miércoles, 24 de octubre de 2018

Mapa de la consciencia

La siguiente ilustración representa una especie de mapa de la consciencia, o en otras palabras, un mapa de los diferentes niveles de la mente ilusoria. Ahí va el dibujo (un poco feíllo, no soy muy hábil a la hora de dibujar con el Paint jejeje):

Mapa de la consciencia

Podeis hacer click en la ilustración o abrirla en una ventana aparte para que se vea en mejor tamaño y así poder leer mejor los letreros indicando las diversas capas de la mente, aunque he procurado que el tamaño de la ilustración sea suficiente para poder leerlos.

En cualquier caso, la proyección del mundo ha ocurrido al ir hacia fuera comenzando desde el punto central que es la realidad absoluta, la Conciencia Pura (es lo único que realmente existe y lo único que siempre existirá; pero en términos prácticos, para poder referirnos al resto del dibujo con los círculos, a nivel de la dualidad podemos considerar el punto como referencia del Tomador-de-decisiones, eligiendo entre la verdad y la ilusión). El resto, los círculos, son ilusorios pero representan nuestra experiencia en el sueño dual. El primer círculo es el del deseo (el deseo de experimentar separación fue en cierto modo, según "cuenta la leyenda", lo que empezó toda la pesadilla llamada "dualidad", que en realidad nunca ocurrió).

Y los siguientes círculos o capas son los sucesivos niveles de la mente: el deseo engendra la creencia; la creencia engendra el pensamiento correspondiente; el pensamiento genera la emoción que lo refleja; y la emoción genera la percepción, que en este caso nos referimos al nivel del mundo, del cuerpo, el espacio/tiempo con los árboles, el sol, la luna, las estrellas y las formas, todas ellas ilusorias.

Punto cero (punto central): el Tomador-de-decisiones (cuando está en perfecta quietud: lo Absoluto).
Círculo 1º: el deseo.
Círculo 2º: la creencia.
Círculo 3º: el pensamiento.
Círculo 4º: la emoción/sentimiento.
Círculo 5º: la percepción. El mundo/cuerpo/formas.

La ilustración no debería tomarse demasiado literalmente, pues es solo una herramienta de ayuda. La he copiado al blog a partir de un dibujo que hizo David Hoffmeister en un vídeo que voy a linkear un poco más abajo. En realidad el proceso no es tan lineal, todas las capas están activas a la vez, pero si se observa con atención sí podremos descubrir ciertas pautas de relevancia de un nivel respecto a otro: el pensamiento tiene preponderancia sobre las emociones, etc. Por otro lado, en el círculo del deseo, uno podría alegar que un deseo es un tipo de pensamiento, por lo que podría llamarse también círculo del pensamiento. Son por lo tanto ideas flexibles, pero este esquema de David Hoffmeister me ha parecido que tiene aspectos bastante útiles, además de que sirve para ilustrar algunas ideas del Curso. Así que podemos usarlo como ayuda pedagógica, sin atarnos demasiado a ella, pero tratando de captar intuitivamente ideas útiles sobre el funcionamiento de la mente a la hora de generar las ilusiones y a la hora de deshacer las ilusiones y regresar a Casa.

Una forma de expresar el proceso de proyección indicado por la ilustración sería mediante el ejemplo de que el deseo de separación produce la creencia de estar separado (a nivel ontológico primero), luego esa creencia genera pensamientos de separación (como que "esto debe ser un castigo, es horrible", "debo ser culpable de algo para estar experimentando esto", "no soy digno de nada mejor", etc). Esos pensamientos producen las emociones/sentimientos correspondientes, por ejemplo culpa, miedo, tristeza, ira, etc. Y finalmente esas emociones dan lugar a un mundo de formas donde todo lo anterior queda representado a nivel de las formas, en el mundo de los cuerpos, del cambio y de los problemas.

