lunes, 24 de agosto de 2015

Un Curso de esperanza (V) Ken Wapnick

Un Curso de Milagros: Una espiritualidad llena de esperanza

Extractos de las charlas llevadas a cabo en la Academia de la
 Fundación para Un Curso de Milagros
Temecula (California) (USA) 

Doctor Kenneth Wapnick
 
Parte V

Pregunta: Dado que el mundo va con cansancio ((Nota de Toni: probablemente se está aludiendo de paso a la cita de T.5.II.10.6: "El mundo está muy cansado porque es la idea del cansancio")), también hace que la práctica de Un Curso de Milagros me parece que cuanto más se avanza y se practica, y cuanto más se desapega uno del mundo, más difícil es mantener cualquier tipo de interés aquí. Levantarse por la mañana para ir a trabajar es la misma vieja rutina. Incluso con las actividades deportivas, practicas una durante algunos años, te aburres, y luego pasas a alguna otra cosa. Te interesas por una teoría de conspiración, entonces pierdes el interés y encuentras otra. Al practicar con el Curso, ¿cómo podemos lidiar con el cansancio?

Respuesta: La única manera en que podrías conseguir no estar aburrido, desganado y fatigado es tener realmente claro lo que quieres. Si tuvieras claro que tu objetivo es despertar de este sueño e ir a casa, nunca experimentarías tu vida como repetitiva y con cansancio. Verías todo lo que ocurre como una oportunidad de avanzar en tu camino para que un día salgas de aquí, no saliendo fuera del mundo a través de la muerte, sino saliendo fuera por completo de ese sistema de pensamiento. El problema es que tú eres ambivalente con respecto al objetivo, lo cual nos sucede a todos, porque si no fuéramos ambivalentes sobre el objetivo ya lo habríamos logrado. Estamos todavía aquí progresando lentamente con el Curso porque todavía somos ambivalentes en cuanto al objetivo.

P: Dentro del mundo, uno va a la universidad durante tres, cuatro o los años que sean. Uno dedica tiempo a eso, hace su trabajo, obtiene el diploma, lo cuelga en la pared. Así que supongo que todavía estoy esperando obtener mi diploma del Curso

R: Cuando vas a la universidad tienes un objetivo, que es graduarte. Haces todo lo que tienes que hacer para graduarte porque ese es tu objetivo. Si eres ambivalente sobre el objetivo suspenderás asignaturas, realizarás tareas incompletas, no entregarás trabajos. No harás todo lo que tienes que hacer, porque no quieres alcanzar la meta. Tienes miedo de lo que hay más allá de la graduación, así que simplemente te quedas donde estás. Hay muchos que hacen eso porque tienen miedo de crecer. Una vez que salgan de la universidad habrán crecido y tendrán que valerse por sí mismos en el mundo. Pero si ellos se arrastran lentamente a lo largo de 6, 8, 10, 12 años, es lo más fácil porque son ambivalentes sobre la meta.

Es lo mismo aquí. Todos tenemos miedo de crecer, de graduarnos de este Curso y estar de vuelta en casa con Dios. Somos ambivalentes con respecto al objetivo porque deseamos nuestra individualidad y nuestro especialismo. Por eso holgazaneamos (perdiendo el tiempo, caminando despacio hacia la meta), y tras un tiempo holgazaneando nos envuelve el cansancio. Es la misma idea que la de la respuesta que Jesús le dio a Helen cuando ella se quejaba de que el Curso no estaba funcionando, que estaba lleno de cansancio —¡basta ya! Jesús le preguntó si ella alguna vez había considerado la posibilidad de que ella no hubiera hecho lo que el Curso dice. Si tu objetivo es estar fuera del sueño, entonces te será imposible no sentir felicidad en tu vida aquí, no debido a algo intrínseco del mundo, sino por las lecciones que estás aprendiendo. Si realmente quisieras graduarte de la universidad y al mismo tiempo aprender, disfrutarías de las asignaturas de la carrera universitaria elegida. Si hubiera una carrera universitaria que no fuera agradable, o que no te ayudara a alcanzar tu meta, no te matricularías en ella. Así que si tu objetivo es salir de este mundo tan rápidamente como sea posible, este Curso te servirá para eso, pero tienes que ser consciente de que, en última instancia, la meta es no estar en un cuerpo, logrando esto no por medio de la muerte, sino por medio de no formar parte de este sistema de pensamiento.

