miércoles, 9 de septiembre de 2015

El Curso realmente funciona (entrevista a Ken Wapnick)

Entrevista de Susan Dugan a Ken Wapnick, efectuada alrededor del año 2010.

Una conversación con Ken Wapnick: El Curso realmente funciona, si trabajas con él y sonríes

Por: Susan Dugan

Nota: Kenneth Wapnick, doctor en Psicología, psicólogo clínico, maestro y autor, ha estado estudiando Un curso de milagros desde 1973, y trabajó en estrecha colaboración con la escriba del Curso, Helen Schucman, y su colaborador Bill Thetford, en la preparación del manuscrito final ((comentarios y anécdotas de Ken al respecto, aquí)). Junto a su esposa, Gloria, es presidente y co-fundador de la Fundación para Un curso de milagros (FACIM) en Temecula, California.

En la siguiente conversación, Ken Wapnick responde generosamente mis preguntas sobre la práctica diaria del perdón, y sobre el miedo y la resistencia que surge en nuestro viaje a casa, y cómo mantener nuestra fe y concentrarnos en ser amables, gentiles y pacientes con nosotros mismos y con los demás, mientras aprendemos con nuestro maestro interior a dejar de rechazar al amor.

¡Feliz Día de Acción de Gracias! ((El artículo original en inglés se posteó en fechas del Día de Acción de Gracias, en noviembre de 2010))

Hace poco me entró mucho miedo con respecto al Curso; y me sentía atascada y me juzgaba a mí misma por eso. Una vez me dijiste que recordara no tomármelo seriamente. ¿Cómo podemos ser serios a la hora de practicar el perdón en el día a día y al mismo tiempo no tomarlo seriamente?

Bueno, la práctica diaria es en realidad no tomarlo seriamente. El principio es esa línea que aparece al final del capítulo 27: "Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno" ((T.27.VIII.6.2)). El problema no es el ego —lo que significa que no es ninguno de los problemas que la persona cree que tiene— ni las dificultades que la persona cree tener con el Curso. El problema es la reacción a eso. La idea de no tomarlo seriamente o aprender a reírnos de eso no significa minimizarlo ni negarlo ni fingir que no ha sucedido, sino reconocer que el problema nunca es la forma. El problema es siempre la decisión de la mente.

Cualquier cosa que hagas durante el día, ya sea relacionada con el Curso o con cualquier otra cosa de tu vida, la clave es siempre llevarla de vuelta al tomador de decisiones de la mente. El problema no es el ego ni su expresión a nivel de pensamiento o de conducta ((se refiere a: 1) De pensamiento: por ejemplo cuando me viene un pensamiento negativo o de criticar a alguien, pensamientos egoístas a nivel de mi vida en el mundo. 2) De conducta: por ejemplo cuando hago algo que luego juzgo como erróneo o egoísta)), el problema no es lo que hay en la "caja" de la mentalidad errónea, porque ¿cómo podría una ilusión ser un problema? Lo que el Curso llama "Espíritu Santo", lo cual es en realidad simplemente nuestro pensamiento de mentalidad correcta, o cordura; eso tampoco es la respuesta. La respuesta radica en elegir la mentalidad correcta, al igual que el problema radica en elegir al ego. Ahí es en realidad donde la gente se hace una especie de lío.

La clave siempre es llevar el asunto de regreso al poder de elegir de la mente, en vez de llevarlo de regreso a Jesús o al Espíritu Santo como una figura mágica. El problema es simplemente la decisión de querer seguir en el sueño o despertar de él. Así que incluso cuando uno está teniendo un mal momento con el Curso o con una relación o con una enfermedad o con algo que está sucediendo en el mundo, eso no es lo que parece. El problema nunca es externo. La práctica siempre consiste en traer el problema de regreso a la mente desde la cual lo proyectamos.

OK, vamos a una pregunta no tan seria: en muchos de tus CDs bromeas diciendo que Jesús no puede soportar a los estudiantes del Curso

(Risas) Y no podemos culparle por eso, ¿verdad?

