martes, 13 de octubre de 2015

Las 6 etapas del desarrollo de la confianza

Voy a comentar la sección de Un curso de milagros titulada "Desarrollo de la confianza". Esta sección se encuentra en el Manual para el maestro (M.4.I.A).

Esa parte donde se describen las 6 etapas está formada por 6 párrafos (numerados del 3 al 8, pues forma parte de la sección I que había comenzado un par de párrafos atrás), cada uno de los párrafos dedicado a cada una de las etapas del proceso de desarrollo de la confianza.

Lo primero que hay que decir es que estas 6 etapas son una descripción que se nos da para darnos una visión intuitiva y aproximada del proceso de despertar. El proceso de desarrollar la confianza es otro nombre para el proceso del despertar.

También hay que decir que no se trata de un proceso lineal, ni formado por etapas separadas. Podemos experimentar varias de esas etapas casi a la vez, alternándose entre sí. Puede que una de ellas predomine en un momento dado, pero en nuestra vida podemos ver elementos correspondientes a cualquiera de las primeras 5 etapas (la 6ª etapa es la iluminación). Como no es un proceso lineal, uno puede experimentar aparentes avances y retrocesos, pasando por ejemplo de la cuarta etapa a la primera, repitiendo así aspectos que no se han terminado de superar. Las etapas vienen ordenadas en una secuencia lógica, pero ya digo que no es lineal. Hay un cierto orden, pero ese orden se ve alterado a medida que revoloteamos en nuestros innumerables avances y retrocesos aparentes.

Antes de empezar a citar y a comentar brevemente las etapas en sí, voy a copiar un trozo de una entrevista a Ken Wapnick (que posteé aquí: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/09/se-amable-contigo-mismo-entrevista-ken.html) en la que Susan Dugan le preguntó sobre este tema. En color rojo y entre doble paréntesis mis comentarios; en negrita las preguntas de Susan, y en color azul las aclaraciones de Ken:

Cierto. Pero ayer hablaste también de la sección "Desarrollo de la confianza" ((M.4.I.A)), en el Manual para el maestro, y ahí se menciona esa realmente agradable cuarta etapa ((M.4.I.A.6)) que a mí me parece que o me la he saltado o aún no he llegado, seguida de la quinta etapa en la que el infierno se desata. ((La quinta etapa, llamada un "período de inestabilidad" (M.4.I.A.7), y finalmente la sexta etapa, el "período de logros" (M.4.I.A.8), que abarca la iluminación/resurrección, el definitivo despertar a la paz; la quinta etapa es una etapa de inestabilidad, inquietud, pero no es necesario que sea un infierno, de hecho, a medida que vamos comprendiendo y practicando el proceso del perdón, esa quinta etapa acaba siendo incluso cada vez más dulce))

Eso no es lineal. ((Las 6 etapas descritas en esa sección no son un proceso lineal en el que esas etapas se suceden linealmente una tras otra, sino que podemos estar atravesando varias de estas etapas casi a la vez, con recaídas, avances, retrocesos, etc, aunque una de estas etapas puede ser la predominante e incluso la única en un determinado período de nuestra vida, hasta llegarse al objetivo final, la etapa 6))

Lo sé. Pero me parece haber gastado muy poco tiempo en esa cuarta etapa y una cantidad desproporcionada de tiempo en la quinta etapa. Así que supongo que mi pregunta es, ¿cuántas noches oscuras del alma me va a llevar sanar mi mente? Sé que es el ego el que está preguntando esto, pero es que a veces parece interminable. 

Las seis etapas se dan simplemente para dar a las personas una idea de en qué consiste el proceso de dejar ir ((el proceso de despertar es un proceso que puede llamarse de muchos modos: de deshacimiento, de desapego, de dejar ir, de soltar, etc. Y ayudados por el discernimiento lo que dejamos ir es la separación, la dualidad, el conflicto, nuestro especialismo, la identidad que creemos ser pero que es una mera ilusión)). Así que no son seis etapas distintas que tú las haces y se acabó. La última etapa es el mundo real, pero antes de eso experimentas una especie de ir de aquí para allá avanzando y retrocediendo, dando vueltas, con avances y recaídas, oscilando entre dudas. Las tres primeras etapas son sobre aprender a dejar ir, la cuarta etapa es relativamente tranquila, y en la quinta etapa todo el infierno se desata cuando te das cuenta de lo que el Curso está diciendo realmente ((que es realmente cierto: ¡el mundo no existe, el cuerpo no existe, la individualidad a la que tan aferrados estamos no es más que un espejismo y no existe! Y una parte de nosotros se resiste a reconocer esto, y es esta resistencia la que puede convertir nuestro proceso en un "infierno". La solución para salir del laberinto: el proceso del perdón. Practicar el perdón es decir "no" a las ilusiones)).

¿Sobre el ser que vemos al mirarnos en el espejo? 

