El Chiste Final

Con frecuencia nos reímos cuando ocurre que primero nos sobresaltamos por "algo" y a continuación nos damos cuenta con alivio de que ahí no había nada. Por ejemplo alguien cree ver un bicho volando y se asusta creyendo que es una avispa que le podría picar. O escuchar un zumbido y por un instante creer que hay un mosquito muy cerca, reaccionando con una graciosa agitación de manos. Pero justo al instante siguiente se da cuenta de que "la avispa" no era más que un papelito diminuto, un confeti, o se da cuenta de que el zumbido que escuchaba no era más que un ruido cualquiera. Y entonces se ríe. Porque comprende que se había asustado por nada y había reaccionado tan graciosamente por nada, agitando las manos para ahuyentar a un insecto inexistente o imaginario. Y de un modo parecido, el mundo es también inexistente o imaginario. El mundo es sólo un chiste sin sustancia.

☼ Si el mundo no es más que un chiste, entonces basta con reírnos de él.
☼ Una vez que un chiste ha cumplido su función, desaparece en el olvido de donde "provino".
☼ Y sólo queda la risa. ¿De qué nos defendíamos? ¿Acaso hubo alguna vez otra cosa que Felicidad?

Este momento es lo suficientemente bueno como para sonreír.

Cada pequeño "chiste santo" nos acerca un poco más al "Chiste Final", el cual nos conduce a la ilimitada Risa que se revela cuando tomamos plena conciencia de que el mundo que tanto nos preocupaba era sólo un chiste. Porque, al fin y al cabo:

¡El mundo no existe!