Realmente no. Así que veamos: ¿Cuáles son las características de los estudiantes de Un curso de milagros por las que Jesús se cabrea más?

Bueno, se trata de su seriedad. A veces también digo que si lees los Evangelios nunca jamás dirías que Jesús alguna vez se rio. En ellos no se dice que él sonriera. Le describen estando enfadado, llorando. En última instancia, el Jesús de la Biblia no es el Jesús del Curso. El Jesús del Curso está siempre sonriendo. Pero en cierto sentido es esa la cuestión. Cuando digo eso medio en broma, me refiero a la seriedad que tienen los estudiantes del Curso, esa seriedad con el Curso que les hace tomarse las cosas tan en serio y juzgar a otras personas, juzgar a otros estudiantes del Curso y a otros profesores del Curso. Es esa seriedad la que les hace decir cosas tan poco amables a quienes están enfermos —concretamente que "la enfermedad es una defensa contra la verdad" ((L.136))—, cosas que tienden a ser así de insensibles.

Probablemente he citado esa línea del Texto sobre nuestro olvido de reírnos ((T.27.VIII.6.2)) más veces en treinta y cinco años de enseñanza que ninguna otra cita porque es ese el problema. También digo que el pecado, la separación, el ego, no puede ser el problema porque ¿cómo puede una ilusión ser un problema? Si la gente pudiera darse cuenta de eso y entonces aplicarlo y generalizarlo a todo a lo largo del día, eso lo cambiaría todo. Ese es el sentido último de la línea que dice: "No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él" ((T.21.introd.1.7)). ¿Cómo puede un mundo inexistente ser el problema?

El error que a veces la gente comete cuando digo algo como eso es que se convierten en alguien insensible y que no le presta atención a nada, pero el mensaje no es ese en absoluto. Saber realmente que el mundo no existe te permite ser la persona más amable, sensible, cariñosa y amorosa imaginable. Eso es debido a que no estás apegado a nada y entonces el amor fluye automáticamente a través de ti y se expresa a través de cualquier forma que resulte lo más útil. Eso no quiere decir que no te relaciones con el mundo, sino que te relacionas sin la necesidad de ser especial y únicamente con amor.

Del mismo modo que, por ejemplo, tú estás sentado y observando los resultados de tu decisión, puedes tener auténtica compasión.

Bueno, obviamente puedes observar lo seriamente que todo el mundo se toma las cosas incluyendo los comentaristas ((en España se podría decir también "los tertulianos": se refiere principalmente a los comentaristas en los medios de comunicación, ya sea sobre política, deportes o cualquier tema)), y darte cuenta de que todo el mundo miente y que todos son lo mismo independientemente del lado del pasillo en el que te encuentres, lo cual es el motivo de que nunca cambia nada.

Muchos estudiantes del Curso experimentan una completa sensación de pérdida a medida que ellos comienzan a reconocer los fugaces subidones de adrenalina que proceden de las defensas contra el amor eterno y todo-abarcador que ellos son y aceptar la verdadera falta de valor del mundo en el que una vez creímos completamente. ¿Puedes hablar de esta fase?

Bueno, otra fuente de confusión para quienes trabajan con el Curso es la confusión de cuerpo y mente. Mientras te identifiques con un cuerpo se te hace imposible trabajar con el Curso y te resulta imposible no sentir una sensación de pérdida porque el Curso dice una y otra vez que no eres un cuerpo. Tu cuerpo no piensa, ni siente, ni percibe; no vive, no muere. Al leer eso como un cuerpo individual, ¿cómo podrías no sentir una sensación de perder eso que de alguna manera el Curso te está quitando? Y, por supuesto, el Curso no te está quitando nada; simplemente te muestra que eso que tú pensabas que eras, no es más que una ilusión.

Incluso en el sentido más amplio, es imposible trabajar con el Curso sin reconocer qué es el especialismo. El especialismo es nuestra identidad; nos identificamos con nuestra necesidad, nuestro amor especial, odio especial. El Curso está realmente exponiendo eso tal como es. Y por eso creo que es casi imposible para un estudiante serio que lleve años trabajando con el Curso no sentir una sensación de pérdida, una sensación de sacrificio, y luego la consiguiente sensación de resentimiento.

