miércoles, 17 de febrero de 2016

Facimoutreach P-195

¿Cómo puedo reconciliar las enseñanzas del Curso con la necesidad de competir?

P-195: Para un atleta, la competición es el modo de conseguir pagar las facturas. ¿Cómo se puede reconciliar el derrotar a un oponente y el esforzarse día tras día para mejorar la capacidad de vencer a los rivales, como por ejemplo, digamos, el caso de un boxeador o un jugador de rugby? En mi caso soy músico y si dejo de entrenar y permito que mi destreza empeore por debajo de cierto nivel, pierdo mi trabajo. Así que, ¿cómo tratamos con los desafíos de la competición y de la supervivencia diaria, y al mismo tiempo no ser conscientes del dualismo?

Respuesta: El foco de nuestro trabajo con Un Curso de Milagros no es conseguir ir más allá de nuestra conciencia del dualismo; es volvernos más conscientes de a qué maestro hemos elegido para guiarnos en nuestra vida diaria: el ego o Jesús, y por lo tanto si estamos aprendiendo a cómo reforzar nuestra creencia en la separación o a cómo deshacerla. Puesto que no hay una jerarquía de ilusiones, podemos aprender nuestras lecciones de perdón en absolutamente cualquier tipo de ocupación o sea cual sea nuestro trabajo o nuestra situación. La competición impregna casi todas las cosas de este mundo, porque el mundo no es más que la imagen externa del sistema de pensamiento del ego de competición en nuestra mente. El ego está en un estado perpetuo de competición con lo que él percibe como una amenaza a su misma existencia. Por consiguiente, "o matas o eres matado" describe de manera práctica todos los aspectos de la existencia en el mundo, tanto de la existencia física como de la psicológica en este mundo que tiene sus raíces en ese sistema de pensamiento.

Por lo tanto, ahora tu labor como músico (la forma) puede verse como un aula de clases (si eliges a Jesús o al Espíritu Santo como tu maestro) en la que puedes aprender cómo deshacer la separación que percibes habitualmente entre tus colegas y tú (el contenido). De este modo puedes practicar y hacer cualquier cosa que necesites hacer para mantener tu destreza en tus tareas o tu capacidad de competir (la forma), pero lo haces con Jesús o el Espíritu Santo (el contenido). Así tu propósito no va a ser vencer a otros para lograr una posición —aunque en la forma podría verse así. Tu propósito va a ser aprender que tus intereses no están separados de los de nadie más, y que ganar o adquirir algo a expensas de otro es algo que en realidad no tiene valor. De esta manera podrías aprender a competir por la primera silla en la orquesta —por ejemplo— y al mismo tiempo aprender que lo único que realmente tiene valor es percibirte a ti mismo y a todos los demás de la orquesta como partes del único Hijo de Dios. En otras palabras, abordarías esa actividad de manera diferente. Tu actitud o el contenido de tu mente es lo que habría cambiado. En definitiva, no importa si una persona es mejor músico que otra.

En principio, podemos practicar el Curso absolutamente en cualquier tipo de tarea o trabajo. «No hay grados de dificultad en los milagros. No hay ninguno que sea más "difícil" o más "grande" que otro» (T.1.I.1.1-2). Por lo tanto es perfectamente posible aprender el Curso mientras juegas al rugby, al fútbol o siendo boxeador. Ha habido muchos ejemplos de atletas profesionales que practicaban su deporte de un modo caballeroso, y aún así se clasificaban entre los mejores.

Por último, tenemos que tener cuidado de no juzgar nuestro propio progreso espiritual o el de otra persona basándonos en la forma, ya que para nosotros es imposible ver en su totalidad nuestro propio camino de la Expiación o el de cualquier otra persona. Tal vez ser un "defensa leñero" o ser boxeador sea el papel que una mente ha elegido para aprender la falta de valor de la victoria o la insignificancia del cuerpo. En principio, no se puede descartar esa posibilidad. Análogamente, la Bhagavad Gita relata la historia de Krishna aconsejando a Arjuna para ser el mejor guerrero que él podía ser, porque ese era su dharma. «¿Cómo puede morir lo inmortal?» ((Bhagavad Gita II.16-21, aunque la manera de decirlo varía según las traducciones; también aparece la idea en uno de los "homenajes" que el Curso hace a la Bhagavad Gita: T.19.II.3.6)), le recuerda Krishna a Arjuna, quien estaba preocupado por tener que matar a otros.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions39.htm#Q195

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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