lunes, 23 de enero de 2017

¿Somos libres o somos marionetas?

El siguiente tema es del foro Concordia y plenitud. Lo copio aquí porque es una duda que puede ser común a muchas personas en determinada etapa del viaje espiritual. Quien quiera ver el hilo original del foro (por si en un futuro se actualiza con algún matiz complementario más), puede verlo aquí: La libre elección: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t125-la-libre-eleccion

Pregunta: Si el personaje que creo ser como figura humana del sueño no puede elegir porque el guion está escrito. ¿Quién es el que elige cuando perdono? ¿La idea que emerge en mi cabeza de perdonar es un reflejo siempre de la mente ontológica o es un pensamiento del cerebro? 

Reflexionaba sobre ello pensando que si Javi (yo) solo es una sombra en un sueño y soy manejado como una marioneta por mi mente ontológica realmente no puedo decidir nada. Solo puedo esperar a que mi mente decida cambiar de guion. O sea que por muchos planes que haga como persona ninguno será nada porque lo que estoy haciendo es solo creer que planeo cuando solo sigo las huellas que mi mente ontológica me ha marcado. Estoy ahora en un patrón obsesivo que viene y va, hay veces que siento que está ya superado y de repente zas!! caída mas aguda todavía. Es como si no pudiese evitarlo cuando estoy dentro del conflicto, es duro porque cuando estoy en medio del conflicto parece que nunca voy a salir de él, y al de un rato vienen pensamientos o los busco para calmar la situación y se suaviza el proceso y hasta siento una calma preciosa que hay veces que me cuesta aceptar por que siento que no está solucionado el tema. Pero sin esa calma que dura muy poco no tendría sentido nada. No sé de dónde viene esa calma. 

Quizá me podéis comentar algo al respecto. 

Un abrazote querid@s amig@s.

Comentario en respuesta:
Javier.E escribió: Si el personaje que creo ser como figura humana del sueño no puede elegir porque el guion está escrito. ¿Quién es el que elige cuando perdono?
El personaje es simplemente un reflejo, proyectado en el espejo del mundo. La decisión se toma en la mente (aquí la estamos llamando "mente ontológica" para no confundirla con lo que llamamos "mente humana"; Kenneth Wapnick también llama a eso "tomador de decisiones"). Lo que experimentas como personaje (básicamente: paz o falta de paz) es un reflejo de lo que estás eligiendo como mente ontológica. Tú eres la mente ontológica, y todo lo que piensas es en la mente ontológica, pero al estar identificado con el cuerpo experimentas todo centrado en el cuerpo, que en realidad es un reflejo y ni siquiera es físico (sigue siendo una fantasía de la mente ontológica).

Javier.E escribió: ¿La idea que emerge en mi cabeza de perdonar es un reflejo siempre de la mente ontológica o es un pensamiento del cerebro?
El cerebro es parte del cuerpo, así que es también un reflejo. El cerebro no decide nada, aunque en el mundo sí parece ser el "panel de control" o "centro de decisiones", y parece ser así porque el cuerpo/mundo ha sido diseñado para que parezca así. A nivel del mundo, las decisiones parece tomarlas el cerebro. Pero eso es una ilusión. El cerebro no existe, excepto como una fantasía mientras queremos seguir experimentándonos como cuerpos individuales.

La idea de perdonar cosas a nivel del mundo es un reflejo de que a nivel de la mente ontológica tu mente está perdonando la creencia en la separación de la Unidad/Dios, y esa decisión perdonadora se refleja entonces en el espejo del cuerpo/cerebro/mundo.

