En el post anterior, en uno de los párrafos comenté:
El Espíritu Santo sabe que el tiempo es ilusorio, pero mientras nos percibimos como seres separados e inmersos en el tiempo, Él nos enseñará a usar el tiempo para despertar. En este sentido, en todos los acontecimientos que percibamos (que nunca aparecen al azar, y que de hecho son todos ilusorios) podemos elegir la interpretación del Espíritu Santo y así invitarlo a que deshaga los obstáculos que parecen impedirnos despertar. Digo "parecen" porque en realidad nada nos impide despertar. Aún más... ni siquiera estamos dormidos, pero dejemos esto de momento, pues no es útil incidir en esa gran verdad ahora. El asunto es que mientras nos percibimos inmersos en el tiempo, percibiendo un mundo de cuerpos y separación, podemos elegir invitar al Espíritu Santo para que interprete para nosotros cualquier acontecimiento que percibamos. Las ilusiones de conflicto serán perdonadas. Y la paz se volverá obvia, la reconoceremos y entonces de manera espontánea sucederá el despertar, el darnos cuenta de que nunca hemos sido cuerpos, y nunca hemos salido del Hogar: nunca hemos dejado de Ser el Ser, en toda su pureza, más allá de las apariencias del universo del tiempo y de las formas.
Y poco más abajo en otro párrafo añadí:
Y nos daremos cuenta de lo que siempre hemos sido y siempre seremos. Y nos daremos cuenta de que en realidad nunca nos habíamos dormido.
Y más abajo, en los comentarios, el 5º comentario dice:
>ni siquiera estamos dormidos, pero dejemos esto de momento, pues no es útil incidir en esa gran verdad ahora
Como me gusta leerte... esperamos continuacion... bendiciones
Como me gusta leerte... esperamos continuacion... bendiciones
Remarco lo de "esperamos continuación", pues es la frase que motiva este nuevo post, ya que no pensaba escribir directamente sobre el tema.
Descripción del tema: El Ser nunca duerme. La esencia absoluta que somos es inmutable, por lo que siempre es Unidad y siempre está despierta: gozando de paz, plenitud, inmutabilidad, felicidad, infinitud, unidad, perfección amorosa. Dios (nuestro Ser) nunca duerme ni comete errores ni puede ser dividido. Esto es la verdad absoluta. Pero, en la práctica, nuestra experiencia temporal no es ser plenamente conscientes de la verdad absoluta, sino que nos sentimos como un cuerpo o ser limitado: como si la Unidad de nuestro Ser quedase oculta de nuestra conciencia. Debido a esto, por motivos prácticos en UCDM se emplea la metáfora de hablar de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre es la Unidad que siempre es: siempre despierto. El Hijo es (en esta metáfora) para referirnos a dos posibilidades: 1) al Cristo (iluminado, Uno con el Padre) o 2) a la Mente Dividida, incluidos los personajes aparentemente separados. El Espíritu Santo representa en esta metáfora el Mediador entre Padre e Hijo. En esta metáfora se dice que el Hijo se quedó dormido (para describir nuestra experiencia en la práctica, en la que nos parece estar limitados), también se dice que el Padre Es (siempre despierto), y el Espíritu Santo es el Recuerdo del Padre, o sea, la Voz o Inspiración interior que nos recuerda que nuestro verdadero Ser está despierto y siempre en Unidad. En nuestro idioma tenemos el refrán: "de tal palo, tal astilla". Podemos aplicarlo también a esto ("de tal Padre, tal Hijo") y entonces, si el Padre nunca duerme, entonces el Hijo tampoco (porque el Ser no crea nada que sea diferente de Sí Mismo). Esto es la verdad. Pero puesto que en nuestra experiencia dual no parece ser así, y puesto que parece que experimentamos conflictos y limitación, el Espíritu Santo (que al igual que el Padre es también nuestro propio Ser) nos ayuda a recordar la verdad. En esta metáfora, el Padre no sabe nada del mundo de la dualidad (porque Él sólo conoce la verdad y sabe que somos Uno en el Cielo y que el Ser nunca necesita nada y eso es lo que somos), mientras que el Espíritu Santo representa al Ser como que Él sí es consciente de nuestras dificultades, para poder ayudarnos y que comprendamos que estamos seguros y protegidos incluso en esta fantasía limitadora, aunque Él sabe que son dificultades aparentes, creencias completamente ilusorias e imaginadas (el Espíritu Santo percibe nuestros supuestos problemas, pero Él sabe que no son reales y nos lo recuerda). Mientras sigamos jugando a limitarnos, esta metáfora de la Trinidad y del Hijo dormido tendrá sentido, y parecerá que recibimos ayuda en la dualidad (y así será en nuestra experiencia). Pero realmente el Ser nunca se ha dormido y siempre está en paz, en su perfecto éxtasis inmutable gozándose a Sí Mismo eternamente.
