Delfín escribió:
P.D./ He abierto un nuevo hilo sobre este mismo tema :-D |
Perfecto. De momento a mí no se me ocurren más cosas sobre este tema, es como si con los comentarios anteriores hubiera expresado prácticamente todas las reflexiones o intuiciones que se me han ocurrido con respecto a este tema. Puedo tener mis aciertos y mis errores en mis intuiciones, pero igualmente se comparte, por si alguno de los aciertos le sirve a alguien más jejeje
Sobre la metáfora que mencionas del teatro/cine y estar en la butaca como espectador, eso me recuerda a una sección del Curso que se refiere a lo mismo pero con otras palabras: "Por encima del campo de batalla" (T.23.IV). Estar por encima del campo de batalla es no identificarnos con el personaje de la escena, sino con el espectador sentado en la butaca y que está a salvo de las ocurrencias ilusorias del guión de la obra teatral (en lenguaje del Curso, no identificarnos con los cuerpos o personajes soñados —el personaje o "héroe" del sueño—, sino en vez de eso identificarnos con la mente o soñador, o en el lenguaje de Kenneth Wapnick, el "tomador de decisiones"; pues el Curso se centra en invertir eso a lo que le dimos la vuelta: causa y efecto; y entonces devolvemos de nuevo la causa a la mente, reconociendo que los cuerpos son solo un reflejo o efecto, al contrario de lo que el ego nos dice: para el ego, los cuerpos o formas son la causa de nuestras experiencias en el mundo).
Finalmente, sobre el tema que comentas al final:
Delfín escribió: |
Te confieso que a veces, este sueño me hace experimentar tanta felicidad, que cuando pienso que la obra termine y atravesemos las puertas del cielo y adquiramos conocimiento, me da algo así como vértigo. Pues no puedo ni imaginarme como será la sorpresa cuando nuestro Padre nos reciba en su seno. Asumo que la fiesta de bienvenida que nos tiene preparada será de tal magnitud, que sobradamente compensará la pérdida de la felicidad que ahora siento en el "sueño feliz". |
El Curso alude a eso en algunas ocasiones. No sabría localizar todas esas citas, pero sí he encontrado una que tal vez sea de las más directas:
¡Oh hermanos míos, si tan sólo supierais cuánta paz os envolverá y os mantendrá a salvo, puros y amados en la Mente de Dios, no haríais más que apresuraros a encontraros con Él en Su altar! (C.4.8.1)
Y esta cita me recuerda a su vez otra que leí de Gary Renard, en la que se dice:
Es una existencia gloriosa, Gary. No existen la carencia, los problemas, la muerte ni la soledad. Hay plenitud y totalidad. Es completo. ¡Y el amor es casi excesivo! Tu copa rebosa. Si supieras la alegría que te espera, ahora mismo te pondrías a dar saltos arriba y abajo. (Cita copiada de "El Amor no ha olvidado a nadie", cerca del final del capítulo 9).
Ah, y ahora esta cita me recuerda otra más del Curso:
No obstante, nada que él pueda hacer puede compararse en lo más mínimo con la gloriosa sorpresa de recordar Quién es. (M.25.1.5)
En fin, como se dice en términos coloquiales en otro de los libros de Gary (en "La desaparición del universo"):
En el Cielo no hay obstáculos y es jubiloso; mientras que en la Tierra, lo que se denomina vida es poco más que una constante carrera de obstáculos.
Una de las cosas que me gusta de Gary es que es tan gráfico para expresar estas cosas coloquialmente. En otra parte de "La desaparición del universo", cerca del principio del libro se compara nuestro estado natural con una especia de orgasmo constante, aunque muchísimo más intenso, ya que es ilimitado:
La siguiente cita es un fragmento del comienzo del capítulo 1 de “La Desaparición del Universo”, de Gary Renard:
PURSAH: En el Cielo no hay diferencias ni cambios. Todo es constante. Sólo así puede ser fiable en lugar de caótico.
GARY: ¿Y eso no resulta un tanto aburrido?
PURSAH: Deja que te pregunte algo, Gary. ¿Es aburrido el sexo?
GARY: No en mi opinión.
PURSAH: Bien, imagina el clímax del perfecto orgasmo sexual, sólo que ese orgasmo no se detiene nunca. Sigue adelante eternamente, sin reducir su poderosa e inmaculada intensidad.
GARY: Tienes mi atención.
PURSAH: El acto sexual físico ni siquiera se acerca a la increíble dicha del Cielo. Sólo es una pobre imitación de la unión con Dios. Es un falso ídolo, hecho para fijar tu atención en el cuerpo y en el mundo, que ofrece una compensación suficiente para que sigas volviendo a por más. Es muy similar a un narcótico. El Cielo, por otra parte, es un éxtasis perfecto e indescriptible que nunca cesa.
Pero todas estas citas son simplemente palabras (son metáforas; más o menos acertadas, pero metáforas). La práctica del perdón es lo que nos ayuda a que eso, que realmente es indescriptible en palabras, se convierta en nuestra experiencia permanente. Es lo que ya somos, pero al haberlo reprimido creemos que eso ya no es nuestra experiencia. El perdón nos ayuda a poner las cosas en su sitio, pues la verdad sigue siendo verdad.
¡Saludos!
☼☼☼
PD: Más comentarios relacionados con los temas de estos dos últimos posts, podrían surgir también en este otro hilo de ese mismo foro: http://www.uncursodemilagros.com.es/phpBB2/viewtopic.php?t=713
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