Una y otra vez, lo cual siempre es exasperante, Jesús dice que este es un Curso muy simple, queriendo decir que hay un único problema y una única solución. ¿Qué podría ser más simple? En respuesta a las quejas de Helen de que el Curso era demasiado difícil, Jesús dijo:

(T.31.I.1) ¡Qué simple es la salvación! Tan sólo afirma que lo que nunca fue verdad no es verdad ahora ni lo será nunca. [El problema es que esto significa además que no tenemos razón] Lo imposible no ha ocurrido, ni puede tener efectos. Eso es todo. ¿Podría ser esto difícil de aprender para aquel que quiere que sea verdad? Lo único que puede hacer que una lección tan fácil resulte difícil es no estar dispuesto a aprenderla. ¿Cuán difícil puede ser reconocer que lo falso no puede ser verdad, y que lo que es verdad no puede ser falso? Ya no puedes decir que no percibes ninguna diferencia entre lo falso y lo verdadero. [Recuerda, esto se dice en el capítulo 31, tras tres años de dictado, por no mencionar todos los mensajes personales] Se te ha dicho exactamente cómo distinguir lo uno de lo otro, y lo que tienes que hacer si te confundes. ¿Por qué, entonces, te empeñas en no aprender cosas tan sencillas como éstas? 

Ahora bien, esta es la más suave reprimenda que uno puede recibir; pero la cosa se pone un poco peor:

(T.31.I.2.1-2) Hay una razón. Pero no creas que es porque las cosas simples que la salvación te pide que aprendas sean difíciles. 

Una manera de distinguir lo que es falso de lo que es verdadero en este mundo es que todo lo que te separa de cualquier persona es falso, y todo lo que te permita decir que todos somos lo mismo es verdadero. La verdad de que todos somos lo mismo es un reflejo de la verdad de la Unidad del Cielo.

(T.31.I.2.3-4) La salvación sólo enseña lo que es extremadamente obvio. La salvación simplemente procede de una aparente lección a la siguiente, mediante pasos muy sencillos que te llevan dulcemente de una a otra, sin ningún esfuerzo. 

El esfuerzo ((strain: tensión, agotamiento, estrés, esfuerzo, etc., todo lo cual está relacionado con el tema del cansancio, aburrimiento, resistencia, etc.)) que todos sentimos es nuestra resistencia. Si tu coche va a 100 o 115 kilómetros por hora, no hay tensión ((esfuerzo, fatiga, "strain")) en el motor. Simplemente va. Pero si tienes puesto el freno de emergencia, el motor estará soportando mucha tensión (esfuerzo). Si continúas conduciendo con el freno de emergencia echado, estropearás el motor y los neumáticos, pero el problema es el freno, no el coche. El motor está bien. Y, en fin, algo así es lo que todos estamos haciendo. El Curso nos puede conducir velozmente a casa. ¿Qué podría ser más fácil? Lo que es verdad es verdad; lo que es falso es falso. ¡Eso es todo! El Curso es increíblemente consistente de principio a fin con respecto a este punto. El problema es que tenemos miedo, debido a que "lo que es falso es falso" es nuestra identidad. "Lo que es verdad es verdad" es nuestra verdadera Identidad. Nos aferramos a nuestra falsa identidad, este especialismo, este cuerpo, y eso es el freno. Por eso es por lo que hay esfuerzo ((tensión)).

(T.31.I.2.5-6) Esto no puede crear confusión, y, sin embargo, estás confundido. Pues de alguna manera crees que es más fácil aprender y entender lo que es totalmente confuso. 

Lo que es totalmente confuso es el sistema de pensamiento del ego, que está tratando de decirnos que lo que es verdad es falso, y que lo que es falso es verdad. Eso es bastante confuso, y todo esto es porque queremos este ser. Si lees el Curso como un cuerpo, te confundirás porque creerás que todo lo que dice es acerca del cuerpo y del mundo. Te confundirás con respecto a lo que dice y lo distorsionarás; y por lo tanto no alcanzarás los beneficios que se derivan del Curso. Pero si te das cuenta de que el Curso va sobre la mente, entonces serás consciente de que cualquier dificultad que tengas es porque estás apreciando tu cuerpo y tus experiencias aquí como una persona. No puedes culpar al Curso, porque te repite una y otra vez constantemente que se trata de la mente, no del cuerpo o del mundo. Nos confundimos con respecto a lo que dice y nos resulta difícil hacer lo que dice porque estamos conduciendo con el freno echado.

