domingo, 30 de octubre de 2016

¿Por qué sigo sin paz tras haber perdonado?

Del foro: http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t14-una-pregunta-sobre-la-practica-del-perdon

Una pregunta sobre la práctica del perdón

Pregunta: Hay algun tiempo requerido para centrarse en la sensacion de perdida de paz o simplemente al notarla ya la entregas y te olvidas aunque sigas sintiendote mal?
Muchas veces la sensacion de resistencia o de perdida de paz me dura mucho y a ratos vuelvo a ella y la siento y vuelvo a repetir los pasos del perdon. Me podeis aconsejar algo amigos? muchas gracias


Respuesta: Cuando detectas la falta de paz (sensación de conflicto, sea cual sea la forma que adopte), y aplicas el perdón, con ese perdón ya has tenido éxito, ya has perdonado y el perdón funciona. Si sigues sintiendo falta de paz, el conflicto que sientes no es más que nuevos fragmentos de la culpa inconsciente, que emergen a la superficie de tu conciencia para darte la oportunidad de que los perdones también. Pero cada vez que has aplicado el perdón, ha funcionado. Incluso si no ves los resultados, en tu mente inconsciente ha sido deshecho algún fragmento del ego (y esto tiene consecuencias muy prácticas, aunque no las veas o sientas). Repito, esto es así aunque no veas los resultados. Veamos un par de los "principios de los milagros", de la primera sección del Texto:

Los milagros son expresiones de amor, pero puede que no siempre tengan efectos observables. (T.1.I.35.1)

Un milagro nunca se pierde. Puede afectar a mucha gente que ni siquiera conoces, y producir cambios inimaginables en situaciones de las que ni siquiera eres consciente. (T.1.I.45.1-2)

Recordemos que para el Curso las palabras "milagro" y "perdón" son sinónimas, pues en su significado principal el milagro no es algo externo (aunque pueda reflejarse en lo externo) sino algo interno (nuestro cambio mental o de perspectiva: el perdón). Así que aunque el Curso se llama Un Curso de Milagros, se refiere al perdón que despeja el camino para volver a sentir la paz interior.

Cuando dice que "un milagro nunca se pierde", significa que el perdón siempre funciona, aunque no veamos los resultados (efectos observables).

Lo de los "cambios inimaginables en situaciones de las que ni siquiera eres consciente" abarca tanto los cambios relativamente externos (en vidas paralelas, en otras épocas, en otras personas del mundo actual a las que conoces o no conoces personalmente, pero cuyos cambios no llegas a conocer, o cuando a veces algo conflictivo que ibas a experimentar porque estaba en tu guión, es eliminado ese fragmento del guión, por ejemplo no sufres un accidente o enfermedad que estaban programados, pero de eso nunca llegas a enterarte conscientemente, puesto que a nivel consciente no conoces el futuro, la totalidad del guión; cambios grandes y pequeños de cualquier tipo, etc, pero abarca también los importantísimos cambios del interior de la mente: la limpieza interior de la mente ontológica que el Espíritu Santo lleva a cabo en tu mente gracias a tu perdón, de la cual no eres consciente aunque podrás deducir que algo debió limpiarse adentro cuando sientas la paz que es el resultado natural de limpiar las creencias de conflicto).

Cuando tras perdonar sigues sintiendo conflicto, aun así el perdón ha funcionado, pero puesto que emerge nueva culpa inconsciente y te incomoda, puedes volver a perdonar cada vez que lo sientas oportuno. Déjate guiar por tu intuición. Permítete hacer una vida normal. Obviamente no vamos a estar perdonando cada segundo (excepto cuando tras años de práctica el perdón se convierte automático y sin palabras, pues es una actitud que habrá empapado toda nuestra vida), vas a trabajar o lo que sea, te comportas normal, pero de vez en cuando puedes recordar por un par de segundos que no tienes por qué sufrir. En momentos tranquilos del día, puedes aplicar el perdón con más detenimiento, usando las ideas de Un Curso de Milagros, usando cualquiera de las formas que puede adoptar el perdón.

Ciertamente que en el Manual para el maestro se dice: 

7. ¿Debe repetirse la curación? 

