martes, 2 de marzo de 2021

Sobre el karma

(Adaptado de una comunicación por email)

Pregunta:

...Aquí viene lo que quisiera preguntar: una de las leyes más relevantes que me enseñaron en una corriente budista fue la ley de causa-efecto (lo que recibes es lo que haces), que en combinación con la ley de karma nos asegura que deberemos -sufrir/experimentar- lo mismo que hemos hecho a otras personas. De esta manera logramos crecer o entender que no debemos obrar igual en el futuro.

Por UCDM he aprendido que esta mirada es de tipo dualista, al considerar las almas/espíritus separados, cosa que no es así. Asimismo, que cuando se trata de atacar a un hermano, lo único que hago finalmente es atacarme a mí mismo, y que Dios no tiene nada que ver en esto (Lección 196). En esta lección se aclara que al final -Es únicamente a mí mismo a quien crucifico-. ¿ Hay alguna relación entre esta lección y la ley de causa-efecto (lo que recibes es lo que haces) ?. ¿ Existe la ley de causa-efecto (lo que recibes es lo que haces) como tal, o solo es una mala interpretación de los efectos del ego ?.

Quizás es una pregunta un poco confusa, pero tu ayuda sería muy bienvenida.


Respuesta:

Podemos considerar la "ley de causa y efecto" como sinónimo de "ley del karma", al menos así lo he considerado yo siempre, tal vez no veo diferencias porque no me metí demasiado a fondo en el budismo. Pero en plan coloquial, para nuestra conversación, no debería haber problema en considerarlos equivalentes. Así a veces puedo referirme a ella con una sola breve palabra: karma. Creo que en la Biblia también se hace referencia a esa idea, en alguna frase del tipo de "lo que siembres, eso cosecharás".

Creo que el Budismo y el Advaita son caminos muy interesantes y válidos, UCDM no es el único. No considero erróneo hablar de karma, o de otros conceptos como por ejemplo la reencarnación. Es cierto que son conceptos en última instancia ilusorios, pero tienen aspectos útiles y no tiene nada malo que el Budismo, el Advaita o incluso UCDM puedan utilizar a veces, en el nivel que corresponde, conceptos que en último término son ilusorios o duales. Pero que en su ámbito pueden tener cierta validez. Cualquier concepto se puede usar para apoyar la liberación o para reforzar al ego. Lo mismo sucede con el karma, la reencarnación, etc.

El karma es ilusorio pero tiene cierta validez en el nivel lineal. No es algo a temer, porque no es una sentencia de muerte escrita en piedra, de hecho es una ilusión. Una silla es también una ilusión, y la reencarnación, etc. El mundo en sí es también una ilusión. Pero lo percibimos. Y en ese sentido parece haber cosas y temas en él. El Curso nos ayuda a elevarnos por encima de esas ilusiones. No hay ningún karma que temer. El Curso nos enseña que en nivel más profundo, el de la verdad, la única Causa es Dios, el Ser. Y puesto que Dios es Amor, lo único que puede venir de Él, el único Efecto posible, es igualmente Amor. Sólo existe el Amor, así que lo único que podemos experimentar es Amor.

Pero la mente (nosotros, la mente revoltosa) eligió jugar a tonterías, y en vez de reconocer que Dios es la Causa, se inventó una nueva causa: "yo". Y como ese yo es la mente dual, se invirtió la realidad de la Causa-Efecto como Uno, y ahora la causa pasó a ser el "yo" y Dios quedó desaparecido, o desfigurado, reducido a un dios imaginario, convertido en un efecto de nuestros propios juicios (de ahí el concepto del Dios castigador que nos expulsa del Paraíso, etc).

