez de la nuestra propia. O con boceras o restos de comida: sería como intentar limpiar nuestras cara manchada o boceras en el espejo, en vez de limpiar nuestra propia cara. Si limpiamos en el espejo, veremos que el reflejo sigue sin arreglarse (simplemente chocamos contra el espejo: conflicto). Pero si utilizamos el reflejo para limpiar nuestra propia cara, entonces veremos que la cara reflejada queda limpia también, sin necesidad de hacer nada en el espejo.

Este tipo de ejemplos son clásicos en las tradiciones no-duales. Por ejemplo, Ramana Maharshi usaba la metáfora de ver una película en una pantalla de cine, estando el proyector a nuestras espaldas. Si la imagen de la pantalla se estropea (se desenfoca, etc), si intentamos arreglar eso en la propia pantalla no lograremos nada: la imagen seguirá desenfocada. Pero si aprovechamos el "reflejo" (la imagen en la pantalla) que vemos desenfocado para tomar conciencia de que algo anda mal en el proyector (que representa el nivel ontológico), podemos volvernos hacia atrás hacia el proyector, ajustarlo para enfocar la imagen, y entonces podremos ver en la pantalla que la imagen ya está arreglada. Igualmente, el perdón lo estamos haciendo en la mente ontológica, pero al mirar los reflejos en el sueño del mundo podemos tomar conciencia de si estamos perdonando o no en el nivel ontológico.

El perdón lo practicamos a nivel de las relaciones corporales (circunstancias en el mundo, incluidos nuestros pensamientos y sentimientos humanos, sensaciones, etc), pero al practicarlo en lo que a nosotros nos parece el personaje/mundo, automáticamente el perdón ocurre en el nivel ontológico, porque está diseñado así por el Espíritu Santo, como un proceso mental que se dirige automáticamente a lo ontológico sin que nosotros tengamos que hacer nada en especial, simplemente perdonar el reflejo que percibimos como que nos molesta, sabiendo lo que representa. Lo importante es que funciona.

Resumen: Esto no lo dije en el foro, pero es una forma de resumir el tema en pocas palabras: No eres el títere o marioneta, sino el titiritero que maneja la marioneta. No eres el personaje del sueño, sino el soñador que lo sueña. No eres una víctima/cuerpo, sino la mente que tiene la sartén por el mango (el que decide). Tú eres quien elige. Siempre eliges tú. Pero estás confundido con respecto a lo que eres, así que crees ser un cuerpo y reprimes el recuerdo de ser el decididor (la mente), ya no digamos el recuerdo de ser el Cristo/Uno, que es un recuerdo sepultado (reprimido) todavía más profundamente en tu mente. Al dar el primer paso de desidentificarte del personaje del sueño e identificarte con el soñador (la mente tomadora de decisiones), una vez ahí podrás dar el paso final de desidentificarte también del soñador y elegir desde ahí el perdón: reconocer que la separación nunca ocurrió (este proceso es automático si uno practica el perdón lo mejor que sepa, tal como lo enseña el Curso; o si uno vuelve la mente hacia dentro mediante cualquier otro procedimiento). Entonces se completa la desidentificación con el soñador y despiertas a tu verdadera Identidad como Cristo o Uno (es lo mismo que Dios), y ahí no hay más que risa y plenitud, pues se reconoce que el Uno nunca ha estado ni podría quedarse dormido.

Actualización: En el foro Concordia y plenitud surgió otro hilo sobre el mismo tema, que complementa este post e incluso se puede considerar casi una continuación de éste. Quien esté interesado, lo encontrará aquí: Sobre el hacedor y la elección: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2017/01/sobre-el-hacedor-y-la-eleccion.html

sábado, 21 de enero de 2017