jueves, 8 de diciembre de 2016

La famosa pregunta (Pseudo-preguntas II)

Ya escribí en 2013 sobre las "pseudo-preguntas", que vienen en forma de pregunta pero que en realidad son una afirmación camuflada. El ego disfraza sus afirmaciones como preguntas, tratando de darles realidad, tratando de que se las confirme.

Por otro lado, tenemos la "famosa pregunta" (por ejemplo: ¿cómo surgió el ego"?), la cual, en su diversidad de variantes, es según Kenneth Wapnick la pregunta más frecuente en los estudiantes del Curso, al menos la que más preguntaban en sus seminarios.

Aquí voy a copiar algunas intervenciones surgidas en el foro Un Curso de Milagros. Como las intervenciones se han alargado y además en este blog comparto mi propias intuiciones y no las de otros, solamente copio la pregunta inicial de un usuario, y a continuación los diversos comentarios que hasta el momento he realizado en ese hilo de ese foro. Si queréis leer las intervenciones completas de todos los participantes, podéis hacerlo en el hilo original, aquí:

http://www.uncursodemilagros.com.es/phpBB2/viewtopic.php?t=711

Y a quien eso le sepa a poco, antes de esa conversación hubo otra en otro hilo de ese mismo foro, con un tema relacionado, aquí: http://www.uncursodemilagros.com.es/phpBB2/viewtopic.php?t=707

Dicho esto, copio la pregunta inicial y mis ocurrencias al respecto:

Pregunta: ¿Se concibe la decisión de separarse como un error, como una torpeza de la que lo normal es arrepentirse? O, por el contrario ¿Se concibe la separación como una experiencia tan necesaria como inevitable, como conditio sine qua non para elevar nuestro nivel de conciencia y acceder al conocimiento?

Comentario de Toni: En este tema mis intuiciones me llevan a centrarme en el significado de esta frase de Curso:

Tener plena conciencia de la Expiación es, por lo tanto, reconocer que la separación nunca tuvo lugar. (T.6.II.10.7)

Leer el párrafo completo no estaría nada mal. En definitiva, yo diría que la verdad absoluta es que la separación nunca ha ocurrido (Dios es -L.169.5.1- [y no hay nada más... en realidad no hay ilusiones, a pesar de que nos empeñamos en creer y "demostrar" lo contrario]), pero usamos la metáfora de hablar del error de la separación, debido a que en nuestra experiencia parece haber sucedido, sin embargo no deja de ser una creencia, nunca un hecho.

Esto se parece a cuando los maestros orientales comentaban que cuando uno despierta del sueño de la dualidad, se da cuenta de que nunca hubo sueño dual: el Ser nunca estuvo dormido. Se compara el despertar/iluminación a pasar una puerta (la de la iluminación) y una vez la hemos traspasado, se sabe que nunca hubo puerta. O se compara con una barca que usamos para cruzar hasta la orilla del "río del despertar", o con una escalera que nos conduce arriba al estado despierto, pero una vez hemos culminado esos procesos metafóricos, la realidad absoluta es que nunca hubo un río con dos orillas separadas, ni barca, ni escalera: porque Dios es, y nada más es.

Y no solo dicen cosas así los maestros orientales. En el Curso encontramos también insinuaciones relacionadas con estas ideas, por ejemplo cuando habla de la iluminación (despertar) no como un hecho real novedoso, sino simplemente como el reconocimiento de lo que siempre es, aunque de momento no lo veamos porque nos negamos a verlo (debido a nuestra resistencia, en gran medida inconsciente). Y por eso el Curso dice cosas como:

La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio. (L.188.1.4)

Saludos


☼☼☼

Comentario de Toni: Sigo teniendo la impresión (es simplemente mi percepción de nuestra conversación, puedo estar equivocado) de que no has interpretado correctamente mi comentario. Pareciera que sigues insistiendo en que el error realmente sucedió (simplemente le cambias el nombre llamándolo "irreal", pero sigues convencido de sus efectos sobre ti, es decir, sigues creyendo en su realidad aunque en palabras podrías decir lo contrario). Es también mi caso, no creas que me libro jajaja, pues mientras me perciba como un cuerpo, eso me indica que sigo creyendo en la realidad del error. Pero intelectualmente, incluso intuitivamente, lo que entiendo es que en realidad no hubo error.

