Puesto que la Verdad es Lo Único que Es (y no hay nada más), cualquier cosa que parezca ocultarLa es irreal, porque nada puede impedirnos disfrutar la Dulce Verdad de nuestro Ser excepto si nos apegamos a creencias irreales que parezcan obstaculizarLa. Cuando nos apegamos a lo irreal estamos inventando (imaginando) espejismos irreales que nos "defiendan" (separen) de la Verdad del Ser.
El Ser (la Verdad; el Amor que Somos/Soy) no puede ser desconocido, porque el Ser siempre se conoce a Sí Mismo (es el Puro Autoconocimiento). Cuando oscurecemos esta verdad es porque nos estamos empeñando en desear lo limitado. La Verdad "retorna" a nuestra conciencia cuando dejamos de desear lo limitado y aceptamos únicamente la Verdad y nada más que la Verdad. La aceptación de la Verdad no puede ir mezclada con la aceptación de ninguna ilusión excepto pagando un alto precio: la apariencia de la "desaparición de la Verdad" en nuestra conciencia. Es como si la mente se durmiera. Pero cuando la mente se desapega de las ilusiones y acepta solamente la Verdad, La recuerda y despierta.
En algunas tradiciones espirituales se habla del miedo a despertar. Se lo llama de diversas maneras: miedo a lo desconocido, miedo a la Verdad, miedo al Amor, miedo a Dios, etc. El apego a las ilusiones es una forma de ese miedo a despertar. David Hoffmeister lo llama "miedo a lo Conocido" y en uno de sus libros dice:
A veces este temor puede parecer el miedo a lo desconocido, aunque de modo más preciso es descrito como el temor a lo que es Conocido.
Cuando la mente cayó dormida se olvidó del Cielo, lo Conocido, y se acostumbró al tiempo y el espacio, que es lo desconocido. De modo que el mundo del tiempo-espacio se convirtió en lo que creía conocer, en lo que era familiar, y la Luz del Cielo se convirtió entonces en lo desconocido, echado fuera completamente de la consciencia.
Puesto que la mente dormida cree que el mundo es real, piensa que perderá algo real si Despierta. Esta es la creencia profunda del ego de que algo debe ser sacrificado para regresar al conocimiento del Cielo.
Más abajo dice:
No es inusual que sientas temor a medida que el ego es deshecho, pues el ego es amenazado por tu deseo de Despertar a la Verdad. Su existencia parecerá amenazada, mas no la tuya, pues tú no eres el ego.
Los sentimientos que surgen es mejor que no sean negados o reprimidos, pues permitir que surjan a la consciencia es un aspecto importante para deshacerlos o soltarlos.
Lo último que ha dicho lo relaciona con las indicaciones de la lección 333 del Libro de ejercicios. Estas citas las he copiado de su libro «Despertando a través de Un Curso de Milagros», de las páginas 100 y 101.
El tema del miedo a despertar está también explicado en el Texto, capítulo 19, sección IV, titulada «Los obstáculos a la paz», en especial el apartado D: El cuarto obstáculo: El temor a Dios. También se toca el tema en otras secciones de UCDM, por ejemplo en T.13.III titulada: El miedo a la redención, y en citas sueltas (en temas relacionados) como las siguientes del capítulo 8:
Toda clase de
enfermedad, e incluso la muerte, son expresiones físicas del miedo a
despertar. Son intentos de reforzar el sueño debido al miedo a
despertar. (T.8.IX.3.2-3)
La curación es la liberación del miedo a despertar, y la substitución de ese miedo por la decisión de despertar. (T.8.IX.5.1)
En definitiva, las ilusiones no existen realmente, pero mientras mantengamos en nuestra mente alguna creencia o ilusión estaremos invitando al miedo, el cual superaremos porque en realidad ni el miedo ni el ego existen, son irreales, meras creencias temporales, y el tiempo no existe en la intemporalidad de Lo Real. Para desapegarnos de todas las ilusiones y despertar a la Verdad disponemos de toda la Ayuda Divina en nuestra propia mente (todo es mente), podemos llamarLa Espíritu Santo, Intuición Divina, Sad Gurú (Gurú Interior o simplemente Ser), etc. Confiando y sintonizando con este Silencio Amoroso que es el Espíritu Santo, escucharemos en nuestro propio interior los consejos oportunos y específicos que sean útiles en cada paso de nuestro camino mientras todavía creemos estar en un cuerpo que vive en un mundo externo de formas y que supuestamente necesita despertar. Finalmente, el éxito (el despertar: el reconocer la Verdad y disfrutar eternamente de nuestro verdadero Dulce Ser) está garantizado por Dios. El cuento del tiempo y de las formas acabó en un fugaz instante, con un final feliz. Un cuento con final feliz que dio paso a la pura Verdad espléndida de Inmenso Amor eternamente Ilimitado y Pleno de Gozo.
Confiemos y aceptemos Lo Que Siempre ES. No hay nada que temer. Es absurdo temer a Dios, al Amor que es nuestro propio Dulcísimo Ser. En el fondo el temor a despertar es más bien temor al ego (aunque no siempre lo parezca), pues solamente lo limitado y amargo puede ser razonablemente temido, pero el ego tampoco tiene que ser temido porque no es real y depende de nuestra creencia en él. Entreguemos todas nuestras preocupaciones y dudas al Espíritu Santo y veamos cuán dulcemente nos conduce al dulcísimo despertar :-)
Clarísimo Toni, muchas gracias por ir mostrando con tus textos el camino que ya hicimos, las aparentes dudas miedos a despertar de este sueño, recordando en donde estamos realmente, de donde nunca nos fuimos. Gracias.
ResponderEliminarAbrazo