martes, 2 de agosto de 2016

Facimoutreach P-918

Sé que el mundo no contiene nada que yo desee, pero si me niego las cosas me deprimo

P-918: Estoy dándole vueltas a una frase que se supone que tenemos que repetir o meditar: «El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee» (L.128). Por supuesto, sé que esto no es cierto. Vivo en un cuerpo, y negar las cosas que deseo o por las que me esfuerzo parece limitar mi energía vital y hacerme sentir deprimido. Por supuesto, el Curso sigue con la declaración adicional de que «Más allá de este mundo hay un mundo que deseo» (L.129), pero me parece que, tal como el Curso también afirma, yo deseo ambos mundos. ¿Por qué tengo que elegir entre los dos cuando el Cielo "no tiene opuestos"? Estoy un poco confundido con eso. Además, en un libro canalizado por Doreen Virtue, los ángeles aconsejan que no nos preocupemos demasiado por el "otro mundo" (el "más allá") sino que disfrutemos nuestras vidas en este mundo (de ilusión). Ahora bien, ¿no es eso un camino más directo para vivir en el "sueño feliz" en vez de rechazar este mundo, incluso si se trata de una ilusión, de algo pasajero y que se acabará tal como es? No puedo dejar de vivir en un cuerpo como no sea muriendo, ¿no? Pero morir, de acuerdo con Un Curso de Milagros, es también un signo de mentalidad-errada, sólo una escapatoria para no tener que tomar ninguna decisión, ¿es correcto mi entendimiento de esto? Me parece que cuanto más hago el Curso, más confusas y peor se ponen las cosas.

Respuesta: Jesús sabe que el mundo que vemos no contiene nada que realmente queramos, pero él no es tan ingenuo como para pensar que nosotros no creemos que haya algo de valor en el mundo. Esa es la razón de que nos presente esta lección, tal como lo hace, para animarnos a aceptar y creer esta idea, sabiendo todo el tiempo que no le creemos. Él nos reta a que cuestionemos cuál es el verdadero valor de todo lo que buscamos en el mundo, sabiendo que se trata sólo de proyecciones de un pensamiento de culpa y carencia en la mente que nunca podría satisfacernos.

Pero sería interpretar erróneamente estas lecciones pensar que Jesús nos está pidiendo que rechacemos el mundo o que nos neguemos cualquier cosa que pensamos que necesitamos o que queremos. El mundo, una vez que lo hemos elegido, es neutral, y puede servir al propósito del ego o al del Espíritu Santo. Lo que Jesús está invitándonos a hacer es rechazar el sistema de pensamiento del ego y su propósito para el mundo, que es reforzar nuestra creencia en la carencia y en la privación al mismo tiempo que hacemos a alguien responsable por cómo nos sentimos. El mundo no es más que una proyección de una decisión interior de lo que deseamos ver, y lo percibiremos de diferente manera dependiendo de a cuál maestro interior acudamos —al ego o al Espíritu Santo.

Si bien es cierto que el Cielo no tiene opuesto, es evidente que podemos creer que hemos fabricado un opuesto para el Cielo, como lo demuestra nuestra aparente existencia aquí en el mundo ilusorio del tiempo, el espacio y los cuerpos. Y mientras sigamos creyendo en la realidad de esa idea de oposición y en sus efectos —la diminuta y alocada idea de la separación y el mundo que surgió de ella— Jesús trabajará con nosotros dentro de ese sistema de opuestos para ayudarnos a reconocer con más claridad las consecuencias de nuestra decisión por la separación, para que estemos más dispuestos a aceptar la corrección que Jesús nos ofrece para esa decisión —la percepción verdadera del Espíritu Santo, adquirida por medio del perdón. No es que el mundo de percepción verdadera sea más real que el mundo de la percepción falsa, pero refleja la realidad de la unidad del Cielo, donde no hay opuestos.

Estas lecciones no están comparando el mundo que experimentamos con un mundo o "más allá" que viene después de la muerte —eso todavía sería parte del sistema de pensamiento del ego, según el Curso (por ejemplo, M.27.4.1-2)— sino que lo está comparando con ¡una manera diferente de percibir el mundo ahora! Y a medida que practicamos esa nueva percepción, por medio del perdón de todos nuestros juicios, llegaremos a reconocer cada vez más claramente que no estamos viviendo en este cuerpo del cual pensamos que es nuestro ser. Y entonces sabremos que uno no se escapa del cuerpo y del mundo mediante la muerte, sino simplemente mediante nuestro cambio de opinión con respecto a lo que pensamos que somos.

Es casi seguro que te confundirás si tratas de reconciliar las enseñanzas del Curso con otros caminos espirituales y obras canalizadas, pues se basan en teologías (explícitas o implícitas) diferentes, utilizando diferentes conjuntos de símbolos, y los pasos que tales caminos te guiarán a dar podrían muy bien ser contradictorios, por lo menos en el nivel de la forma, en comparación con los pasos concretos que el Curso te invita a dar. Esto no hace que cualquiera de esos caminos sea malo, simplemente son diferentes. Y si te sientes más atraído por otra forma de enseñanza, que para ti tenga más sentido o te resulte menos confusa que el Curso, entonces, claro que sí, síguela.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions183.htm#Q918

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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