(...) Bien, y ahora sigamos. Vamos al nuevo tema que planteas en tu último mail, sobre este símbolo de tu vecino. Estas cosas suceden a veces, pero lo importante no es la forma, sino el contenido. El contenido es siempre una de dos posibilidades: o sientes paz, o no la sientes.
Lo importante es que al perdonar, la irritación va disminuyendo conforme practicamos el perdón. El símbolo al que atribuíamos la causa de la irritación puede desaparecer o no, pero en caso de seguir apareciendo, ya no nos molesta (o cada vez menos, conforme seguimos practicando el perdón). El Espíritu Santo no actúa sobre el mundo, ya que el mundo no existe. Pero para ti, puede parecer que determinadas cosas cambian o que al menos dejan de afectarte, pues vas reconociendo que esas cosas no eran la causa de tu irritación, sino el efecto de tu falta de perdón. Al corregir la verdadera causa (la falta de perdón), el efecto (la irritación) desaparece. Esto es independiente de que el símbolo en la forma parezca cambiar o no, o parezca desaparecer o no.
En el Anexo del Curso titulado "El canto de la oración", se habla de la escalera de la oración, y se dice que conforme subimos por esa escalera nuestra oración se vuelve más elevada, más profunda, más cercana a la verdad. Todos los escalones de esa escalera tienen sentido, según en qué etapa nos encontremos. En los escalones iniciales le damos mucha importancia a los cambios o efectos en la forma, pero conforme vamos subiendo por la escalera de la oración (que es un sinónimo de la escalera de la iluminación, o del despertar) vamos reconociendo que la forma no tiene importancia, y nuestra conciencia va centrándose en el interior: nuestra sensación interior (que puede ser únicamente de dos tipos: paz o falta de paz). A medida que practicamos el perdón, lo que parezca suceder externamente pierde relevancia para nosotros, pues aprendemos a estar en paz pase lo que pase. Pero mientras llegamos a esa etapa, podemos percibir aparentes "guiños" en los cambios que parecen acontecer en las formas. No hay mundo de las formas realmente, pero puesto que la culpa interior nos hizo proyectar el aparente mundo de las formas (y entonces percibirlo), al perdonar algún aspecto de la culpa interior, eso también se refleja sobre la proyección y hay símbolos que si estaban ahí principalmente por un aspecto de la culpa que ya ha sido perdonado, entonces ese símbolo va a desaparecer. Pero lo importante es la paz interior, pues es la característica constante del perdón (el perdón siempre nos ayuda a despejar los obstáculos entre nosotros y nuestra paz interior, incluso si hemos puesto tantos obstáculos que de momento aún creemos no ser conscientes de esta paz).
Lo importante es la paz interior. Ten en cuenta que muchos símbolos que percibimos están muy mezclados, son en parte proyección de culpa y en parte proyección de nuestros intentos de amor/unión. Nosotros no sabemos lo que el Maestro interior sabe con exactitud: el sentido global de cada símbolo para todos los seres. Así que a veces, tras perdonar algo, el símbolo asociado podría desaparecer, y otras veces podría ser que no, siendo lo importante que en ambos casos ya no hay miedo o irritación (al menos no en la misma medida que cuando nos negábamos a perdonar).
Además, uno puede haber perdonado determinado símbolo, y aún así el símbolo seguir siendo útil para que a través de él siga expresándose más parte de la culpa inconsciente (más fragmentos del inconsciente "iceberg de la culpa"), y así ayudarnos a seguir perdonando la culpa inconsciente que no vemos directamente.
