martes, 18 de octubre de 2016

La manera en que vemos a los demás nos indica cómo nos vemos interiormente a nosotros mismos

[El mundo que ves] es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. (T.21.introd.1.5)

La condenación es un juicio que emites acerca de ti mismo, y eso es lo que proyectas sobre el mundo. (T.21.introd.2.1)

Si le señalas a tu hermano los errores de su ego, tienes forzosamente que estar viendo a través del tuyo porque el Espíritu Santo no percibe sus errores. (T.9.III.3.1)

Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. (T.9.III.5.1)

Cada hermano con quien te encuentras se convierte en un testigo de Cristo o del ego, dependiendo de lo que percibas en él. (T.11.V.18.1)

Pide, entonces, conocer la realidad de tu hermano porque eso es lo que percibirás en él, y en su belleza verás reflejada la tuya. (T.11.VIII.10.6)

Libera a tus hermanos de la esclavitud de sus ilusiones, perdonándolos por las ilusiones que percibes en ellos. (T.16.VII.9.5)

Pues percibir a un hermano como si fuese un cuerpo es falta de fe, y el cuerpo no puede ser usado para alcanzar la unión. (T.19.I.4.2)

Mira a tu hermano otra vez, pero con el entendimiento de que él es el camino al Cielo o al infierno, según lo percibas. (T.25.V.6.5)

Cuando percibimos a un hermano, una de dos: o él está expresando amor, o bien está pidiendo ayuda para percibir el amor (y si su petición de ayuda nos irrita o molesta, ¡significa que también nosotros estamos pidiendo ayuda!). Cualquier hermano que percibamos, está siempre o bien expresando amor, o bien pidiendo amor. Como dice el Curso:

El único juicio involucrado en esto es que el Espíritu Santo divide la petición en dos categorías: una en la que se extiende amor y otra en la que se pide amor. (T.14.X.7.1)

Tú no puedes hacer esa división por tu cuenta sin riesgos, pues estás demasiado confundido como para poder reconocer el amor, o para creer que cualquier otra cosa no es sino una petición de amor. (T.14.X.7.2)

Deja que el Espíritu Santo te muestre a tu hermano y te enseñe tanto su amor como sus peticiones de amor. (T.14.X.11.5)

Pero donde lo que hay es una petición de amor, tú tienes que dar amor por razón de lo que eres. (T.14.X.12.3)

Y como complemento, un intercambio de mails donde surgió un tema relacionado:

Pregunta: No sé si todo lo que cuestiona el supuesto ego de mi hermano, viene de mi ego o no. Me producen bastante rechazo, muchos facilitadores del Curso, ya sabes, todos estos conferenciantes internacionales que hacen giras por todos los países de habla hispana, que parecen ávidos de ser escuchados, los percibo como personas que nutren su especialismo con la espiritualidad, como otros lo nutren con la cultura, la política, etc. Acabo de cancelar mi suscripción a la web de un famoso facilitador, porque me molestaba tanta publicidad, ya sabes, ¡¡Un Curso de Milagros con fulano de tal!! Me molesta también cuando observo a muchas personas que hacen de estos facilitadores una relación de amor especial, ya sabes, ¿¿Para cuándo en Buenos Aires??, ¿¿para cuándo en Zaragoza?? En el libro de Kenneth Wapnick "Ausencia de felicidad" ya cuenta como Helen Schucman se indignaba con los primeros "maestros" del Curso. En el libro "El mensaje de Un Curso de Milagros", Kenneth desaconseja los grupos de estudio y aconseja el autoestudio. ¿Crees que habla mi ego? Perdono estos pensamientos; pero no reconozco si son de ataque o de sentido común. No quiero estancarme ni entablar una relación especial con ningún gurú, grupo o maestro; pero no veo mal compartir palabras sobre nuestro proceso, creo que puede ser bueno. ¿Tú que me dices hermano?