Eso es. Pero todo esto es circular, siempre seguimos dando vueltas y más vueltas alrededor de estas etapas, pero las seis etapas nos dan una idea de a qué se semeja este proceso; es dejarlo todo de lado ((dejar irlo todo, desapegarse de todo)), pensar que he hecho un buen trabajo ((en el tema de dejar ir)), y luego de repente te das cuenta de que lo que realmente tengo que dejar ir o dejar de lado es a mí mismo.

Ahora, leamos uno por uno los 6 párrafos del Curso que describen estas 6 etapas del proceso de despertar (cuando algunas palabras de las citas aparecen en negritas, no aparecen en negrita en el Curso, sino que las destaco yo para ver a primera vista más fácilmente los nombres de cada etapa):

DESARROLLO DE LA CONFIANZA
(Etapas en el proceso del despertar)
Manual para el maestro, capítulo 4, sección I.A

Primera etapa:

En primer lugar, tienen que pasar por lo que podría calificarse como un "período de deshacimiento". Ello no tiene por qué ser doloroso, aunque normalmente lo es. Durante ese período parece como si nos estuviesen quitando las cosas, y raramente se comprende en un principio que estamos simplemente reconociendo su falta de valor. ¿De qué otro modo se iba a poder percibir lo que no tiene valor, a no ser que el perceptor estuviese en una posición desde la que no puede sino ver las cosas de otra manera? Aún no ha llegado al punto en el que puede efectuar el cambio interno totalmente. Por ello, el plan a veces requiere que se efectúen cambios en lo que parecen ser las circunstancias externas. Estos cambios son siempre beneficiosos. Una vez que el maestro de Dios ha aprendido esto, pasa a la segunda fase. (M.4.I.A.3)

El nombre de esta etapa en inglés es "period of undoing" que significa literalmente lo que se tradujo, "período de deshacimiento". Podemos verlo también como un "período de renuncia involuntaria", en contraste con la tercera etapa llamada "período de renuncia" (en el sentido de renuncia voluntaria). Más abajo, cuando haya citado las 6 etapas, comentaré un poco sobre algunas conexiones entre diversas etapas, como por ejemplo entre las etapas 1 y 3.

"Ello no tiene por qué ser doloroso, aunque normalmente lo es". El deshacimiento puede verse a nivel formal o psicológico, veamos un ejemplo de deshacimiento formal: estoy en mi trabajo, viene el jefe y me informa de que quedo despedido. Esto no tiene por qué ser doloroso de por sí, pero es una renuncia involuntaria y si la veo como una pérdida, sufriré. El mismo suceso podría simplemente perdonarse, lo cual sería el enfoque óptimo de la quinta etapa, que veremos después.

"el plan a veces requiere que se efectúen cambios en lo que parecen ser las circunstancias externas" (como el ejemplo anterior en el que perdemos el trabajo). Pero no siempre se producen cambios externos. Dice "a veces". Uno puede sentir "pérdidas" a nivel psicológico (insatisfacción, sensación de no ser reconocidos, etc), o "caer del burro" y darse cuenta de la falta de valor de algo, sin necesidad de que ese algo desaparezca físicamente de nuestra vida.

"Estos cambios son siempre beneficiosos". Esto resume la esencia del aprendizaje de esta primera etapa, y otra forma de decirlo es con el refrán que dice: "No hay mal que por bien no venga". Además, el beneficio profundo de estas pérdidas es simplemente darnos cuenta de que no es el fin del mundo, no es el infierno. Por ejemplo, hemos perdido nuestro trabajo y gracias a eso nos damos cuenta de que no lo necesitábamos, y esto nos da un tiempo para descansar y tal vez después acabemos en un trabajo mejor. Uno pierde el trabajo, si está en calma puede reconocer que eso no es algo tan malo, que no es para tanto, y gracias a eso perder el miedo a cosas así. Lo verdadero (que nunca se pierde) es interior, y las cosas externas (como el trabajo) pueden aparecer o desaparecer, sin que eso afecte a nuestra esencia.

Más abajo veremos algunos ejemplos más, de esta etapa y de otras.

Segunda etapa

Ahora el maestro de Dios tiene que pasar por un "período de selección". Este período es siempre bastante difícil, pues al haber aprendido que los cambios que se producen en su vida son siempre beneficiosos, tiene entonces que tomar todas sus decisiones sobre la base de si contribuyen a que el beneficio sea mayor o menor. Descubrirá que muchas cosas, si no la mayoría de las que antes valoraba, tan sólo obstruyen su capacidad para transferir lo que ha aprendido a las nuevas situaciones que se le presentan. Puesto que ha valorado lo que en verdad no vale nada, no generalizará la lección por temor a lo que cree pueda perder o deba sacrificar. Se necesita haber aprendido mucho para poder llegar a entender que todas las cosas, acontecimientos, encuentros y circunstancias son provechosos. Sólo en la medida en que son provechosos, deberá concedérseles algún grado de realidad en este mundo de ilusiones. La palabra "valor" no puede aplicarse a nada más. (M.4.I.A.4)

