miércoles, 18 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-630

¿Cuáles fueron las "divisiones" de la mente que condujeron a nuestra situación actual?

P-630: Recuerdo haber oído decir a Ken Wapnick, en una cinta de un taller, que al igual que la mente errónea se divide, la mente correcta se divide también. ¿Podrías comentarnos algo sobre estas divisiones de la mentalidad-correcta?

Respuesta: Las divisiones de la mentalidad-correcta no son divisiones per se, sino que son simplemente las correcciones del Espíritu Santo para los engaños de las divisiones de la mentalidad-errada. Puesto que nos encontramos auto-identificados como cuerpos en el mundo, al final de la serie de divisiones el ego nos ha llevado tan lejos como posiblemente puede de la verdad de Quién somos como espíritu, y la respuesta de la mentalidad-correcta es simplemente el deshacimiento de estas divisiones, en orden inverso.

Brevemente, la primera división del ego es lo que parece expulsarnos de la unidad del Cielo, dando comienzo al sueño de la separación, el cual parece establecernos como una mente separada que tiene conciencia e independencia de su Fuente. En este punto, nuestra ilusoria existencia independiente es muy vulnerable, muy frágil, ya que se necesita muy poco para recordar nuestra realidad como único Hijo de Dios, perfectamente unido con Él y perfectamente en paz, lo cual es lo que el Espíritu Santo —presente en nuestra mente— representa. Así que, para proteger nuestra individualidad, la segunda división implica nuestra decisión de identificarnos completamente con el ego y apartar al Espíritu Santo de nuestra conciencia, olvidando con ello que el ego es una decisión que hemos tomado, y no nuestra realidad.

CIELO - ESPIRITU
(el puro Ser, sin límites de ningún tipo, total Unidad y Plenitud) (Antes de las divisiones del sueño de la dualidad)
1ª división de la mente
2ª división de la mente
((Las ilustraciones de este post no pertenecen al original en inglés, sino que son improvisaciones para este blog))

La tercera división del ego incluye el ingenioso mito del ego —el mito del pecado, la culpa y el miedo— en el cual vemos la separación no solo como real, sino como un pecaminoso ataque contra Dios, un ataque en el cual hemos destruido a Dios como consecuencia de haber quebrantado la perfecta unidad del Cielo, en la cual Dios tiene Su Ser. El sentimiento de culpa por este pecado es abrumador y nuestra única defensa contra eso, si eso es real, es apartar el pecado y la culpa y proyectarlos fuera de nosotros mismos sobre un Dios inventado, Quien se convierte en el colérico vengador, decidido a vengarse de nosotros por nuestro pecado contra Él.

3ª división de la mente

Pero, como sucede con cada una de las divisiones del ego, esto conduce a su propio conjunto de problemas, requiriéndose aún otra división defensiva. Pues si estoy existiendo en la mente junto a este Dios maníaco, que está empeñado en mi destrucción, tengo que escapar. Así que la cuarta y última división implica proyectar mi propia identidad sobre un mundo de formas y cuerpos, escapándome de mi mente y ocultándome en el mundo. Pero lo que el ego ha omitido decirme es que esta solución implica la proyección de todos los contenidos de mi mente-errada hacia dentro del mundo de la forma, por lo que ahora vivo en un mundo de miedo. Porque todo el pecado y la culpa siguen rodeándome, pero ahora de manera externa a mí —en el mundo y en todas mis relaciones. De modo que la vulnerabilidad y la fragilidad originales del pensamiento de separación en mi mente son ahora la base de mi identidad como un cuerpo en el mundo. Por supuesto, la ventaja de esta disposición final es que todavía soy un individuo, pero parece que fuerzas ajenas a mi voluntad han dado lugar a mi existencia. Y si yo soy la víctima inocente de un mundo culpable y pecaminoso, cómo puedo ser considerado responsable de aquel ataque original sobre Dios. ¿Acaso podría ser yo tan poderoso como para hacer eso? ¡Basta con mirar a este patéticamente débil ser que soy, a pesar de mis mejores esfuerzos para fortalecerme y protegerme física, psicológica y emocionalmente contra este mundo hostil!
4ª división de la mente

Así que aquí nos encontramos, tan alejados de nuestra verdadera Identidad como espíritu como el ego posiblemente podría tentarnos a ir. Y es con esta cuarta división cuando la corrección de la mentalidad-correcta tiene que comenzar. No se nos pide negar nuestra experiencia de nosotros mismos como cuerpos en el mundo —el resultado de la cuarta división— sino estar abiertos a una interpretación diferente de esa experiencia. En vez de centrarnos en las diferencias tal como el ego nos ha animado a hacer —viendo mi inocencia como dependiente de probar tu culpabilidad—, a lo que nos invita Un Curso de Milagros es en primer lugar a empezar a darnos cuenta de que todos somos iguales, luchando con nuestros sentimientos de culpa y tratando de proyectarlos sobre todos los demás. En otras palabras, todos compartimos los mismos sentimientos de culpa y la misma necesidad de ser liberados de ella. A medida que empezamos a aceptar esta idea de los intereses compartidos, nos volvemos más conscientes de que somos una mente que está tomando decisiones de ver al mundo y a los demás de ciertas maneras, en lugar de ser simplemente un cuerpo victimizado, aunque es casi seguro que continuaremos experimentándonos a nosotros mismos como víctimas gran parte del tiempo. Y así comenzamos gradualmente a deshacer la división final.