Respuesta: Te comento mis impresiones. Hablo en general, porque ten en cuenta que no tengo casi experiencia con el tipo de ambientes que comentas: encuentros grupales, asistencia a charlas, etc. No veo nada malo en esas cosas (siempre que no se "endiosen" como si la asistencia a tales encuentros fuera algo especial, lo cual lo convertiría en un ídolo más del ego, aunque incluso entonces bastaría con perdonarlo, porque tampoco es un "pecado" jeje), pero como mi camino se basa predominantemente en una práctica más individualizada (incluyendo la lectura de libros), no tengo opiniones concretas sobre qué tal de provechosos son ese tipo de encuentros grupales. Sí tengo opiniones generales, y eso es lo que te escribo. Meras opiniones, tratando de ser neutral en la medida de mis posibilidades.

Antes de entrar en el tema más variado, el de los encuentros grupales y quienes los "lideran", un pequeño apunte sobre lo que preguntas al principio de tu email, sobre si cuestionar al ego de un hermano, "viene de mi ego o no".

En realidad no hay más que un ego (común a todos nosotros: "nuestro" ego personal son las ramificaciones del único ego), pero al nivel de nuestra experiencia hablamos de egos en plural, cada uno con el nuestro. O sea que, cuando criticamos a alguien (o a "su" ego), como en realidad hay un solo ego, sin saberlo estamos criticándonos a nosotros mismos. Pero cuando hablo de criticar me refiero a una actitud de condena (eso sí sería egoico). Solo tú puedes saber si tu cuestionamiento sobre los hermanos que nos dan charlas es un simple cuestionamiento o incluye condena (resentimientos, ira, etc.). Si hay condena, no pasa nada, eso nos ata al ego pero se soluciona al practicar el perdón de esos pensamientos/resentimientos.

Es cierto que el Curso dice: 

Analizar los motivos del ego es algo muy complicado, muy confuso y nunca se hace sin la participación de tu propio ego. (T.12.I.2.1)

Más allá de las palabras de esa cita, hay que comprender a qué se refiere (relacionado con este tema, por cierto, es muy útil leer esa sección entera, T.12.I: "El juicio del Espíritu Santo", pues en cierto modo responde a tu pregunta implícita de cómo mirar a nuestros hermanos desde una mentalidad correcta). La cita no quiere decir que no podamos cuestionar las cosas, o que no deberíamos percibir las actitudes egoicas de un hermano. De lo que se trata es de procurar no juzgar. Podemos percibir actitudes presuntamente egoicas (en realidad deberíamos reconocer que tal vez estemos equivocados, pues lo percibimos a través del filtro de nuestro propio ego, por más que a veces sí acertemos en algún grado), pero aunque percibamos esas actitudes, no es obligatorio que nos dejemos llevar por resentimientos. En el mundo obviamente tenemos muchos ejemplos donde parece abundar el ego (incluidos los casos de las noticias, como los escándalos de corrupción, etc etc etc, por todas partes), así que podemos percibir eso, "cuestionarlo", pero si además de eso sentimos resentimientos (algún grado de odio, enfado, cerrazón), entonces tenemos una oportunidad para perdonar, y así perdonarnos a nosotros mismos y deshacer alguna otra capa de nuestro ego.

Yendo al panorama concreto que comentas (el de las charlas, los facilitadores, etc.), mi corazón me dice que tal vez lo mejor es empezar por simplemente no ser demasiado duros o demasiado extremos. Los hermanos/facilitadores que nos dan charlas, no son ni buenos ni malos. Son como tú y como yo, pues en principio es de suponer que la inmensa mayoría de ellos no están iluminados. Y esto no es problema para que compartan lo que hasta ahora hayan comprendido del Curso, de la espiritualidad o de la vida. Precisamente el Curso es un camino espiritual donde no hay problemas para compartir la inspiración que uno sienta oportuno de compartir, aunque no estemos iluminados. Tal vez en otras tradiciones, en alguna se desaconseje enseñar si uno no está 100% despierto, pero no es así en el Curso (si solo los iluminados pudieran dar charlas o escribir libros, Gary no podría escribir sus libros, ni Helen habría escrito el Curso). En el Curso cada uno enseña lo que sabe, incluso si no se da cuenta de que está enseñando (porque todo es una enseñanza: nuestro tono de voz, nuestra amabilidad, etc). Así que el Curso nos dice que todos somos maestros, en este sentido. En otras palabras: todos aprendemos de todos. Y todos podemos ser útiles. Como dice el Curso:

Dios te acepta en el nivel en el que estás y te da la bienvenida. (M.26.4.10)

Si esto es cierto de todos, es también cierto de los facilitadores (por cierto, es interesante leer el párrafo completo de la cita anterior).

No hay por qué exigirles más a los facilitadores que a cualquier otro hermano no iluminado. Como nos pasa a nosotros, ellos también aprenden de sus situaciones. Simplemente desempeñan ese papel externo, como otros desempeñamos otros papeles: los panaderos haciendo pan, los camioneros transportando mercancías, los políticos gestionando, los abogados defendiendo, etc. Los que dan charlas, simplemente esa es una parte de sus vidas. Su profesión no es diferente a las otras profesiones: todas las actividades son neutras, y pueden usarse para aprender el perdón o para reforzar el aprendizaje con el ego (para unir o para separar).

Puede que a algunos les veamos el plumero del ego más fácilmente que a otros, pero ¿acaso no tenemos ego también nosotros? Como dice el Libro de ejercicios:

Pregúntate, en cambio: "¿Me acusaría a mí mismo de eso?" (L.134.9.3)

O como dice el Jesús de los evangelios: vemos la brizna de hierba en el ojo de un hermano sin percatarnos de la viga en nuestro propio ojo. Una idea relacionada con esto, del Curso: «La única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para sí mismo» (T.2.V.5.1) (o sea, ante todo debemos ocuparnos de nosotros mismos, de nuestro propio ego, y cuando ya estemos limpios mentalmente, veremos si nuestros "reproches" siguen ahí o no... más bien habrán volado).

Una actitud perdonadora es reconocer que todos somos útiles (los facilitadores también); que cada uno hace lo que puede, a través de los obstáculos o filtros de su propio ego. No juzguemos a un hermano (que es verdad y espíritu puro) por los devaneos de su ego (que es ilusorio).

Esto no quiere decir que tengamos que asistir a las charlas si no nos interesan. Simplemente podemos suponer que otras personas sí están interesadas, les resuenan y probablemente se benefician de ellas. Las charlas en sí son neutras: pueden utilizarse para reforzar el especialismo del ego, o utilizarse como parte del "curriculum" de nuestra vida, que le entregamos al Espíritu Santo para que Él nos enseñe.

Para nosotros, estudiantes del Curso, las charlas son simplemente una opción complementaria (una ayuda opcional), pues el Curso está diseñado como un curso de estudio individual. Uno puede y debe estudiarlo y practicarlo por sí mismo. Quien vea útil ayudas (como asistir a una charla, o leer un libro, por ejemplo de Ken Wapnick o de Gary Renard) puede hacerlo sin problema y sin que eso le perjudique ni en lo más mínimo, mientras que no convierta el recurso de apoyo en un ídolo. Incluso el propio Curso es un recurso de apoyo de nuestra mentalidad correcta, y no debería ser convertido tampoco en un ídolo. Si por ejemplo sentimos ansiedad porque no tenemos a mano el libro del Curso, o porque hoy no hemos podido practicar la lección que nos tocaba del día (quien esté haciendo el Libro de ejercicios), eso probablemente es un indicio de que estamos convirtiendo el Curso en algo especial. El especialismo puede intentar apropiarse incluso del Curso. Hay que llevar cuidado con eso, pues el Curso trata de ser una ayuda para guiarnos a reconocer la paz, no para que nos sintamos ansiosos o apegados, ni siquiera al Curso.