En inglés esta segunda etapa se llama "period of sorting out". Sorting out significa planear, ordenar, poner en orden, clasificar, organizarse, etc. Alude a una especie de período de reflexión, es una etapa más interior que la primera y que la tercera, en la que reflexionamos sobre la vida, por ejemplo sobre lo aprendido en la etapa 1: perdí mi trabajo, o me dejó mi pareja, y sin embargo no me va tan mal; me siento bastante bien. Entonces reflexionamos y ordenamos nuestra escala de valores (tal vez fue en parte por eso que se tradujo como "período de selección", pues seleccionamos las cosas en una escala de valores, reflexionando en qué cosas tienen más valor para nosotros, y qué cosas son a las que les vamos a dar menos valor). Pero lo que verdaderamente tiene valor, es lo que nos ayude a despertar del sueño de la dualidad. Sin embargo aquí estamos todavía en la 2ª etapa y fácilmente pasamos por alto que nuestra escala de valores es ilusoria. Pues no hay una jerarquía de ilusiones.

Tercera etapa

La tercera fase por la que el maestro de Dios tiene que pasar podría llamarse un "período de renuncia". Si se interpreta esto como una renuncia a lo que es deseable, se generará un enorme conflicto. Son pocos los maestros de Dios que se escapan completamente de esta zozobra. No tiene ningún sentido, no obstante, separar lo que tiene valor de lo que no lo tiene, a menos que se dé el paso que sigue naturalmente. Por lo tanto, el período de transición tiende a ser un período en el que el maestro de Dios se siente obligado a sacrificar sus propios intereses en aras de la verdad. Todavía no se ha dado cuenta de cuán absolutamente imposible sería una exigencia así. Esto sólo lo puede aprender a medida que renuncia realmente a lo que no tiene valor. Mediante esa renuncia, aprende que donde esperaba aflicción, encuentra en su lugar una feliz despreocupación; donde pensaba que se le pedía algo, se encuentra agraciado con un regalo. (M.4.I.A.5)

En inglés esta tercera etapa se llama "period of relinquishment", que significa literalmente eso, "período de renuncia". Al contrario que en la primera etapa (en la que la renuncia era involuntaria), en esta tercera etapa la renuncia es voluntaria, de hecho es la consecuencia de la etapa anterior. Por ejemplo, en el período de reflexión que es la etapa dos, ordenamos nuestra escala de valores y nos pareció que la conclusión era que por ejemplo ya no daríamos tanta importancia a determinadas cosas, por ejemplo al dinero, o a la imagen corporal, etc. Entonces llega esta etapa 3 e intentamos ser consecuentes con nuestras conclusiones. Por ejemplo, si habíamos decidido que ya no le dábamos tanto valor al dinero, tal vez renunciemos a un trabajo muy bien pagado y en cambio nos metamos en un trabajo con una paga más pequeña pero que nos satisface más, tal vez algo altruista de ayuda, o un trabajo que nos parece que contribuye más al bien de todos. Otros ejemplos pueden ser renunciar a determinados alimentos (por los motivos que nos parezcan oportunos), o renunciar a ir al gimnasio porque ahora hemos decidido que ya no nos importa tanto la imagen corporal, o renunciamos a una dieta debido a que ya no nos parece importante si el cuerpo parece tener sobrepeso o no.

Notemos que estas renuncias no tienen por qué ser muy sensatas. Son bienintencionadas, pero frecuentemente nos hacen sufrir cuando renunciamos a algo que una parte de nosotros desea, debido a que otra parte de nosotros ha decidido que eso ya no es importante en nuestra escala de valores. Por ejemplo, a una parte de nosotros puede haberle gustado mucho siempre el sexo abundante o el ganar mucho dinero, y ahora renunciamos a eso, por el motivo que sea, por ejemplo porque hemos leído sobre algún camino espiritual y hemos llegado a la conclusión de que el dinero ya no es importante o que si renunciamos al sexo estaremos más cerca de la iluminación. Y entonces renunciamos. Y sufrimos, pues creemos que eso a lo que renunciamos es real. En esta etapa todavía no hemos comprendido, al menos no del todo, que nuestra escala de valores es ilusoria, que aquello a lo que renunciamos es ilusorio, y que la verdadera renuncia no es física sino mental: uno puede renunciar por ejemplo al dinero o al sexo sin necesidad de dejar de ganar dinero ni de practicar sexo. Pero si lo hacemos, ganamos ese dinero con desapego (psicológicamente no nos importa, aunque lo tengamos), o practicamos sexo con desapego (para saber si estamos desapegados, basta con ver cómo nos sentiríamos si eso desapareciera de nuestra vida; si sin esas cosas seguimos en paz interior, es que estamos desapegados de eso). Pero todo esto no se capta en la 3ª etapa porque forma parte más bien de la 5ª etapa. En la 3ª etapa, por tanto, la renuncia es más tosca, es un aprender a tientas, un proceso de ensayo y error en el que poco a poco nos vamos dando cuenta de lo esencial.

A la larga, uno se va dando cuenta de que estas renuncias no son realmente una pérdida, pues al ser cosas ilusorias no se está renunciando realmente a nada. De hecho, dejar a un lado cosas que ya no necesitemos puede acabar siendo no un sufrimiento, sino una liberación, un alivio enorme: uno ya no tiene que preocuparse por el mantenimiento de eso y de todo lo que le rodea. 