Puesto que tal proceso ha consistido en proyectar la mente hacia fuera, la solución es traer de vuelta de nuevo la mente hacia dentro, y este proceso se conoce por nombres como "perdón", "autoindagación", etc. Al volver la mente hacia dentro retornamos al punto original de consciencia, el Testigo o Tomador-de-decisiones, donde podemos elegir de nuevo, esta vez a favor de la verdad en vez de seguir apoyando la creencia/deseo de la separación. Al elegir así nos situamos en el oasis interior, en el centro, serenamente elevados "por encima del campo de batalla" (T.23.IV), a salvo de la dualidad y sus conflictos, en el punto donde simplemente podemos descansar en la verdad y simplemente ser, libres del mundo y del hacer.

Durante el proceso de volver la mente hacia dentro, el proceso anterior de la proyección se invierte: empezamos desde nuestra experiencia actual en el mundo, que es la capa externa (nuestra actual percepción) y desde ahí vamos hacia dentro capa por capa, observándolas sin miedo, de la mano con el Maestro interior y siguiendo Su guía, hasta llegar al centro. Por ejemplo, vemos un problema en el mundo que nos inquieta, que está asociado a emociones inquietantes, miedo, culpa, ira, etc. Por el Curso hemos aprendido que todo esto (emociones y la subsiguiente proyección a nivel del mundo) proviene de pensamientos de separación, los cuales provienen de la creencia que tiene nuestra mente inconsciente (a nivel ontológico) de estar separada de Dios/Unidad/Ser, y sabemos también que esta creencia viene del ilusorio (e imposible) deseo de estar separados de Dios/Unidad/Ser. Hasta ahí llegamos en nuestro reconocimiento, y es justo ahí, en el centro del primer círculo del deseo, donde cambiamos de mentalidad: cambiamos nuestro deseo (este cambio es la esencia del perdón), así que por medio de la entrega al Espíritu Santo se consigue que el deseo de separación sea sustituido por el deseo de reconocer la verdad/Unidad. Y esto es todo: el resto se sigue automáticamente: el deseo de reconocer la Unidad (de despertar a la verdad) promueve la creencia correspondiente: la creencia de que en realidad no hay separación. Esta creencia de mentalidad recta conduce a pensamientos de unión/armonía, los cuales general las emociones correspondientes (sentimientos de amor, paz, armonía, etc) y finalmente se percibe un mundo amoroso y benigno, que cuando finalmente sea nuestra conciencia constante se llamará "mundo real".

Al finalizar por completo todo el proceso, tras la iluminación y tras haberse transcendido incluso esa última ilusión de la iluminación, finalmente desaparecen todos los círculos y solamente queda el punto en el centro, llámese Cielo, o Absoluto, Unidad, Ser, etc. (A estas alturas ese punto ya no es el ilusorio Tomador-de-decisiones porque ya no hay decisiones que tomar; en el Cielo solo hay Unidad, no opciones a elegir opuestas entre sí; entonces el Tomador-de-decisiones digamos que colapsa sobre sí mismo, vuelto totalmente hacia dentro, y reconoce su verdadero Ser, el Cielo/Unidad: lo infinito y pleno).

En el Cielo o Absoluto no hay deseos, pues se es todo: hay plenitud. Se podría decir, metafóricamente, que en vez de deseo hay Voluntad, pero es básicamente la Voluntad de Ser, la plenitud, por lo que en realidad no es necesaria ninguna palabra. En el Cielo o Absoluto no hay creencia, sino que lo que hay es certeza. No hay pensamientos ni emociones, sino si acaso, metafóricamente, podríamos llamarlo el Pensamiento Único de Dios, del Ser. Y no hay percepción, pues solo hay puro conocimiento: plenitud de ser, más allá de las limitadas formas, más allá del limitado espacio/tiempo; vida intemporal; eternidad.