Javier.E escribió: Reflexionaba sobre ello pensando que si Javi (yo) solo es una sombra en un sueño y soy manejado como una marioneta por mi mente ontológica realmente no puedo decidir nada. Solo puedo esperar a que mi mente decida cambiar de guion.
No tienes que esperar a que tu mente decida cambiar de decisión. Tu mente eres tú. No tienes que esperar a cambiar de decisión: puedes hacerlo cuando quieras. Incluso ahora, a pesar de ser en gran medida inconsciente de las profundidades de tu mente ontológica, aún así puedes utilizar aquello de lo que sí eres consciente (el cuerpo, el mundo, las relaciones con las personas y con las circunstancias del mundo) para acceder indirectamente a la mente ontológica, lo cual haces al practicar el perdón tal como el Curso te lo enseña. Y aunque en tu experiencia te parece que estás perdonando a nivel humano (te parece así debido a tu identificación con el cuerpo/individualidad humana), en realidad estás haciéndolo todo a nivel ontológico, y lo que percibes como "cosas humanas" es el reflejo de lo que estás eligiendo en la mente ontológica. Pero como no eres consciente del nivel ontológico de tu experiencia, puedes seguir usando el truco que te ofrece en el Curso el Espíritu Santo: haces como que perdonas humanamente (tomando conciencia de que no estás disgustado por la razón que crees, de que podrías elegir paz en lugar de conflicto, de que no tienes que hacer nada para deshacer lo que no es nada, sino que basta con observar sin juzgar: observar sin juzgarte y sin juzgar a otros o a la situación, es decir, no juzgar nada por tu cuenta), y al practicar ese perdón (aparentemente "a nivel humano") todo irá bien, pues de hecho eso ya es el reflejo de que a nivel ontológico estás eligiendo también el perdón en primer lugar, y luego se refleja en lo que percibes humanamente.

Una metáfora que tiene alguna semejanza. Eres como un cirujano realizando una operación "a distancia": el paciente se encuentra en un hospital de Sevilla, y el cirujano puede estar en otra ciudad, como por ejemplo Nueva York. El cirujano no ve directamente al paciente (el paciente representa lo que se elige a nivel ontológico), pero se ayuda de pistas indirectas: dispone de un monitor, conectado por internet o por algún tipo de red al hospital donde se encuentra el paciente, donde la operación está siendo filmada y enviada (retransmitida en directo) adonde se encuentra el cirujano (a la imagen en el monitor). Lo que el cirujano ve en el monitor son las imágenes de lo que ya ha ocurrido (un reflejo), pero como son acciones más o menos simultáneas, le sirve para elegir dónde mover el bisturí, dónde cortar, dónde curar, dónde coser, etc, y entonces una especie de robot o "bisturí automático accionado a distancia" efectúa la operación "in situ" (en el propio paciente, lo que representa el nivel ontológico), siguiendo las indicaciones del cirujano (en nuestro caso, esas indicaciones las damos a nivel ontológico también, aunque lo experimentemos como si fuese a nivel humano). El cirujano opera basándose en el monitor (en el reflejo: representando a nuestra experiencia corporal del mundo), pero eso funciona para lograr operar con éxito al paciente (representando que la mente ontológica está siendo sanada, lo cual puede verse también en el reflejo). También en nuestro proceso de despertar, lo ontológico y su reflejo en el sueño del mundo son en realidad simultáneos, pues como dice el Curso, todo ya ocurrió y terminó. En el mismo instante en que pareció ocurrir la separación, llegó también la corrección del Espíritu Santo y en menos que un parpadeo todo volvió a la normalidad. El Cielo nunca se vio interrumpido realmente. Como nosotros insistimos en creer lo contrario, ahora revisamos los vídeos que ya fueron rodados por así decir. Y todos esos pensamientos ya ocurrieron, tanto los de separación como los de perdón. Cuando elegimos revisar los de perdón, estamos eligiendo despertar. Y cuando vemos eso reflejado a nivel humano, es un indicio de que a nivel ontológico ya estamos eligiendo el perdón y despertando.

Si por Javi te refieres al cuerpo o persona humana, Javi es solo un reflejo en el sueño del mundo, pero puedes usar ese reflejo para tomar conciencia de si estás eligiendo el perdón o no (Javi/cuerpo es el monitor, y tú eres el cirujano/mente). Y como estás tan identificado con Javi, sigue perdonando como si perdonaras "desde Javi", pero con el tiempo irás tomando conciencia de que en realidad estás practicando el perdón a nivel más profundo (como la mente ontológica), y luego ves en Javi el reflejo de ello. El Curso en realidad se hace en la mente ontológica, y el mensaje del Curso se dirige a ti como mente ontológica y no a ti como humano. Pero durante un buen tramo del proceso, hacemos la práctica como si fuésemos humanos, debido a nuestra fuerte identificación con la figura del sueño. No importa: este perdonar desde la figura en el sueño es el reflejo de que estamos perdonando correctamente desde lo que somos a nivel ontológico. Y con el tiempo, iremos tomando cada vez más conciencia de que no somos la figura soñada (el cuerpo), sino que somos el soñador (la mente ontológica). Esta toma de conciencia ocurre gracias al perdón, que nos permite volver la mente hacia dentro.