Es decir, mi comentario decía que nunca hubo (en términos absolutos) error, mientras que el tuyo parece decir que sí lo hubo pero que es irreal. Lo que yo afirmo no tiene sentido para el ego, y por eso el Curso dice que no hay una respuesta (en palabras, intelectualmente) para ese dilema del ego, sólo una experiencia (por ejemplo la experiencia de la revelación, o mejor aún, la iluminación definitiva).

En mi opinión, el Curso habla (como dice Ken Wapnick) en dos niveles, uno a nivel de la realidad (la verdad absoluta) y otro a nivel del sueño. A nivel de la verdad absoluta (lo que es verdad realmente), nunca hubo error: Dios no duerme y nunca crea mentes dormidas, pues Él crea a Semejanza de Sí Mismo.

Dios sólo crea mentes despiertas. Él no duerme, y Sus creaciones no pueden poseer algo que Él no les confiera, ni dar lugar a condiciones que Él no comparte con ellas. (L.167.8.1-2)

¿Entonces por qué el Curso habla tanto del error? Pues porque habla en dos niveles (para sernos útil), y puesto que nosotros creemos estar experimentando lo que es imposible, el Curso nos habla del sueño, y habla de error simplemente como una manera de ayudarnos, como un primer paso, a no ver lo "sucedido" (lo que nosotros creemos que ha sucedido, el error) como un pecado (como algo grave, digno de temer, con efectos sobre nuestra vida), sino como un simple error que podemos deshacer al dejar de creer en él (eligiendo de otra manera).

Pero al final del proceso, cuando despertemos completamente, será obvio que ni siquiera hubo error.

Así al menos es como entiendo este asunto, a nivel intelectual e intuitivo. Naturalmente, hay otras opiniones, y somos libres de ir aprendiendo el Curso cada uno a nuestro propio ritmo; yo sigo el mío, todos siguen cada uno sus intuiciones, y el Espíritu Santo nos va ayudando poco a poco a que todos lleguemos a despertar del todo. Incluso si estamos equivocados (que en parte lo estamos todos, o ya estaríamos iluminados).

Te copio algo que escribí en otro foro relacionado con este mismo tema, es solo un trozo, y si lo que lees te interesa y quieres leer el resto de explicaciones (especialmente una serie de links de comentarios de Ken Wapnick sobre el tema), podrás hacerlo en el link que dejaré al final, del foro CONCORDIA Y PLENITUD, que no es exclusivamente sobre Un Curso de Milagros pero es ahí donde respondí a varias preguntas sobre temas relacionados con este.

Copiando un fragmento:

Dios ES. Nada más es. El Curso lo dice a veces de manera bastante directa, por ejemplo:

Tener plena conciencia de la Expiación es, por lo tanto, reconocer que la separación nunca tuvo lugar. (T.6.II.10.7)

La dualidad no existe. Pero dado que insistimos en que esto no es nuestra experiencia, el Curso tiene que descender un poco hasta llegarnos en un nivel que tenga sentido para nosotros, y entonces nos propone que nos hemos quedado dormidos y que podemos despertar. Esto no es verdad (Dios nunca duerme, y solamente existe Dios), pero para nosotros es útil como herramienta para despertar. Cuando despertemos, sin embargo, sabremos que en realidad nunca estuvimos dormidos. El Hijo de Dios nunca tuvo la diminuta y alocada idea. Ni siquiera hay un Hijo separado del Padre. Sólo existe Dios, en perfecta plenitud y gozoso bienestar eterno.

De todos modos la pregunta que haces es muy normal, Kenneth Wapnick decía que es la pregunta que hacen más frecuentemente los estudiantes del Curso. Un Curso de Milagros comenta:

Si alguien te pide que definas al ego y expliques cómo se originó, es porque cree que el ego es real e intenta, por definición, asegurarse de que su naturaleza ilusiva quede oculta tras las palabras que parecen otorgarle realidad.