Hay un vídeo de David Hoffmeister que ha sido el origen de este post. El vídeo se titula "Niveles de la mente", y en él David Hoffmeister muestra ese dibujo con las diversas capas de la mente, y da sugerentes explicaciones.

El vídeo es en inglés pero si activáis los subtítulos aparecerán subtítulos en español. Este es el link: https://www.youtube.com/watch?v=sDUxWi0-YgA (duración: 13 minutos).

Notad cómo David Hoffmeister menciona que justo por debajo del mundo (del círculo de la percepción) se encuentra el "anillo/círculo del temor" del que habla el Curso por ejemplo aquí:

Te sientes seriamente tentado de abandonar al Espíritu Santo al primer roce con el anillo de temor, pero Él te conducirá sano y salvo a través del temor y más allá de él. 

El círculo de temor yace justo debajo del nivel que los ojos del cuerpo perciben, y aparenta ser la base sobre la que el mundo descansa. Ahí se encuentran todas las ilusiones, todos los pensamientos distorsionados, todos los ataques dementes, la furia, la venganza y la traición que se concibieron con el propósito de conservar la culpabilidad, de modo que el mundo pudiese alzarse desde ella y mantenerla oculta. (T.18.IX.3.9; 4.1-2)

Puede venir bien incluir aquí, además, algunas otras frases del Curso que se relacionan con el tema, mostrando algunas de las dinámicas entre esos factores o niveles de la mente. El Curso da preeminencia al pensamiento sobre la emoción, ya que la emoción depende del pensamiento. Se habla también de la relación del deseo con la percepción, etc. Por ejemplo:

La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por lo tanto, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así percibirá. No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él. La percepción es un resultado, no una causa. (T.21.introd.1.1-8)

Es imposible no creer en lo que ves, pero es igualmente imposible ver lo que no crees. La percepción se construye sobre la base de la experiencia, y la experiencia conduce a las creencias. La percepción no se estabiliza hasta que las creencias se cimientan. De hecho, pues, lo que ves es lo que crees. (T.11.VI.1.1-3)

Con todo, diferentes experiencias conducen a diferentes creencias, y a través de éstas, a diferentes percepciones. Pues las percepciones se aprenden mediante creencias, y la experiencia ciertamente enseña. Te estoy conduciendo a una nueva clase de experiencia que cada vez estarás menos dispuesto a negar. (T.11.VI.3.4-6)

Mientras tu creencia en Dios y Su Reino se vea asaltada por cualquier duda, lo que Él ha logrado perfectamente no será evidente para ti. (T.6.V.C.7.4)

No te resultará difícil comprender lo que esta visión te dice, pues todo el mundo ve sólo lo que cree ser. (T.22.I.5.2)

Mas debes conocer la ley que rige toda visión y no dejar que tu mente se olvide de ella: contemplarás aquello que sientas en tu interior. (L.189.5.3)

Has sido tú quien se ha causado todo esto a sí mismo. (T.21.II.5.4)

La liberación se te concede en el instante en que la desees. (T.18.VII.4.3)

En las dos citas anteriores, recordemos el dibujo: el primer círculo es el del deseo.

El origen de las ilusiones es la creencia de que tienen un propósito; de que satisfacen alguna necesidad o de que conceden algún deseo. (M.14.1.6)

Y la fe sólo se puede recompensar en función de la creencia en la que se depositó. La fe le infunde poder a la creencia, y dónde se deposita dicha fe es lo que determina la recompensa, pues la fe siempre se deposita en lo que se valora, y lo que valoras se te devuelve. (T.13.IX.2.4-6)