En otro contexto que plantea lo mismo, a lo largo de los años he sido acusado por gente de robarles a Jesús. Porque hago hincapié en que el Jesús del Curso no es el Jesús de la Biblia, no es un mágico Papá Noel a quien le llevas tus problemas sin tener que hacer nada tú mismo. Él no es esta persona mágica que soluciona problemas en el mundo; y por eso la gente tiene una sensación de pérdida porque el Dios o el Jesús al que ellos le rezaban no es el Dios o el Jesús del Curso. Básicamente, lo que los estudiantes perciben como pérdida es en realidad la pérdida de su especialismo. No obstante, una vez más, todo se reduce a: "¿Soy una mente, o un cuerpo?". Si elijo verme a mí mismo como un cuerpo, ese sentimiento de pérdida y de sacrificio es inevitable.

¿Y esa es la quinta etapa del Desarrollo de la confianza ((M.4.I.A.7)) en la que se requiere precisamente un largo tiempo para dejar de lado ese especialismo y necesitamos ser pacientes con nosotros mismos? 

Bueno, no dice concretamente eso, pero sí. Lo que requiere mucho tiempo, de cara a alcanzar la sexta etapa, es aceptar la verdadera falta de valor de nuestro propio ser individual. El Curso está destinado a ser tomado literalmente en el sentido de que su objetivo es ayudarnos a despertar del sueño. Y no puedes despertar del sueño cuando piensas que eres todavía una figura ((o personaje)) del sueño, lo cual se refiere al cuerpo; únicamente puedes despertar cuando te das cuenta de que eres el soñador, lo cual se refiere a la mente. Tú eres la mente que puede elegir si despertar o no.

Sabes que has hecho algún progreso real con este Curso cuando reconoces que el "tú" al que se dirige el Curso es la mente-tomadora-de-decisiones y no la persona que tú piensas que eres. Eso es un cambio cualitativo. Pero eso es muy difícil de mantener porque lo leemos como una persona con ojos que piensan que ellos ven y con un cerebro que piensa que él piensa. Y ese cambio de que no soy un cuerpo —y ese es el motivo de que la línea que dice "No soy un cuerpo, soy libre" aparece más que ninguna otra en el Libro de ejercicios— es muy importante. Las personas no se dan cuenta de eso porque es como si hubiera un muro que separara lo que sabemos intelectualmente de lo que realmente experimentamos. Así que podemos leer y creer las palabras de que el mundo es una ilusión y que el cuerpo no es real y que no estoy realmente aquí y al mismo tiempo experimentarnos a nosotros mismos muchísimo como personas. Y eso es lo que requiere mucho tiempo; perder la creencia en nuestra identidad.

En un artículo de un boletín reciente —"Un cuadro heroico de la mente"— describiste la tendencia de los estudiantes del Curso "a creer arrogantemente que han alcanzado su magnitud" cuando ellos aún no han hecho el trabajo diario del perdón. ¿Puedes dar algún ejemplo concreto de cómo podría manifestarse esto en el comportamiento de los estudiantes del Curso?

Bueno, esto nos lleva de regreso a una de tus anteriores preguntas. En cierto sentido acabas siendo muy crítico y poco amable. Porque si realmente haces el trabajo diario ((practicar el proceso del perdón)) minimizarás tu ego, lo cual significa que reconocerás a todos como lo mismo y tu corazón abarcará a todos porque sientes el dolor de todos. Cuando no haces eso y piensas que has logrado algo cuando no es así, eso significa que el ego está vivito y coleando, pero está enterrado ((se refiere a: reprimido, negado)). Y cada vez que es enterrado se proyecta hacia fuera y acabas apartando, juzgando, atacando, y simplemente siendo cruel.