Ninguna definición que se haya hecho de una mentira puede hacer que ésta sea verdad.
(C.2.2.5; 3.1).

El ego exigirá muchas respuestas que este curso no provee. El curso no reconoce como preguntas aquellas que sólo tienen la apariencia de preguntas, pero que son imposibles de contestar. El ego puede preguntar: "¿Cómo sucedió lo imposible?", "¿A qué le ocurrió lo imposible?", y lo puede preguntar de muchas maneras. Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase. (C.introd.4).

Lo cual responde a tu pregunta final:

Antonio.F escribió:
¿Existe una respuesta?



Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase. (C.introd.4).

"Buscar esta experiencia", en términos del Curso significa perdonar, porque el perdón es el medio que nos conduce hasta la experiencia de la verdad.

Fin de lo copiado.

Link donde está el resto: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t69-existe-una-respuesta

Que conste que pongo esto simplemente por si te resuena algo de lo dicho, por si alguna cosa te fuese útil. Si no es así, siéntete libre de rechazarlo todo jejeje. Simplemente cada uno seguimos nuestras intuiciones, pues mientras aún percibimos, estamos aún interpretando, y frecuentemente nos confundimos, pero poco a poco el Espíritu Santo nos va llevando a Casa a todos.


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Comentario de Toni: Solo por aclarar un poco más brevemente:

Podemos abordar el tema desde la verdad absoluta, o desde el nivel práctico en que creemos encontrarnos (soñando).

A nivel de la verdad absoluta no hay concesiones: el mundo dual no existe en modo alguno, ni siquiera como un sueño. No está sucediendo, ni ha sucedido, ni tiene sentido, ni como "realidad" ni como "ilusión".

Pero como eso es imposible de tragar por el ego, con quien todavía nos identificamos, las enseñanzas espirituales han de hablarnos en un segundo nivel:

A nivel práctico de nuestra experiencia en el mundo dual, lo más sensato y que nos conducirá a despertar es considerar esta dualidad como un sueño. Lo cual es una metáfora (no es verdad realmente), pero como decía Ramana Maharshi, un clavo saca otro clavo, y una vez estemos liberados (despiertos) ambos clavos serán desechados.

Así que todo depende de en cuál de estos niveles tratas de abordar tu pregunta. 1) Si es a nivel de la verdad absoluta, la pregunta ni siquiera tiene sentido, pues se pregunta por qué parece existir (aunque sea ilusoriamente) algo que en realidad no existe en modo alguno. 2) Si preguntas a nivel práctico, todo lo que se da a este nivel son metáforas, por tanto no es la verdad. Simplemente usa la metáfora que sientas que más te ayuda a despertar. Un clavo saca otro clavo. Unas metáforas serán más útiles para despertar que otras, pero ninguna de ellas es verdad. La única verdad es Dios, en Su Verdad Absoluta, lo cual será lo único que reconoceremos cuando despertemos (entonces no habrá pregunta, ni la habrá habido, sobre qué sentido podría tener lo que nunca ha existido).

Lo anterior resume el tema tal como yo lo veo, y así lo comparto. Gracias por el intercambio, y un saludo ;-)


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Comentario de Toni: Otra metáfora (que trata de facilitarnos un despertar más "rápido", si bien en última instancia la noción de despertar es también ilusoria) sería la que se deduce de estas líneas del Curso:

El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. (T.6.II.11.1)

Sin embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es innecesario porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil. (T.6.II.11.2)

Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difícil. (T.6.II.11.3)

