Punto de partida:
En otro orden de cosas tenía una consulta que se me ha olvidado 
comentaros en los últimos correos. Leyendo el Manual para el Maestro en 
uno de los apartados habla de dedicarle un tiempo a diario a conectar 
con Dios o el E.S. ((Espíritu Santo)) o la Unidad y aunque no da una regla genérica para 
esto sí recomienda, tal como recuerdo mencionaba Gary Renard en uno de sus 
libros, conectar 5 minutos por la mañana y 5 por la noche. Pero para mi 
sorpresa recomienda no hacerlo tumbado antes de dormir, esto tan 
explícito en UCDM me ha chocado, porque yo suelo hacerlo, pensando que 
incluso era bueno para llevar al sueño, al inconsciente, esos últimos 
pensamientos. ¿Entendéis por qué no es recomendable esto? quizá lo 
aclare el Manual más adelante y estoy anticipando la consulta. Pero, en 
cualquier caso, vosotros que lleváis más tiempo con el Curso me gustaría
 saber si oráis, conectáis o meditáis con alguna metodología concreta 
habitual o simplemente os dejáis llevar el mayor tiempo posible por la 
mente recta.
Gracias por seguir cerca.
☼☼☼
Comentario 1:
En cuanto a lo que comentas sobre el Manual para el maestro, no me 
suena concretamente que se diga nada sobre un tiempo concreto (dices que
 5 minutos), supongo que lo de los 5 minutos lo dices informalmente como
 un ejemplo y entonces te estés refiriendo al capítulo 16, «¿Cómo debe pasar el día el maestro de Dios?», donde se habla de "un rato" y luego proseguir uno o dos minutos después de empezar a impacientarse: 
Este curso es siempre práctico. Puede ser que el maestro de Dios no se encuentre en una situación que sea conducente a pasar unos minutos en un estado de quietud nada más despertarse. Si ése es el caso, que recuerde tan sólo que su elección es pasar un rato con Dios lo antes posible, y que lo haga. La cantidad de tiempo que dedique a ello no es lo más importante.
 Uno puede fácilmente pasarse una hora sentado inmóvil con los ojos 
cerrados y no lograr nada. O bien puede, con igual facilidad, dedicarle a
 Dios sólo un instante, y en ese instante unirse a Él completamente. 
Quizá la única generalización que puede hacerse al respecto es la 
siguiente: dedica un rato lo antes posible después de despertarte
 a estar en silencio, y continúa durante uno o dos minutos más después 
de que haya comenzado a resultarte difícil. Probablemente descubrirás 
que la dificultad disminuye y desaparece. En caso de no ser así, ése es 
el momento de parar. 
Por la noche se debe seguir el mismo procedimiento. (...) No debes hacerlo acostado. No es aconsejable hacerlo acostado.
 Es mejor estar sentado, en cualquier postura que prefieras. Habiendo 
completado el libro de ejercicios, seguramente habrás llegado a algunas 
conclusiones al respecto. Si te es posible, un momento apropiado para 
dedicárselo a Dios es justo antes de irte a dormir. Esto pone a tu mente
 en un estado de reposo y te aparta del miedo. Si te resulta más 
conveniente hacerlo más temprano, asegúrate al menos de no olvidarte 
pasar un rato —aunque sólo sea un momento— en el que cierras los ojos y 
piensas en Dios. 
Hay
 un pensamiento en particular que debe recordarse a lo largo del día. Es
 un pensamiento de pura dicha, de paz; de liberación ilimitada; 
ilimitada porque todas las cosas se liberan dentro de él. (M-16.4-6)
He
 tachado la traducción de la primera edición del Curso y he copiado sin 
tachar la que aparece actualmente en la 2ª edición en español, un cambio
 que fue sugerencia mía porque en inglés esta parte venía mucho más 
suave, parecido a como está traducido ahora (no es una exigencia, sino 
un consejo). 
En cuanto al tiempo, podría 
ser cualquiera: los 5 minutos sugeridos en los libros de Gary Renard, o un 
minuto, o media hora (como algunas de las sesiones del libro de 
ejercicios), o incluso más, pero como esto es un curso práctico, si uno 
tiene que ir a trabajar o tiene tareas que hacer, con un ratito es 
suficiente. Intuitivamente se sabe. 
No se recomienda hacerlo acostado porque entonces puede entrarte sueño y dormirte.