Sobre lo que comentas de Kenneth Wapnick, yo no interpreté como que él desaconsejara los grupos de estudio. Me pareció que simplemente nos recordaba que el Curso es ante todo un curso de estudio individual (porque nadie puede estudiar ni practicar el perdón por ti), y nos avisaba de algunos de los riesgos de querer apoyarnos demasiado en un grupo. Pero lo problemático no es el grupo en sí, sino el apoyarnos demasiado en él, desatendiendo lo principal: nuestra propia práctica del Curso.

¿Por qué creo que Kenneth Wapnick dio esa advertencia? Porque hay personas que se apuntan a un grupo semanal o del tipo que sea, y ya se relajan en eso y no estudian el Curso por sí mismos, simplemente la horita o par de horas a la semana en que van al grupo y se leen juntos alguna sección o comentan alguna lección. Eso sería como lo que otros indicaban hace años que sucedía en el cristianismo: de personas que iban a misa todos los domingos pero el resto de la semana se comportaban como "diablejos", sin acordarse para nada de las buenas intenciones expresadas en el domingo anterior. Lo mismo pasa con el Curso: si nos apoyamos solamente en un grupo, y olvidamos seguir estudiando el material por nuestra cuenta y de practicarlo en nuestro día a día, el progreso será muy pequeño.

Y por otro lado, como decía, los grupos son simplemente opcionales. Si no te sientes atraído por ellos o ves que no te aportan nada, no hace falta que te apuntes a uno. Lo importante es tu sinceridad, y dar los pasitos del perdón poco a poco, tanto si te rodeas de personas de "esta onda" (grupos, libros, etc) como si no.

Resumiendo, los grupos no son imprescindibles, pero tampoco tienen nada de malo. Y los facilitadores, pues lo mismo. Sin ellos no habría charlas... y hay muchas personas que sí disfrutan de las charlas. Así que de alguna manera, unos y otros nos complementamos. A quienes nos gusta leer (como es mi caso), nos complementan con su ayuda y sus libros escritores como Ken Wapnick y Gary Renard. Y a quienes les gusta asistir a charlas, les complementan los que dan las charlas, incluidos también Ken Wapnick (cuando vivía) y Gary Renard, quienes han dado numerosas charlas y talleres. No tiene nada de malo. Y aunque la mayoría de ellos no estén iluminados (dado los pocos iluminados que se dice que hay), sin embargo son útiles. El propio Gary Renard afirma no estar iluminado, y yo no me negaría a disfrutar de sus para mí inspiradores libros. Otras personas tampoco están iluminadas, unos pueden tener más líos con el ego que otros, pero todos aportan algo. No solo quienes conocen el Curso, sino cualquier persona.

Recuerda, todos somos maestros. Incluso diría que en mi vida, algunas de las personas que me han inspirado mucho, no saben nada del Curso ni se consideran personas espirituales. Pero todos tienen algo (un toque de amabilidad; otros su capacidad de bromear; etc.). De todos podemos aprender algo, incluso del vecino, o incluso del viento o de una flor. Es cuestión de procurar estar abiertos y sin juzgar. Y cuando nos notamos cerrados o juzgando, acordarnos de aprovechar para perdonar nuestra actitud.

Incluso si un ladrón está robando (o algo más de moda en las noticias: un político o ejecutivo con sus trapicheos), podemos percibir esas acciones ego-inspiradas sin necesidad de juzgar a la persona (juzgar implica sentir odio). No hay necesidad de odiar. Simplemente hay miedo. Quienes roban tienen miedo de sufrir carencia, y se lanzan hacia todo el dinero que puedan. Tal vez no todos lo hagamos en esos niveles tan enormes, pero todos los que aún tenemos ego, tenemos miedo, y en esto somos iguales: todos necesitamos perdonar. Robar puede parecer una buena idea a ciertas personas (debido a que perciben desde densos filtros egoicos), pero no les soluciona el problema de carencia emocional interior. Solo el perdón nos libera realmente.