Es decir, al identificarnos con el ego nos convencemos de que estamos realmente "aquí" (de que la dualidad es real, o al menos una proyección ilusoria que realmente estamos experimentando o soñando). El Espíritu Santo sabe que lo único cierto es que Dios ES, pero puesto que nosotros estamos obsesionados con que estamos aquí, eso no es de momento tan útil para nosotros, pues no estamos tan receptivos a la verdad. Así que el Espíritu Santo nos da un mensaje que resulte útil para nosotros, es un mensaje metafórico (un "clavo" ilusorio útil, para extraer con él el clavo del ego), y entonces nos dice que eso que el ego dice que hicimos y que es tan terrible (el PECADO de separarnos de Dios), no es un pecado (no es irreversible) sino que se trata de un simple error (una fantasía que podemos corregir en un simple instante). Así nace el proceso del perdón, igualmente ilusorio pero que en vez de reforzar el sueño, conduce a despertar (y en sí mismo es también una ilusión, pues en realidad no hay sueño). Pero nosotros, identificados con el ego, tendemos a convertir esa simple decisión (de reconocer que esto no es verdad y que no estamos aquí) en un largo proceso, porque nos resistimos a despertar, nos resistimos a desprendernos de la individualidad/separación. Y así convertimos en difícil un proceso de regresar a Dios, cuando en realidad ese proceso ni siquiera es necesario pues nunca hemos salido de Dios.

Repasando las citas anteriores, ahora juntas puesto que pertenecen a un mismo párrafo:

El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. Sin embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es innecesario porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil. Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difícil. Con todo, está muy claro que los que son perfectos no tienen necesidad de nada, y tú no puedes experimentar la perfección como algo difícil de alcanzar, puesto que eso es lo que eres. Así es como tienes que percibir las creaciones de Dios, de modo que todas tus percepciones estén en línea con la única manera de ver del Espíritu Santo. (T.6.II.11.1-5)

Y como dije al principio, esto sigue siendo una metáfora (no es literalmente cierto). Las diversas enseñanzas espirituales nos ofrecen diversas metáforas y podemos encontrar algunas que nos resuenen y nos sirvan de ayuda para agilizar nuestro despertar. Aún así, siguen siendo metáforas. No son literalmente ciertas. Agilizar el despertar no puede ser un proceso totalmente real, puesto que el dormir nunca ha ocurrido, por lo que el despertar nunca puede ser algo realmente necesario. Ilusoriamente, para nosotros en la práctica, sí lo es. Y en eso estamos jejeje... Pero una cosa es la verdad, y otras los truquitos o metáforas que usamos mientras aún estemos jugando a negar la verdad. El ego trata de convencernos de que concedamos algún grado de realidad al sueño. El Espíritu Santo nos guía a ser sensatos en el sueño, pero al mismo tiempo ayudándonos a reconocer que nada en él es verdad. Cuando despertemos, efectivamente, tal como dices en tu comentario, "sabremos" ("el día que recuperemos el conocimiento"). Todo estará claro. La Verdad ES. Ilusiones: ni una (ni las hubo en un inexistente pasado). Pero eso no es nuestro cometido ahora (mientras creemos que seguimos soñando). Nuestra única responsabilidad ahora es aceptar la Expiación: aprender a darle la bienvenida a la verdad. La verdad sabe cuidar de Sí Misma. Ocupémonos de nosotros. Y cuando hayamos aceptado el despertar, estará claro que nunca hemos salido de la Verdad.


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Comentario de Toni: Un pequeño apunte más. Se me ha ocurrido que podría malinterpretarse lo que he dicho, entendiendo que realmente hay dos niveles (uno real, otro ilusorio). Pero de lo que he dicho, se deduce que en realidad no hay dos niveles (lo de los niveles es también una metáfora pedagógica, oportuna debido a lo que creemos estar experimentando). Desde lo que es absolutamente Verdad, solo existe la Verdad Misma (no hay niveles). La Verdad es conocimiento, y el conocimiento no tiene niveles, pues en él no hay diferencias (podríamos hablar de "Niveles" en mayúscula, como hace el Curso en una ocasión [«Sólo los Niveles de la Trinidad gozan de Unidad». (T.3.IV.1.7)], pero sigue siendo una metáfora y en ese caso no implica aceptar ningún nivel de ilusoriedad).

Lo de los niveles que dije, es referido desde el punto de vista de lo que llamo a veces "segundo nivel" o percepción. Es en este nivel práctico (y todavía dual, es decir, ilusorio) en el que tiene sentido la metáfora de los niveles. Y puesto que nuestra experiencia es una de percepción, es lo que tiene más sentido (y de momento más utilidad) para nosotros.