Cuarta etapa

Ahora llega un "período de asentamiento". Es éste un período de reposo, en el que el maestro de Dios descansa razonablemente en paz por un tiempo. Ahora consolida su aprendizaje. Ahora comienza a ver el valor de transferir lo que ha aprendido de unas situaciones a otras. El potencial de lo que ha aprendido es literalmente asombroso, y el maestro de Dios ha llegado a un punto en su progreso desde el que puede ver que en dicho aprendizaje radica su escape. "Renuncia a lo que no quieres y quédate con lo que sí quieres." ¡Qué simple es lo obvio! ¡Y qué fácil! El maestro de Dios necesita este período de respiro. Todavía no ha llegado tan lejos como cree. Mas cuando esté listo para seguir adelante, marcharán a su lado compañeros poderosos. Ahora descansa por un rato, y los convoca antes de proseguir. A partir de ahí ya no seguirá adelante solo. (M.4.I.A.6)

Esta cuarta etapa es llamada en inglés "period of settling down", que significa un período de estabilidad, de asentamiento, de acomodamiento, de establecimiento. Es una etapa de cierta estabilidad. Han llegado algunos frutos de las etapas anteriores y se siente cierto grado de paz. No es raro incluso que alguien osado crea haberse iluminado, sin embargo esta paz es temporal (esta paz no se altera por las circunstancias externas, pero se acaba descubriendo que después de todo no es una paz tan profunda, no es el final: hay una verdadera paz profunda aún por sintonizar) y tarde o temprano aparecerán nuevos retos. Tarde o temprano aparecerá la quinta etapa, o retrocederemos a cualquiera de las 3 primeras etapas (estos "retrocesos" no se dan cuando la 4ª etapa ya está profundamente estabilizada y predomina sobre la anterior ignorancia). Afrontar la quinta etapa requiere valentía, pues es la antesala de la iluminación, que requiere la máxima renuncia: renunciar al ser que creemos que somos. Pero ya hablaremos de esa quinta etapa. En la cuarta, uno se siente bien, relativamente cómodo, y es un momento propicio para descansar un poco. Como dice la cita, es un período de reposo, de descanso, de paz. En el momento oportuno nos daremos cuenta de que eso no es todo, y tendremos todas las ayudas necesarias para afrontar decididamente la quinta etapa y llegar hasta la sexta etapa de la paz permanente (la iluminación).

Esta cuarta etapa es común a muchos buscadores espirituales, que tras años de búsqueda, tras haber saboreado aspectos de las 3 primeras etapas, tras haber explorado también determinados caminos espirituales, han eliminado de su sistema de pensamiento un número determinado de distorsiones, y eso es un alivio y se dispone de más paz. Nos hemos quitado algunos pesos (conceptos, juicios) de encima, y ya no somos tan ariscos con la vida ni con nosotros mismos. Pero aún queda algo que soltar (aún queda un cierto sentido de "yo", aunque ya no se trate del yo personal), y por lo tanto tarde o temprano las "cosquillas" aparecerán, y parecerá que se perturba nuestra sensación de paz (en realidad lo que sucede es que se reconoce que esa paz no es tan profunda, y entonces surge un encaminamiento hacia la paz total de la 6ª etapa, la cual se alcanza a través del proceso de la 5ª etapa, para abordar la cual se requiere de una buena dosis de humildad). Eso será bueno, pues así podremos continuar de manera más consciente con nuestro proceso de despertar.

Quinta etapa

La siguiente fase es ciertamente un "período de inestabilidad". El maestro de Dios debe entender ahora que en realidad no sabía distinguir entre lo que tiene valor y lo que no lo tiene. Lo único que ha aprendido hasta ahora es que no desea lo que no tiene valor y que sí desea lo que lo tiene. Su propio proceso de selección, no obstante, no le sirvió para enseñarle la diferencia. La idea de sacrificio, tan fundamental en su sistema de pensamiento, imposibilitó el que pudiese discernir. Pensó que había aprendido a estar dispuesto, pero ahora se da cuenta de que no sabe para qué sirve estar dispuesto. Ahora tiene que alcanzar un estado que puede permanecer fuera de su alcance por mucho, mucho tiempo. Tiene que aprender a dejar de lado todo juicio, y a preguntarse en toda circunstancia qué es lo que realmente quiere. De no ser porque cada uno de los pasos en esta dirección está tan fuertemente reforzado, ¡cuán difícil sería darlos! (M.4.I.A.7)

Esta quinta etapa se llama en inglés "period of unsettling", que significa período de inestabilidad o período de inquietud. Es lo contrario de la etapa anterior. La etapa 4ª era un período de estabilidad y tranquilidad, mientras que esta etapa 5ª es un período de inestabilidad e inquietud. En esta etapa es cuando practicamos el proceso del perdón de una manera más consciente (en las anteriores etapas también hay una maduración del perdón, pero es más inconsciente, un proto-perdón intuitivo que vamos madurando a trancas y barrancas). En esta 5ª etapa es cuando debemos recordar aquello de "sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos" (T.5.VI.12.1), y la mejor muestra de paciencia que podemos regalarnos es nuestra constancia a la hora de practicar el proceso de perdón enseñado en UCDM. También es el momento de recordar cosas como esta: "Deseo la paz de Dios" (L.185), y saber que ese es nuestro objetivo, tenerlo claro, amarlo, y a eso añadir la consecuencia lógica: "Desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños" (L.185.5.1). Y eso significa que si verdaderamente deseamos la paz de Dios, eso lo demostramos mediante la aplicación del perdón en nuestras vidas.

