domingo, 6 de agosto de 2017

Refranes populares a la luz de UCDM (XXVII)

Querer es poder.

Simplemente lo retraducimos como:

Perdonar es despertar.

☼☼☼

¿Quién le pone el cascabel al gato?

Según la fábula, los ratones se reunieron para deliberar sobre la terrible amenaza que día tras día acechaba sus vidas: el gato. ¿Cómo podrían escapar de ser comidos por el gato? Finalmente, un ratón ingenioso ideó la solución:

— ¡Pondremos un cascabel al gato, en su cola! De este modo, cuando se acerque escucharemos el cascabel y no podrá pillarnos desprevenidos. ¡Nunca más nos atrapará!

Todos los ratones se entusiasmaron con esta idea y aplaudieron al unísono, dando vítores y saltos de alegría.

— ¡Viva, viva, genial idea! ¡Estamos salvados!

De repente, un ratón anciano hizo una inquietante pregunta:

— Pero... en definitiva... ¿quién de nosotros le pondrá el cascabel al gato?

Los ruidos y entusiasmos fueron disminuyendo hasta que se instaló un silencio sepulcral. Nadie estaba dispuesto a asumir ese peligroso riesgo. La reunión acabó sin que los ratones hubiesen hallado ninguna solución.

Por suerte, Un Curso de Milagros nos enseña que nuestra situación es diferente a la de los ratones de la fábula. Porque según UCDM, el gato-ego ya lleva puesto el cascabel. De todos modos es un gato demasiado ruidoso como para que pueda acercarse sigilosamente a nadie. No hay el más mínimo peligro; en el fondo se trata de un cascabel sin gato, por así decir. El gato-ego es ilusorio y nuestra sensación de peligro es algo imaginario. La única manera de que el ego nos sorprenda es que deseemos ser sorprendidos por él (es decir, que deseemos nuestra ilusoria individualidad por encima de la verdad). Pero si queremos sinceramente la paz y la verdad, no tenemos más que mirar atentamente. El gato-ego está siempre muy a la vista. Nadie tiene que asumir el "peligroso riesgo" de ponerle un cascabel, pues el Espíritu Santo ya se encarga de avisarnos de todo. Simplemente tenemos que aceptar la solución que el Espíritu Santo nos ofrece y, al mirar el mundo desde nuestra mentalidad recta (el hogar del Espíritu Santo y de la paz), dejaremos de autoengañarnos. Veremos las apariencias como apariencias y la verdad como verdad. Y el gato-ego desaparecerá. Ni siquiera está; es solamente una especie de espantapájaros que confundimos con alguien real.

Mediante la cancelación progresiva y sistemática de los efectos de todos los errores, en todas partes y con respecto a todo, el Espíritu Santo enseña que el ego no existe y lo demuestra. (T.9.IV.5.6)

☼☼☼

Quien ama el peligro, en él perece.

Quien por el ego vive, por el ego muere. Ya nos avisa el Curso de nuestra atracción inconsciente por el ego en sus diversas formas: la atracción por la culpabilidad (T.19.IV.A.i), la atracción por el dolor (T.19.IV.B.i), la atracción por la muerte (T.19.IV.C), etc. No nos damos cuenta de cuán peligrosa es nuestra creencia de que el mundo/individualidad es real y nos dará la felicidad. El mundo aparenta ser nuestro hogar, pero en realidad es sufrimiento y muerte. Por fortuna, nuestro verdadero Ser es inmutable y no puede sufrir ni morir, pero mientras sigamos jugando a creer lo contrario, nuestra experiencia parecerá teñida de muerte y sufrimiento.

Cuando nos cansemos de este juego, simplemente salgamos de él. La ficción del mundo de las formas necesita de nuestra colaboración para mantenerse, porque cuando dejamos de creer en ello se debilita hasta desaparecer. Por lo tanto, cuando queramos dejar de jugar al sufrimiento, amemos la paz en vez del conflicto del ego.

☼☼☼

Uno de los dos sobra en este pueblo, forastero.

O sus variantes, por ejemplo:

En este pueblo sólo hay lugar para uno de los dos, forastero.

