jueves, 7 de abril de 2016

Sobre la abundancia

He recibido un mail de una persona que además de ser amiga mía desde hace años es también estudiante del Curso. Y su breve mail básicamente me decía que había perdido el trabajo, reconociendo en ello otro símbolo para perdonar. 

Me surgieron algunos comentarios para compartir con ella, que comparto ahora también aquí con quien quiera leerlos:

Sí, las oportunidades para perdonar nunca nos faltan. Cuando tenemos trabajo, surgen oportunidades de perdonar los conflictos en el trabajo (discusiones con los compañeros, con el jefe, con los clientes, dificultades con algunas tareas, prisas, etc). Y cuando no tenemos trabajo, perdonamos otras cosas complementarias (por ejemplo la sensación de carencia, el "aburrimiento" o sensación de inutilidad en caso de que surjan sentimientos así, y aprovechamos también para recordar que nuestro verdadero sostén no era el trabajo ni el dinero, sino el Amor y nuestro Hogar en Dios).

Así que, pase lo que pase, siempre tenemos oportunidad de perdonar. Cuando no es por un lado, es por el otro.

Es igual con cualquier otro aspecto de la vida. Por ejemplo, los pobres tienen la oportunidad de perdonar la sensación de carencia (y aprender a dejar de lado sus proyecciones echándole la culpa a "los ricos" o a "los gobernantes", etc). Y los ricos tienen la oportunidad de perdonar los sentimientos que les surjan, por ejemplo muchos ricos tienen sentimientos de culpabilidad por vivir muy bien en un mundo en el que hay gente pasando hambre o con pobreza, etc. Y a veces se intenta evitar esa sensación de culpabilidad haciendo donaciones, etc, pero la sensación de culpabilidad vuelve una y otra vez, hasta que sea perdonada. Otros problemas de los ricos pueden ser líos con sus asesores económicos que a veces les estafan, o preocupaciones por el control de sus numerosas cuentas de dinero, ansiedad, etc.

Así que todos tenemos nuestra ración de oportunidades para perdonar. Y entretanto, mientras vamos perdonando, estamos perfectamente cuidados y a salvo, independientemente de las apariencias.

Consuélate, y siente cómo el Espíritu Santo cuida de ti con amor y con perfecta confianza en lo que ve. (T.20.V.8.1)

Sin embargo, ya dispones de todo cuanto puedas necesitar. Tu hogar te ha estado llamando desde los orígenes del tiempo y nunca has sido completamente sordo a su llamada. Oías, pero no sabías cómo mirar, ni hacia dónde. Pero ahora sabes. El conocimiento se encuentra en ti, presto a ser revelado y liberado de todo el terror que lo mantenía oculto. En el amor no hay cabida para el miedo. (T.20.II.8.4-9)

E incluso en el ilusorio mundo reflejado, al nivel de la forma:

Todo lo demás se te proveerá, pues la verdad es que quieres aprender debidamente y nada puede oponerse a la decisión del Hijo de Dios. (T.12.V.9.5-6)

Pero lo que buscamos es la pura verdad (el conocimiento, Dios), no los ecos reflejados, que aparecerán por sí solos si buscamos lo importante (la verdad). Por eso:

No puedes, por tanto, pedir el eco [cambios en las formas]. El canto [el conocimiento] es lo que constituye el regalo. Con él vienen las resonancias, las armonías, los ecos, mas todo eso es secundario. En la verdadera oración sólo escuchas el canto. Lo demás simplemente se agrega. Has buscado primero el Reino de los Cielos, y todo lo demás ciertamente se te ha dado por añadidura. (El canto de la oración.1.I.3.1-6)

Y otras citas a tener en cuenta podrían ser:

Se te proveerá de toda la ayuda que estés dispuesto a aceptar, y toda necesidad que tengas será satisfecha. (M.26.4.8)

La cita anterior, en más detalle:

Si quieres ser un salvador, tienes que entender de qué es de lo que hay que escapar. La salvación no es algo teórico. Examina el problema, pide la respuesta, y cuando te llegue, acéptala. No tardará mucho en llegar. Se te proveerá de toda la ayuda que estés dispuesto a aceptar, y toda necesidad que tengas será satisfecha. (M.26.4.4-8)

La siguiente cita nos recuerda algo muy útil de no olvidar:

Sólo tú puedes privarte a ti mismo de algo. No resistas este hecho, pues es en verdad el comienzo de la iluminación. Recuerda también que la negación de este simple hecho adopta muchas formas, y que debes aprender a reconocerlas y a oponerte a ellas sin excepción y con firmeza. Éste es un paso crucial en el proceso de re-despertar. (T.11.IV.4.1-4)

Y una cita que levanta el ánimo:

Mientras estés en el tiempo, Él te proveerá de todo cuanto necesites, y lo renovará siempre que tengas necesidad de ello. (T.13.VII.12.4)

Esa misma cita, copiada con más detalle:

Sólo el Espíritu Santo sabe lo que necesitas. Pues Él te proveerá de todas las cosas que no obstaculizan el camino hacia la luz. ¿Qué otra cosa podrías necesitar? Mientras estés en el tiempo, Él te proveerá de todo cuanto necesites, y lo renovará siempre que tengas necesidad de ello. No te privará de nada mientras lo necesites. Mas Él sabe que todo cuanto necesitas es temporal, y que sólo durará hasta que dejes a un lado todas tus necesidades y te des cuenta de que todas ellas han sido satisfechas. El Espíritu Santo no tiene, por lo tanto, ningún interés en las cosas que te proporciona. Lo único que le interesa es asegurarse de que no te valgas de ellas para prolongar tu estadía en el tiempo. Sabe que ahí no estás en casa, y no es Su Voluntad que demores tu jubiloso regreso a tu hogar.

Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. Él las colmará sin darles ninguna importancia. (T.13.VII.12;13.1)

En otras palabras, como nos dice el título del tercer libro de Gary Renard:

El Amor no ha olvidado a nadie

Un abrazo repleto de confianza :-)

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