La fe, la creencia y la visión son los medios por los que se alcanza el objetivo de la santidad. A través de ellos el Espíritu Santo te conduce al mundo real, alejándote de todas las ilusiones en las que habías depositado tu fe. Ése es su rumbo, el único que Él jamás ve. Y cuando te desvías, Él te recuerda que no hay ningún otro. Su fe, Su creencia y Su visión son para ti. Y cuando las hayas aceptado completamente en lugar de las tuyas, ya no tendrás necesidad de ellas. Pues la fe, la creencia y la visión únicamente tienen sentido antes de que se alcanza la certeza. En el Cielo son desconocidas. El Cielo, no obstante, se alcanza a través de ellas. (T.21.III.4.1)

No es posible que al Hijo de Dios le falte fe, pero sí puede elegir dónde desea depositarla. La falta de fe no es realmente falta de fe, sino fe que se ha depositado en lo que no es nada. La fe que se deposita en las ilusiones no carece de poder, pues debido a ello el Hijo de Dios cree ser impotente. De ese modo, no se es fiel a sí mismo, pero sí tiene gran fe en las ilusiones que abriga acerca de sí mismo. Pues tú inventaste la fe, la percepción y la creencia a fin de perder la certeza y encontrar el pecado. Este rumbo demente fue tu propia elección, y al depositar tu fe en lo que habías elegido, fabricaste lo que deseabas. (T.21.III.5)

La fe, la percepción y la creencia pueden estar mal ubicadas y servir de apoyo tanto para las necesidades del gran embaucador como para las de la verdad. (T.21.V.8.1)

La fe y la creencia, apoyadas por la razón, producen forzosamente un cambio en tu percepción. (T.21.V.10.4)

La única creencia que se mantiene celosamente oculta y que se defiende aunque no se reconoce, es la fe en ser especial. (T.24.I.3.1)

Recuerda que toda sensación de debilidad está asociada con la creencia de que eres un cuerpo, la cual es una creencia errónea y no merece que se tenga fe en ella. (L.91.9.3)

Actualización: Me he dado cuenta de que en el vídeo de David Hoffmeister, si miramos en la descripción del vídeo en youtube se facilitan algunos links relacionados, y por lo que veo en uno aparece el gráfico bien dibujado (en PDF) y en otro se dan unas explicaciones, todo en español. Veamos estos dos links: 1) Breves aclaraciones sobre los niveles de la mente: https://un-curso-en-milagros.org/niveles-de-la-mente/ 2) El gráfico en PDF: https://un-curso-en-milagros.org/wp-content/uploads/pdf/instrumento-para-la-paz.pdf

En cuanto al círculo central, llamado ahí nivel del deseo o de la oración y que es la clave del perdón o cambio de mentalidad, me ha gustado la cita que aparece junto al gráfico, que supongo que David Hoffmeister también la debe mencionar en el vídeo:

La verdad se restituye en ti al tú desearla, tal como la perdiste al desear otra cosa. (T.20.VIII.1.2)

Y ya que estamos con esto, recordemos una de las citas que ya mencioné más arriba, seguida de otras tres muy íntimamente relacionadas:

La liberación se te concede en el instante en que la desees. (T.18.VII.4.3)

Puedes reclamar el instante santo en cualquier momento y lugar en que lo desees. (T.15.IV.4.4)

En la súbita expansión de conciencia que tiene lugar sólo con que tú lo desees reside el irresistible atractivo del instante santo. (T.18.VI.14.2)

Recordarás todo en el instante en que lo desees de todo corazón, pues si desear de todo corazón es crear, tu voluntad habrá dispuesto el fin de la separación, y simultáneamente le habrás devuelto tu mente a tu Creador y a tus creaciones. (T.10.I.4.1)

Nota: en una de las etiquetas de este post, "deseo", veo que ya hubo un post sobre los deseos, que parece que se complementa bastante bien con este, para profundizar en el sentido de los conceptos de "deseo", "oración", "desear de todo corazón" y algunos temas relacionados con este post. Ese post complementario se titula: Desear es pedir; desear completamente es crear. Y si queréis leerlo, se encuentra aquí: https://hablemosdeucdm.blogspot.com/2013/04/desear-es-pedir-desear-completamente-es.html