Todo lo hace (=decide) siempre la mente ontológica. Al principio la mente ontológica sueña ser un cuerpo humano y perdona como un cuerpo, y finalmente, cerca del final del proceso, uno toma conciencia de que se es el soñador y no el sueño. Pero esa toma de conciencia ocurre cuando ya hayamos practicado muchísimo el perdón, aunque a nosotros nos parezca que lo estamos haciendo "a nivel humano".

En última instancia, cuanto más nos identificamos con el personaje/cuerpo, más marioneta somos. Y cuanto más volvemos la mente hacia dentro para identificarnos con el soñador, menos marioneta somos porque estamos tomando más conciencia de nuestra capacidad para tomar decisiones como mente. Pero todo el tiempo (incluso cuando en la práctica vivimos casi como marionetas) somos la mente tomadora de decisiones, por lo que en realidad nunca somos una marioneta. Sentirnos marionetas es otra forma de decir que nos sentimos víctimas por lo que nos está haciendo alguien o algo externo a nosotros. El perdón implica darnos cuenta de que no existe nada externo a nosotros, por lo que es imposible que seamos marionetas. En otras palabras, somos el soñador y no el sueño; y en última instancia se reconoce que tampoco somos el soñador, sino que somos únicamente la plenitud del Uno, que es inmutable, nunca duerme y nunca pierde su indescriptible paz.
Javier.E escribió: (...) al de un rato vienen pensamientos o los busco para calmar la situación y se suaviza el proceso y hasta siento una calma preciosa que hay veces que me cuesta aceptar por que siento que no está solucionado el tema. Pero sin esa calma que dura muy poco no tendría sentido nada. No sé de dónde viene esa calma.
Esa calma viene de que a nivel ontológico has elegido el perdón, y ahora lo ves reflejado también en tu experiencia humana.

Post-data:

En mi comentario anterior, en el ejemplo que he puesto del cirujano realizando una operación "a distancia", un ejemplo que es relativamente válido si se entiende bien, pero tal vez hubiera sido más fácil la metáfora del simple espejo: cuando te afeitas ante el espejo, lo que ves en el espejo es simplemente un reflejo, pero no se te ocurre quejarte de que como es un reflejo es imposible afeitarte jejeje. Como la imagen en el espejo es casi simultánea con lo que haces en tu propio lado ("ontológico"), el reflejo en el espejo te sirve para conseguir afeitarte correctamente. Con el perdón de las ilusiones es parecido. Vemos su reflejo en el mundo/cuerpo, pero ese reflejo nos sirve para que a nivel ontológico podamos elegir lo correcto. Y cuando en el reflejo percibimos perdón (en las relaciones humanas, del mundo, etc), eso nos está diciendo que estamos haciéndolo bien en el nivel ontológico. El nivel ontológico viene primero (al igual que al afeitarnos ante el espejo, las acciones de nuestra mano con la maquinilla vienen primero), y luego, casi simultáneamente (en realidad incluso sin el "casi") podemos ver el reflejo, y podemos guiarnos por lo que vemos en el espejo para hacernos una idea de lo que está sucediendo en el "otro lado". Si fuésemos directamente conscientes de nuestra cara (del nivel ontológico) podríamos afeitarnos sin fijarnos en el reflejo (podríamos perdonar desde más allá del cuerpo/individuo), pero puesto que estamos tan identificados con el cuerpo y solamente miramos a eso, ahora el Espíritu Santo nos enseña cómo usar el reflejo para regresar igualmente al perdón ontológico, y no hay necesidad de hacer otra cosa que mirar el reflejo para tomar conciencia de nuestras decisiones, enseñados por el Espíritu Santo.

En resumen, si puedes afeitarte sin verte la cara "real", es decir, simplemente mirando la cara reflejada del espejo, entonces puedes hacer lo mismo con el perdón: puedes perdonar sin ver directamente la mente ontológica. Ya la estás viendo indirectamente al prestar atención a su reflejo. Eso es todo. Perdona en el espejo y en realidad estarás perdonando en la mente ontológica (igual que si el "Javi" del espejo se está afeitando, eso significa que el Javi del otro lado del espejo se está afeitando primeramente).

