Hola XXX. La mente es sencillamente la mente, tú mismo, tu
propia mente, no es algo misterioso y lejano que necesite grandes
prodigios para conectar con ella. Aunque hablé de conectar con la mente
que proyecta el sueño, es una forma de hablar, en realidad ya estás
conectado y la estás usando todo el tiempo, con "conectar" nos referimos
más bien a tomar conciencia de ella. Solemos distanciarnos,
distraernos, al identificarnos con el cerebro y un cuerpo material, y
sin embargo la materia sigue siendo mente. Como dice el Curso, las ideas
no abandonan su fuente, por tanto la mente no se abandona a sí misma y
las proyecciones que percibimos como mundo material siguen siendo mente,
meras imágenes en la mente.
La mente es algo
muy inmediato y natural, así que no hay por qué distanciarse de ella. Me
surge decir esto porque veo que hablas de "Mente principal", y aludes a
que en el Curso la llama "Mind", así que me aseguro de que no te vayas
demasiado lejos con anglicismos innecesarios o con la idea de que la
mente sea algo misterioso o complicado o diferente de tu mente
cotidiana. Creo que en mi email anterior usé el término en minúscula,
simplemente "mente", esto ayuda a lo que estoy apuntando, a no endiosar
el concepto. Creo que en inglés también se usa muchísimo en minúscula,
el simple "mind". También en mayúscula si se aplica a la Mente de Dios o
Cristo y todo eso, pero para nuestro propósito (la mente proyectadora,
tu propia mente) nos vale con minúscula. A este nivel creo que el Curso
usa siempre la minúscula, en cambio yo suelo alternar según me convenga,
como sinónimos, en minúscula para enfatizar que no es algo lejano, es
tu mente (punto 1 a resaltar), y en mayúscula para enfatizar que tu
mente es mucho más grande y poderosa de lo que experimentas actualmente
(punto 2).
Así que tenemos al menos dos puntos destacables de resaltar:
Punto 1: La cercanía de la mente. La mente no es algo místico o lejano, es algo natural, es ya tu misma mente,
la que usas cada día, pero que se puede usar con más conciencia y con
más fe/confianza para traspasar los límites de lo que puede hacer;
dichos límites son solo creencias. No pongas distancia imaginando un
misterioso concepto de Mente-Especial y subiéndola a un pedestal alto y
difícil de alcanzar. Cuando mueves el brazo para rascarte la nariz,
estás usando la mente. Todo lo que haces lo haces con la mente (que
efectivamente no depende del cerebro, sino al revés, es la mente la que
produce la imagen de un cerebro y de un cuerpo, pero el cuerpo y el
cerebro son inertes... como dice el Curso, el ojo no ve, el cerebro no
piensa, etc). Es esa misma mente natural tuya la que tienes que
"conectar", es decir, ver de otra manera, sin imponerle límites. Es como
decir que no te limites a ti mismo, que no limites tu conciencia porque
eres ilimitado. Tu mente ya es poderosa e ilimitada, tal como es. Esto
nos ha llevado al punto 2.
Punto 2: Tu mente es ilimitada.
Es mayor y más poderosa de lo que actualmente percibes que es. Los
límites son creencias. Tu mente ha creado todo el universo físico. Nos
hemos empequeñecido al identificarnos con un muy pequeño uso de nuestra
mente, al creer que somos un cuerpo separado. Y así usamos la mente muy
por debajo de su capacidad, con poca conciencia de su poder. Así que la
usamos para cosas pequeñas, como resolver un crucigrama, o peinarnos, o
rascarnos la nariz. Consideramos que hay algunas otras cosas que son
posibles pero más difíciles de alcanzar, como por ejemplo correr los 100
metros en menos de 10 o 12 segundos, o aprobar un examen de una
asignatura "difícil". Tras mucho entrenamiento, uno logra correr los 100
metros bajando hasta cierta marca, o tras estudiar (entrenar) lo
suficiente puede mejorar bastante su marca en el examen. Pero pocos
piensan que esa misma mente, con el entrenamiento adecuado, puede
ampliar todavía más su uso. En realidad ya hace cosas a las que no
prestamos atención consciente. La mente es responsable de la digestión
de los alimentos que tomamos, del crecimiento del cabello, del
mantenimiento de los latidos del corazón, etc. Y luego están las
capacidades de todo tipo, incluso algunas insólitas como levitar, etc,
que son la misma mente ordinaria de siempre pero con más conciencia
detrás.