 En el propio Curso (creo que en alguna lección del Libro de ejercicios)
 se avisa (suavemente, como de pasada) contra eso. Lo que se busca es un
 estado de conciencia (awareness), no de sopor ni embotamiento (inconsciencia). Un par de ejemplos: 
Luego simplemente descansa, alerta pero sin tensión, y permite que en la quietud se efectúe un cambio en tu mente, de manera que el mundo pueda quedar libre junto contigo. (L-132.15:4)
Si estás llevando a cabo el ejercicio correctamente, sentirás una profunda sensación de dicha y mayor agudeza mental en vez de somnolencia y enervamiento. (L-74.5:4)
Los
 que estamos familiarizados con las aclaraciones de Ramana Maharshi 
tenemos esto bastante claro, pues él explicaba que la conciencia o 
estado mental que se busca no es uno de somnolencia (en sánscrito: laya)
 ni de sopor, sino que es una clara "awareness", conciencia despierta, 
atención pura y relajada. Ni hay somnolencia ni tampoco tensión, sino 
una paz muy despierta. Es lo contrario a dormirse: es más bien 
despertarse. Es paz, pero no una paz negativa o vacía (el simple 
cesamiento de las percepciones), sino una paz consciente y plena, 
consciente de sí misma. Aunque Ramana lo comparaba a menudo al sueño 
profundo (el Curso no), en Ramana se hacía la distinción entre el sueño 
profundo inconsciente (sopor, vacío, el dormir habitual del mundo) y el 
sueño profundo "consciente", donde no se pierde la conciencia aunque no 
haya percepciones. Por ejemplo, Ramana señalaba que cuando uno se duerme
 "meditando", se le cae la cabeza, mientras que si entra en samadhi 
mientras está sentado "meditando", la cabeza no cae sino que se sigue 
erguido, pues no se ha dormido, se sigue consciente aunque en samadhi. Como
 dice el Curso, hay mayor agudeza mental, no menos. 
Igualmente,
 lo que busca el Curso es más "conciencia" (awareness), no menos. Por 
eso ahí se prefiere una postura sentada antes que una tumbada. Pero es 
solo un consejo; hay excepciones. Y además, si de todos modos uno se va a
 tumbar para dormir, ¿acaso no puede continuar pensando en Dios? Es como
 el chiste zen aquel de los monjes y fumar: 
Había dos 
monjes que estudiaban en un seminario y a los dos les encantaba fumar. 
Su problema era: “¿Puedo fumar cuando estoy orando?”. No podían llegar a
 un acuerdo, de modo que cada uno de ellos acudió a consultar a su 
superior. Tiempo después se volvieron a reunir, y un monje le preguntó 
al otro si su abad le había dicho que podía fumar.
- No, me regañó mucho por el mero hecho de mencionarlo. ¿Qué te dijo tu abad?
- Mi abad estuvo encantado conmigo. Me dijo que no había problema. Pero, ¿qué le preguntaste a tu abad?
- Le pregunté si podía fumar mientras rezaba.
-Bueno, ya lo tienes. Yo le pregunté: “¿Puedo rezar mientras fumo?”.
Es uno de los cuentos y chistes que incluí en este post: https://jugandoalegremente.
Por otro lado, en el foro salió una pregunta sobre eso de practicar tumbado, no voy a copiarlo aquí pero os dejo el link: http://concordiayplenitud.
(el
 tema lo he encontrado en el Índice de temas del blog, en el apartado 
"Libro de ejercicios de UCDM"; la verdad es que al final el índice de 
temas me resulta útil a veces para localizar algo concreto o repasar 
comentarios relacionados jejeje)
Por tanto,
 además de practicar tumbado, es muy útil dedicar también ratitos en 
momentos en que uno esté más alerta, ya sea sentado o incluso de pie (lo
 más básico es sentado pues es una opción intermedia: ni tienes que estar 
pendiente de chocarte con los muebles, ni te vas a dormir tan 
fácilmente, pero hay múltiples excepciones). 