Nueva post-data:

Ah, siguiendo con la metáfora de afeitarnos ante un espejo, podemos decir que cuando tratamos de solucionar cosas en el mundo, (que es lo que hemos estado haciendo casi siempre), en la metáfora eso equivale a ver nuestra cara en el espejo y entonces tratar de afeitar la cara del espejo, en vez de la nuestra propia. O con boceras o restos de comida: sería como intentar limpiar nuestras cara manchada o boceras en el espejo, en vez de limpiar nuestra propia cara. Si limpiamos en el espejo, veremos que el reflejo sigue sin arreglarse (simplemente chocamos contra el espejo: conflicto). Pero si utilizamos el reflejo para limpiar nuestra propia cara, entonces veremos que la cara reflejada queda limpia también, sin necesidad de hacer nada en el espejo.

Este tipo de ejemplos son clásicos en las tradiciones no-duales. Por ejemplo, Ramana Maharshi usaba la metáfora de ver una película en una pantalla de cine, estando el proyector a nuestras espaldas. Si la imagen de la pantalla se estropea (se desenfoca, etc), si intentamos arreglar eso en la propia pantalla no lograremos nada: la imagen seguirá desenfocada. Pero si aprovechamos el "reflejo" (la imagen en la pantalla) que vemos desenfocado para tomar conciencia de que algo anda mal en el proyector (que representa el nivel ontológico), podemos volvernos hacia atrás hacia el proyector, ajustarlo para enfocar la imagen, y entonces podremos ver en la pantalla que la imagen ya está arreglada. Igualmente, el perdón lo estamos haciendo en la mente ontológica, pero al mirar los reflejos en el sueño del mundo podemos tomar conciencia de si estamos perdonando o no en el nivel ontológico.

El perdón lo practicamos a nivel de las relaciones corporales (circunstancias en el mundo, incluidos nuestros pensamientos y sentimientos humanos, sensaciones, etc), pero al practicarlo en lo que a nosotros nos parece el personaje/mundo, automáticamente el perdón ocurre en el nivel ontológico, porque está diseñado así por el Espíritu Santo, como un proceso mental que se dirige automáticamente a lo ontológico sin que nosotros tengamos que hacer nada en especial, simplemente perdonar el reflejo que percibimos como que nos molesta, sabiendo lo que representa. Lo importante es que funciona.

Resumen: Esto no lo dije en el foro, pero es una forma de resumir el tema en pocas palabras: No eres el títere o marioneta, sino el titiritero que maneja la marioneta. No eres el personaje del sueño, sino el soñador que lo sueña. No eres una víctima/cuerpo, sino la mente que tiene la sartén por el mango (el que decide). Tú eres quien elige. Siempre eliges tú. Pero estás confundido con respecto a lo que eres, así que crees ser un cuerpo y reprimes el recuerdo de ser el decididor (la mente), ya no digamos el recuerdo de ser el Cristo/Uno, que es un recuerdo sepultado (reprimido) todavía más profundamente en tu mente. Al dar el primer paso de desidentificarte del personaje del sueño e identificarte con el soñador (la mente tomadora de decisiones), una vez ahí podrás dar el paso final de desidentificarte también del soñador y elegir desde ahí el perdón: reconocer que la separación nunca ocurrió (este proceso es automático si uno practica el perdón lo mejor que sepa, tal como lo enseña el Curso; o si uno vuelve la mente hacia dentro mediante cualquier otro procedimiento). Entonces se completa la desidentificación con el soñador y despiertas a tu verdadera Identidad como Cristo o Uno (es lo mismo que Dios), y ahí no hay más que risa y plenitud, pues se reconoce que el Uno nunca ha estado ni podría quedarse dormido.

Actualización: En el foro Concordia y plenitud surgió otro hilo sobre el mismo tema, que complementa este post e incluso se puede considerar casi una continuación de éste. Quien esté interesado, lo encontrará aquí: Sobre el hacedor y la elección: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2017/01/sobre-el-hacedor-y-la-eleccion.html

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