En realidad, esta pregunta se contesta a sí misma. La curación no puede repetirse. Si el paciente se ha curado, ¿qué queda por curar? Y si la curación siempre tiene lugar, como ya hemos dicho, ¿qué es lo que hay que repetir? Si un maestro de Dios se sigue preocupando por el resultado de una curación, no hace sino limitarla. (M.7.1.1-5)

Y en la misma sección, añade algunos comentarios muy relevantes en párrafos posteriores. Por ejemplo:

Cada vez que un maestro de Dios trató de ser un canal de curación tuvo éxito. De sentirse tentado de dudar de ello, no debería repetir su esfuerzo previo. Éste ya fue máximo, pues el Espíritu Santo así lo aceptó y así lo utilizó. El maestro de Dios tiene ahora ante sí sólo un camino a seguir. Tiene que hacer uso de su razón para decirse a sí mismo que le ha entregado el problema a Uno que no puede fallar; y debe reconocer que su propia incertidumbre no es amor, sino miedo, y, por consiguiente, odio. (M.7.2.1-5)

Una de las tentaciones más difíciles de reconocer es que dudar de la curación debido a que los síntomas siguen estando presentes es un error que se manifiesta en forma de falta de confianza. (M.7.4.1)

Dudar de uno mismo es la causa fundamental de que se dude del resultado de cualquier problema que se le haya entregado al Maestro de Dios para que lo resuelva. Y eso implica necesariamente que se ha puesto la confianza en un ser ilusorio, ya que sólo de un ser así se puede dudar. Esta ilusión puede adoptar muchas formas. (M.7.5.1-3)

Por lo tanto, la curación (el perdón) no se repite, pues siempre ha funcionado desde el principio. El Espíritu Santo ha hecho ya uso del perdón que le hemos entregado. Si persiste la falta de paz, simplemente está brotando a nuestra conciencia más culpa que antes era inconsciente, y podemos perdonarla. Eso no es repetir el perdón, puesto que la culpa perdonada no es la misma: son nuevos fragmentos de la culpa ontológica, de los que nos vamos volviendo conscientes.

Por otro lado, este proceso podemos llegar a realizarlo desde una sensación general de paz (esto es convertirnos en el "alumno feliz" del que habla el Curso). Pero debemos ser pacientes con nosotros mismos, y si todavía creemos no sentir paz, no nos juzguemos. Reconozcamos simplemente que todavía debe haber en nosotros resistencia inconsciente a la paz. Tal como se dice en la sección del Texto "Los obstáculos a la paz", lo presenta resumidamente en 4 obstáculos principales, del cual el primerito de todos es este:

El primer obstáculo que la paz debe salvar es tu deseo de deshacerte de ella. (T.19.IV.A.1.1)

Simplemente reconoce que una parte de ti rechaza la paz. Y este reconocimiento es un aspecto del perdón. Sigue eligiendo la paz desde la parte de ti que sí la quiere: esto se hace aplicando el perdón con asiduidad. Finalmente, poco a poco irás llegando a experimentar más paz, pues la resistencia a la paz se irá deshaciendo gradualmente.

Aprovecho para mencionar otra idea llena de perdón y que sirve como comodín para cualquier situación. Si sentimos cualquier tipo de conflicto (físico, mental, emocional, lo que sea), una forma de empezar a perdonarlo es acordarnos de que Dios es solo Amor, y si Dios es Amor, lo que contradiga eso tiene que ser ilusorio y sería bueno que empecemos a dudar de ello, que empecemos a dejar de creer en la realidad de la ilusión. Una forma de apuntar a esta actitud, la presenta Un Curso de Milagros así:

No hay más voluntad que la de Dios. (L.74)

Esto significa que solo existe la paz, el Amor, el Cielo. ¡El mundo que percibimos ni siquiera existe! Tampoco existe lo que está en el mundo: el cuerpo, nuestra personalidad individual, nuestra falta de paz, etc. Porque la Voluntad de Dios es que todo sea lo que ES: UNO. Y que todo sea puro Amor, Bienestar sin interrupciones. Otra forma de decir lo mismo es la idea que dice que seguimos siendo tal como Dios nos creó (somos Uno con Él, en el Cielo de nuestro verdadero estado natural de Unidad inmutable). Esta idea se puede practicar como otra forma de perdón, y una de las maneras en que el Curso la expone es así:

Soy tal como Dios me creó.
Su Hijo no puede sufrir.
Y yo soy Su Hijo.

(T.31.VIII.5.2-4)

Esto es una especie de "comodín" que podemos usar para practicar el perdón en cualquier circunstancia. Es una idea tan importante y útil para practicar el perdón, que aparece ahí, justo casi al final del Texto, y además la repite de nuevo en el párrafo 6 de la lección 110. Es un magnífico modo de perdonar. Podemos practicar las diversas variantes del perdón, ya que así poco a poco nuestra mente va tomando nota y se va quedando con las ideas de los diversos aspectos del perdón, lo que permite que practiquemos el perdón cada vez más profunda y eficazmente.