En este pueblo no cabemos los dos, forastero.

Es una frase típica de las películas del oeste, que nos sirve para representar uno de los principios favoritos del ego, el principio de exclusión: o tú o yo.

El ego, al creer en las diferencias y en la limitación de los recursos, convierte las situaciones en un tú o yo: o ganas tú y pierdo yo, o gano yo y pierdes tú. O gana mi familia (o mi país, mi opinión, mi equipo de fútbol, etc) y entonces el otro pierde, o por el contrario ganan los otros y son los míos los que pierden. El ego está siempre en competencia, luchando por los recursos limitados. Ve al "otro" como un enemigo, y se identifica con sus aparentes aliados temporales mediante el amor especial.

Por su lado, el Espíritu Santo nos recuerda que todos vamos en el mismo barco: o todos ganamos, o todos perdemos. Nuestra única verdadera ganancia es despertar del sueño dual, y cuando lo hacemos, vemos que todos somos uno.

También podemos decirle simbólicamente al ego que "uno de los dos no cabe en este pueblo, forastero". Es decir, en mi experiencia consciente no cabe a la vez el ego y mi verdadero Ser. Uno de los dos sobra, y nos corresponde a cada uno elegir a quién aceptamos como nuestra identidad (la paz o el miedo). Si elegimos al Espíritu Santo (paz, unión), despertamos. Si elegimos al ego (miedo, separación), dormimos. Pero no podemos experimentarlos a los dos a la vez en el "pueblo" de nuestra mente/conciencia.

☼☼☼

Ancha es Castilla.

Parece, por lo que he leído en internet (foro de WordReference), que el significado de este dicho viene de que "en los tiempos de la Reconquista, las tierras de Castilla estaban muy poco habitadas, por lo tanto los campos castellanos eran el sitio perfecto para iniciar un negocio (legal o ilegal) sin que nadie te viera". Es decir, que el mundo es lo suficientemente grande para que cada uno haga sus menesteres sin que unos choquemos con otros.

El ego siempre busca confrontación, chocar con los demás, tener discusiones y conflicto, como si el mundo fuera tan pequeño que fuese inevitable chocar y pelear, en competencia unos con otros. El ego nos conduce a menudo a situaciones en las que seamos castigados (inconscientemente buscamos castigarnos por nuestra creencia en la culpa por la separación de Dios), y nos metemos en líos, o discutimos agresivamente para provocar confrontación, o tenemos accidentes o enfermedades, etc. Pero si escuchamos al Espíritu Santo, en vez de ir al choque contra el mundo nos perdonaremos por lo que no ha ocurrido (la separación no ha ocurrido realmente) y entonces no buscaremos castigarnos, por lo que podremos decir: "Ancha es Castilla", o "Ancho es el mundo", reconociendo que hay sitio de sobra para todos y que no tenemos por qué pelearnos. El Espíritu Santo nos ayuda a comprender que todos somos compañeros, no enemigos.

A nivel de la realidad absoluta podríamos decir también: Ancho es el Cielo. Ancho es el Universo de Dios. Porque infinito ("ancho") es el Ser; infinito es el Amor e ilimitada la Felicidad.

☼☼☼

Quien aprisa sube, aprisa se hunde.

Ya hemos hablado de esto al comentar otros refranes de esta serie (por ejemplo en "No hay que empezar la casa por el tejado", en la parte XXIV). En nuestra ascensión por la escalera del despertar debemos ser pacientes y dar uno por uno cada uno de los pasos del perdón. Subimos esta escalera peldaño por peldaño, sin la arrogancia/ansiedad de querer subir de un solo salto del primer peldaño al último. Por lo tanto, no nos impacientemos ni nos obsesionemos por estar ya iluminados. Todo a su debido tiempo. Respetemos nuestro propio ritmo. Demos los pequeños pasos del perdón. Seamos pacientes, muy pacientes, atendiendo al presente, no ansiosos por un supuesto futuro.

Ahora debes aprender que sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos. (T.5.VI.12.1)

☼☼☼

Quien deja de ser amigo no lo fue nunca.