Sabes que estos días estoy hablando y escribiendo sobre la bondad más que sobre cualquier otro término, porque la gente simplemente se olvida de la decencia cotidiana, de simplemente ser amables. Escribí un artículo, hice un taller en una línea que ellos atribuyen a Filón de Alejandría: "Sed buenos ((amables, compasivos)), pues todos aquellos con quienes os encontráis están luchando una dura batalla". Y cuando te das cuenta de que todos están luchando una dura batalla entonces te das cuenta de que todos tenemos la misma mente dividida. Pero cuando piensas que has entendido el Curso pero realmente no lo has entendido, eso es la arrogancia de pensar que tú estás libre del ego. Y entonces el ego permanece enterrado y la culpa permanece enterrada ((recordemos que lo que se entierra, lo que se niega o reprime, luego se proyecta y produce problemas, aunque nuestra arrogancia nos dificulte darnos cuenta de eso)).

He señalado que lo que ha ido mal con la cristiandad durante 2100 años es que los cristianos piensan que solo porque ellos profesan que el Señor Jesucristo es el Señor y el salvador, ellos son libres. Pero ellos no son conscientes de su propia culpa ni del sistema de pensamiento del ego al cual obedecen, así que ellos siguen proyectando y por eso los cristianos acaban siendo iguales que los estudiantes del Curso cuando no hacen el trabajo ((del perdón)). Ellos son muy mojigatos y terminan condenando y juzgando a todos. Si no te ocupas de tu ego —lo cual es una práctica diaria en términos de que tienes que sacarlo a la luz y elegir contra él—, tu ego seguirá ahí. Pensarás que estás libre del ego y sin embargo tu ego sigue estando vivito y coleando. En ese caso no eres consciente de que estás eligiéndolo continuamente, lo cual significa que lo proyectarás, y entonces no serás amable. Y no te darás cuenta de que todos en este mundo están sufriendo porque el mundo no es su hogar.

En el mismo artículo hablaste de "la humildad de estar equivocado", lo cual parece ser el prerrequisito o la verdadera apertura para el perdón. Es un trabajo que se hace minuto tras minuto, pillándome a mí mismo cuando soy poco amable, cuando deseo aferrarme a mi especialismo, y entonces eligiendo de nuevo —eligiendo que eso no es lo que realmente quiero. Que lo que quiero es ver mi inocencia en los demás. 

Correcto. Has citado ese artículo sobre estar dispuesto a decir que estoy equivocado y aprendiendo a ser feliz; aprender el Curso es el medio de despertar y volver a casa. Y por eso deberías sentirte feliz porque cada día te lleva más cerca de tu meta. El aprendizaje está sacando a la luz tu ego. Y si tienes tanto miedo de cometer un error y quieres ser perfecto ((por ejemplo mediante un comportamiento o creencia perfeccionista)) entonces no vas a aprender. Surge toda esa tensión y ansiedad, y de nuevo la falsa creencia de creer que ya lo has hecho ((deshacer el ego)) cuando no ha sido así. Así que, en cierto sentido, cuando te descubres juzgando a la gente, eso debería ser para ti una noticia feliz porque se está sacando a la luz tu ego y eso permite que suceda la sanación. Esa es la importancia de la línea que dice "¿Preferirías tener razón o ser feliz?" (T.29.VII.1.9). La manera de que puedas ser feliz consiste en admitir que estás equivocado y aprender del error. Pero si insistes en que tienes la razón vas a pensar que has conseguido algo ((deshacer el ego)) cuando en realidad no lo has conseguido, y entonces te harás a ti mismo infeliz, así como a todos a tu alrededor.

Los estudiantes del Curso repiten frecuentemente frases como la de "Soy tal como Dios me creó" pero me parece que eso no funciona para mí. ¿Hay un peligro inherente para los estudiantes del Curso de tratar de abarcar nuestra "magnitud" a nivel de la Verdad, en lugar de simplemente concentrarnos en perdonar nuestra inclinación hacia el especialismo del ego?

