Copiado de un mail escrito en marzo de 2013:
Lo que perdonamos unos y otros, nos sirve a todos. Y lo que perdonó Jesús nos sirve también, pues compartimos una misma mente.
Leyendo
UCDM he visto un párrafo que nos da esperanzas. Cerca de él, vi también
unas frases que pueden ser buenas para este mail:
No pienses que perdonar a tu hermano os beneficia sólo a vosotros dos. (T.20.IV.7.2)
Por lo tanto, todos nos estamos ayudando a todos cuando perdonamos.
No podrías dejar ni a uno solo afuera tal como yo tampoco podría dejarte a ti afuera, y olvidarme así de una parte de mí mismo. (T.20.IV.7.6)
Se refiere a que no dejamos fuera a ningún hermano, puesto que todos forman parte de nuestra eterna Plenitud.
Y el párrafo que vi primero para copiar:
Tal
vez te preguntes cómo vas a poder estar en paz si, mientras estés en el
tiempo, aún queda tanto por hacer antes de que el camino que lleva a la
paz esté libre y despejado. Quizá te parezca que esto es imposible.
Pero pregúntate si es posible que Dios hubiese podido elaborar un plan
para tu salvación que pudiese fracasar. Una vez que aceptes Su plan como
la única función que quieres desempeñar, no habrá nada de lo que el
Espíritu Santo no se haga cargo por ti sin ningún esfuerzo por tu parte.
Él irá delante de ti despejando el
camino, y no dejará escollos en los que puedas tropezar ni obstáculos
que pudiesen obstruir tu paso. Se te dará todo lo que necesites. Toda
aparente dificultad simplemente se desvanecerá antes de que llegues a
ella. No tienes que preocuparte por nada, sino, más bien, desentenderte
de todo, salvo del único propósito que quieres alcanzar. De la misma
manera en que éste te fue dado, asimismo su consecución se llevará a
cabo por ti. La promesa de Dios se mantendrá firme contra todo
obstáculo, pues descansa sobre la certeza, no sobre la contingencia. Descansa en ti. ¿Y que puede haber que goce de más certeza que un Hijo de Dios? (T.20.IV.8)
Y después en la página siguiente que también se encuentra a la vista al ver las frases anteriores, dice:
No juzgues lo que es invisible para ti, o, de lo contrario, nunca lo podrás ver. Más bien, aguarda con paciencia su llegada.
Se te concederá poder ver la valía de tu hermano cuando lo único que le
desees sea la paz. Y lo que le desees a él será lo que recibirás. (T.20.V.3.5-7)
De la frase anterior destaco lo de tener paciencia, ya que la
paciencia nos lleva por el buen camino, es un indicio de que nuestra
confianza va aumentando. Lo de "no juzgues lo que es invisible", se
refiere a no juzgar la verdad, no juzgar a nuestros hermanos, quienes
son invisibles. Creer que nuestros hermanos son cuerpos es juzgarlos, es
creer erróneamente que son visibles. Creer que uno mismo es un cuerpo
es juzgarse a uno mismo. El consejo es que no juzguemos, que dejemos los
juicios en manos del Espíritu Santo.
La última frase toca también este tema típico tanto en UCDM como en Ramana Maharshi, que es que no demos importancia a la identificación con un cuerpo, pues no somos un cuerpo y nuestros hermanos tampoco lo son:
El cuerpo de tu hermano tiene tan poca utilidad para ti como para él. Cuando se usa únicamente de acuerdo con las enseñanzas del Espíritu Santo, no tiene función alguna. Pues las mentes no necesitan el cuerpo para comunicarse.
La visión que ve al cuerpo no le es útil al propósito de la relación
santa. Y mientras sigas viendo a tu hermano como un cuerpo, los medios y
el fin no estarán en armonía. ¿Por qué se han de necesitar tantos
instantes santos para alcanzar una relación santa, cuando con uno solo
bastaría? No hay más que uno. El pequeño aliento de eternidad que
atraviesa el tiempo como una luz dorada es sólo uno: no ha habido nada
antes, ni nada después. Ves
cada instante santo como un punto diferente en el tiempo. Mas es
siempre el mismo instante. Todo lo que jamás hubo o habrá en él se
encuentra aquí ahora mismo. (T.20.V.5)(T.20.V.6.1-3)
Sin embargo es normal durante algunas etapas que le demos mucha
importancia a los cuerpos. Poco a poco nos vamos dando cuenta del
sufrimiento que esta creencia en los cuerpos nos produce, y como
consecuencia de darnos cuenta sucede que nos mostramos cada vez más
dispuestos a seguir perdonando, discerniendo lo ilusorio de lo
verdadero.