Así que, desde el "nivel" de la percepción, sí parece haber niveles, y básicamente dos maneras de mirar las cosas (desde el sistema de pensamiento de mentalidad errada del ego, o desde el sistema de pensamiento de mentalidad recta o perdón del Espíritu Santo).

Pero cuando despertemos, ya no habrá niveles que valgan. Nunca los hubo. Mientras tanto, sin embargo, es muy oportuno tomar en consideración la metáfora de los niveles o cualquier metáfora suministrada por el Espíritu Santo. No son la verdad literal, pero son los "clavos" útiles que nos permitirán extraer los "clavos" dolorosos del sistema de pensamiento del ego.

Así que, aunque la metáfora de los niveles puede sernos muy útil, es interesante saber que aún así, el conocimiento puro está más allá de estas metáforas perceptuales. El conocimiento puro está más allá incluso de la percepción verdadera, la cual nos ofrece el Espíritu Santo y no es eterna porque no es verdad absoluta, pero no se opone al conocimiento, por lo que permitirá la transferencia a él. El conocimiento (la verdad absoluta) sí es eterno, de hecho es lo único que siempre ha habido y que siempre habrá. Hay unos comentarios muy oportunos sobre esto en la Clarificación de términos (C.4): La percepción verdadera — El conocimiento.

De ahí extraigo solamente un párrafo (por no copiar esa sección entera), como despedida de este comentario:

Y ahora el conocimiento de Dios, inmutable, absoluto, puro y completamente comprensible, entra en su reino. Ya no hay percepción, ni falsa ni verdadera. Ya no hay perdón, pues su tarea ha finalizado. Ya no hay cuerpos, pues han desaparecido ante la deslumbrante luz del altar del Hijo de Dios. Dios sabe que ese altar es el Suyo, así como el de Su Hijo. Y ahí se unen, pues ahí el resplandor de la faz de Cristo ha hecho desaparecer el último instante del tiempo, y ahora la última percepción del mundo no tiene propósito ni causa. Pues ahí donde el recuerdo de Dios ha llegado finalmente, no hay jornada, ni creencia en el pecado, ni paredes, ni cuerpos. Y la sombría atracción de la culpabilidad y de la muerte se extingue para siempre. (C.4.7)


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Comentario de Toni: He recordado que en 2013 escribí en mi blog sobre las pseudo-preguntas: preguntas que tienen la apariencia de pregunta pero que en realidad están estableciendo una afirmación.

Esto lo comento no solo por si te interesa a ti este matiz, Delfín, sino por si le parece una idea útil a quienes pasen por aquí a leer nuestras conversaciones algún día.

Todos hemos hecho pseudo-preguntas y las seguimos haciendo. En cierto modo, nuestra actitud constante (en este aparente mundo perceptual) es una continua pseudopregunta tratando de afirmar o hacer real este mundo. Esta pseudopregunta podría expresarse en una gran variedad de formas, por ejemplo, "¿Por qué estoy aquí?". O incluso si aceptamos este mundo como un sueño, entonces la pseudopregunta se adapta a esta nueva idea, pues nuestro ego es muy astuto, y ahora pregunta: "¿Por qué PAREZCO estar aquí?; "¿Por qué estoy soñando esto?"; ¿Qué sentido o propósito tiene este sueño?".

El ego siempre va a tratar de darle sentido a su invento, a la percepción dualista. Y va a tratar de convencernos de que intentemos comprender su sistema de pensamiento (su "mundo"), a pesar de que el Curso nos dice que el sistema del ego no puede ser comprendido, sino que simplemente hay que contemplarlo sin miedo y transcenderlo. Lo que el Curso sí nos invita es a "contemplar" el sistema de pensamiento del ego, es decir, a que veamos sin miedo su propósito, cuál es el fin para el que se ha inventado (negar la verdad). Un ejemplo de este tema en el Texto, al principio de la sección sobre las "Leyes del caos":