Lo verdadero es eterno. Si algo es temporal, entonces es ilusorio y generalmente del ego. Lo que el ego ofrece es siempre temporal. Si una amistad hoy lo es y mañana se torna en enemistad, eso significa que desde el principio nunca fue amistad. Un amor que se convierte en odio tampoco fue nunca amor. Una lealtad que se convierte en traición no fue nunca lealtad. La lealtad especial que nos ofrece el ego es traición disfrazada de lealtad. La amistad especial que nos ofrece el ego es enemistad disfrazada de amistad. El amor especial que nos ofrece el ego es odio disfrazado de amor. La vida especial que nos ofrece el ego es muerte disfrazada de vida.

Pero lo que el Espíritu Santo nos ofrece, nos lo ofrece eternamente. Elijámosle a Él y Su amistad, Su paz, Su amor y Su ayuda para despertar. Su regalo es eterno porque conduce a lo eterno.

No tienes ningún otro "enemigo" ((la creencia en la culpabilidad)), y el Espíritu Santo es el único Amigo que te puede ayudar contra esta absurda distorsión de la pureza del Hijo de Dios. (T.14.III.13.5)

☼☼☼

Quien en necio confía necedad recibe.

Y puesto que el ego es necio, dejémosle de lado y en su lugar confiemos en el Espíritu Santo.

☼☼☼

El que se fue a Sevilla perdió su silla.

Podríamos parafrasearlo así: El que se fue al mundo del ego, perdió su ser y el universo entero.

Contándolo en forma de parábola: Estábamos tan tranquilos en el Cielo, sentados como un solo Hijo en nuestra Silla Celestial, cuando de repente se nos ocurrió irnos de paseo al mundo del ego. Y perdimos nuestra silla. No perdimos nuestra Silla Celestial, que es inmutable y simplemente está esperando nuestro "regreso"... estamos sentados sobre ella, pero durmiendo, soñando. No, en nuestro sueño no perdimos la Silla Celestial, sino la pequeña y limitada silla que esperábamos encontrar en el mundo del ego. Al llegar, resulta que era el ego quien estaba sentado en ese ridículo trono, y no estaba dispuesto a ceder su lugar a nadie. Así pues, nos quedamos sin silla, de pie y cansados en ese mundo reflejado, ese mundo imaginario de sufrimientos. Sin embargo no ha sucedido nada realmente. Simplemente nos quedamos dormidos. Cuando despertemos, descubriremos que seguimos sentados sobre nuestro Trono eterno, en nuestra Silla Celestial.

☼☼☼

Quien mal anda, mal acaba.

Quien persiste en seguir el sistema de pensamiento del ego, mal acaba. Porque el ego, nacido del supuesto asesinato de Dios (la creencia en la separación) y agobiado por sus consecuencias (dolor, culpa, miedo), no produce otra cosa que más de lo mismo: separación, carencia, dolor, culpa, muerte y miedo. Esto es desolador, pero en cualquier instante podemos elegir cambiar de compañía, dejando de lado al ego y confiando en el Espíritu Santo. Y cuando andemos con el Espíritu Santo, acabaremos muy bien, con paz y la capacidad de despertar. Como dice otro refrán que ya comentamos en el capítulo IX, "dime con quién andas y te diré quién eres".

☼☼☼

Quien no sabe callar, no sabe hablar.

Es mejor callar para escuchar al Espíritu Santo, en vez de hablar y hablar desde el ego. Si escuchamos al Espíritu Santo seremos más comedidos al hablar y, cuando hablemos, lo haremos con inspiración. Sobre el callar y el hablar estuvimos hablando más detalladamente al comentar varios refranes del capítulo VI.

☼☼☼

Quien no tiene hermano no tiene pie ni mano.

Suerte que desde la perspectiva del Curso todos somos hermanos. Y en las relaciones con nuestros hermanos surgen muchas de las lecciones más importantes de perdón. Somos afortunados de tener tantos hermanos, y deberíamos estarles agradecidos tanto por las veces que nos expresan amor, como por las veces que nos dan la oportunidad de escuchar sus peticiones de ayuda (T.12.I.6.1-2).