☼☼☼

miércoles, 17 de octubre de 2018

Percepción correcta — Conocimiento

Reunimos aquí unas citas sobre la percepción (lo ilusorio) y el conocimiento (lo Absoluto, la verdad pura), entendidos tal como se usan estos términos en Un Curso de Milagros. La percepción, a su vez, se presenta en el Curso con dos aspectos: la percepción errónea (basada en el sistema de pensamiento del ego, la cual obstruye el conocimiento) y la percepción correcta o verdadera (la cual refleja el conocimiento y permite que el conocimiento se revele, disolviéndose así la propia percepción verdadera para que finalmente solo quede el conocimiento, lo único auténticamente real). A veces se habla de mentalidad recta, lo cual equivale a la percepción verdadera. Cuando se habla de la Mentalidad-Uno, eso se refiere al conocimiento. El término "milagro" puede entenderse como equivalente a la mentalidad recta, o a elegir la percepción verdadera. Veamos las citas sobre este tema, sacadas del Curso:

     Como hombre no traté de contrarrestar los errores con el conocimiento, sino de corregir el error de raíz. (T.3.IV.7.4)

     Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. (T.1.VI.3.3)

     "Nadie viene al Padre sino por mí" no significa que yo esté en modo alguno separado de ti o que sea diferente, excepto en el tiempo, y el tiempo no existe realmente. La afirmación tiene más sentido desde el punto de vista de un eje vertical (en la mente; instante santo de mentalidad recta) que de uno horizontal (en el tiempo, en el mundo). Tú estás debajo de mí y yo estoy debajo de Dios. En el proceso de "ascensión" yo estoy más arriba porque sin mí la distancia entre Dios y el hombre sería demasiado grande para que tú la pudieses salvar. Yo salvo esa distancia por ser tu hermano mayor, por un lado, y por el otro, por ser un Hijo de Dios. La devoción que les profeso a mis hermanos es lo que me ha puesto a cargo de la Filiación, que completo porque formo parte de ella. Tal vez esto parezca contradecir la afirmación "Yo y el Padre somos uno", pero esa afirmación consta de dos partes en reconocimiento de la mayor grandeza del Padre. (T.1.II.4)

     El milagro reduce al mínimo la necesidad del tiempo. En el plano longitudinal u horizontal el reconocimiento de la igualdad de los miembros de la Filiación parece requerir un tiempo casi interminable. El milagro, no obstante, entraña un cambio súbito de la percepción horizontal a la vertical. (T.1.II.6.1-3)

     La idea de un orden de necesidades, que proviene del error original de que uno puede estar separado de Dios, requiere corrección en su propio nivel antes de que pueda corregirse el error de percibir niveles. No te puedes comportar con eficacia mientras operes en diferentes niveles. Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. Esto es así porque crees que vives en el espacio, donde conceptos como "arriba" y "abajo" tienen sentido. En última instancia, ni el espacio ni el tiempo tienen ningún sentido. Ambos son meramente creencias. (T.1.VI.3)

     No se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. Puedes tener una mentalidad recta o una mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el conocimiento. El término "mentalidad recta" se debe entender como aquello que corrige la "mentalidad errada", y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percepción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo. (T.3.IV.4)

     En presencia del conocimiento todo juicio queda automáticamente suspendido, y éste es el proceso que le permite al conocimiento reemplazar a la percepción. (T.3.VI.3.6)

     Vida y muerte, luz y obscuridad, conocimiento y percepción, son conceptos irreconciliables. (T.3.VII.6.6)

     Dicha corrección es necesaria únicamente porque la percepción falsa es un obstáculo para el conocimiento, mientras que la percepción fidedigna es un trampolín hacia él. (T.4.II.11.2)

     La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. (T.5.I.6.5)

     Al permitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, éste finalmente podrá ser recordado. (T.6.II.7.3)