"Tiene que aprender a dejar de lado todo juicio, y a preguntarse en toda circunstancia qué es lo que realmente quiere". Esto significa aprender a perdonar ante cualquier circunstancia que altere nuestra paz interior.

Esta 5ª etapa puede parecer más o menos larga, pero si uno se olvida del tiempo lineal y simplemente se dedica a perdonar aquí y ahora en cada momento, cada vez que algo nos inquiete, entonces acabaremos cayendo suavemente en los brazos de la sexta y última etapa:

Sexta y última etapa

Finalmente llega un "período de logros". Ahora es cuando se consolida su aprendizaje. Lo que antes se consideraban simples sombras, se han convertido ahora en ganancias substanciales, con las que puede contar en cualquier "emergencia" así como también en los períodos de calma. En efecto, el resultado de esas ganancias no es otro que la tranquilidad: el fruto de un aprendizaje honesto, de un pensamiento congruente y de una transferencia plena. Ésta es la fase de la verdadera paz, pues aquí se refleja plenamente el estado celestial. A partir de ahí, el camino al Cielo está libre y despejado y no presenta ninguna dificultad. En realidad, ya está aquí. ¿Quién iba a querer "ir" a ninguna otra parte, si ya goza de absoluta paz? ¿Y quién querría cambiar su tranquilidad por algo más deseable? ¿Qué podría ser más deseable? (M.4.I.A.8)

Esta 6ª etapa en inglés es llamada "period of achievement". Se tradujo como "período de logros", con "logros" en plural, pero también se podía traducir como "período de logro" en singular, pues "achievement" significa logro, hazaña, éxito. Y esa hazaña, ese logro, no es otro que la iluminación.

Ken Wapnick comentó que esta sexta etapa corresponde al mundo real. El mundo real es la iluminación.

Gary Renard también habló de esta etapa en alguno de sus libros. No recuerdo si era Arten o Pursah quien lo decía, pero decía que esta 6ª etapa es la iluminación, llamada en el Curso más veces como resurrección. También Arten o Pursah comentaron alguna vez que eso es lo que el Curso llama mundo real: la iluminación. Evidentemente "mundo real" no se refiere a un mundo, sino a una manera de ver: es un reconocimiento de la verdad.

Tras la iluminación todo es fácil, espontáneo. Y tarde o temprano, incluso ese mundo real desaparece también, pues en la Realidad Absoluta no hay percepción de formas, solamente existe la Unidad-no-dual. Dios ES, y nada más es.

Comentarios finales:

Podemos notar que estas etapas, tal como están ordenadas, las de número impar son más enfocadas a lo aparentemente externo (diversos tipos de "renuncia", en cierto modo), mientras que las etapas pares son más internas, más enfocadas hacia nuestro interior.

Veamos a modo de resumen: 

1) Período de deshacimiento: renuncia involuntaria.
2) Período de reflexión: interiorización, digestión de lo sucedido, reordenamiento de la escala de valores.
3) Período de renuncia: renuncia voluntaria, y bienintencionada, pero distorsionada por nuestros prejuicios. Es principalmente una renuncia a determinadas cosas del mundo.
4) Período de estabilidad y de reposo: Etapa interna de tranquilidad, disfrutando del alivio que produce el haber soltado un buen número de nuestros prejuicios. Se disfruta de una paz más o menos constante, que no es alterada por las circunstancias externas, pero aún queda un cierto sentido del "yo", no de un yo humano, pero sí una cierta sutil separación que persiste disimuladamente, la cual impide la experimentación constante y definitiva de la paz profunda o iluminación (6ª etapa).
5) Período de inestabilidad e inquietud: Es el momento de la práctica del perdón más consciente. El perdón es el máximo nivel de "renuncia", pero es una renuncia-sin-renuncia, pues se renuncia solamente a lo que no es verdad, y además se pueden tener preferencias o goces a nivel de las formas, pues el desapego se practica a nivel mental, no necesariamente a nivel físico. A diferencia de la renuncia a las cosas del mundo de la etapa 3, en la etapa 5 nos damos cuenta de que a lo que en verdad queremos renunciar es a nuestro falso yo: a nuestra individualidad.
6) Iluminación: Es el mundo real o iluminación. También conocida con el nombre de resurrección. La culpa inconsciente ha quedado deshecha; y con la mente sanada solamente hay paz, una paz profunda, permanente y definitiva. Se goza del conocimiento-no-dual, mientras que todavía hay percepción. Es lo más cerca que se puede estar del Cielo-no-dual mientras aún haya percepción de formas. Es un reflejo del Cielo, siempre en paz total.

