jueves, 10 de septiembre de 2015

L-34 Journey ... de Ken Wapnick

Como ya indiqué en el post índice, los comentarios de Ken Wapnick son los que he puesto en color verde:

Lección 34 — Podría ver paz en lugar de esto 

(1.1-3) La idea de hoy comienza a describir las condiciones que prevalecen en la otra manera de ver. La paz mental es claramente una cuestión interna. Tiene que empezar con tus propios pensamientos, y luego extenderse hacia afuera.

La paz mental es "una cuestión interna". El problema es que la mayor parte del tiempo creemos que se produce cuando el mundo exterior satisface nuestras necesidades. Sin embargo, Jesús enseña que la paz no tiene nada que ver con lo externo. Una vez más, las implicaciones de este hecho tienen que suscitar inquietud, porque Jesús nos está informando de que nada externo puede dañarnos ni tampoco darnos paz —el mundo exterior no nos amenaza, ni nos ataca, ni nos complace— ¡no hay nada fuera de nosotros! El desafío consiste en permitirnos a nosotros mismos volvernos cada vez más conscientes de esto sin caer en la negación. Lo que ayuda a que no caigamos en esta trampa del ego es darnos cuenta de que las implicaciones prácticas de esta idea son que a pesar de que podamos experimentar inquietud la cual atribuimos a causas externas, aún así podemos ir adentro con el Maestro de la verdad, Quien amablemente nos recuerda que la paz es una decisión que podemos tomar (y por lo tanto experimentar), independientemente de las circunstancias externas. Recuerdo que la primera vez que hice esta lección, sustituí la palabra "paz" por "Jesús". En otras palabras, cuando me sentía tentado a hacer real cualquier aspecto del error, siempre podía elegir a Jesús como mi maestro y recordar sonreír ante la tontería de creer que alguna vez pudiera haber algo en mi mente que no sea el amor de Jesús.

(1.4) Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacífica del mundo.

Esto es lo único importante, y todo el Curso de Milagros se dirige hacia eso: que percibamos el mundo de una manera pacífica [tranquila]. Jesús no está pidiendo que haya paz en el mundo, porque no hay un mundo objetivo fuera de nuestras mentes. Pedir que haya paz externa es haber hecho primero el conflicto real, ahí fuera. Una vez más, no hay un mundo aparte de la manera en que nosotros lo percibimos. Lo que me ha de importar como estudiante de este Curso es corregir la manera en que percibo, lo cual hago al corregir la manera como pienso. Esto se logra al corregir mi decisión errónea al elegir maestro [Jesús o el ego] —esto es siempre la línea de fondo. Por lo tanto, en esta lección en lugar de decir "Podría ver paz en lugar de esto" podrías decir, como mencioné más arriba, "Podría ver a Jesús en lugar de esto". Eso resaltaría todavía más el carácter personal de su enseñanza.

(2) Para los ejercicios de hoy se requieren tres sesiones de práctica largas. Se aconseja que lleves a cabo una por la mañana y otra por la noche, con una tercera adicional a intercalarse entremedias en el momento que parezca más conducente a ello. Todas las sesiones deben hacerse con los ojos cerrados. Es a tu mundo interno al que deben dirigirse las aplicaciones de la idea de hoy.

Por lo tanto se nos insta a practicar con los ojos cerrados, puesto que Jesús centra la atención en nuestros pensamientos, en la cuestión interna de estar en paz. Este es el prerrequisito para lo que sigue: hacer hincapié en el proceso de examinar cuidadosamente tu mente, un tema, como hemos dicho, que es central en Un curso de milagros. A medida que vas procesando este material, el nivel de miedo puede ponerse tan alto que estarías tentado de cubrir tus pensamientos egoicos y creer que no tienes que tratar con ellos porque —citando inapropiadamente algunas de las ideas metafísicas del Curso, tales como: tú eres santo y amado por Dios; además, nada ha sucedido y tú ni siquiera estás aquí— tú crees que hacer eso sería hacer la ilusión real. Al igual que en muchos otros lugares, Jesús nos insta aquí a que inspeccionemos nuestra mente en busca de pensamientos egoicos. Si crees que no tienes ninguno, Un curso de milagros es perfecto para ti puesto que enseña que sí tienes este tipo de pensamientos. De hecho, no podrías estar aquí si no los tuvieras. La idea es entrar en contacto con tus pensamientos de ataque, ya sean los que diriges contra ti mismo o contra otros, tal como vemos ahora: 

(3.1-2) Para cada una de estas sesiones largas se requieren alrededor de cinco minutos de búsqueda mental. Escudriña tu mente en busca de pensamientos de temor, situaciones que provoquen ansiedad, personas o acontecimientos "ofensivos", o cualquier otra cosa sobre la que estés abrigando pensamientos no amorosos.

No necesitas escarbar mucho en la superficie para encontrar uno de estos pensamientos. Es esencial que los busques cuando haces estas lecciones. Si no eres consciente de ellos, la idea de "ver paz en lugar de esto" deja de tener sentido. ¿Podría ver paz en lugar de qué? Si mi mente está llena únicamente de pensamientos amorosos, entonces ciertamente no necesito esta lección. Por lo tanto, la lección tiene un significado concreto cuando te permites entrar en contacto con los pensamientos no amorosos, los cuales vienen de tu maestro no amoroso. En este punto tiene sentido decir "Podría ver paz (o a Jesús) en lugar de esto". Aquí vemos reflejado el énfasis primordial que hace Jesús en su Curso sobre mirar a la oscuridad y traerla hasta la luz. Por citar solo un pasaje representativo, la primera de muchas citas así en esta serie: 

Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso. (T.16.IV.6.1-2) 

(3.3) A medida que cada uno de estos pensamientos surja en tu mente, obsérvalo relajadamente [en el sentido de: desapegadamente, con indiferencia], repitiendo la idea de hoy muy despacio, y luego déjalo ir para que sea reemplazado por el siguiente.