Así que, resumiendo, si persiste la sensación de falta de paz, simplemente reconozcamos nuestra resistencia, no nos juzguemos por ello (el no juzgarnos es perdón), y simplemente sepamos que el perdón ha funcionado, pero puesto que brotan más capas de culpa hasta nuestra conciencia, podemos ir perdonándolas también, al ritmo que nos resulte cómodo. Tarde o temprano, nuestra resistencia a sentir paz irá cediendo, y cada vez iremos sintiéndonos más livianos y en paz durante mayor tiempo. El proceso del perdón irá volviéndose cada vez más cómodo conforme lo practicamos. Y aunque el despertar completo del sueño o la iluminación sea el objetivo a largo plazo del Curso, debemos saber que a corto plazo, ya mismo, somos libres de elegir la paz. La paz, cuando se lo permitimos, puede aceptarse ya ahora, aunque no estemos iluminados. Por eso el Curso dice:

¿Por qué esperar al Cielo? Se encuentra aquí hoy. El tiempo es la gran ilusión de que el Cielo se encuentra en el pasado o en el futuro. (L.131.6.1-3)

¿Por qué esperar al Cielo? Los que buscan la luz están simplemente cubriéndose los ojos. La luz ya está en ellos. La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio. (L.188.1.1-4)

Solo he copiado las primeras frases de esos dos párrafos, pero es recomendable leerlos enteros, y de paso leer también los títulos de esas dos lecciones, títulos que de manera resumida dicen las cosas bien claras. La paz ya está aquí. Simplemente hemos de reconocerla (dejando de negarla; es decir, perdonando).

Esas dos citas son útiles tanto viéndolas como referidas al objetivo final de la iluminación, como también referidas a nuestro día a día: la paz ya está con nosotros, ¿por qué esperar que se retrase a un futuro indeterminado? El tiempo es ilusorio, no es una barrera que nos impida ser lo que somos (paz), excepto que nos aferramos a lo contrario. Practicar el perdón ayuda a poner remedio a esta resistencia que tenemos a nivel inconsciente. Es una actitud en favor de la verdad, en favor del despertar; y esta actitud la confirmamos mediante nuestra práctica asidua del perdón.

Tengamos paciencia con nosotros mismos, porque esto es un proceso, y poco a poco el panorama se va aclarando y nos vamos permitiendo sentir más paz. En cierto modo es una cuestión de ir ganando confianza (lo cual el perdón va a facilitar). Nuestra confianza irá aumentando gradualmente conforme practicamos el perdón, y con ella la paz. Como dice el Curso:

El dolor es imposible. (...) Y cualquier clase de sufrimiento no es más que un sueño. Ésta es la verdad, que al principio sólo se dice de boca, y luego, después de repetirse muchas veces, se acepta en parte como cierta, pero con muchas reservas. Más tarde se considera seriamente cada vez más y finalmente se acepta como la verdad. Puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor. Y hoy deseo ir más allá de las palabras y de todas mis reservas, y aceptar plenamente la verdad que reside en ellas. (L.284.1)

Eso es aplicable a cualquier conflicto (creencia en la falta de paz). A medida que practiquemos el perdón, poco a poco tendremos más confianza en lo que enseña Un Curso de Milagros, e iremos permitiéndonos sentir cada vez más paz durante mayor tiempo.

Es un proceso. No hay prisas, pues nada nos amenaza realmente. Y en cuanto a las molestias que percibimos, tomen la forma que tomen, tenemos un remedio para practicarlo justo ahora: el proceso del perdón que nos permite reconocer que tales molestias no son más que ilusiones sin sentido. Pasito a pasito. La paz será el resultado inevitable de dejar de rechazar la paz, mediante el perdón.

La paz terminará siendo tan inmensa, que ningún suceso externo podrá afectarnos:

La inmutabilidad del Cielo se encuentra tan profundamente dentro de ti, que todas las cosas de este mundo no hacen sino pasar de largo, sin notarse ni verse. (T.29.V.2.3)

Para llegar a ese punto, el perdón es el camino. Pasito a pasito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios actualmente cerrados. Si quieres comentar algo podrías inscribirte en el foro 'Concordia y Plenitud' mientras siga abierto:

http://concordiayplenitud.foroactivo.com/

Saludos :-)

☼☼☼

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.