     Cuando el Espíritu Santo te haya conducido finalmente hasta Cristo en el altar de Su Padre, la percepción se fundirá con el conocimiento porque se habrá vuelto tan santa que su transferencia a la santidad será sencillamente su extensión natural. El amor se transfiere al amor sin ninguna interferencia, pues ambos son uno. A medida que percibas más y más elementos comunes en todas las situaciones, la transferencia del entrenamiento bajo la dirección del Espíritu Santo aumentará y se generalizará. Aprenderás gradualmente a aplicarlo a todo el mundo y a todas las cosas, pues su aplicabilidad es universal. Una vez que esto se logra, la percepción y el conocimiento se vuelven tan similares que comparten la unificación de las leyes de Dios. (T.12.VI.6.3-7)

      La percepción perfecta, pues, tiene muchos elementos en común con el conocimiento, haciendo que sea posible su transferencia a él. (T.13.VIII.3.1)

      La percepción es el medio a través del cual se lleva la ignorancia ante el conocimiento. La percepción, no obstante, tiene que estar desprovista de engaño, pues de otra manera se convierte en el mensajero de la ignorancia, en vez de en un ayudante en la búsqueda de la verdad. (T.14.VII.1.7-8)

      La percepción se basa en elegir, pero el conocimiento no. (T.25.III.3.1)

      La percepción cambia, pues fue concebida para substituir el conocimiento inmutable. (T.26.VII.3.4)

      Una percepción confusa obstruye el conocimiento. (T.26.X.1.9)

      El conocimiento es restituido una vez que la percepción ha sido transformada y ha dado paso enteramente a lo que por siempre ha de estar más allá de su más elevado alcance. (L.336.1.2)

      El conocimiento no es el remedio para la percepción falsa, puesto que al proceder de distintos niveles, jamás pueden encontrarse. La única corrección posible para la percepción falsa es la percepción verdadera. Ésta no perdurará. Pero mientras dure, su propósito será sanar. La percepción verdadera es un remedio que se conoce por muchos nombres. El perdón, la salvación, la Expiación y la percepción verdadera son todos una misma cosa. Son el comienzo de un proceso cuyo fin es conducir a la Unicidad que los transciende a todos. La percepción verdadera es el medio por el que se salva al mundo de las garras del pecado, pues el pecado no existe. Y esto es lo que la percepción verdadera ve. (C.4.3)

      La mente está, por consiguiente, confusa, porque sólo la Mentalidad-Uno está exenta de confusión. (T.3.IV.3.3)

     La salvación no es otra cosa que "mentalidad recta", que aunque no es la Mentalidad-Uno del Espíritu Santo, se debe alcanzar antes de que la Mentalidad-Uno pueda ser reinstaurada. (T.4.II.10.1)

     Representa un estado mental lo suficientemente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transferencia a ella sea finalmente posible. La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. (T.5.I.6.4-5)

     Tanto este mundo como el mundo real son ilusorios, pues la mentalidad recta simplemente pasa por alto —o perdona— lo que nunca ocurrió. Por lo tanto, la mentalidad recta no es la Mentalidad-Uno de la Mente de Cristo, Cuya Voluntad es una con la de Dios. (C.1.6.2-3)

☼☼☼                                     ☼☼☼                                     ☼☼☼

domingo, 14 de octubre de 2018

Juegos de víctima. Culpa. Vídeo de Shaumbra, con Adamus

El siguiente vídeo habla de la culpa que subyace a los juegos de víctima. No es un vídeo basado directamente en Un Curso de Milagros, pero esta charla tiene muchos puntos compatibles con el Curso.

El vídeo es en inglés hablado, y subtitulado en español:

Juegos de víctima — Culpa (Adamus Saint Germain)

https://www.youtube.com/watch?v=rFmmPFwLTWQ

Duración: 1 hora y 17 minutos.

Fuente original: https://www.crimsoncircle.com/

Saludos