UCDM tiene el potencial de agradar cuando se le entiende bien, porque es una enseñanza muy amable y gentil, muy dulce, porque es solamente amor, sin exigencias. Es tan dulce y no-exigente que afirma que todos los seres nos hemos salvado ya. No somos culpables pase lo que parezca pasar (por lo tanto no hay un infierno... excepto metafóricamente: el mundo —ilusorio— de la culpabilidad, porque mientras aceptemos las ilusiones de culpa/separación nos sentiremos en el "infierno" de un mundo sin paz). Somos libres de culpar o de perdonar, pero incluso si por manía o costumbre o por lo que sea nos empeñamos en condenar a alguien, ni siquiera eso es motivo para sentirnos culpables. Simplemente sucede que al condenar nos sentimos irritados y no estamos en paz, pero no es un pecado y además tiene muy fácil arreglo. Así que somos libres. El Espíritu Santo no nos exige nada. El Espíritu Santo quiere que perdonemos, pero no nos lo exige, simplemente lo quiere así porque Él sabe que así nos sentimos en paz al perdonar y que solamente perdonando recordaremos nuestro verdadero ser de felicidad unidos a Dios. Pero si nos resistimos o no perdonamos algo, en ese caso aún así no somos "pecadores" ni hemos hecho nada malo. El mal no existe. Y elijamos lo que elijamos (elijamos perdonar o condenar), recuerdo esta cita que copié creo que ayer:
Tú, cuya mente está ensombrecida por las dudas y la culpabilidad, recuerda esto: Dios te dio el Espíritu Santo a Quien le encomendó la misión de eliminar toda duda y todo vestigio de culpabilidad que Su amado Hijo jamás se hubiese echado encima. Su misión no puede fracasar, pues nada puede impedir el logro de lo que Dios ha dispuesto que se logre. La Voluntad de Dios se hace sean cuales fueren tus reacciones a la Voz del Espíritu Santo, sea cual fuere la voz que elijas escuchar y sea cuales fueren los extraños pensamientos que te asalten. Encontrarás la paz en la que Dios te ha establecido porque Él no cambia de parecer. Él es tan estable como la paz en la que moras, la cual el Espíritu Santo te recuerda. (T.13.XI.5)
Me refiero sobre todo a la parte destacada en negrita:
La Voluntad de Dios se hace sean cuales fueren tus reacciones a la Voz del Espíritu Santo, sea cual fuere la voz que elijas escuchar y sea cuales fueren los extraños pensamientos que te asalten. Encontrarás la paz en la que Dios te ha establecido porque Él no cambia de parecer.
Así que elijamos como elijamos, no hay motivos para sentirnos culpables (de todos modos el Espíritu Santo se ocupará de todo y pacientemente seguirá rectificando nuestra mente, pasito a pasito). Porque somos inocentes y el Espíritu Santo sabe que el sueño acabó y que el Hijo de Dios, como es natural, no pudo resistir la atracción que siente por el Padre/Amor, y por eso el juego de jugar a la separación se termina tarde o temprano, porque el Hijo desea volver a recordar al Padre. En realidad el sueño acabó en un abrir y cerrar de ojos, pero en tiempo lineal parece mucho tiempo, pero parece mucho tiempo porque queremos jugar y por eso proyectamos todo el tiempo que nos apetezca jugar jejeje. Pero el Espíritu Santo sabe (y recuerda para nosotros) que el juego se acabó, y Él sabe en qué fecha lineal despertó cada uno de los aspectos del Hijo de Dios, y de hecho es Él quien tiene la función de eliminar los obstáculos al amor, y lo va haciendo conforme le dejamos, porque el amor jamás arrebata al Hijo lo que él todavía desee, ¡ni siquiera le quita sus ilusiones! El Espíritu Santo es paciente porque sabe cómo acabó todo: bien.
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