En el post anterior, Codorníu pregunta en los comentarios:
Hola, Toni. Hace que no te consultaba; si bien, leo tus entradas con frecuencia.
En esta tengo una cuestión que plantear, jaja...
Verás.
He leído al principio:
Libera a tus hermanos de la esclavitud de sus ilusiones, perdonándolos por las ilusiones que percibes en ellos. (T.16.VII.9.5)
No
comprendo la expresión: "las ilusiones que percibes en ellos". En la
frase reseñada se insinúa la existencia de un algo objetivo sobre (o en)
lo que yo (sujeto) percibo una ilusión.
Si no he comprendido
mal cuando estudié UCDM hace meses, ellos (los hermanos) son una ilusión
en sí mismos; es decir, no son otra cosa que ilusión, algo que aparece
fuera cuando ni siquiera existe un "ahí fuera".
Estaba respondiendo en un comentario, pero puesto que me ha salido un poco largo y el sistema no me deja postearlo, en vez de cortarlo en dos partes como he hecho otras veces, lo pongo aquí en forma de post. Esto fue lo que me surgió decir sobre el tema (ya que estamos en un post, le añado algunos colores y tal vez algunas palabras en negrita; finalmente, también he añadido algunas aclaraciones entre paréntesis):
Respuesta: Hola, Codorníu. No es más que una cuestión del lenguaje. Si lees la
frase (T.16.VII.9.5) tratando de ir únicamente al sentido (no a las
palabras), verás claramente cuál es su utilidad. El 90% del Curso es
así, con un lenguaje aparentemente dualista, puesto que el perdón
tenemos que practicarlo desde donde percibimos que estamos (aunque
intelectualmente sepamos que no es así), y puesto que el perdón se
explica en un lenguaje dualista, lo que importa no es el lenguaje, sino
si cambiamos o no nuestra actitud, volviendo la mente hacia dentro:
dejando de juzgar/proyectar, y regresando al interior desde donde se
proyecta todo lo ilusorio.
Ciertamente que en realidad no hay
mundo, ni cuerpos. Pero la verdad pura, DIOS ES (este dúo de palabras es un símbolo o manera de tratar de referirnos a la verdad en pocas palabras), cuando se está en ella,
lo único que brota es el silencio. Como decía Ramana Maharshi, pocos
entienden el lenguaje del silencio (¡el cual es el único lenguaje que no es dualista en su forma!, pues el silencio no tiene forma, mientras que toda forma es dualista, si bien su contenido puede ser dualista o apuntar al no-dualismo). Además, pocos son los que han
despertado. Al resto, en su mayoría al menos, conviene que se nos hable
en un lenguaje que tenga sentido para nosotros (el lenguaje de las
formas, que son las palabras normales, dualistas en su forma —aunque no en su contenido, cuando apuntan a lo que ayuda al reconocimiento de la no-dualidad).
Si relees la
frase simplemente desde la perspectiva de cómo se aplicaría en la
práctica (o sea, mirando solamente su mensaje, no las palabras
literales), probablemente quede todo más claro. Supongo que en tu vida
cotidiana ves hermanos jejeje (incluso si sabes intelectualmente que los
cuerpos son ilusorios). El Curso nos invita a utilizar nuestra
percepción para que le demos la vuelta (retirar la proyección) y así
despertar.
Un ejemplo simple, el típico con los niños (y no tan
niños): un niño choca contra una silla y se hace daño; entonces,
enfadado, le grita a la silla: ¡mala!
La silla es el hermano. La
silla (o hermano) es simplemente nuestro propio reflejo en nuestro sueño
dual. Los hermanos son nuestros espejos. Perdonar la ilusión que percibes en la silla, en un caso así,
significa en primer lugar reconocer que la silla no es culpable de nada
(retirar la proyección). ¡Ella ni siquiera tiene personalidad! (no
"existe"). Luego UCDM nos invita a tomar conciencia del verdadero
problema y ver que no es tal (la separación que teme la mente, no
ocurrió). Entonces no hay necesidad de culpabilizar a nadie. Todos son
inocentes: la silla, uno mismo.
Lo mismo vale con cualquier
hermano. Por cierto, aunque en la Verdad pura solo existe UNO, en la
práctica del despertar, al ser percepción, la percepción es dualista, y
al "otro" lo llamamos "hermano" (y todos humildemente deberíamos reconocer que percibimos al "otro", sea ese otro una silla, una persona, o el resto del universo: el no-yo... y digo que todos deberíamos reconocer que percibimos lo "otro", porque excepto que estemos iluminados, estaremos percibiendo, y la percepción pertenece a la mente dividida y funciona por divisiones: sujeto-objeto; esto sabemos intelectualmente que es ilusorio, pero si no practicamos el proceso del perdón con estos símbolos dualistas de nuestra percepción, nos quedaremos atascados en lo ilusorio, en una comprensión meramente intelectual de la no-dualidad). Si ves a tu hermano como un cuerpo,
entonces es ilusorio y no existe. Pero hay otra manera de verlo. Tu
hermano puede ser visto como un reflejo de ti mismo. En última
instancia, es un reflejo de Dios, del Ser, el cual vemos oscurecido y
culpable (verlo como un cuerpo es culpabilizarlo) porque lo hemos
juzgado y así nuestra percepción está distorsionada. Si vemos al hermano
sin distorsión (con inocencia), veremos en él el reflejo de la verdad
(paz, unidad, etc) y finalmente este reflejo más puro nos conducirá al
despertar del conocimiento, en el que ya no hay hermano pues ya no hay reflejos, sino solo
Unidad pura.