Y
 finalmente preguntas por nuestro caso en concreto. En mi caso rara vez 
tengo en cuenta nada de eso, incluso desde el principio cuando leí el 
Manual por primera vez. Tampoco sigo la pauta que da Gary Renard, aunque tal 
vez de vez en cuando ha surgido así espontáneamente. Ídem con los 
consejos de (T-30.I), "Reglas para tomar decisiones". De esa sección del
 Manual, capítulo 16, yo siempre me quedé directamente con la primera 
frase: 
Para un maestro de Dios avanzado esta pregunta es irrelevante. No tiene un programa fijo... (M-16.1:1-2)
Y
 no porque me considerase un "maestro de Dios avanzado" (cosa que nunca 
he sabido con exactitud lo que es), sino porque ya antes de comenzar con
 el Curso ya había conectado intensamente con la intuición interna y eso
 te mantiene en paz y sabiendo intuitivamente lo que toca en cada 
momento. Y si uno ha descansado en paz durante la noche, y se despierta 
en paz por la mañana, luego sigue en paz durante el día y al acabar el día continúa la
 paz, entonces uno ya está "conectado". Por supuesto, durante el día uno
 perdona tantas veces como parezcan surgir grietas en la paz, y al 
perdonar uno vuelve rápidamente "al redil" de la paz jejeje. También durante el 
día, a cualquier hora, si uno de repente siente, intuye, que el amor 
invita a sentarse formalmente un rato, se hace de mil amores y es 
encantador. Muchas veces de pie o en movimiento viene también una 
invitación de aquietamiento adaptada a las circunstancias. En mi caso no
 hay regla fija. Aunque lo cierto es que normalmente me paso la mayor parte del día conectado con Dios (paz) o con el proceso de despertar, en el sentido de que al despertarme suelo hacerlo pensando en este tipo de ideas (que el mundo no es real, que lo que realmente quiero es despertar a la Realidad, etc), al acostarme lo mismo, y durante la mayor parte del día sigo erre que erre con lo mismo (incluso al dormir sueño a veces con este tipo de ideas), exceptuando algunas distracciones y cuando me enfrasco mucho en alguna escena, por ejemplo cuando estoy conversando con alguien. Por cierto, lo que dice esa primera frase de M-16 se 
insinúa también en el Epílogo del Libro de ejercicios. Por tanto, hay 
una etapa para una mayor estructura, otra de menor estructuración, y 
otra sin estructura fija: la de la espontaneidad (ojo con 
el término "espontaneidad", que el ego también nos ofrece la suya jejeje). 
Este
 tipo de consejos como las reglas para tomar decisiones o la estructura 
de dedicar unos minutos a Dios, son especialmente útiles cuando uno ve 
que cada día entra en confusión, se altera con facilidad, se siente uno 
descentrado, con falta de confianza, con falta de paz, desánimo, etc. Entonces es muy útil, a cualquier hora, conectar, y 
especialmente útil, al menos en los principios, disponer de un poco de 
estructura como esa de comenzar el día con buen pie y acabarlo 
igualmente así, de modo que aprendemos a centrarnos y a confiar en Dios,
 degustando la confianza y la paz. 
Otra forma de decirlo 
podría ser así: diría que en realidad estoy practicando eso a todas 
horas (no solo sentado) y por tanto es redundante establecer períodos 
concretos para conectar, pues por lo general siempre estoy conectado 
excepto cuando me irrito y entonces paso a perdonar. Uno puede estar 
sintonizado como pauta general, todo el día. Por eso resalté la frase 
con que comenzaba el párrafo siguiente al de los consejos de sentarse en silencio al
 principio y al final del día: 
Hay un pensamiento en particular que
 debe recordarse a lo largo del día. Es un pensamiento de pura dicha, de
 paz; de liberación ilimitada; ilimitada porque todas las cosas se 
liberan dentro de él. (M-16.6:1-2)
En el lenguaje del Curso dice "un 
pensamiento". Pero hay que intuir de qué va, pues el Curso tiene esa 
forma de expresarse. Podría decirse también "una onda", "una actitud", 
"un relajamiento", "una paz", "una espontaneidad", alegría, etc. Eso 
indica que uno está descansando en la mentalidad recta. Eso es "lo 
normal". Si uno no experimenta eso, que es lo normal o natural, entonces
 es que algo anda mal. Lo dice el Curso al principio del Texto: 
Los milagros son naturales. Cuando no ocurren, es que algo anda mal. (T-1.I.6:1-2)
El
 Curso habla con varias capas de significado y ahí, por ejemplo, 
"milagros" significa también estar en paz (en la mentalidad recta o 
milagrosa). Y en realidad el principio anterior de los milagros también 
tiene que ver con esa capa de significado: 
Los
 milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. No deben controlarse 
conscientemente. Los milagros seleccionados conscientemente pueden 
proceder de un falso asesoramiento. (T.1.I.5:1-3)
De
 nuevo, esto tiene varias capas de significado. Para nuestro tema, los 
milagros (mentalidad recta) son hábitos porque una vez nuestra mente 
esté entrenada, estaremos espontáneamente en mentalidad recta 
exceptuando esos momentos en que el miedo o la culpa repuntan y tenemos 
que perdonar. Poner estructuras (para conectar con Dios) tiene un 
pequeño peligro de que se convierta en un ritual. Sin embargo el Curso 
lo aconseja (un poco de estructura, sin exigencias) a lo largo y ancho 
del Libro de ejercicios y en ese pasaje del Manual para el maestro, 
porque es útil como parte del entrenamiento. Más tarde, se hace 
aplicable la frase aquella que mencioné: «Para un maestro de Dios avanzado esta pregunta es irrelevante. No tiene un programa fijo...» (M-16.1:1-2), o la misma insinuación en el Epílogo del Libro de ejercicios: «Ya
 no se asignarán más lecciones específicas, pues ya no son necesarias. 