(T.31.I.2.7) Lo que te has enseñado a ti mismo constituye una hazaña de aprendizaje tan gigantesca que es ciertamente increíble. 

Esto es realmente importante. Es la cúspide del punto que Jesús nos quiere proponer aquí —por eso está agitando amablemente su dedo mientras nos dice: "No estás siendo honesto. No me digas que no puedes aprender este Curso. Mira lo que has aprendido".

Repito que lo que nos hemos enseñado a nosotros mismos es que lo que es falso es verdad y lo que es verdad es falso. Nos hemos enseñado a nosotros mismos todo este enrevesado, intrincado y complicado sistema de pensamiento del ego. No solo eso, luego hicimos un mundo y lo dominamos. Sabemos cómo vivir en este mundo. Sabemos cómo vivir con nuestros cuerpos. Sabemos qué hay que hacer para que nuestros cuerpos sobrevivan. Es muy complicado. Eso no es así en el Cielo, ya que el espíritu no hace nada; el espíritu simplemente es. En este mundo tenemos que hacer un montón de cosas para sobrevivir, físicamente solo para mantener el cuerpo en marcha, y después psicológicamente solo para mantener el cuerpo en condiciones emocionalmente. Lidiar con las relaciones es extraordinariamente complicado, pero todos somos maestros en eso. Somos maestros de la culpa; somos expertos (maestros) en ser una víctima.

(T.31.I.3.1) Nadie que entienda lo que tú has aprendido, con cuánto esmero lo aprendiste, y los sacrificios que llevaste a cabo para practicar y repetir las lecciones una y otra vez, en toda forma concebible, podría jamás dudar del poder de tu capacidad para aprender. 

No hay un poder más grande en todo el mundo. La "capacidad para aprender" de la que Jesús está hablando es realmente el poder que tiene la mente para elegir. Jesús dijo que nadie podría dudar del poder de nuestra capacidad para aprender. Recuerda lo que pasa al vivir en este mundo. Piensa simplemente en lo que pasa al haber hecho este mundo, soñándolo.

(T.31.I.3.2-6) No hay un poder más grande en todo el mundo. El mundo se construyó mediante él, y aún ahora no depende de nada más. [El poder de tu mente para creer en el mundo es el "nada más"] Las lecciones que te enseñaste a ti mismo las aprendiste con tanto esmero y se encuentran tan arraigadas en ti que se alzan como pesadas cortinas para nublar lo simple y lo obvio. No digas que no puedes aprender. Pues tu capacidad para aprender es tan grande que te ha enseñado cosas tan difíciles como que tu voluntad no es tu voluntad, que tus pensamientos no te pertenecen, e incluso, que no eres quien eres. 

Recuerda, no hay tiempo. Esto está siendo escrito justo ahora.

(T.31.I.4) ¿Quién podría afirmar que lecciones como éstas son fáciles de aprender? Sin embargo, tú has aprendido eso y más. Por muy difícil que haya sido, has seguido dando cada paso sin quejarte, hasta construir un mundo de tu agrado. Y cada una de las lecciones que configuran al mundo procede del primer logro de tu aprendizaje [El error original de que yo podría estar separado de mi Creador y Fuente, y que podría fabricar un ser y un mundo opuestos al Ser que Dios creó en el Cielo], el cual fue de tal enormidad que, ante su magnitud, la Voz del Espíritu Santo parece débil e inaudible. El mundo comenzó con una extraña lección, lo suficientemente poderosa como para dejar a Dios relegado al olvido y a Su Hijo convertido en un extraño ante sus propios ojos, exiliado del hogar donde Dios Mismo lo había ubicado. Tú que te has enseñado a ti mismo que el Hijo de Dios es culpable, no digas que no puedes aprender las sencillas lecciones que la salvación te enseña.

Esa es la respuesta a la queja de que el Curso no funciona, de que no es práctico y es demasiado complicado. No podríamos pedir nada que sea más simple. Tal como se dice en el Libro de ejercicios, "(...) lo falso es falso y lo que es verdad jamás ha cambiado" (L.PII.Preg10.1.1). El problema es que no queremos aprenderlo.

Parte VI: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/08/un-curso-de-esperanza-vi-ken-wapnick.html

Índice de las traducciones (esta serie consta de 12 partes en total): http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/08/un-curso-de-milagros-una-espiritualidad.html

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