Yo uso la metáfora de la escalera. El Curso habla en muchos niveles diferentes y hay pasajes que realmente reflejan lo que hay al final de la escalera, tal como el de "Soy tal como Dios me creó", recordándonos a dónde nos dirigimos y nuestra meta de despertar del sueño. No se trata de vivir un sueño más feliz aquí, sino de despertar. Al mismo tiempo hay todos esos pasajes que se refieren a esto como un proceso y el trabajo que eso supone, y el Libro de ejercicios mismo es todo sobre eso. Al final del Libro de ejercicios se dice: "Este curso es un comienzo, no un final". Así que hay que entender los diferentes niveles o peldaños de la escalera de los que habla el Curso.

Cuando las personas se agarran a frases como esa de "Soy tal como Dios me creó" y saltan a lo alto ((de la escalera)), o eso creen, lo que en realidad están haciendo es evitar hacer el trabajo diario. Una de las cosas en las que hago hincapié es que la unidad de Cristo y el Cielo no es lo que experimentamos aquí. La manera en que fuimos creados como espíritu es perfecta unidad, pero el reflejo de la perfecta unidad en el mundo es la igualdad, y es ahí donde tenemos trabajo. Es darse cuenta de que todos somos lo mismo, y si mantengo eso en mente no puedo juzgar a nadie porque juzgar solo diferencia, separa y ataca. Así que la manera de recordar que soy tal como Dios me creó y despertar del sueño es practicar todos los días el darnos cuenta de que todos somos lo mismo y por lo tanto darnos cuenta de que jamás está justificado ningún pensamiento de ataque.

Y estás completamente en lo cierto: no se va directamente de un salto desde el primer peldaño al último de la escalera. Las personas que piensan que han hecho eso están negando la culpa que hay en la mente, y ellos la proyectan y se vuelven poco amables, y eso es solo otra forma de especialismo. Pero si hacen el trabajo diario, que es reflejar la perfecta unidad al aprender a ver a todos como lo mismo, eso es el perdón y es lo que te lleva hacia arriba por la escalera. Y cuanto más alto estás en la escalera más te das cuenta de que todos somos lo mismo y el ataque se vuelve imposible. ¿Cómo podrías atacarte a ti mismo? Es esa igualdad —la todo-inclusividad del perdón ((o sea, aceptarlo todo por igual, sin excluir a nadie, sino incluyendo a todos sin excepción))— la que es el corazón de la práctica. Todos están luchando la misma dura batalla y si la Filiación es realmente una, entonces lo que nos despierta es reconocer que eres también lo mismo en la ilusión. No puedes excluir a nadie de tu perdón.

A veces digo que si la gente empezara en la página 1 del Texto y leyeran los tres libros seguidos y se fijaran cada vez que aparece la palabra "todo" ya sea literalmente o como un concepto, quedarían asombrados. Es la todo-inclusividad de la visión del Curso la que hace que este sea lo que es.

Al practicar el perdón día tras día con cualquier cosa que llega, me he dado cuenta de que algunas personas y áreas de mi vida que solían desencadenar conflictos en mí, ya no lo hacen, como si se hubieran sanado sin ningún esfuerzo directo por mi parte. Y a la inversa, han surgido áreas completamente nuevas y personas con las que yo no tenía ningún problema, con las que de repente parece haber conflicto. ¿Qué está pasando aquí? 

Bueno, la primera parte de lo que dices —que una queja desaparece repentinamente— y en realidad la segunda parte —que de repente te sientes molesta con algo o alguien con quien no tenías quejas— son realmente la cara y la cruz de un mismo proceso. En la primera parte, cuando te mantienes trabajando en el deshacimiento de la culpa y la falta de perdón de ti misma, eso se generaliza. Así que no tienes que perdonar a todas las personas concretas ((ni a todas las personas del mundo ni a todas las personas de tu vida, de una en una)) porque ellas son todas lo mismo. Y el Curso dice que detrás de cada hermano hay miles, y detrás de cada uno de esos, mil más ((T.27.V.10.4)). Es como un efecto dominó. Así que cuando estás realmente trabajando en algunas cuestiones clave y puedes permitir que las quejas se vayan, estas cuestiones se tienen que generalizar. Así que de repente alguien con quien tenías una queja, la queja desaparece porque la culpa inconsciente ha desaparecido. Pero no ha desaparecido toda la culpa inconsciente. Así que estás diciendo que no estás enfadada con la persona A, pero aún hay culpa y de repente esa culpa será proyectada hacia la persona B con la que tú nunca habías tenido ningún problema antes.