En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla por Dios y por tu Ser 
cuando abandonas el mundo para buscar en su lugar la realidad. Él 
dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer, cómo 
dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio, pidiendo Su 
dirección infalible y Su Palabra certera» (L-PII.Epílogo.3:1-3)
Edito para añadir otra cita relacionada, que ha aparecido espontáneamente por sincronía:
Te dirá exactamente lo que tienes que hacer para ayudar a todo aquel que Él te envíe en busca de ayuda, y le hablará a través de ti si tú no interfieres. (T-9.V.8:8)
Edito para añadir otra cita relacionada, que ha aparecido espontáneamente por sincronía:
Te dirá exactamente lo que tienes que hacer para ayudar a todo aquel que Él te envíe en busca de ayuda, y le hablará a través de ti si tú no interfieres. (T-9.V.8:8)
Por
 lo tanto, lo sensato parece ser que primero tengamos la humildad y 
paciencia de entrenar nuestra mente, y posteriormente por sí sola 
ocurrirá la espontaneidad intuitiva y todo parecerá fácil. Como viene a 
decir Ken Wapnick, estad tranquis porque es un proceso. 
Acabo
 resumiendo brevísimamente, a modo de un posible consejo para ti en 
particular: tal vez podrías probar a dedicar un momentín antes 
de acostarte, sentada (en una silla o incluso sobre la cama, la mía está
 pegada a la pared y suelo relajarme con la espalda apoyada en la pared,
 me entre sueño o no), y cuando lo sientas oportuno te metes en la cama y
 sigues (como lo haces siempre). Por supuesto que está bien pensar en 
Dios estando tumbada o en cualquier situación, igual que está bien 
"rezar mientras fumo", como decía el inteligente "chiste". Además, el 
cuerpo no existe, ni su postura importa realmente. Observa tu mente, y 
en qué escenarios tiende a despistarse o dormirse y en cuáles no. 
Consulta al Guía interno y recibirás una clara intuición, verificable 
por la paz que sentirás al seguir Su consejo. No solo una paz puntual, 
sino una paz general durante la semana, el mes, la vida, por el hecho de
 estar siguiendo a lo largo del día Su indicación/intuición.
Y por supuesto que justo cuando ya vayas directamente a dormir, evidentemente que puedes resonar con Dios tumbada tranquilamente en la cama, puesto que entonces dará igual que te duermas si de todos modos ya te has acostado precisamente para dormir jejeje
Y por supuesto que justo cuando ya vayas directamente a dormir, evidentemente que puedes resonar con Dios tumbada tranquilamente en la cama, puesto que entonces dará igual que te duermas si de todos modos ya te has acostado precisamente para dormir jejeje
☼☼☼
Comentario 2:
Hola a ambos!
No recuerdo lo de los 5 minutos de conectarse con el E.S. del curso que no deben ser antes de dormir.... Yo de todas maneras no lo hago.
Sobre lo que preguntas de si meditamos o llevamos alguna metodología respecto al curso, yo no hago ninguna meditación y creo que nunca hice más que tratar de estar vigilante y entregar al E.S. todo lo que no sea Paz y elegir la Paz otra vez. Algunas veces se me pasa y se va empeorando algo hasta recordar hacerlo, pero cuando ya se embarra mucho y se siente muy incómodo casi siempre lo recuerdo hacer. Y también pedir al Espiritu Santo que me hable y guíe en la forma que sea.
☼☼☼
Nota: Al contrario que los otros, mi comentario lo he copiado sin colorearlo porque bastante color había ya con las citas incluidas en él. Por otro lado sí he coloreado de verde dos o tres breves añadidos, principalmente por la parte final, que son lo único que no venía en el email original, al margen de algún pequeño retoque sin importancia como el de añadirle el apellido a Gary (Renard) o cosas así.
Saludos
