Facimoutreach P-937

¿Cuál es el verdadero significado de "intereses compartidos"?

P-937: No dejo de darle vueltas a la idea de los intereses compartidos (como opuestos a los intereses separados). ¿Podríais explicar qué significa esto y dar ejemplos?

Respuesta: En primer lugar, empecemos con los intereses separados/distintos. Un Curso de Milagros nos hace saber que como Dios es perfecta Unidad, debemos de creer que hemos destruido tanto a Dios como el Cielo. Convencidos de que somos cuerpos y de que estamos aislados del Amor de Dios, estamos llenos de necesidades físicas y psicológicas. Estas necesidades nos obligan a tratar de satisfacerlas, sin importar cuáles sean. En este estado de mente, difícilmente podemos preocuparnos de otras personas —ellas sólo nos importan en la medida en que sirvan para satisfacer nuestras necesidades. Esto es lo que quiere decir tener intereses separados, y es la actitud (o mentalidad) en la que la mayoría de nosotros pasamos casi todo nuestro tiempo.

Cada vez que nos sentimos enfadados (o incluso ligeramente irritados) con alguien, es un reflejo de esta mentalidad. En realidad, sólo nos enfadamos con alguien cuando creemos que nos ha fallado para satisfacer una de nuestras necesidades. Es fácil encontrar ejemplos para ilustrar esto. La parte difícil a la hora de dar ejemplos cuando se llega al Curso es que el Curso no trata nunca sobre la conducta. Más bien, es una guía para ayudarnos a cambiar de mentalidad. El Curso nos dice que en todo momento, estamos siempre escuchando a uno de los dos maestros interiores —el ego o el Espíritu Santo. Obviamente, cuál maestro elijamos se reflejará en nuestra conducta y en nuestras experiencias. Pero no depende de nosotros decidir cómo se expresará esto, o a qué se asemejará en la forma. Una vez hecha esta advertencia, consideremos un ejemplo.

Imagina que entras en tu coche por la mañana para ir a trabajar. Tienes que asistir a una reunión particularmente importante y sabes que, incluso si hay poco tráfico, a duras penas llegarás a tiempo. Arrancas el coche y observas que está casi completamente sin gasolina. Te das cuenta de que tu pareja lo utilizó el día antes, no llenó el depósito y se le olvidó decirte que estaba vacío. Ahora no hay duda de que vas a llegar tarde a la reunión.

En esa situación, tú podrías escuchar al ego —repetimos que es lo que la mayoría de nosotros hacemos casi todo el tiempo. El ego siempre empieza con la premisa de que somos culpables y merecemos ser castigados porque existimos a expensas de Dios. Pero no quiere que nos volvamos conscientes de que creemos esto sobre nosotros mismos, porque si lo hiciéramos podríamos empezar a poner al ego en cuestión. Y eso significaría el principio del fin de cualquier poder que pueda tener nuestro ego (por no hablar de nuestra identidad individual tal como hemos llegado a definirla). De modo que el ego nos dice que nuestros problemas están en el mundo en vez de en nuestra mente, y que alguien o algo diferente a nosotros tiene la culpa de ellos.

En el escenario que acabamos de describir, el ego te diría que probablemente van a suceder cosas terribles si llegas tarde a esa reunión, y que la culpa es de tu pareja. Probablemente te llenes de ira y ansiedad. Podrías sentir ganas de decirle a tu pareja que ha hecho algo terrible y egoísta. Ciertamente que en ese momento no te sentirías amoroso ni amable.

Por otro lado, podrías escuchar la Voz del Espíritu Santo. Él te recordaría que el Amor de Dios es real, no ha sido destruido y tampoco ha sido afectado ni en lo más minimo por cualquier cosa que suceda con respecto a tu reunión. Te diría que estás perfectamente seguro porque tu realidad está fuera de este mundo de carencia y separación. También te informaría de que tu única necesidad es despertar de este doloroso sueño, dándote cuenta de que lo que te dice el Espíritu Santo es verdad. Y entonces amanecería en ti la idea de que si esto fuera verdad para ti, tendría que ser cierto para todos. Esto es a lo que el Curso se refiere como intereses compartidos —el reconocimiento de que la única necesidad que cada uno de nosotros tiene es la necesidad de darse cuenta de que este mundo es sólo un mal sueño, y de que aún estamos seguros en casa en el Cielo, envueltos en el Amor de Dios.

Al reconocer esto, no tendrás deseos de hacer que tu pareja (o cualquier otra persona) se sienta culpable, y toda tu ira desaparecerá. Lo único que posiblemente desearás para él o ella es que despierte junto contigo. Una vez más, esto podría desplegarse de muchas formas diferentes en términos de la conducta. Tú podrías muy bien comentarle a tu pareja que, en el futuro, deseas que maneje los asuntos de un modo diferente. Pero harías esos comentarios sabiendo que no has sido perjudicado o lastimado, y por lo tanto te expresarías con una actitud tranquila sin el deseo de ser hiriente.

Básicamente, cuando pensamos que algo de este mundo tiene el poder de darnos la paz o de quitárnosla, creemos en los intereses separados. Cuando sepamos que la paz y la verdadera felicidad vienen de Dios y están siempre disponibles para nosotros, cambiaremos automáticamente a una creencia en intereses compartidos. Entonces sabremos que todo lo que percibimos es o bien una expresión de amor o bien una petición de amor. Y para nosotros será imposible expresar cualquier cosa que no sea amor, tanto con los demás como con nosotros mismos.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions188.htm#Q937

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html