A medida que empezamos a ver el mundo y nuestras relaciones de otra manera, estaremos más dispuestos a mirar el pecado y la culpa enterrados en nuestra propia mente, reconociendo su verdadera fuente en nuestra identificación con el ego, comenzando así a reducir nuestra inversión en la tercera división. Y la corrección de la mentalidad correcta para esta disposición a mirar honestamente, será el reconocimiento de que hay una alternativa en nuestra mente al pecado, la culpa y el miedo que hasta ahora hemos sentido la necesidad de apartar y proyectar fuera de nosotros mismos. Y esa alternativa es el Espíritu Santo, el Recordatorio de la verdadera inocencia que compartimos con todos los demás, a medida que dejamos ir la necesidad de hacer las diferencias reales. Y así el muro que separa la mente correcta y la mente errada, el cual habíamos tratado de hacer impenetrable con la segunda división, comienza a volverse más poroso, permitiendo que más de la luz de la mente correcta brille sobre la oscuridad de la mente errada, revelando cada vez más su naturaleza ilusoria.

El deshacimiento de estas tres divisiones es el foco de las enseñanzas del Curso, y se trata de un proceso que requerirá de una gran voluntad por nuestra parte a lo largo del tiempo, pues el yo con el que estamos identificados en el mundo —el resultado de la cuarta división— perderá su significado y su atractivo para nosotros con el transcurso del tiempo, a medida que practicamos el perdón que la sanación de las divisiones requiere. Pero a lo largo del camino, ese cambio engendra un miedo tremendo mientras aún sigamos invirtiendo en la separación y en el yo separado, único e individual considerándolo real.

Al final del proceso, una vez que hemos permitido que la barrera que hemos interpuesto entre la mente correcta y la mente errada se disuelva completamente en la luz del perdón total, estaremos en el mundo real, todavía conscientes del sueño de la separación pero completamente inafectados por él. Y es en este lugar de completa sanación donde estaremos preparados para el deshacimiento de la primera división, consumada mediante lo que el Curso llama metafóricamente el "último paso de Dios" (por ejemplo, T.7.I) ((o también: T.11.VIII.15.4-5; L.168.3.2 y C.4.8.3)), en el cual Él nos alza sacándonos del sueño de la dualidad y devolviéndonos a la unidad absoluta del Cielo, el cual en realidad nunca hemos dejado.

Aunque hemos descrito el proceso de deshacer las ilusiones como si fuera lineal, en realidad no lo es, al igual que el milagro, o el instante santo, el cual está implicado en deshacer la segunda, la tercera y la cuarta división y ocurre fuera del tiempo y del espacio. De modo que nuestra experiencia será que vamos dando vueltas, yendo y viniendo entre los diversos niveles de las divisiones una y otra vez en el transcurso del tiempo. Por ejemplo, el Espíritu Santo puede parecer ser una parte de nuestro proceso de sanación casi desde el principio de nuestro trabajo con el Curso, pero no entenderemos realmente la naturaleza de Su realidad hasta que hayamos llegado a entender en más profundidad la naturaleza de la mente dividida. Y a pesar de nuestro creciente reconocimiento de que nuestra única decisión real se toma en la mente, seguiremos quedando atrapados en nuestros guiones de ser una víctima en el mundo, y tendremos que recordarnos a nosotros mismos que en realidad somos lo mismo que todos nuestros hermanos.

Los interesados en una exploración más a fondo de las cuatro divisiones pueden encontrar útil la colección de cintas "Separation and Forgiveness: The Four Splits and Their Undoing" (("La separación y el perdón: las cuatro divisiones y su deshacimiento", audio en inglés)) y la Parte 1 "Todos son llamados" del libro "El mensaje de Un Curso de Milagros" (siendo Kenneth Wapnick el autor de ambas publicaciones). ((El libro "El mensaje de Un Curso de Milagros" está traducido al español y en España lo ha publicado la editorial El Grano de Mostaza: http://elgranodemostaza.com/libros/kenneth-wapnick-mensaje-de-un-curso-de-milagros/))

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Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions112.htm#Q630

Posts relacionados en español: P-853 y P-176.

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