Puedes llevar las "leyes" del caos ante la luz, pero nunca las podrás entender. Las leyes caóticas no tienen ningún significado y, por lo tanto, se encuentran fuera de la esfera de la razón. No obstante, aparentan ser un obstáculo para la razón y para la verdad. Contemplémoslas, pues, detenidamente, para que podamos ver más allá de ellas y entender lo que son, y no lo que quieren probar. Es esencial que se entienda cuál es su propósito porque su fin es crear caos y atacar la verdad. Éstas son las leyes que rigen el mundo que tú fabricaste. Sin embargo, no gobiernan nada ni necesitan violarse: necesitan simplemente contemplarse y transcenderse. (T.23.II.1)

Dicho esto, y sin ánimo de pretender "fusilar" mi antiguo post aquí, copio un par de citas que ya incluí en el post que he citado:

La primera es del Texto:

Una pseudo-pregunta carece de respuesta, pues dicta la respuesta al mismo tiempo que hace la pregunta. Toda pregunta que se hace en el mundo es, por lo tanto, una forma de propaganda a favor de éste. De la misma manera en que los testigos del cuerpo son sus propios sentidos, así también las respuestas a las preguntas que el mundo hace están implícitas en las preguntas. Cuando la respuesta es lo mismo que la pregunta, no aporta nada nuevo ni se aprende nada de ella. Una pregunta honesta es un medio de aprendizaje que pregunta algo que tú no sabes. No establece los parámetros a los que se debe ajustar la respuesta, sino que simplemente pregunta cuál es la respuesta. Mas nadie que se encuentre en un estado conflictivo es libre para hacer esta clase de pregunta, pues no desea una respuesta honesta que ponga fin a su conflicto. (T.27.IV.5) (Págs. 647 y 648)

Y en la introducción de la Clarificación de términos también se toca este tema:

El ego exigirá muchas respuestas que este curso no provee. El curso no reconoce como preguntas aquellas que sólo tienen la apariencia de preguntas, pero que son imposibles de contestar. El ego puede preguntar: "¿Cómo sucedió lo imposible?", "¿A qué le ocurrió lo imposible?", y lo puede preguntar de muchas maneras. Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase. (C.introd.4) (Págs. 83 y 84)

Si hay alguien interesado en leer el post completo, el cual contiene algunas citas más del Texto sobre lo mismo, se encuentra aquí:

http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2013/03/pseudo-preguntas-preguntas-aparentes.html

Esto nos pasa a todos (los no iluminados). Es normal, ya que nuestra mente sigue dividida (aunque sepamos intelectualmente que todo esto es ilusorio, incluida la creencia en una mente dividida) y puede surgir la tendencia a querer que se nos responda en nuestros propios términos.

El sentido de compartir esto es simplemente recordar esta enseñanza del Curso, que nos invita a reflexionar en nuestra actitud, incluida nuestra actitud al elaborar una pregunta. O sea, reflexionar si realmente estamos haciendo una pregunta (receptivos ante la única Respuesta), o más bien estamos intentando que se nos dé la razón o que alguien nos confirme nuestra afirmación (la cual hemos planteado en forma de pregunta, tan hábilmente que incluso nosotros mismos pensamos que hemos hecho una pregunta y no una afirmación).

Es un tema con mucha miga, y por supuesto que es un asunto íntimo entre uno mismo y el Espíritu Santo en nuestro interior, Quien nos va guiando para aumentar nuestro discernimiento, y avisándonos de cuándo nuestra actitud puede mejorar en algún aspecto, lo cual nos sucede casi siempre jejeje

Saludos


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Y hasta aquí ha llegado el tema de momento. Este post ya se ha alargado mucho, aparte de que no se me ocurre qué más podría añadir sobre este tema. Así que lo dejamos así. Si surgiera algo más, podéis leerlo en el link que di de ese foro. Si vuelvo a copiar algo más aquí, tendría que ser en un nuevo post, para no alargar más este, que ya es suficientemente largo de por sí.

Como siempre en este blog, no hace falta decir que lo que comparto es siempre mi opinión o la de aquellos con quienes resueno. Otras opiniones pueden ser igualmente válidas, pero obviamente yo comparto las mías (al igual que comparto las mías, los demás podéis compartir las vuestras, ya sea en vuestros blogs, en webs, en foros dedicados a debatir sobre estos temas, o incluso aquí mismo en la zona de comentarios de este post). Saludos.

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