La primera etapa es de renuncia involuntaria (algo desaparece de nuestra vida contra nuestra voluntad).

La tercera etapa es de renuncia voluntaria (aunque guiada, distorsionada, por mis prejuicios).

La quinta etapa es de auténtica renuncia, porque llega el proceso del perdón y nos damos cuenta de que todo a lo que habíamos renunciado antes no era el asunto, sino que a lo que debemos renunciar es a nuestra propia identidad: al "yo" que creemos que somos; a nuestra individualidad; a nuestra visión del mundo, de todo. Esta etapa es de auténtico discernimiento, es una etapa mucho más consciente en la que se requiere una dosis aún mayor de humildad, reconociendo que lo alcanzado en la etapa 4ª no es el final del camino.

Podemos distinguir entre la renuncia y el sacrificio. El sacrificio implica sufrimiento porque se hace bajo la creencia de que aquello que se sacrifica es real; y al hacerlo real, su ausencia se percibe como sufrimiento. En cambio la renuncia implica liberación, liviandad, alivio, porque se reconoce que aquello a lo que se renuncia no es real, así que da igual si ese espejismo sigue aparentemente con nosotros o si su aparente imagen desaparece de nuestra vida. Tanto si algo en concreto sigue con nosotros como si no, estamos en paz porque hemos renunciado a eso (hemos renunciado a depender de eso: ya no estamos apegados y por eso no nos desconcierta ni la presencia de ese algo, ni su ausencia).

Durante las 5 primeras etapas hay algún grado de confusión entre los conceptos de renuncia y de sacrificio. Esta confusión es más aguda en la etapa 3 que en la 5, por ejemplo, pero incluso en la etapa 5 aún hay una parte de nosotros que se resiste a ver lo ilusorio como ilusorio, y por lo tanto todavía se percibe la renuncia a lo ilusorio como una especie de sacrificio.

La resistencia a ver lo falso como falso tiene un motivo: nuestro miedo a la verdad. Porque, efectivamente, si reconocemos lo falso como falso, entonces vamos a desinteresarnos completamente por las ilusiones y eso automáticamente nos conduce a despertar. Y al despertar, sabemos que no hay individuo limitado. Sin embargo nos aferramos al individuo, a nuestro querido sueño de especialismo, a nuestra falsa identidad limitada. Nos aferramos a eso porque una parte de nosotros no quiere despertar; no todavía. Sin embargo, solo cuando dejemos de interesarnos por esta falsa identidad, disfrutaremos de nuevo de la plenitud de nuestro verdadero Ser.

Una manera breve de resumir las 6 etapas podría ser de este modo: las 3 primeras etapas son de "tira y afloja" (las más conflictivas). Las etapas 4 y 5 corresponden a lo que en el Curso se llama el sueño feliz, el cual es el puente que nos conduce a la última etapa de todas, la 6ª etapa que es el mundo real: la iluminación, la resurrección, el momento en que la Expiación ha sido completamente aceptada: el proceso del perdón o del despertar ha finalizado. Así y todo, la 6ª etapa no es lo último. Pero más allá de ella, de poco valen las palabras. Una vez reconocido el mundo real, Dios se ocupa inmediatamente de todo, inclinándose hasta nosotros para elevarnos hasta el Cielo, que es la conciencia definitiva, lo absoluto, el conocimiento puro, lo que siempre ha sido y siempre es. Como dice el Curso:

La percepción del mundo real será tan fugaz que apenas tendrás tiempo de dar gracias a Dios por él. (T.17.II.4.4) (Pág. 393)

Ahora veamos algunos ejemplos correspondientes a cualquiera de las etapas:

Usaremos un ejemplo progresivo que toque aspectos de todas las etapas, un ejemplo que contiene varios ejemplos, relacionados entre sí. Imaginémonos como alguien muy materialista, nuestro dios es el dinero, los demás solamente nos importan en la medida en que podamos obtener algo de ellos, pensamos que el cuerpo es lo más valioso, usamos el dinero para darnos gustos corporales, usamos las relaciones para presumir de nuestra individualidad, queremos presumir, destacar, etc.

Ese soy yo... esclavo del cuerpo, de la individualidad y del dinero que sirve a ambos... pero...

¡Y entonces de repente me cae encima la etapa 1 del proceso del despertar! jejeje. Por ejemplo, de repente sucede algo que vuelve mi mundo "patas arriba". Puede ser algo pequeño, como que me molesta que en el trabajo, en el que soy el jefe, uno de mis empleados no parece interesado en adularme. O puede ser algo que mi ego considera "serio", algo "gordo", como por ejemplo que tengo un accidente y quedo paralítico en silla de ruedas de por vida. Acontecimientos como estos, sean de los "grandes" o de los "pequeños" (no hay una jerarquía de las ilusiones, por lo que en esencia ningún acontecimiento es más grande, serio o grave que otro), son oportunidades para que vayamos reflexionando y despertando poco a poco. Son oportunidades de perdonar, oportunidades para reflexionar, para tomar conciencia de las cosas realmente importantes.