Ahora la "mala noticia". En un terreno
práctico, si lo que buscas son "siddhis" (cualidades muy insólitas),
desarrollarlos deliberadamente suele costar mucho esfuerzo. Hay
infinidad de técnicas para eso, variadísimas según cuál sea el poder que
se quiere desarrollar. No soy experto en ellas. Hay maestros que las
enseñaban, y libros, y todavía debe haber libros sobre algún aspecto de
este tema. Con un enfoque muy dual en general, supongo. No me atrae eso
porque no me gustan los esfuerzos, además de que incluso si lo consigues
en esta vida, luego mantener ese siddhi puede requerir más esfuerzo
todavía. No es nada misterioso. Ya te he dicho que la mente es la mente
ordinaria de siempre. Volvamos al ejemplo de los 100 metros. Alguien
puede entrenar muchísimo y lograr correr los 100 metros en menos de 10
segundos, nivel campeón olímpico. Pero incluso un campeón olímpico, si
se relaja y deja de entrenar, pierde en pocas semanas el estado de forma
y su "poder" desaparece. Lo mismo pasa con los siddhis arrancados
mediante el esfuerzo deliberado. Es un proceso lento y penoso, muy
esforzado. Pocos tienen fuerza de voluntad suficiente como para mantener
el esfuerzo hasta el final y lograr los resultados. Supongo que la
mayoría lo dejan a medias y se interesan por alguna otra cosa, o lo
dejan tras algún logro parcial. Los que llegan hasta el final es de
suponer que tienen una alta motivación para esforzarse durante años en
prácticas que suelen ser aburridas y sin garantía de éxito a corto plazo
(en esa vida). Los que tienen esa motivación, suele ser porque desean
ardientemente algún poder en especial. Dualmente, por motivos materiales
incluso. A menudo por la posibilidad de presumir (motivación
emocional). Es mucho esfuerzo y muy fácil cansarse antes de obtener
recompensa y dejarlo abandonado.
Hay algunas
historias de maestros "regañando" suavemente y entre bromas sobre la
insistencia en desarrollar siddhis. Un individuo entrenó arduamente
durante muchos años hasta lograr desarrollar el siddhi de andar sobre
las aguas, entonces fue a ver a Buda o algún maestro para recibir
elogios y aplausos, Buda estaba ante un río y tenía que cruzar al otro
lado, el individuo aprovechó para lucir su siddhi y cruzó el río andando
sobre el agua, buscando la opinión de Buda. Buda vio que allí cerca
había un puente (o un barquero con una pequeña barquita, no recuerdo
bien), y cruzó el río convencionalmente. Cuando el individuo le pidió
que dijera qué le parecía su siddhi de andar sobre las aguas, Buda se
encogió de hombros y dijo simplemente algo por el estilo de que le
parecía una pérdida de tiempo gastar tantos años con tantas horas
diarias de práctica, para lograr algo que todos los demás pueden
conseguir fácilmente sin entrenamiento: pasar al otro lado del río, sea
por el puente o como sea (esto se parece a lo que dice el Curso: lo que
importa es el propósito, no la manera en que lo consigues). Ten en
cuenta que para desarrollar un siddhi de este tipo, como andar sobre el
agua o levitar, pueden ser necesarias muchas horas diarias durante años
practicando algún yoga controlando cuidadosamente la respiración y cosas
así.
Historias similares se cuentan con
otros gurus como protagonistas, creo que fue Papaji quien recibió a otro
individuo con un siddhi de levitación, y pasó lo mismo que con Buda.
Papaji no le dio importancia y el individuo se mosqueó, pero entendió
que un guru como Papaji estaba más interesado en las cosas importantes:
"¿pero cómo llevas tu ira y tu orgullo? ¿Te controlan o no?". Papaji le
había dicho que volar estaba bien, pero que si tenía que ir a América
habían aviones jejeje
Algunas prácticas
espirituales, como el perdón, pueden tener el efecto colateral de
activar capacidades desconocidas. Esto es diferente, uno no está
obcecado por el especialismo, ni requiere esfuerzo, simplemente está en
su onda (perdón o lo que sea) y la conciencia se expande y ocurren cosas
sin buscarlas. Esto me resuena más porque se siente natural y además no
requiere esfuerzo.
Pero hablando de tomar conciencia, una primera pregunta que uno puede hacerse a sí mismo es, ¿qué quiero realmente? Y ¿para qué quiero esto?