Por qué es un tema que en principio suele ser conveniente no darle demasiado énfasis: No estamos dormidos, porque nuestro verdadero Ser es Cristo, que en realidad es exactamente Uno con el Padre, Quien nunca duerme. Esto es la verdad. Pero mientras nuestra experiencia parezca ser diferente, esa verdad por sí misma será de poca ayuda (excepto para tal vez animarnos y aumentar nuestra confianza, al saber que nuestra verdadera situación no ha cambiado y que es imposible que no la recordemos cuando lo deseemos). El peligro de poner demasiado énfasis en esta verdad de que "nuestro Ser está ya despierto desde siempre y eternamente", es un peligro simple: que dicha afirmación la tome el ego y la interprete erradamente para justificar el no seguir los consejos del Maestro interior que aceleran el despertar. El ego puede decir algo parecido a esto: "Genial, ya estoy despierto, e incluso UCDM dice que no tengo que hacer nada... entonces ya está todo hecho, ya estoy iluminado, puedo seguir haciendo lo que quiera". El resultado de eso, es seguir alimentando el sistema de pensamiento del ego, y por lo tanto seguir sufriendo (aunque el ego llame "placeres" o incluso "estar iluminado" a algunos tipos de sufrimiento disfrazados). Lo útil, como indica UCDM, es seguir usando la herramienta del perdón (no el perdón coloquial, sino lo que UCDM explica como perdón no-dual, a lo largo de sus más de 700 páginas). El perdón es ilusorio, pero es lo que acelera el despertar. El despertar, en el fondo, es también ilusorio porque el Ser nunca se ha dormido. Pero hasta que uno no ha perdonado ni deshecho toda la culpa de la mente inconsciente, no sabrá ni experimentará lo que realmente es la Unidad. El Ser nunca se ha dormido, esto es cierto. Y nosotros somos el Ser. Pero esto no se experimenta desde el personaje limitado, sino que es lo que se vive cuando uno ya ha terminado con los procesos ilusorios de perdonar y despertar. Entonces sí: al final, uno, iluminado, se da cuenta de que el Ser siempre había estado aquí, que Uno nunca había cambiado ni se había dormido. Pero mientras tanto sucede esa iluminación, hay que seguir con la práctica espiritual, si uno quiere acelerar el despertar. Todo esto es también una metáfora, porque todo lo que decimos en palabras es metafórico. A veces me gusta decir que la iluminación es también una metáfora: es la última de las ilusiones. Tras la iluminación, "comienza" la verdad, pero no comienza realmente sino que se reconoce que la verdad siempre es, nunca había habido nadie dormido.
Abordando el tema: No estamos dormidos realmente (nuestro verdadero Ser), pero hay que despertar. Esto parece paradójico, pero todo cuadrará una vez que uno despierta (tras la iluminación). Por cierto, para aclarar términos, en mi manera de expresarme no llamo despertar a saber intelectualmente la verdad, sino a vivirla (ego completamente deshecho, o sea, la iluminación). Todo esto del despertar es una metáfora que se pone en términos lineales, para facilitar nuestra comprensión. En realidad, una aproximación más precisa es interpretar el tiempo como todo simultáneo (en última instancia el tiempo es completamente ilusorio), por lo que en realidad nada nos separa de la experiencia del despertar (y así reconocer la verdad de nuestro Ser), excepto nuestro deseo de seguir jugando con las ilusiones.
Bien, este tema más o menos ya está abordado con mis explicaciones de más arriba, pero añadiré unas citas para los amantes de UCDM que deseen una corroboración de esta idea en el propio Curso de milagros. Las citas las saco casi todas de una de las secciones de mis "Apuntes extensos de UCDM", de una sección que titulé "Dios no duerme (ni Sus creaciones)", o algo así creo recordar.