No somos mejores ni peores que nadie. Los facilitadores no son mejores que nosotros (aunque algunas personas los idealicen), ni peores que nosotros. Si nos molesta algo que hace alguien, usualmente es porque interiormente albergamos alguna actitud parecida o equivalente. En realidad todos nos parecemos mucho. Dices que "parecen ávidos de ser escuchados". ¿No nos pasa eso a todos en un momento u otro? (Ya cité antes la frase del Curso: ¿Me acusaría a mí mismo de eso?). A veces anhelamos que nos escuche alguien: el jefe, nuestra esposa, nuestro hijo, la persona que nos atiende en la tienda, etc. Simplemente, nuestro ego demanda atención, unas veces más que otras. No importa si vemos eso en otra persona de manera más exagerada, porque sigue siendo lo mismo, y si nos molesta puede ser por eso por lo que nos topamos con situaciones así: para que veamos en otros (de manera aumentada y exagerada) algo que podemos corregir en nosotros mismos. Es una idea. A veces los tiros van por ahí.

Evidentemente, los facilitadores que no estén iluminados van a tener ego, el cual puede deslizarse de un modo u otro, con más o menos frecuencia e intensidad. Como sucede con todos nosotros, con todas las personas. Si procuramos no juzgar, y practicamos el perdón, nos resultará natural ser cada vez más pacientes con todos nuestros hermanos, y esto hará que también seamos más pacientes con nosotros mismos cuando la situación lo requiera (la culpa, que muchas veces proyectamos sobre otras personas, a veces de repente le damos la vuelta y volcamos la culpa contra nosotros mismos, sintiéndonos fatal; y tener paciencia con las travesuras del ego nos ayudará a saber reírnos de ellas más fácilmente, tanto cuando el ego esté distrayéndonos a nosotros mismos como cuando sucede con cualquier otra persona).

Desde estas reflexiones que se me han ocurrido, se podría decir que tus comentarios pueden potencialmente encuadrarse tanto dentro de lo que llamas "sentido común" como dentro de lo que llamas "ataques del ego" (solo tú puedes saber cuánto pueda haber de un tipo u otro de actitud; todos los no iluminados tenemos ambas actitudes). Lo que te dé paz, es de sentido común (esto incluye el darte de baja de una suscripción si ya no te interesa, o el no asistir a charlas si no lo necesitas). Y lo que te haga sentir molesto o con resentimientos, es un ataque del ego. Recuerda que los ataques del ego pueden ser a veces muy disimulados. Pero como dice el Curso, no importa si sentimos un gran odio, un intenso enfado, o por el contrario sentimos una ligera irritación o una leve sensación de molestia, pues es todo lo mismo, ya que no hay una jerarquía de ilusiones ni grados entre ellas:

La ira puede manifestarse en cualquier clase de reacción, desde una ligera irritación hasta la furia más desenfrenada. El grado de intensidad de la emoción experimentada es irrelevante. Te irás dando cuenta cada vez más de que una leve punzada de molestia no es otra cosa que un velo que cubre una intensa furia. (L.21.2.3-5)

Tal vez sea útil recordar que nadie puede enfadarse con un hecho. Son siempre las interpretaciones las que dan lugar a las emociones negativas, aunque éstas parezcan estar justificadas por lo que aparentemente son los hechos o por la intensidad del enfado suscitado. Éste puede adoptar la forma de una ligera irritación, tal vez demasiado leve como para ni siquiera poderse notar claramente. O puede también manifestarse en forma de una ira desbordada acompañada de pensamientos de violencia, imaginados o aparentemente perpetrados. Esto no importa. Estas reacciones son todas lo mismo. Ponen un velo sobre la verdad, y esto no puede ser nunca una cuestión de grados. O bien la verdad es evidente, o bien no lo es. No puede ser reconocida sólo a medias. El que no es consciente de la verdad no puede sino estar contemplando ilusiones. (M.17.4)