Para reiterar este punto, no puedes dejar ir un pensamiento si no eres consciente de que lo tienes. Además, no puedes dejarlo ir a menos que realmente hayas elegido a Jesús o al Espíritu Santo como tu Maestro. Si no es así, no estás dejando ir los pensamientos. Elegir en contra de Ellos significa elegir a favor del ego, lo cual significa elegir la separación, por no hablar de la culpa, el miedo, y la ansiedad que es inevitable una vez que has elegido equivocadamente. "Obsérvalos relajadamente" quiere decir no darles importancia, lo cual es lo que quiere decir "mirar a tu ego con Jesús". No mirar demuestra que ya los hemos convertido en algo importante, porque si no los hubiéramos tomado tan en serio no hubieramos revestido estos pensamientos con la culpa que nos impide mirar.

La bondadosa mansedumbre de Jesús se hace evidente en el siguiente párrafo, a pesar de que nos insta a continuar nuestra práctica afrontando la ansiedad y la resistencia: 

(4) Si comienza a resultarte difícil pensar en temas específicos, continúa repitiendo la idea para tus adentros sin prisas y sin aplicarla a nada en particular. Asegúrate, no obstante, de no excluir nada específicamente.

Con lentitud, constancia y amabilidad se gana esta carrera.

En los párrafos 5 y 6 Jesús repite de nuevo que hay que aplicar la lección cada vez que estemos angustiados, haciendo hincapié en la necesidad de permitirnos entrar en contacto con estos pensamientos: 

(5-6) Las aplicaciones cortas deben ser frecuentes, y hacerse siempre que sientas que de alguna forma tu paz mental se está viendo amenazada. El propósito de esto es protegerte de la tentación a lo largo del día. Si se presentase alguna forma específica de tentación en tu conciencia, el ejercicio deberá hacerse de esta forma: 
Podría ver paz en esta situación en lugar de lo que ahora veo en ella.
Si los ataques a tu paz mental se manifiestan en forma de emociones adversas más generalizadas, tales como depresión, ansiedad o preocupación, usa la idea en su forma original. Si ves que necesitas aplicar la idea de hoy más de una vez para que te ayude a cambiar de parecer con respecto a alguna situación determinada, trata de dedicar varios minutos a repetirla hasta que sientas una sensación de alivio. Te ayudará si te dices a ti mismo lo siguiente: 
Puedo substituir mis sentimientos de depresión, ansiedad o preocupación [o mis pensamientos acerca de esta situación, persona o acontecimiento] por paz. 
Por lo tanto, remarquemos esto una vez más: esta lección —y de hecho, todas las lecciones— no tendrá sentido para ti, ni te será de ninguna ayuda, a menos que primero admitas ante ti mismo estos pensamientos y sentimientos de depresión, ansiedad, preocupación, ataque, etc. No es que sea malo tenerlos; es que estás aquí porque los tienes. Por eso Jesús nos dice en el Texto, en el contexto de nuestra voluntad o disposición a elegir el instante santo:
Concéntrate sólo en ella [tu buena voluntad] y no dejes que el hecho de que esté rodeada de sombras te perturbe. Ésa es la razón por la que viniste. Si hubieses podido venir sin ellas no tendrías necesidad del instante santo. (T.18.IV.2.4-6) 
Por lo tanto, lo que es "malo" es hacer como que no los tienes, porque entonces Jesús no te será de ayuda y no puede serte de ayuda. Tienes que llevarle los pensamientos. Tal como él nos lo recuerda en el Texto, esa es nuestra función:
Tal vez te preguntes por qué es tan crucial que observes tu odio y te des cuenta de su magnitud. Puede que también pienses que al Espíritu Santo le sería muy fácil mostrártelo y desvanecerlo sin que tú tuvieses necesidad de traerlo a la conciencia. (T.13.III.1.1-2) 
Es debido a esta necesidad de traer a la conciencia estos pensamientos llenos de odio por lo que requerimos las frecuentes aplicaciones o prácticas que Jesús recomienda. La disciplina y la vigilancia son necesarias si queremos atrapar estos oscuros pensamientos y llevarlos a la luz sanadora y perdonadora de Jesús.

Las siguientes lecciones comienzan a mostrarnos las cosas maravillosas que se encuentran más allá de nuestros pensamientos egoicos: la otra cara que vemos cuando pedimos ayuda para elegir "otra manera de ver el mundo". Puede que recuerdes mi comentario de que uno de los propósitos del Libro de ejercicios es ayudarnos a reconocer que tenemos una mente dividida: el estado de mentalidad-errada del ego y el hogar de la mentalidad-correcta del Espíritu Santo. Solo mediante este reconocimiento podemos usar de manera significativa la parte tomadora-de-decisiones de nuestra mente para tomar la decisión correcta.

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Fuente: Journey Through the Workbook of a Course in Miracles, de Ken Wapnick.

Índice de capítulos traducidos en este blog, aquí: link-indice.

2 comentarios:

  1. Wooow!! Esto es genial!! Busqué este libro y por fin lo encuentro!! Gracias por tu servicio y buena voluntad al traducir este libro, realmente es de gran ayuda al estudiar las lecciones del libro de ejercicios. Espero que puedas seguir traduciendo las lecciones y comentarios de este libro, avisa si necesitas ayuda, estoy dispuesto a darte una mano!! Gracias!! Saludos!!

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  2. Gracias por compartir. Me emociona que haya personas tan generosas. Seguir el curso con Ken es un regalo muy luminoso. María Luisa.

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