De esa inversión de causa y efecto erróneos surgió el mundo de las formas. En ese mundo aún sigue habiendo causas y efectos aparentes (karma, etc). Incluso esto podemos aprender a percibirlo de un modo que nos ayude a recordar la verdad. El concepto de karma puede ser usado beneficiosamente o erróneamente. Es un concepto erróneo o inútil cuando lo usamos por ejemplo para generar miedo. Pero es un concepto útil si lo utilizamos como una manera de recordar la verdad. En cierto modo, la ley de causa-efecto o del karma es una especie de reflejo de la ley verdadera. La verdadera vendría a decir: "Lo que eres, lo extiendes". O: "Como eres Amor, sólo siembras Amor y sólo recibes Amor". Eso es cierto a nivel del puro Ser. Pero al nivel "terrenal" o lineal, esa ley se adapta y podemos decir que toma la forma siguiente: "Lo que siembras, eso cosecharás". No es una amenaza, es solo una ayuda para tomar conciencia. Otro modo de decirlo sería: "Lo que das, lo recibes". O como tú indicas, del Curso: «Es únicamente a mí mismo a quien crucifico». Esto tiene varias connotaciones. Nos dice que no somos víctimas, porque: «Nada, excepto mis propios pensamientos, me puede hacer daño» (L-281). Nos dice también que no somos culpables, porque no podemos victimizar a nadie: sólo existe uno. Esto no quiere decir nada solipsista, porque ese uno no es tu individualidad —algo separado de los demás—, sino la mente que compartimos con todos.

Es muy simple en realidad. Si vamos por la vida con amabilidad, percibiremos amabilidad por todas partes. Si en cambio vamos dando cabezazos a todo el mundo, percibiremos chichones y moratones y dolores de cabeza (eso es karma).

En un nivel lineal puede ser cierto que si cometes una fechoría, recibas una fechoría similar (en ese mismo día, o en esa misma vida, o en "otra vida"). Y que si haces alguna buena obra, se te devuelva tarde o temprano si aún no has perdonado o cambiado de actitud. Pero el tiempo lineal es una construcción mental. Y puede anularse si así lo elegimos (por ejemplo mediante el perdón no dual). Hay otra perspectiva del tiempo en donde se considera el tiempo como simultáneo: todo está ocurriendo simultáneamente en un mismo instante. ¿Dónde quedaría ahí el karma? El karma que depende del tiempo desaparece conforme el tiempo se desvanece mediante el perdón. (El concepto de tiempo simultáneo es también una ilusión, pero refleja una visión más elevada que la ilusión del tiempo lineal).

El perdón no dual, o volver la mente hacia dentro hasta el instante presente, deshace el karma. Lo único que va a quedar es amor, plenitud. No hay necesidad de percibir sufrimientos, por muy malas que parezcan nuestras acciones del pasado. El perdón nos libera.

Además, la manera en que nos sentimos (en paz o en sufrimiento) no depende de los acontecimientos externos (se les llame "karma" o no), sino que el estado de nuestra mente depende de nuestra propia elección en favor de la verdad (paz) o de las ilusiones (sufrimiento).

En última instancia no hay karma, pero puede ser útil tomar conciencia de que si tratamos de perjudicar a alguien, como en la mente somos todos uno, en realidad estamos perjudicándonos a nosotros mismos, y esto lo podemos percibir como "karma" o como "efecto de lo que hice" (porque nuestra mente inconsciente sí sabe que todos somos uno, y por tanto se siente culpable al atacar a otro, porque en el fondo sabe que se ataca a sí misma, y esa culpabilidad que siente la puede proyectar ilusoriamente en forma de "karma"). Repito que es algo muy, muy simple. Si voy por la calle y empujo a alguien llamándole idiota, no puedo esperar nada bueno de eso. Y el mismo principio se activa a veces en respuestas lentas que tardan años o vidas en coagular. Pero si uno ha perdonado, se libera de ello y no surgirá el efecto o reacción de lo que hicimos en el pasado, porque hemos reconocido que nunca hicimos nada: el mundo no existe. O si surge algo, por ejemplo algo que a nivel del mundo se consideraría una agresión, no nos incomodaría, ni de haber heridas nos dolerían lo más mínimo (por haberse perdonado). Lo que parece ocurrir a nivel de la forma, aunque solemos creer que afecta a nuestra comodidad, en realidad no afecta en nada a nuestra mente. Es como la pantalla del cine: pasan cosas pero no tienen que ver con nosotros. Y sin embargo sufrimos si nos identificamos con lo que ocurre en la película. En la película pueden estar crucificando a alguien, pero eso no implica que sus heridas tengan que dolerte a ti, el espectador. Cuando nos sucede eso —percibimos dolor—, es porque nos hemos identificado con el personaje ilusorio que está proyectado en la pantalla.

