lunes, 21 de diciembre de 2015

Facimoutreach P-958

¿Cómo exactamente nos ahorran tiempo los milagros?

P-958: ¿De qué manera estudiar y aplicar Un Curso de Milagros nos ahorra tiempo? ¿Nos hará vivir menos vidas? ¿Implica esta idea que Jesús tiene la creencia o el reconocimiento del fenómeno de la reencarnación? ¿No dice también el Curso que podríamos estar con Jesús ahora, si simplemente viéramos (como en una visión)? ¿Significa esto que no hay atajo hacia la iluminación? ¿No hay acceso directo a Dios? 

Además, ¿cuál es la definición definitiva de "milagro" en el Curso? Sé que hay 50 principios del milagro, y el término milagro se utiliza con frecuencia en el Texto. Pero me parece que estos 50 principios son únicamente indicios o insinuaciones indirectas que apuntan hacia el verdadero significado del milagro. El Curso no parece estar refiriéndose a lo que usualmente llamamos milagro.

Respuesta: Jesús nos dice en el Curso que «El milagro substituye a un aprendizaje que podría haber durado miles de años» (T.1.II.6.7). Así que vamos a empezar por examinar lo que él quiere decir con "milagro". Él se refiere a un cambio de maestros internos en nuestra mente. Es la decisión de escuchar la guía del Espíritu Santo o de Jesús (la cual siempre nos conduce a extender el amor) en lugar de los gritos estridentes del ego (los cuales siempre nos fuerzan a proteger la culpa). Date cuenta de que el milagro no es la extensión del amor —la extensión es un reflejo del milagro que se produjo previamente en la mente, y puede adoptar muchas formas diferentes. El milagro, tal como Jesús lo define en el Curso, no tiene nada que ver con los cuerpos, con los fenómenos físicos, ni con nada del mundo. Es solamente un cambio en el pensamiento. Sin embargo, es un cambio tan profundo que nos transforma automáticamente desde una mentalidad o actitud de tratar de satisfacer a toda costa las necesidades que percibimos, hasta una mentalidad de saber que nuestra única necesidad real es recordar el Amor de Dios —una necesidad que compartimos con todos los demás que creen estar aquí. Como resultado de ello, en el momento en que realmente experimentamos el milagro no hay manera de que pudiéramos decir, hacer o pensar nada que no esté motivado por el amor. El objetivo del Curso es ayudarnos a establecer las condiciones en nuestra mente para experimentar el milagro cada vez más.

Una de las maneras en que Jesús nos motiva a escuchar su mensaje es mediante la promesa de ahorrarnos tiempo. Y es cierto que hacer lo que él nos pide parecerá ahorrarnos tiempo. Al usar este mundo como un aula para aprender el perdón, poco a poco disminuirá nuestra compulsión a repetir los patrones dolorosos y destructivos de nuestra vida. Así que, por ejemplo, en lugar de pasar toda una vida atrayendo inconscientemente hacia nosotros experiencias en las cuales nos sentimos como víctimas, Jesús o el Espíritu Santo nos van a ayudar a eliminar (a través del perdón) la culpa ontológica de nuestra mente, que nos obligaba a usar la victimización como defensa contra el Amor de Dios. De esta manera podemos usar realmente nuestro tiempo aquí para aproximarnos a despertar a nuestro verdadero hogar en el Cielo, en vez de seguir imaginando nuestro hogar como una condena de prisión indefinida.

Sin embargo, esto no significa que Jesús crea que el tiempo es real. Él nos dice que «el tiempo tan solo duró un instante en tu mente, y no afectó a la eternidad en absoluto» (T.26.V.3.3), y que «la verdad transciende al tiempo» (T.15.II.1.9). Por lo tanto, está claro que en el Curso él habla del tiempo únicamente porque sabe que nosotros creemos en eso. El tiempo es uno de los símbolos de nuestro sueño que Jesús tiene que utilizar para motivarnos y ayudarnos a comprender de qué está hablándonos.

De acuerdo con su conocimiento de la irrealidad del tiempo, Jesús nos dice: «En última instancia, la reencarnación es imposible. El pasado no existe ni el futuro tampoco, y la idea de nacer en un cuerpo ya sea una o muchas veces no tiene sentido. La reencarnación, por lo tanto, no puede ser verdad desde ningún punto de vista» (M.24.1.1-3). Pero también dice que «tanto los que creen en la reencarnación como los que no, pueden encontrar el camino que conduce a la salvación» (M.24.2.5), y que «siempre hay algo bueno en cualquier pensamiento que refuerce la idea de que la vida y el cuerpo no son lo mismo» (M.24.2.8). Hay pasajes del Curso en los cuales Jesús parece insinuar que la reencarnación es un fenómeno real. Pero eso haría la reencarnación real únicamente en el sentido de que sucede dentro del sueño. El mensaje principal de Jesús es que nada de lo que sucede dentro del sueño es real. Así que, en última instancia, Jesús y su Curso no se interesan por la reencarnación ni por nada que involucre a los cuerpos. Al igual que con el concepto del tiempo, si la reencarnación es un concepto significativo para nosotros, Jesús está feliz de trabajar con él. Pero lo hace solamente como parte de su estrategia para ayudarnos a ir más allá de todos los conceptos que oscurecen nuestra realidad como el inmutable Hijo de Dios.

Por último, en cuanto a tu pregunta de estar con Jesús ahora, el acceso directo a Dios y lo de un atajo hacia la iluminación: El Curso dice: «Es posible que en algunas ocasiones un maestro de Dios tenga una breve experiencia de unión directa con Dios. Sin embargo, es casi imposible que en este mundo una experiencia así pueda perdurar. Tal vez se pueda alcanzar tras mucha devoción y dedicación, y luego mantenerse durante gran parte de la estancia en la tierra. Mas eso es tan raro, que no se puede considerar una meta realista. Si sucede, bien. Si no sucede, bien también. Todos los estados mundanos son en cualquier caso ilusorios. Si se alcanzase a Dios directamente en una conciencia continua, el cuerpo no se podría conservar por mucho tiempo» (M.26.3.1-8). Debemos leer este pasaje con la conciencia de que (a pesar del uso frecuente de un lenguaje antropomórfico para describir a Dios) el Dios al que se refiere el Curso no es un ser sino un estado. Este estado es «la Unidad que une a todas las cosas dentro de Sí Misma» (T.25.I.7.2). Si entendiéramos plenamente lo que esto significa y lográramos la conciencia sostenida de ello, no estaríamos mucho más tiempo aquí porque habríamos despertado al hecho de que no estamos aquí. Al saber que estamos a salvo en el hogar que es el Cielo, la mayoría de nosotros no tendría ya un propósito por el que continuar con este sueño. Pero eso es el final del viaje al que el Curso nos lleva. Como tal, no es algo que deba realmente preocuparnos.

Mucho más útil para nosotros en este momento es centrarnos en el énfasis del Curso de que Jesús, como nuestro maestro, está en nuestra mente, y que si elegimos escucharle ahora, experimentaremos el Amor de Dios, el cual está también en nuestra mente ahora. Por consiguiente, ya tenemos acceso directo a todo lo que necesitamos para la iluminación —el plan de estudios del Curso para abrazar ((incluir, aceptar, abarcar, acoger... unir)) es el atajo.

Para un discurso relacionado sobre el milagro ver las preguntas P-288 y P-559. Para leer más sobre la reencarnación, ver la pregunta P-24. Y sobre el asunto del acceso directo a Dios, ver la pregunta P-101.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions193.htm#Q958

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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