Es muy fácil caer en la tentación del ego y deslizarse por la pendiente
equivocada. Cuán fácil es acabar prestando cada vez más importancia a
lo físico en vez de a la mente en sí. Hay una especie de contradicción
en querer controlar siddhis personalmente. Porque es como querer
"conectar con la mente" (por su poder para servirnos de ella
egoístamente) para alejarnos de la mente (obrar cosas en el mundo de las
formas). En realidad es contradictorio. Quien se enfrasca en objetivos
como este suele estar haciendo esto: acercarse a la mente para alejarse
de ella. En otras palabras: ordeñar a la mente (en cierto modo esto
vendría ser el ilusorio pecado original de la separación, representado
otra vez de un modo diferente). No la buscan por sí misma, sino para
servirse de ella a su propia manera. Así que el Curso bien pronto, en el
capítulo 1 dice, por ejemplo, que:
Los
milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. No deben controlarse
conscientemente. Los milagros seleccionados conscientemente pueden
proceder de un falso asesoramiento. (T-1.I.5:1-3)
Sin
embargo también dice que todos tenemos derecho a los milagros, aunque
si han de ser provechosos va a ser necesaria algún tipo de preparación:
Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es necesaria una purificación. (T-1.I.7:1)
Purificación que por supuesto es mental, de nuestro sistema de creencias, básicamente eso es el perdón.
Se
me ocurre que en vez de hacernos demasiadas ilusiones con los siddhis,
nos centremos en el momento presente y simplemente podemos preguntarnos:
¿qué quiero realmente? Y profundizar en eso (purificar nuestra
idea de lo que queremos). Por ejemplo, si creo que quiero ganar en la
lotería primitiva, a ser posible un bote de más de un millón de euros...
podemos purificar ese deseo con la pregunta, "¿y eso para qué?". Un ejemplo:
—Quiero ser superinteligente.
—¿Para qué?
—Así seré capaz de diseñar una app de éxito y ganaré dinero.
—¿Y ganar dinero para qué?
—Quiero ganar un millón de euros. Si soy persistente podré juntar esa cantidad o más.
—¿Y para qué quieres un millón de euros?
—Para poder comprar comida, un yate, golosinas y todo lo que quiera.
—¿Y para qué quieres realmente todo eso?
—Para ser feliz.
—¡Y por qué no pides la felicidad directamente y así llegas antes?
jejeje...
Ese ejemplo no es mío, algo similar lo han dicho muchos otros, lo leí
en algún libro también alguna vez, creo, pero sigue siendo cierto, y de
hecho el Curso apunta exactamente a eso, a volver a la mente, al propósito, y descubrir y aclararnos si realmente queremos la forma (dinero, comida, sexo, etc) o el contenido (directamente la felicidad).
De hecho el Curso hace mucho hincapié en una de las maneras de plantear esto, que es el tema del propósito:
Los
medios son más fáciles de entender después de que se ha establecido
firmemente el valor del objetivo. Pero lo que hay que tener en cuenta es
cuál es su propósito. Todo el mundo defiende su tesoro, y lo hace automáticamente. Las preguntas esenciales son, pues: ¿qué es realmente importante para ti?,
y ¿cuán importante lo es? Una vez que hayas aprendido a tener en cuenta
estas preguntas y a tenerlas presentes en todas tus acciones, tendrás
muy poca dificultad en clarificar los medios. Los medios están a tu
disposición siempre que los pidas. Puedes, sin embargo, ahorrar tiempo
si no aplazas innecesariamente este paso. Un enfoque correcto lo
acortará enormemente. (T-2.II.3:2-9)
En
cualquier situación en que no sepas qué hacer, lo primero que tienes
que considerar es sencillamente esto: "¿Qué es lo que quiero que resulte
de esta situación? ¿Qué propósito tiene?". (T-17.VI.2:1-2)
La prueba a la que puedes someter todas las cosas en esta tierra es simplemente esta: ¿"Para qué es"? (T-24.VII.6:1)
También en el Libro de ejercicios:
Nada de lo que veo... ((o pienso, o busco)) significa nada. (L-1)
No entiendo nada de lo que veo. (L-3)
No sé cuál es el propósito de nada. (L-25).
Y,
sin embargo, por el mero hecho de buscar directamente la felicidad, nos
puede llegar también todo lo demás sin necesidad de buscarlo, como el
simple eco de la felicidad que ya experimentamos interiormente. La
Biblia también lo dice:
Buscad primero el Reino de Dios, y todo lo demás lo recibiréis por añadidura.
No
he buscado la frase exacta de la Biblia, pero la idea expresada es más o
menos esa. Y puede que mientras seguimos buscando otras cosas, estamos
ciegos a que ya se nos ha dado todo :-)
☼☼☼