☼☼☼

Quien no tiene, perder no puede.

Quien no tiene bienes, no puede perder ninguno. De hecho, tanto los bienes como la pérdida de bienes, así como todos los problemas, son asuntos del cuerpo. Si nos desprendemos de la creencia de ser un cuerpo, no podremos perder nada. Pues son los cuerpos los que parecen ganar y perder cosas, pero nuestro Ser inmutable ni gana ni pierde, pues no es del mundo y es siempre Todo y Él Mismo.

☼☼☼

Quien tiene un amigo tiene un tesoro.

Recordemos que tenemos al más fiel Amigo, el Espíritu Santo, Quien nos enseña el perdón mediante el cual todos los seres se convierten en nuestros amigos en el despertar. También las situaciones se convierten todas en nuestras amigas cuando usamos el perdón.

☼☼☼

Quien todo lo quiere, todo lo pierde.

El ego lo quiere todo, hasta dejar a los demás sin nada excepto las sobras. Este querer compulsivo se debe a la sensación de carencia interior, que no puede ser colmada ni siquiera obteniendo todos los objetos del mundo, pues esta carencia se origina en la creencia mental de habernos separado de Dios. Por lo tanto, mientras sigamos creyendo en el ego/individualidad, nos sentiremos vacíos internamente y caeremos con facilidad en la tentación del ego de querer más y más cosas en el mundo, esperando que alguna vez nuestra "hambre" sea saciada. Pero lo que tenemos es "hambre" de Dios, y no la colmaremos hasta que volvamos a ser Uno con Él.

El mundo cree en ídolos. Nadie viene a él a menos que los haya venerado y trate todavía de buscar uno que aún le pueda ofrecer un regalo que la realidad no posee. Todo idólatra abriga la esperanza de que sus deidades especiales le han de dar más de lo que otras personas poseen. Tiene que ser más. No importa realmente de qué se trate: más belleza, más inteligencia, más riqueza o incluso más aflicción o dolor. Pero para eso es un ídolo, para darte más de algo. Y cuando uno falla otro viene a ocupar su lugar, y tú esperas que te pueda conseguir más de otra cosa. No te dejes engañar por las formas en que esa "otra cosa" se manifiesta. Un ídolo es un medio para obtener más de algo. Y eso es lo que va en contra de la Voluntad de Dios. (T.29.VIII.8.4-13)

Va en contra de la Voluntad de Dios que luchemos por tener más, puesto que ya lo somos todo, junto con todos nuestros hermanos. Si buscamos tener más que otros, es porque ya hemos aceptado ser menos de lo que realmente somos.

☼☼☼

Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.

Si la felicidad/paz no viene a nosotros, vayamos nosotros hacia ella mediante el perdón.

☼☼☼

Si no puedes con tu enemigo, únete a él.

Nosotros, que somos el Ser Uno con Dios, no tenemos enemigo. Es el inexistente ego quien imagina tener un enemigo, ¡nosotros!, y como con nosotros no puede, trata de unirse a nosotros para confundirnos. Y mientras nos identifiquemos con la individualidad, el truco del ego funcionará. Pero cuando nos cansemos de jugar a sufrir y dejemos de creer en la individualidad, el ego no podrá seguir fingiendo que es uno con nosotros y, al ser inexistente, desaparecerá. En la Unidad no hay enemigos. Y lo único existente es la Unidad.

☼☼☼

Siempre que ha llovido ha escampado.

El mundo es un lugar de cambios, donde todo —placentero o doloroso— es fugaz y pasa. Así que, cuando algo no nos guste, recordemos que no durará. Y en cuanto a la completa solución, ya sabemos que es el perdón.

☼☼☼

Índice de la serie sobre los refranes populares a la luz de UCDM: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2017/08/refranes-populares-la-luz-de-ucdm-indice.html

☼☼☼

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios actualmente cerrados. Si quieres comentar algo podrías inscribirte en el foro 'Concordia y Plenitud' mientras siga abierto:

http://concordiayplenitud.foroactivo.com/

Saludos :-)

☼☼☼

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.