Facimoutreach P-446

¿Por qué parece que el Curso dice que el mundo real no es verdadero?

P-446: El Texto de Un Curso de Milagros habla acerca de dos mundos. Nuestra capacidad para ver el mundo real depende de que tengamos una visión real y también depende de qué es lo que apreciamos (lo que tenemos en gran estima). La negación de uno de estos dos mundos hace posible que veamos el otro. Esto lo entiendo. Pero entonces continúa diciendo que... «Los dos no pueden ser verdad; no obstante, cualquiera de ellos te parecerá tan real como el valor que le atribuyas» ((T.13.VII.2)). ¿No es verdadero el mundo real? Si fuerais tan amables de explicarme esto...

Respuesta: ¡Ah, sí, las palabras! Ellas pueden ser muy confusas y desconcertantes. En realidad hay dos niveles de respuesta para tu pregunta. En el contexto de este pasaje en particular, cuando Jesús dice «Los dos no pueden ser verdad», implícita en esas palabras, aunque sin expresarse de manera explícita, está la idea adicional de que solamente uno de ellos es verdadero. Sin embargo, incluso el falso mundo del ego nos parecerá verdadero debido a nuestro deseo de él. Esta distinción es similar a la que Jesús hace en otras partes del Curso entre la percepción verdadera y la percepción falsa o errónea (por ejemplo en C.4.3). El mundo real es el efecto de la percepción completamente sanada de modo que la mente ya no vuelve jamás a ser engañada por las mentiras del ego. El mundo real no es un lugar o un mundo con su propia existencia independiente. Es simplemente la corrección de la egoica percepción errónea de la separación y del ataque, reemplazándola con la percepción unificada del Espíritu Santo, la cual reconoce que las diferencias carecen de sentido.

Una vez dicho eso, vamos a considerar el otro nivel en que tu pregunta puede responderse. Desde la perspectiva del conocimiento, o del Cielo, toda percepción —tanto la verdadera como la falsa— es temporal (C.4.3.2-4; 7.1-2), y por lo tanto ilusoria. Por consiguiente, el mundo real —el resultado de la percepción verdadera— ha de ser también temporal e ilusorio. Su único propósito es deshacer lo que no es real. Así que, por su propia naturaleza, debe —al tiempo que refleja la no-dualidad— venir dentro de un ilusorio marco de referencia dualista. Una vez cumplido su propósito de sanación, no necesita permanecer para que lo verdadero continúe.

Hacia el final del Texto, una hermosa sección, titulada "La zona fronteriza" ((T.26.III)), describe el mundo real, su función y su naturaleza transitoria. Hay dos párrafos en particular que son relevantes para nuestra discusión:

«Existe una zona fronteriza en el pensamiento que se encuentra entre este mundo y el Cielo. No es un lugar, y cuando llegas a ella, te das cuenta de que está fuera de los confines del tiempo. Ahí es adonde se llevan todos los pensamientos, donde se reconcilian los valores conflictivos y donde todas las ilusiones se depositan ante la verdad y se juzgan como falsas. Esta zona fronteriza está justo más allá de las puertas del Cielo. Ahí todo pensamiento se vuelve puro y totalmente simple. Ahí se niega el pecado y en su lugar se recibe todo lo que simplemente es.

Este es el final de la jornada. Nos hemos referido a ese lugar como el mundo real. Sin embargo, hay una contradicción en esto, en el sentido de que las palabras implican la idea de una realidad limitada, una verdad parcial, un segmento del universo hecho realidad. Esto se debe a que el conocimiento no ataca a la percepción. Ambos se llevan sencillamente el uno ante el otro, y sólo uno de ellos continúa más allá de la puerta donde se encuentra la Unicidad. La salvación es una zona fronteriza donde los conceptos de lugar y tiempo, así como el de elegir tienen aún significado, si bien se puede ver que son temporales, que están fuera de lugar y que toda elección ya se ha llevado a cabo» (T.26.III.2, 3).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions80.htm#Q446

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html