Como hombre no traté de contrarrestar los errores con el conocimiento, sino de corregir el error de raíz. (T.3.IV.7.4)
Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. (T.1.VI.3.3)
"Nadie viene al Padre sino por mí" no significa que yo esté en modo alguno separado de ti o que sea diferente, excepto en el tiempo, y el tiempo no existe realmente. La afirmación tiene más sentido desde el punto de vista de un eje vertical (en la mente; instante santo de mentalidad recta) que de uno horizontal (en el tiempo, en el mundo). Tú estás debajo de mí y yo estoy debajo de Dios. En el proceso de "ascensión" yo estoy más arriba porque sin mí la distancia entre Dios y el hombre sería demasiado grande para que tú la pudieses salvar. Yo salvo esa distancia por ser tu hermano mayor, por un lado, y por el otro, por ser un Hijo de Dios. La devoción que les profeso a mis hermanos es lo que me ha puesto a cargo de la Filiación, que completo porque formo parte de ella. Tal vez esto parezca contradecir la afirmación "Yo y el Padre somos uno", pero esa afirmación consta de dos partes en reconocimiento de la mayor grandeza del Padre. (T.1.II.4)
El milagro reduce al mínimo la necesidad del tiempo. En el plano longitudinal u horizontal el reconocimiento de la igualdad de los miembros de la Filiación parece requerir un tiempo casi interminable. El milagro, no obstante, entraña un cambio súbito de la percepción horizontal a la vertical. (T.1.II.6.1-3)
La idea de un orden de necesidades, que proviene del error original de que uno puede estar separado de Dios, requiere corrección en su propio nivel antes de que pueda corregirse el error de percibir niveles. No te puedes comportar con eficacia mientras operes en diferentes niveles. Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. Esto es así porque crees que vives en el espacio, donde conceptos como "arriba" y "abajo" tienen sentido. En última instancia, ni el espacio ni el tiempo tienen ningún sentido. Ambos son meramente creencias. (T.1.VI.3)
No se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. Puedes tener una mentalidad recta o una mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el conocimiento. El término "mentalidad recta" se debe entender como aquello que corrige la "mentalidad errada", y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percepción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo. (T.3.IV.4)
En presencia del conocimiento todo juicio queda automáticamente suspendido, y éste es el proceso que le permite al conocimiento reemplazar a la percepción. (T.3.VI.3.6)
Vida y muerte, luz y obscuridad, conocimiento y percepción, son conceptos irreconciliables. (T.3.VII.6.6)
Dicha corrección es necesaria únicamente porque la percepción falsa es un obstáculo para el conocimiento, mientras que la percepción fidedigna es un trampolín hacia él. (T.4.II.11.2)
La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. (T.5.I.6.5)
Al permitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, éste finalmente podrá ser recordado. (T.6.II.7.3)
Cuando el Espíritu Santo te haya conducido finalmente hasta Cristo en el altar de Su Padre, la percepción se fundirá con el conocimiento porque se habrá vuelto tan santa que su transferencia a la santidad será sencillamente su extensión natural. El amor se transfiere al amor sin ninguna interferencia, pues ambos son uno. A medida que percibas más y más elementos comunes en todas las situaciones, la transferencia del entrenamiento bajo la dirección del Espíritu Santo aumentará y se generalizará. Aprenderás gradualmente a aplicarlo a todo el mundo y a todas las cosas, pues su aplicabilidad es universal. Una vez que esto se logra, la percepción y el conocimiento se vuelven tan similares que comparten la unificación de las leyes de Dios. (T.12.VI.6.3-7)
La percepción perfecta, pues, tiene muchos elementos en común con el conocimiento, haciendo que sea posible su transferencia a él. (T.13.VIII.3.1)
La percepción es el medio a través del cual se lleva la ignorancia ante el conocimiento. La percepción, no obstante, tiene que estar desprovista de engaño, pues de otra manera se convierte en el mensajero de la ignorancia, en vez de en un ayudante en la búsqueda de la verdad. (T.14.VII.1.7-8)
La percepción se basa en elegir, pero el conocimiento no. (T.25.III.3.1)