Bien, pues digamos que he quedado en silla de ruedas. Esto me cambia la vida. Para mí, un triunfador era alguien con dinero y con un cuerpo perfecto, como el que yo tenía. Ahora me siento decepcionado con mi cuerpo. No puede andar. Como estoy identificado con él, me lo digo en primera persona: "No puedo andar". A raíz de este acontecimiento mi ego puede aprovechar para justificar sus metas: tengo motivos para sentirme depresivo, triste, intranquilo, un perdedor.

Pero me doy cuenta de algunas cosas que antes no había notado. Por ejemplo noto la amabilidad de determinada persona a la que parece no importarle mi silla de ruedas. Para esta persona, pareciera que sigo siendo alguien importante, a pesar de que yo insisto en que no lo soy. No ahora que no puedo andar. No ahora que no me permito ser feliz.

Puede que ahora tenga más tiempo libre, me retire de vez en cuando a solas, por las tardes a reflexionar sobre lo que ha sido de mi vida. Esto es ya la etapa 2: el período de reflexión. Puede que modifique un poco mi escala de valores, o mucho. Puede que retroceda de nuevo a mi egoísmo, y más adelante me falle otra cosa del mundo, y yo la vea como otra "pérdida" y así vuelva a la etapa 1.

Puede que en algún momento dado, durante mis reflexiones, me sienta interesado por algún libro que me llame la atención, o acuda a alguna charla que me ayude a seguir reflexionando. Finalmente llego a alguna religión (o incluso a alguna tradición no-dual, aunque eso suele suceder después de haber hecho muchos tanteos y haber dado muchas vueltas entre las etapas 1 y 2). Tal vez empiezo a ver con otros ojos el dinero, aunque sea por motivos religiosos o incluso por motivos supersticiosos: "me porté mal cuando podía andar, y usé el dinero para arrollar a los demás, para hacer daño; eso fue lo que provocó mi karma, tuve que ser castigado". Y ahora tal vez paso a la etapa 3 y hago algunas renuncias basadas en mis reflexiones de la etapa 2 (aunque sean reflexiones en gran medida erróneas). Así que renuncio a gran parte de mi dinero, me voy a la India a aprender yoga de los gurus orientales, o lo que sea. Practico el ayuno, etc. Renuncias voluntarias. Pero como una parte de mí aún aprecia esas cosas, siento conflicto interior.

Estas etapas pueden llevar muuuuucho tiempo (aunque el tiempo sea ilusorio), muchas vidas (aunque la reencarnación sea ilusoria), revoloteando de una a otra de estas 3 etapas, en cualquier orden.

Finalmente, poco a poco, voy llegando a algunas conclusiones, tal vez aún distorsionadas en parte, pero que ya me dan luz. Voy sintiendo paz. Voy llegando a la etapa 4ª de la estabilidad. Tal vez a estas alturas he pasado años practicando yoga, o alguna tradición espiritual, budismo, o enseñanzas llamadas "no-duales", etc. (Aún tardaré en distinguir entre la no-dualidad y la pura no-dualidad).

En la etapa 4ª puedo volver a sentirme retado por acontecimientos inesperados y retroceder a cualquiera de las 3 etapas anteriores (solamente en el caso de que la etapa 4ª no predomina todavía). También puedo volver de esas "excursiones" por las etapas 1-3 a la etapa 4 de nuevo, que puede irse afianzando a un nivel más profundo cada vez. Cuando la 4ª etapa está estabilizada, ya no hay retrocesos a las etapas anteriores, y se goza de una paz constante, aunque no es la paz profunda y definitiva de la 6ª etapa, pues aún hay un sentido sutil del "yo", aunque ya no se trate del "yo humano". Cuando se está estabilizado en esta paz de la 4ª etapa, la única salida es hacia "arriba": hacia la 5ª etapa, la cual conduce a la paz total o iluminación, que es la 6ª etapa. Para pasar de la 4ª etapa a la 5ª se requiere una alta dosis de humildad, reconociendo que la tranquilidad tan estable que ya se ha alcanzado, es agradable pero no lo es todo: no es la paz total de la iluminación. Esta humildad nos abre al reconocimiento del proceso del perdón, abordado de una manera mucho más consciente y profunda: sin excepciones y hasta el final. La humildad, que ya era un factor importante en las anteriores etapas, es en esta 5ª etapa más importante que nunca, de lo contrario nos quedaríamos retenidos en la 4ª etapa, sin sospechar la maravilla que espera un poco más allá de esa tranquilidad inicial.

Así que tarde o temprano puedo descubrir alguna enseñanza puramente no-dual, como Un curso de milagros, y aprender a perdonar, y así pasar a la quinta etapa. La 5ª etapa, un período de inestabilidad, de inquietud porque me he dado cuenta de que lo que yo pensaba que era la verdad, no lo es. La verdad es inefable y el perdón es el proceso que me ayudará a experimentarla de manera directa.

