viernes, 18 de diciembre de 2015

Facimoutreach P-890

¿Cómo podemos saber qué maestros han obtenido realmente la iluminación?

P-890: Además de los valiosos cambios en la percepción que proporciona la práctica de Un Curso de Milagros, ¿hay estudiantes del Curso que hayan tenido algún grado de la experiencia de la iluminación? ¿Están los maestros del Curso hablando principalmente desde la perspectiva de la creencia y de la comprensión conceptual (como algo opuesto o diferente a la experiencia directa de la no-dualidad)? Dado el énfasis del Zen en disponer de un maestro humano (uno que haya experimentado algún grado de iluminación) para asegurarse de que el estudiante no confunda el progreso con los logros del ego, ¿cómo se evita este peligro en el caso del Curso?

Respuesta: No sabemos si hay o no estudiantes del Curso o maestros que hayan tenido experiencias directas de la no-dualidad. En realidad, no habría necesidad de anunciar que uno ha tenido tal experiencia, y tener esa experiencia no es el objetivo inmediato de las lecciones de Un Curso de Milagros (ver T.8.I.1,2; T.24.introd.1; M.26.2,3). Hay un único requisito o atributo que Jesús menciona para convertirse en un maestro de Dios. En su definición un tanto sorprendente él afirma: «Un maestro de Dios es todo aquel que decide serlo. Sus atributos consisten únicamente en esto: de alguna manera y en algún lugar ha elegido deliberadamente no ver sus propios intereses como algo aparte de los intereses de los demás» (M.1.1.1-2). Ese es el único requisito o atributo, que en realidad es uno de los temas principales que aparecen a lo largo de todo el Curso. Aprender a percibirse el uno al otro y a relacionarse el uno con el otro en el contexto de un objetivo común que todos compartimos como el Hijo único de Dios —ahora fragmentado, pero deseoso de volver a casa a nuestra unidad con Dios— es el medio de acercarse al no-dualismo de la realidad. La percepción de que todos compartimos la misma mente —la mente errada, la mente correcta, y el poder de elegir entre ambas o "tomador-de-decisiones"— refleja el no-dualismo último (esencial) y ontológico de la realidad.

Nos sentimos de ambas maneras: atraídos por la verdad, y también aterrorizados de ella; atraídos por la unión y también aterrados de quedarnos sin nuestra identidad individual. Al creer que somos seres humanos separados e individuales, tenemos que estar aterrados de la Unidad pura; y si no estuviésemos aterrados, no necesitaríamos el Curso ni ningún otro camino espiritual. Por lo tanto, la abstracta Unidad tiene que representarse y enseñarse mediante una forma que podamos entender y aceptar. Necesitamos maestros que puedan comunicarse con nosotros en nuestro nivel, que puedan reconocer nuestro tremendo miedo y resistencia a desprendernos de nuestro ser individual. Estos maestros tienen que usar el lenguaje y los símbolos del mundo de la separación y de la individualidad para guiarnos suave y gradualmente más allá de él (ver T.25.I.5,6,7; L.184.9,10,11). Jesús y el Curso son una forma mediante la cual se satisface esa necesidad.

La enseñanza, en Un Curso de Milagros, es considerada bajo una luz completamente diferente a lo que en el mundo se considera como enseñanza. En el Manual para el maestro, Jesús nos dice que su Curso «subraya que enseñar es aprender, así que maestro y alumno son iguales»; y continúa con esta importante descripción de la enseñanza: «Enseñar es demostrar. Existen solamente dos sistemas de pensamiento, y tú demuestras constantemente tu creencia de que uno u otro es cierto. De tu demostración otros aprenden, al igual que tú» (M.introd.1.5; 2.1-3). El Curso no dice prácticamente nada sobre la forma —la situación estilo-aula—, pero dice mucho sobre el contenido de lo que se enseña, y cómo se enseña: «El contenido del Curso nunca cambia. Su tema central es siempre: "El Hijo de Dios es inocente, y en su inocencia radica su salvación". Esto se puede enseñar con acciones o con pensamientos; con palabras o sin ellas; en cualquier lenguaje o sin lenguaje; en todo lugar o momento, o en cualquier forma» (M.1.3.4-6). Por lo tanto, un estudiante no necesita estar en un aula convencional (bajo una enseñanza formal) para aprender este Curso. Jesús únicamente subraya la necesidad de desarrollar una relación con el Maestro que hay en nuestra mente, Quien nos refleja la verdad abstracta del Cielo.

En vista de todo esto, si estás en una clase de Un Curso de Milagros, lo que vas a aprender es que una de dos: o la separación es la realidad o la unidad es la realidad; que o bien los intereses separados son valiosos, o bien son los intereses compartidos los únicos que tienen valor. Eso es lo que se te comunicará, independientemente de las palabras usadas, del material didáctico usado y de las técnicas usadas —e independientemente de lo bien versado que el instructor/facilitador esté en el sistema de pensamiento del Curso. En el Texto, Jesús habla sobre "la enseñanza y el aprendizaje correctos" (T.4.I), y ahí él advierte sobre el maestro "ego-orientado" ((en UCDM, "ego-oriented teacher" fue traducido como "maestro que se deja guiar por el ego")), a quien «sólo le interesa el efecto que su ego pueda tener sobre otros egos, y, por consiguiente, interpreta la interacción entre ellos como un medio de conservar su propio ego. Yo no podría dedicarme a enseñar si creyese eso, y tú no serás un maestro dedicado mientras lo creas» (T.4.I.6.4-6). Esto es una guía útil que nos alerta de las formas en las que el especialismo puede entrar sigilosamente en la situación de enseñanza/aprendizaje. Pero solo después de una prolongada práctica en supervisar nuestros pensamientos y observar nuestras reacciones en nuestra vida diaria es cuando seremos capaces de discernir el mensaje que estamos dando y recibiendo. Por esto es por lo que Jesús nos advierte en el Texto de evitar ponernos a nosotros mismos a cargo de nuestro propio proceso espiritual: «Has considerado algunos de tus mayores avances como fracasos, y has evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes triunfos» (T.18.V.1.6). No obstante, esto no quiere decir que necesitemos recurrir a un maestro externo a causa de nuestras deficiencias, aunque no sería equivocado hacer eso. El proceso es principalmente un proceso interno entre nosotros mismos y el Espíritu Santo, Quien guarda para nosotros el recuerdo de la verdad del Cielo.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions177.htm#Q890

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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