UCDM se explica con palabras, en el nivel dual, con el fin de resultar útil en el "nivel" donde nos parece encontrarnos. Por eso el 99% de UCDM (por decir algo... o sea, la mayor parte del Curso) se centra en el punto de vista de que estamos en un sueño del que podemos despertar aplicando el procedimiento del "perdón ucedemiano" (que no es el perdón habitual). Lo que he dicho de que en realidad el Ser nunca se ha dormido, no es por lo tanto una prioridad en UCDM. Sin embargo sí se menciona fugazmente unas cuantas veces, aunque sin explicarlo demasiado, simplemente dando algunas pistas. La razón es simple: nuestra tarea aquí (en la aparente dualidad) es perdonar. Y una vez deshecha toda la culpa de la mente inconsciente, ya sin la ilusión del ego, entonces será evidente que nunca hubo sueño.
Esto puede resultar un poco difícil de captar para la mente racional. Pero se puede captar mediante la razón intuitiva. De todos modos, no es necesario comprenderlo, ni siquiera captarlo intuitivamente. Basta con aprender a perdonar, y lo demás sucederá por sí solo. Entonces (tras la iluminación, o incluso un poco antes) resultará obvio este tema.
Una manera como me gusta ilustrarlo es con otro tipo de metáforas: diciendo que la idea de que el Ser se queda dormido y experimentando dualidad, es un chiste, o un juego del Ser. Es como si el Ser se contara un chiste a Sí Mismo, jugando a ser limitado (dual). Pero en realidad el Ser (lo que en verdad somos), nunca se duerme. La apariencia de conflictos, limitación, sueño, la experimenta no el Ser, sino los personajes limitados del sueño de dualidad. Mientras nos identificamos con un personaje limitado, experimentamos ese chiste o juego de estar limitados. Pero cuando nos desidentificamos del personaje, nos liberamos y volvemos a recordar que esto era sólo un chiste. La des-identificación con el personaje se logra mediante el perdón (discernimiento + desapego de enfoque no-dual). Que en realidad el Ser no se ha dormido no sólo lo dice UCDM, sino también lo han dicho algunos sabios. Veamos en UCDM algunas referencias, en unas usando en parte la metáfora del despertar (aunque atenuada) y en otras diciendo directamente el tema:
Y entonces el mundo real aparecerá ante tu vista, pues Cristo nunca ha estado dormido. (T.12.VI.5.4) (Pág. 253)
Puedes, no obstante, aprender del Espíritu Santo cuál es la verdad acerca de ti, y Él te enseñará que, al ser tú parte de Dios, el engaño no tiene cabida en ti. (T.11.VIII.15.3) (Pág. 237)
Los ojos de Cristo están abiertos, y Él contemplará con amor todo lo que veas si aceptas Su visión como tuya. (T.12.VI.4.4) (Pág. 252)
Dios no te revela esto porque nunca estuvo oculto. Su luz jamás estuvo velada porque Su Voluntad es compartirla. ¿Y cómo iba a ser posible que lo que se comparte plenamente se hubiese ocultado primero para luego ser revelado? (T.7.I.7.13-15) (Pág. 126)
Si vivo en ti, tú estás despierto. (T.11.VI.9.2) (Pág. 232)
A medida que percibas a los santos compañeros que viajan a tu lado, te darás cuenta de que no hay tal viaje, sino tan sólo un despertar. El Hijo de Dios, que nunca ha estado dormido, no ha dejado de tener fe en ti, al igual que tu Padre. No hay ningún camino que recorrer ni tiempo en el que hacerlo. Pues Dios no espera a Su Hijo en el tiempo, ya que jamás ha estado dispuesto a estar sin él. Y, por lo tanto, así ha sido siempre. Permite que el fulgor de la santidad del Hijo de Dios disipe la nube de culpabilidad que nubla tu mente, y al aceptar como tuya su pureza, aprende de él que es tuya. (T.13.I.7) (Pág. 264)
Aunque dormía, la visión de Cristo nunca lo abandonó. Y ésa es la razón de que pueda convocar a los testigos que le muestran que él nunca estuvo dormido. (T.13.VI.13.8-9) (Pág. 280)
El amor no es algo que se pueda aprender porque jamás ha habido un solo instante en que no lo conocieses. (T.18.IX.12.5) (Pág. 441)
