En lo profundo de tu interior se halla este Oasis interior, tan profundo que hasta ahí no pueden llegar los problemas, ni los dolores, ni nada que sea ilusorio. Sólo la Paz, lo verdadero, tiene cabida en este Oasis que es nuestro verdadero Ser.
Descendamos a esta serenísima profundidad en nuestro interior, donde nada nos afecta ni nada nos perturba, donde podemos descansar en paz unidos a Dios y a todos nuestros hermanos, en un constante y eterno bienestar. En este sereno refugio invulnerable, vivimos en paz para siempre. Es lo único real. Todo lo demás son ilusiones que desaparecen conforme vamos dejando de creer en ellas.
Las ilusiones pasan. Todo lo ilusorio pasa y termina desapareciendo. Todos los problemas pasan y desaparecen antes o después. Los dolores pasan y desaparecen tarde o temprano. Todo miedo y preocupación pasa y desaparece un día u otro. Pero la verdad nunca pasa, pues es eterna y permanece siempre eternamente inmutable. Y es maravillosa, calmada, amorosamente tranquila, feliz, gozosa de un ilimitado y constante bienestar sin fin.
Como dice UCDM en el Libro de ejercicios:
En lo profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a través de ti sobre el mundo. Ello sanará todo pesar y dolor, todo temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente que pensaba que todas esas cosas eran reales y que sufría debido a la lealtad que les tenía. (L.41.3) (Pág. 69)
En la última fase de cada sesión de práctica, trata de llegar muy hondo dentro de tu mente a un lugar de verdadera seguridad. Reconocerás que has llegado cuando sientas una profunda sensación de paz, por muy breve que sea. Despréndete de todas las trivialidades que bullen y burbujean en la superficie de tu mente, y sumérgete por debajo de ellas hasta llegar al Reino de los Cielos. Hay un lugar en ti donde hay perfecta paz. Hay un lugar en ti en el que nada es imposible. Hay un lugar en ti donde mora la fortaleza de Dios. (L.47.7) (Pág. 83)
La inmutabilidad del Cielo se encuentra tan profundamente dentro de ti, que todas las cosas de este mundo no hacen sino pasar de largo, sin notarse ni verse. (T.29.V.2.3) (Pág. 692)
Vayamos ahí, a lo bien hondo de nuestro Ser, y descansemos, libres de todas las ilusiones. Lo irreal no puede alcanzar al Oasis interior, pues el Oasis es paz, es real.
Sumerjámonos en lo más profundo de nosotros. En ese Oasis de calma absoluta en nuestro interior, en esta profunda paz, nuestro Ser nos sonríe y nos espera. Sumerjámonos ahí muy hondo, lejos de los ruidos del mundo, libres de los dolores y de todos los problemas, y reposemos en este Oasis de absoluta calma, perfectamente protegidos y cuidados por Dios, felizmente unidos y en paz, en constante bienestar, unidos en este Oasis de Paz donde todos somos uno y donde estamos unidos con Dios, siendo UNO en paz absoluta y en perfecta felicidad, pues sólo Dios es, y nada más puede ser, pues aquí no existen los espejismos ni las ilusiones.
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.
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Post relacionado (en otro de mis blogs): http://jugandoalegremente.blogspot.com/2013/08/dedicatoria-oasis-interior.html
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