Nos vamos dando cuenta de que la felicidad no depende de los
cuerpos. De que no somos un cuerpo y nuestra felicidad no depende de que
otros cuerpos estén a mayor o menor distancia (cuando están por debajo
de cierta distancia, consideramos que alguien está "cerca" y nos
sentimos contentos si ese cuerpo nos gusta, y descontentos si ese cuerpo
nos disgusta; y cuando la distancia sobrepasa cierta distancia,
consideramos que ese cuerpo está "lejos" y eso nos produce disgusto si
ese cuerpo nos gusta, o nos produce gusto que esté "lejos" si ese cuerpo
nos disgusta). Cuando nos damos cuenta de que todo eso son espejismos,
porque las distancias y el tiempo son ilusorios, así como son ilusorios
los cuerpos, comenzamos a poner nuestra atención en la mente y en
nuestro corazón, encontrando la verdadera felicidad inagotable de la
unión total con todos y todo, brillando mucho más cerca de nosotros
mismos de lo que ningún cuerpo jamás podrá estar.
Mientras aún nos sentimos atraídos por la creencia en los cuerpos,
nos corresponde tener paciencia y seguir perdonando. Eso en el mejor de
los casos. En el peor de los casos, como decía Nisargadatta: "¡Entonces
sufre!" (si uno no está dispuesto a ser lo bastante osado como para
considerar la posibilidad de que los cuerpos sean una mera creencia
irreal, ya que si no estamos dispuestos a poner esto en duda... evitar
el sufrimiento será provisionalmente imposible, ya que el sufrimiento se
basa en la creencia en los cuerpos). Todos los conflictos son
conflictos entre cuerpos. Todos los sufrimientos son sufrimientos de
cuerpos. Cuando nos damos cuenta de esto, nuestra disposición a
abandonar la creencia en los cuerpos aumenta, y somos ayudados para
desvanecer esta falsa creencia y recibir a cambio la feliz verdad.
Yo apuesto por tener un poquito de paciencia al principio, porque el
resultado del perdón pronto salta a la vista y sus recompensas son
amplias y felices. Como dice la cita del párrafo largo:
Él irá delante de ti despejando el camino, y no dejará escollos en los
que puedas tropezar ni obstáculos que pudiesen obstruir tu paso. Se te
dará todo lo que necesites. Toda aparente dificultad simplemente se
desvanecerá antes de que llegues a ella. No tienes que preocuparte por
nada, sino, más bien, desentenderte de todo, salvo del único propósito
que quieres alcanzar. (T.20.IV.8.5-8)
Con un poco de
paciencia, pronto el perdón arraiga y los resultados son muy dulces. Yo
creo que lo más duro ya ha pasado para quienes han descubierto el
perdón, o también para quienes ya han empezado a sospechar que el mundo
sea un simple espejismo. Lo duro, me parece a mí, lo más duro, es la
situación de quienes viven vidas problemáticas sin sospechar siquiera
que sus problemas sean un simple sueño y que las dificultades
desaparecerán sin que haya quedado daño alguno. Lo duro es quien cree haber perdido a
un ser querido sin saber que eso es un sueño irreal, o quien pierde el
trabajo y la casa y la familia sin saber que eso no es verdad, o quien
cree vivir en problemas sin sospechar sobre la bella Realidad que nos
invita a despertar. Es duro para quienes no intuyen la verdad y por lo
tanto viven con miedo y a veces sin ninguna esperanza cuando todo parece
haberse torcido. Por suerte, podemos ayudarles, porque al reconocer la
verdad para nosotros, eso sirve para ellos también. Quien conoce la
verdad y practica el perdón, ese ser se convierte en un tesoro para sí
mismo y para los demás.
Lo bueno será cuando todo acabe, con el ilusorio "iceberg" de la culpa
completamente deshecho para todos. La Fiesta en el Cielo será
incomparable, indescriptible. Mientras llegamos a eso, seguimos con
paciencia, perdonando, con nuestro corazón abierto a la meta, a la
verdad, a la felicidad, procurando que mientras despertamos, la buena
onda resuene también para todos los demás, y así compartimos nuestro
despertar.
Como vamos perdonando, todo va bien. Y va bien para todos, incluso
para quienes no perdonan. Muchos todavía no han escuchado ni siquiera la
idea de que el mundo de los cuerpos sea un sueño. Pero Jesús sí tuvo en
cuenta la idea. Y otros también. Y Jesús y quienes confiamos en Él,
seguimos perdonando, en beneficio de todos. Así que todo va bien para
todos sin excepción.
Un abrazo :-)
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