Eso te muestra que el problema nunca fue la persona A ni la persona B, de todos modos. Ahí es donde tienes que entender la metafísica del Curso de que no hay nadie ahí fuera. Así que simplemente la culpa aterrizará en cualquier lugar que le venga bien a tu ego. Así que no es solo que nunca estés molesta por la razón que tú crees ((L.5)), nunca te enfadas por la razón que tú crees y nunca te enfadas con la persona que tú crees porque no se trata de la persona. Así que a medida que haces tu trabajo cotidiano y perdonas más y más y dejas ir tu falta de perdón de ti misma, entonces personas a las que tú pensabas que odiabas de repente el odio ha desaparecido porque la culpa ha desaparecido. Pero si todavía queda algo de culpa al acecho ((algo de culpa oculta)) ella encontrará fácilmente otro objetivo sobre el que proyectarse. Todo eso te ayuda a darte cuenta de que lo externo nunca es el problema.

Y precisamente ahí parece que nunca se acaban los lugares donde eso ((la culpa, con sus efectos proyectados)) puede surgir como de la nada.

Eso nunca se terminará mientras siga habiendo algo de culpa.

Pero eso está siendo erosionado ((o eliminado)) a medida que perdonamos lo que tenemos enfrente, en nuestra aula de clases de cada día ((nuestra vida es el aula)). ¿Esa es la parte que es un proceso? ((Recordemos que más arriba se habló de subir la escalera como un proceso que requiere tiempo en la práctica))

Sí. Pero no hay por qué saber lo que está pasando, porque de todos modos es inconsciente. En todos y cada uno de los momentos en que estés enfadada recuerda que nunca estoy disgustado por la razón que creo ((L.5)). Y a veces digo que las únicas dos lecciones que realmente necesitas dominar son las lecciones 5 y 34, "Nunca estoy disgustado por la razón que creo" y "Podría ver paz en lugar de esto". Eso trae el problema de regreso a mi mente, y me recuerda que la paz es una decisión. Y mientras esté haciendo eso, surgirán efectos maravillosos que ni siquiera necesito comprender.

Me encanta este Curso. El perdón me ha traído tanta auténtica comodidad y consuelo que te estoy realmente agradecida por ayudarme a entender la práctica. Me ha ayudado a verlo todo como el mismo problema, y me ha hecho mucho más tolerante en general. Pero aún estoy en el viaje, todavía hay muchas veces que siento miedo de perder esta identidad especial, ambivalencia sobre su valor, y a veces me siento aterrorizada de perder mis relaciones especiales incluso mientras me observo rechazando el amor humano. ¿Puedes darnos a aquellos de nosotros que estamos en alguna parte en mitad de este turbio viaje a casa algún consejo sobre cómo mantener la fe? En otras palabras, ¿puedes darnos algunas palabras que nos animen, Ken?

Bueno, el proceso realmente funciona y te sientes mucho mejor. A veces le digo a la gente: simplemente planta tu nariz en la página que tienes en frente, sin preocuparte por todo el resto de la partitura, trabaja en lo que está directamente frente a ti y confía en que hay un amor en ti al cual estás eligiendo acercarte más y más. Y si realmente trabajas día tras día en solamente mirar las proyecciones de tu ego, entonces la recompensa es inconmensurable. Es simplemente incomprensible lo maravilloso que eso es, y seguirás sintiéndote mucho mejor. El Curso realmente funciona si trabajas en él, así que no pares. La clave es trabajar en ello con una dulce sonrisa y no con toda esa seriedad.

Fuente: http://www.foraysinforgiveness.com/a-conversation-with-ken-wapnick-the-course-really-works-if-you-work-at-it-and

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