La percepción cambia, pues fue concebida para substituir el conocimiento inmutable. (T.26.VII.3.4)
Una percepción confusa obstruye el conocimiento. (T.26.X.1.9)
El conocimiento es restituido una vez que la percepción ha sido transformada y ha dado paso enteramente a lo que por siempre ha de estar más allá de su más elevado alcance. (L.336.1.2)
El conocimiento no es el remedio para la percepción falsa, puesto que al proceder de distintos niveles, jamás pueden encontrarse. La única corrección posible para la percepción falsa es la percepción verdadera. Ésta no perdurará. Pero mientras dure, su propósito será sanar. La percepción verdadera es un remedio que se conoce por muchos nombres. El perdón, la salvación, la Expiación y la percepción verdadera son todos una misma cosa. Son el comienzo de un proceso cuyo fin es conducir a la Unicidad que los transciende a todos. La percepción verdadera es el medio por el que se salva al mundo de las garras del pecado, pues el pecado no existe. Y esto es lo que la percepción verdadera ve. (C.4.3)
La mente está, por consiguiente, confusa, porque sólo la Mentalidad-Uno está exenta de confusión. (T.3.IV.3.3)
La salvación no es otra cosa que "mentalidad recta", que aunque no es la Mentalidad-Uno del Espíritu Santo, se debe alcanzar antes de que la Mentalidad-Uno pueda ser reinstaurada. (T.4.II.10.1)
Representa un estado mental lo suficientemente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transferencia a ella sea finalmente posible. La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cruzar hasta él. (T.5.I.6.4-5)
Tanto este mundo como el mundo real son ilusorios, pues la mentalidad recta simplemente pasa por alto —o perdona— lo que nunca ocurrió. Por lo tanto, la mentalidad recta no es la Mentalidad-Uno de la Mente de Cristo, Cuya Voluntad es una con la de Dios. (C.1.6.2-3)
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pero, si estamos en un sueño luego entonces cualquier cosa será percepcion pues se esta en el terreno de las ilusiones. Seria engaño entonces porque se esta.en el sueño.
ResponderEliminarEn el sueño todo es percepción. La percepción es ilusoria y por lo tanto no es la Realidad-Una. Cuando conocemos la Realidad-Una, el mundo y la percepción desaparecen.
EliminarPuesto que mientras seguimos soñando estamos percibiendo, el Curso se concentra en el ámbito de la percepción. Nos enseña a pasar de la percepción errónea a la percepción verdadera. El Curso enseña que ambas percepciones son ilusorias, pero la percepción errónea nos ata al sueño de la percepción, mientras que la percepción verdadera nos conduce a despertar: finalmente la percepción verdadera también se disolverá y lo único que quedará es el conocimiento de la Realidad-Una.
La percepción errónea es un engaño (autoengaño realmente, aunque inconsciente en gran parte). La percepción verdadera es también ilusoria, pero el Curso no la llama engaño porque es la única ilusión que nos permite despertar y desvanecer todas las ilusiones, incluida ella misma.
Como dice el dicho popular, "un clavo saca otro clavo, pero al final ambos clavos se desechan". La percepción verdadera es el clavo útil que nos sirve para eliminar el clavo doloroso de la percepción errónea, pero una vez que la percepción verdadera haya funcionado, ya no habrá necesidad de ella, por lo que también desaparecerá. Ambos "clavos" finalmente se han desvanecido, dejándose el sitio libre para el puro conocimiento, la Realidad-Una más allá de toda percepción, que es nuestra verdadera Naturaleza y nuestro Ser.
Hola Toni, te felicito por tu blog.
ResponderEliminarPodrías comentar un poco esta cita?
Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. (T.1.VI.3.3)
Gracias
De abajo arriba: desde tu experiencia concreta y consciente tal como la percibes (por ejemplo, un enfado con una persona, o la percepción de una enfermedad en el cuerpo) hacia la corrección de la percepción errónea de tu mente inconsciente (o generalmente inconsciente: la creencia ontológica en la separación de Dios) en el nivel ontológico, y finalmente se llega arriba del todo a la luz pura, el reconocimiento del Ser (Dios).
EliminarEs decir, desde lo reflejado hasta el origen del reflejo, y finalmente ascendiendo hasta Dios.
Espero que te sirva la indicación. Si necesitas más detalles puedes volver a preguntarlo en el foro (Concordia y Plenitud), donde suelo explayarme más.
Un saludo :-)