Puedo experimentar la 5ª etapa y estar practicando el perdón, y a la vez sentir que tengo repuntes de las otras etapas anteriores: de vez en cuando puedo llevarme algún "susto" o "pérdida" como en la etapa 1, pero si estoy atento, al tomar conciencia mediante el perdón, me estaré permitiendo vivir eso sin perder mi paz. Por ejemplo, mi pareja me deja por otra persona. Eso, en la primera etapa podría vivirlo como un desastre, pero ahora lo perdono, y eso es tomar conciencia de que eso no es real, es un símbolo de mi conflicto interno al haber elegido separarme de Dios (de mi verdadero Ser), y al dejar de apoyar eso, una capa del ego es deshecha. Y prosigo con mi camino.

Es curioso, un ejemplo representativo de la etapa 1 podría ser que mi pareja me abandona, mientras que un ejemplo representativo de la etapa 3 podría ser que soy yo quien dejo a mi pareja jejeje (el ejemplo obviamente es una simplificación; lo que se señala en este ejemplo es la forma, no el contenido; pero uno puede dejar a su pareja también como parte de una actitud inmersa en la etapa 1, o incluso desde la mentalidad correcta de la etapa 5). Es la renuncia involuntaria (1ª etapa), y la renuncia voluntaria (3ª etapa), pero en la 5ª etapa podemos llegar a ser conscientes de que no se trata de nada de eso, ni de renunciar a nuestra pareja ni de lamernos nuestras heridas si es nuestra pareja la que renuncia a nosotros; el verdadero tema es la renuncia a mí mismo, a mi individualidad. Una vez tenemos eso claro, apreciaremos enormemente el proceso del perdón y lo practicaremos cuanto podamos, y estaremos conscientes y desapegados para poder digerir en paz el que nuestra pareja nos abandonase, o para no necesitar abandonar nosotros a nuestra pareja. Simplemente, preferiremos algo (seguir con la relación o no), pero lo que suceda nos vendrá bien. O si no nos viene tan bien, nos vendrá bien entonces para perdonar jejeje. Y así seguir caminando hacia nuestro despertar.

De vez en cuando tengo mis períodos de reflexión y de tranquilo reposo, como en las etapas 2 y 4, sobre todo la 4. También a veces puedo sopesar alguna renuncia voluntaria, por ejemplo puedo decidir dejar de fumar o lo que sea, pero ya no lo hago de manera seria como lo hacía en la etapa 3, sino que lo veo como una mera preferencia dentro de un sueño, una preferencia a la que no me apego psicológicamente, no le doy importancia, y por eso si el cuerpo me empuja a fumar o a algo, no me culpo por eso, simplemente lo perdono. Es un símbolo, como todo lo demás.

O por ejemplo renuncio a salirme con la mía en un negocio. Pero no me siento importante por eso, ni superior. Simplemente lo sentí correcto y así lo hice. Y si luego eso sale "mal", tampoco tengo por qué culpar a nadie. Y poco a poco sigo perdonando cada vez que siento inquietud.

Un día, tarde o temprano, llegará la sexta etapa. El perdón habrá hecho su trabajo y ya no habrá ni rastro de sufrimiento. Entonces disfrutaré de una paz sin fisuras. No es una paz salpicada de pequeñas inquietudes de vez en cuando, sino una paz total, sin la más mínima inquietud. Como dice Gary Renard en sus libros, es tal la paz mental que uno siente tras la iluminación, que incluso si se hiere el cuerpo, no se siente ningún tipo de dolor, ni físico ni psicológico.

Este cuadro con las 6 etapas no es para tomarlo demasiado en serio. Es simplemente para que tengamos una idea general del proceso de despertar. No debemos obsesionarnos, ni centrarnos en el futuro, ni ponernos ansiosos o con prisas ante una hipotética iluminación. Lo que hay que hacer es simplemente enfocarnos en el ahora y disfrutar de la tranquilidad. O si nuestra paz parece ser afectada por algo, aprovechar la oportunidad para aplicar el proceso del perdón y así acercanos más al despertar.

El despertar es cuestión de tiempo. El tiempo es ilusorio, por lo que nuestro Ser ya ES. Ya somos esta gloriosa Verdad no-dual. Pero si practicamos el perdón con constancia, seremos "antes" conscientes de nuestra verdadera realidad, la cual no estamos experimentando ahora porque estamos aún dormidos, y estar dormido, es negarse a perdonar.

Al final todos despertamos, y resulta que no somos muchos sino Uno, y finalmente soltamos una buena risa porque resulta obvio que siempre ha estado todo bien. Este Momento intemporal de perfecto amor y plenitud nunca nos ha dejado. Nunca nos hemos separado de nuestro verdadero SER.

Actualización: En el siguiente hilo del foro Concordia y plenitud se pueden encontrar otros links con más información sobre este tema:  http://concordiayplenitud.foroactivo.com/t24-las-etapas-del-proceso
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