Una interpretación positiva del karma podría ser acordarnos de amar. Sembremos únicamente amor, y sólo experimentaremos amor. Seamos amables, inspiremos paz y amabilidad a los demás, y así será nuestra experiencia. Como dice el Curso: «Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es» (T-6.V.B).

Lo importante es no dejarnos caer en el miedo. El karma no es nada que temer. Es simplemente que si sueltas un vaso en el aire, se va a caer. Y que si das un puñetazo a alguien, se puede liar la cosa. Pero cualquiera que sea nuestro "karma pendiente" procedente del pasado, se disuelve en el instante en que lo perdonemos. No hay deudas que pagar, porque el pasado no existe. Es una creencia que podemos soltar.

La dinámica: puede que en un hipotético pasado lineal, te pareció agredir a alguien (por ejemplo, el cuerpo con el que te identificabas pareció atacar a otro cuerpo). Pero todo eso son símbolos. En realidad eso refleja la creencia en tu mente profunda de que te has atacado a ti mismo (y que has roto el Cielo, has partido la Unidad, etc). No es verdad. Fue una simple suposición errónea. Una creencia falsa. La separación (o agresión) nunca ocurrió. Eres inocente. Y cuando eres inocente, desaparece el karma. O el karma se vuelve únicamente plenitud y amor. El karma negativo es un mito porque tu único karma es que lo que eliges en este instante, lo tienes.

La lección 152 del Libro de ejercicios, titulada "Tengo el poder de decidir", tiene un primer párrafo que ilustra esto:

     Nadie puede sufrir pérdida alguna a menos que ésa haya sido su propia decisión. Nadie sufre dolor salvo cuando él mismo así lo decide. Nadie puede estar afligido, sentir temor o creer que está enfermo a menos que eso sea lo que desea. Y nadie muere sin su propio consentimiento. Jamás ocurre nada que no sea una representación de tus deseos, ni se te niega nada de lo que eliges. He aquí tu mundo, completo hasta el más ínfimo detalle. He aquí toda la realidad que tiene para ti. Mas es sólo ahí donde se encuentra la salvación. (L-152.1)

En el fondo esto significa lo mismo que la lección que dice: «No soy víctima del mundo que veo» (L-31).

Además, el Curso nos sintetiza la esencia de su enseñanza en la introducción del Texto:

Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.

En esto radica la paz de Dios.

¿Qué cabida puede tener el karma cuando nos damos cuenta de que lo real no puede ser amenazado, y de que lo irreal (lo que supuestamente podría sufrir el karma) no existe?

Resumen: si no hay pasado, entonces tampoco hay karma. Lo que depende del tiempo es temporal jejeje (y al ser temporal es ilusorio, y al ser ilusorio desaparece cuando se perdona, cuando se reconoce su ilusoriedad). La idea de un karma de sufrir es un efecto de la culpabilidad. Y la culpabilidad no es una verdadera causa. Así que no puede producir efectos verdaderos. Sufrimos cuando nos creemos culpables. Pero la culpabilidad es una creencia, es ilusoria. El sufrimiento nunca está justificado. Nunca es necesario sufrir. Podemos anular cualquier karma o culpabilidad en el instante presente, simplemente reconociendo que la culpabilidad es falsa y que lo verdadero es nuestra inocencia, compartida por todos.

En definitiva, que si perdonas (dejas de lado los juicios, y te vuelves hacia dentro al momento presente), se acabaron todos los karmas y tu experiencia será únicamente de paz, amor, plenitud y todo aquello que va más allá de las palabras.

¡Un abrazo!

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