En fin, que cada uno podemos disfrutar de lo que nos interese o resuene. A mí, como a muchos, me interesa el Curso, los libros de Gary, y sobre todo despertar del sueño de la dualidad, y por lo tanto perdonar. Y además están las diversas aficiones; a mí me gusta leer, escribir (blogs), incluso a veces ver cine o deportes o lo que sea. A otras personas les gusta ir a charlas del Curso, o dar las charlas. Pues genial. A otras les gusta viajar. Pues genial. A otras les gusta estar en un grupo ecologista, o afiliarse a un partido político, o dar de comer a las palomas. Por mí genial. Cada uno que disfrute de sus aficiones, como yo disfruto de las mías. Y quienes además de esas aficiones tenemos un camino espiritual, nada nos impide disfrutar las aficiones en la "periferia psicológica" de nuestra vida, mientras que nuestro enfoque principal podemos seguir haciendo que sea nuestro camino espiritual, en el caso del Curso, principalmente el perdón. Todos somos libres de seguir nuestras resonancias. Y en cualquier caso, recordemos una vez más, que mi única responsabilidad, mi único punto realmente importante, es concentrarme en aceptar la Expiación para mí mismo. Pues cuando "yo" despierte, todos estarán despiertos conmigo, pues en la realidad nadie se ha quedado dormido, pues todo es Uno y un Uno Despierto.

Mientras tanto, percibiéndome aún en un mundo de cuerpos, dormido en la conflictiva dualidad, esto significa que aún me aferro al ego, y por lo tanto a veces veré cosas "desagradables"; puede que las vea en "otros", pero son reflejos de lo que puedo perdonar en mí mismo. Son mis oportunidades para despertar.

Evidentemente nunca nos van a faltar estas oportunidades para despertar. Pues mientras no estemos completamente despiertos, el ego nos garantiza que nos va a proporcionar oportunidades constantes y de sobra para practicar nuestro perdón jejeje. Finalmente venceremos nuestra resistencia, volveremos nuestra mente hacia dentro y despertaremos, para reconocer, experimentalmente y no solo intelectualmente, que nunca estuvimos dormidos. El perdón nos conduce infaliblemente a este reconocimiento. ¡Que así sea!

☼☼☼

5 comentarios:

  1. Hola amigos.
    Me encanta leeros,gracias por estas experiencias que contais.

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  2. Hola amigos.
    Me encanta leeros,gracias por estas experiencias que contais.

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  3. Hola, Toni. Hace que no te consultaba; si bien, leo tus entradas con frecuencia.

    En esta tengo una cuestión que plantear, jaja...

    Verás.

    He leído al principio:

    "Libera a tus hermanos de la esclavitud de sus ilusiones, perdonándolos por las ilusiones que percibes en ellos".

    No comprendo la expresión: "las ilusiones que percibes en ellos". En la frase reseñada se insinúa la existencia de un algo objetivo sobre (o en) lo que yo (sujeto) percibo una ilusión.

    Si no he comprendido mal cuando estudié UCDM hace meses, ellos (los hermanos) son una ilusión en sí mismos; es decir, no son otra cosa que ilusión, algo que aparece fuera cuando ni siquiera existe un "ahí fuera".

    Sin embargo,

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    1. Me sobra ese "sin embargo" final.
      En su lugar habría de poner: Un saludo.
      Codorníu.

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    2. Hola, Codorníu.

      Me ha salido un poco largo mi reflexión y no cabe en un solo comentario. Finalmente la he colocado en un post, aquí:

      http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2016/10/existe-o-no-existe-nuestro-hermano.html

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