Pues nunca será posible engañar al Hijo de Dios. (T.26.VII.13.6) (Pág. 626)
Escindido de tu Ser, el Cual sigue consciente de Su semejanza con Su Creador, tu Ser parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras duerme, parece estar despierta. (L.68.2.1) (Pág. 123)
Escapar de la obscuridad comprende dos etapas: Primera, el reconocimiento de que la obscuridad no puede ocultar nada. (T.1.IV.1.1)
La obscuridad, de hecho, jamás puede ocultar a la santidad, pero tú puedes engañarte a ti mismo al respecto. (T.1.IV.2.1) (Pág. 12)
De Dios nadie se burla, ni tampoco puede Su Hijo ser aprisionado, salvo por su propio deseo. Y por su propio deseo es también como se libera. En eso radica su fuerza, no su debilidad. Él está a merced de sí mismo. Y cuando elige ser misericordioso, en ese momento se libera. Mas cuando elige condenarse a sí mismo, se convierte en un prisionero, que encadenado, espera su propio perdón para poderse liberar. (T.21.VI.11.5-10) (Pág. 515)
Nada de lo que el mundo cree es verdad. Pues el mundo es un lugar cuyo propósito es servir de hogar para que aquellos que dicen no conocerse a sí mismos puedan venir a cuestionar lo que son. Y seguirán viniendo hasta que se acepte la Expiación y aprendan que es imposible dudar de uno mismo, así como no ser consciente de lo que se es. (L.139.7) (Pág. 286)
Ninguna definición que se haya hecho de una mentira puede hacer que ésta sea verdad. Ni tampoco puede haber una verdad que las mentiras puedan realmente ocultar. (C.2.3.1-2) (Pág. 87)
Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. Él las colmará sin darles ninguna importancia. Lo que Él te provee no conlleva ningún riesgo, pues Él se asegurará de que no pueda convertirse en un punto tenebroso, oculto en tu mente y que se conserva para hacerte daño. Bajo Su dirección viajarás ligero de equipaje y sin contratiempos, pues Él siempre tiene puestas Sus miras en el final de la jornada, que es Su objetivo. El Hijo de Dios no es un viajero por mundos externos. No importa cuán santa pueda volverse su percepción, ningún mundo externo a él contiene su herencia. Dentro de sí mismo no tiene necesidades de ninguna clase, pues la luz sólo necesita brillar en paz para dejar que desde sí misma sus rayos se extiendan quedamente hasta el infinito. (T.13.VII.13) (Pág. 284)
Mas la verdad nunca puede olvidarse de sí misma, y tú no has olvidado lo que eres. Sólo una extraña ilusión de ti mismo, un deseo de derrotar lo que eres, es lo que no se acuerda. (T.23.I.5.4-5) (Pág. 545)
Dios sólo crea mentes despiertas. Él no duerme, y Sus creaciones no pueden poseer algo que Él no les confiera, ni dar lugar a condiciones que Él no comparte con ellas. (L.167.8.1-2)
Concluyendo: en síntesis, nuestro Ser está eternamente pleno y despierto, y solamente al personaje ilusorio con el que nos identificamos le puede parecer lo contrario. Pero nosotros no somos ese personaje que no se acuerda de Sí Mismo, sino el Ser (el puro Sí Mismo, la Unidad). Y la práctica espiritual (el perdón, en el caso de la práctica recomendada por UCDM) nos demostrará la verdad de esto (somos libres, y podemos despertar cuando queramos; y una prueba de que realmente queremos despertar, es practicar el perdón de enfoque no-dual: cuando nuestro deseo por la verdad es total, sin ningún apego a ninguna ilusión, el despertar sucede inmediatamente y todo el chiste de la ilusoria dualidad queda instantáneamente aclarado). Lo que somos es perfecta felicidad eternamente inmutable e ilimitada: la plenitud infinita que no puede sufrir porque no puede ser dividida. El Ser es la Totalidad de la Verdad no-dual (sin limitaciones de forma ni de tiempo), la Unidad indescriptible pero vivible por Sí Misma; bella, eterna y plena.
¡Saludos!
Clarísimo, no deja lugar a dudas :-)
ResponderEliminarGracias!
Impecable, muchas gracias.
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