En último término, la silla y los cuerpos son
completamente ilusorios (son mentales e inexistentes realmente, símbolos
de separación). Pero el Curso nos avisa de que no neguemos nuestra
experiencia (por ejemplo T.2.IV.3.8-11).
Realmente no existe un
mundo físico. Es todo mental (e incluso como formas mentales, el mundo
sigue siendo igualmente ilusorio). PERO NOSOTROS LO PERCIBIMOS. NO NOS
CONVIENE NEGAR LO QUE NUESTRA OFUSCADA MENTE ESTÁ PERCIBIENDO. Y puesto
que lo percibimos, es a estos símbolos de conflicto que percibimos a los
que aplicamos el perdón. Aplicamos el perdón a lo ilusorio, no a lo
verdadero. Finalmente todos los reflejos ilusorios se reducen a un mismo
origen: una decisión en nuestra mente, decisión que también es
ilusoria, pues nunca fue tomada (la Verdad es inmutable; DIOS ES). Una vez deshecha nuestra creencia en
esa decisión de separación, tal creencia/decisión desaparece junto con sus acompañantes
(culpa, miedo, carencia, etc., incluido el mundo de formas que simbolizaban eso), sucede el despertar, y entonces sí,
abandonamos el lenguaje dual (el de las palabras) y nuestro único
lenguaje es SER. Que dicho en palabras del Curso, se podría decir: Dios
ES. Pero ese ES no es la palabra ES, sino la experiencia directa de SER,
que está más allá de las palabras y es la única Vida.
Saludos ;-)
Gracias por tu respuesta, Toni.
ResponderEliminarEn esta dices: NO NOS CONVIENE NEGAR LO QUE NUESTRA OFUSCADA MENTE ESTÁ PERCIBIENDO.
Y yo me digo, igual no me conviene negarlo; pero como no hacerlo, luego de "saber" que es así (en tus palabras):
"Por sorprendente que le pueda parecer a la mente cotidiana, el mundo percibido por los sentidos no es real, sino una especie de "montaje" o "espejismo". Un sueño. Todo eso que parece tan denso y sólido en realidad son proyecciones mentales".
No es un poco contradictorio este consejo:
1) El mundo percibido no es real.
2) No nos conviene negarlo
Ya me contarás cómo se funciona con las dos visiones al mismo tiempo.
Un saludo,
Codorníu
En realidad es simple, aunque ante todo me parece que ambos estamos usando la palabra "negar" con un sentido algo diferente.
EliminarParafraseando el segundo de tus dos puntos:
1) El mundo percibido no es real.
2) No es conveniente negar QUE ESTAMOS PERCIBIÉNDOLO.
Ese es el sentido de las palabras que escribí. Por poner un ejemplo: sé intelectualmente que el cuerpo no existe, que el mundo no existe; pero no niego que percibo cuerpos, que me percibo corporalmente, que percibo un mundo, que si piso un clavo y me duele, aunque sepa intelectualmente que no existe el mundo, ni el clavo, ni la planta del pie con la que parezco haber pisado el clavo, aun así no niego que he percibido esa apariencia, ni niego que sienta el dolor (aunque sepa intelectualmente que el dolor es ilusorio).
Sí niego que todo eso sea real. Pero no niego que ésta está siendo mi experiencia. Es decir, admito (intelectualmente... de lo contrario ya es iluminación) que son ilusiones, pero no niego que sigo percibiendo las ilusiones. Si no tomamos esta actitud, difícilmente podremos practicar el perdón, pues nos encerraremos en nuestra "nube intelectual", la cual será un globo que acabará pinchándose en algún momento jejeje
Resumiendo:
1) Niego que el mundo sea real. Niego incluso su existencia.
2) Pero no niego que estoy percibiendo eso, aunque sea irreal e inexistente. Y puesto que lo percibo, hay la posibilidad de perdonarlo.
Supongo que ahora se entiende mejor lo que quise decir, pero si no es así, dímelo y podemos intentar explicarnos mejor con algún otro ejemplo ;-)
Hola amigos.
ResponderEliminarEn lo poquito que llevo practicando un UCDM tengo muchas reflexiones de este tipo.Suelo asombrarme al pensar que realmente una parte de mi si cree que esto es un sueño.Cuando el ego aparece firmemente diciendo que es imposible que esto sea un sueño,pienso en una cita del curso que dice que algo asi como que no hay diferencia entre cuando soñamos a la hora de dormir y el despertarnos y estar haciendo cosas en nuestro dia a dia,el curso dice que solo la forma del sueño puede variar pero el contenido es el mismo(creo haberlo entendido bien).
Cuando alguna duda me viene a la cabeza diciendome como lo demostraria suelo pensar que realmente cuando estoy soñando todo lo que siento en el sueño es tan real como cuando estoy despierto,e incluso muchisimas veces las emociones son mucho mas intensas que cuando estoy despierto,y encima el nivel de detalles, desde el escenario hasta los dialogos es alucinante!!Cuando despierto no hay ni rastro del sueño,se desvanecio.y me digo a mi mismo que ahora que estoy "despierto"escribiendo esto por que no va a ser un tipo de sueño que un dia tambien se desvanecera por completo?
Yo y mis loquitas reflexiones jejeje un abrazote amigos
Toni: ahora me ha quedado absolutamente clara la expresión que ponías con todo mayúsculas.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un abrazo.