Se puede dar el caso de que incluso tras haberlo perdonado todo completamente (la iluminación), todavía haya determinados símbolos que se mantengan. Por ejemplo el cuerpo físico (que cuando deje de ser necesario, evidentemente también desaparecerá), que si el iluminado está destinado a seguir pareciendo estar vivo algún tiempo (sean días o años), puede serle útil para comunicarse con los demás, con quienes parecen estar dormidos dentro del sueño. Y no sólo puede mantenerse el cuerpo físico (idealmente con salud, por motivos de facilitar la comunicación), sino que a veces puede mantenerse también parte del programa que aparentemente estaba previsto para ese cuerpo antes de la iluminación (por ejemplo padecer una enfermedad como un cáncer, o ser crucificado, o tener un accidente que le deje paralítico o lo que sea). Todas esas programaciones se desvanecen sin llegar a ocurrir si carecen de utilidad. Y desde luego para la mente iluminada, carecen de utilidad. Pero tenemos los ejemplos de un Jesús crucificado, o de iluminados que murieron tras un cáncer, etc. En estos casos era en beneficio de otros, no de ellos mismos (pues ellos estaban ya despiertos). Los motivos pueden ser tan variados que no pueden ser enumerados, pero por ejemplo alguien puede sentirse inspirado al ver a un Jesús camino de la cruz sin el más mínimo miedo, o al ver a un iluminado traspasar alegremente un cáncer hasta que su cuerpo muere, sin sentir ni el más mínimo dolor físico ni el más mínimo desánimo (aunque el cuerpo parezca debilitado por la enfermedad, etc).
Para nosotros que no estamos iluminados y le damos más importancia a los símbolos, nuestra propia mente-correcta va sintonizando los símbolos que más nos inspirarán, e incluso puede parecer que cambian las formas para beneficiarnos (en casos en los que un iluminado no necesitaría ese tipo de "guiño" tan visual). Pero incluso en esos casos de cambios en la forma, lo verdaderamente importante es nuestra paz interior. Si nos olvidamos de la paz interior, creeremos que ahora nos sentimos bien debido a que las formas de nuestra vida son "pacíficas" o "agradables", y eso conducirá a que tarde o temprano, como las formas siempre siguen cambiando, las condiciones externas parezcan cambiar y de nuevo nos sintamos irritados o desorientados. Pero si nos centramos en la paz, estaremos en nuestro centro tranquilo, independientemente de los cambios del mundo: todas las cosas nos parecerán símbolos acordes con nuestra paz interior.
Un mismo acontecimiento puede asustar a una persona, enfadar a otra, y relajar e incluso alegrar a una tercera persona (un ejemplo muy simple: dos personas están viendo un partido de fútbol, uno de los equipos gana al otro, y de esas dos personas viendo el partido una se alegra y la otra se siente triste jejeje... o en un grupo de personas, de repente aparece otra persona, y unos se alegran y otros se incomodan: a unos les parece que quien llega es alguien simpático, y a otros les parece alguien fastidioso... según las percepciones de cada cual, así se sienten). Quien está en paz interior, aprende a estar en calma sea cual sea la apariencia del mundo. A fin de cuentas es solo un sueño/película, y en el fondo, todo lo que sucede incluso a nivel del mundo de la apariencia, todo-todo, es un reflejo de Dios, de nuestro único Amor (eso sí, el reflejo puede ser nítido —la percepción correcta— o ser un reflejo muy distorsionado —la percepción errada y separadora del ego). Y al igual que uno puede ver películas del tipo que sean (comedias, tragedias, incluso pelis de terror) y estar en paz porque sabe que es irreal, con el sueño/película del mundo podemos hacer igual: vivir lo que aparezca, pero estar en paz, reconociendo que lo externo es una apariencia, y que la culpa (o falta de paz) que a veces sentimos es otra apariencia, y que lo verdadero es la paz interior, que siempre está disponible para nosotros en nuestro propio interior.
Un abrazo :-)
((Fin del mail))
Hasta aquí es lo que escribí en el mail. Como resumen añadido para el post, se puede comentar lo siguiente:
En resumen: si bien en términos más profundos lo más riguroso sería decir que el Espíritu Santo (ni el perdón) no opera sobre el mundo porque el mundo no existe, a nivel más superficial, hablando en términos lineales más afines a nuestra experiencia práctica, se puede decir que por medio de la práctica del perdón se va borrando la "pizarra de la dualidad", y así todo el mundo dual va desapareciendo, y los símbolos que percibimos como nuestros problemas, también. Pero el orden en que va desapareciendo todo no lo elegimos nosotros como humanos, sino que se elige desde nuestra mentalidad-correcta (en otras palabras, está en manos del Espíritu Santo). Por lo tanto, nos conviene evitar la tentación de intentar usar el perdón como una especie de varita mágica para controlar el mundo según los caprichos de nuestro ego. Porque aunque podemos estar muy convencidos de que nuestro criterio es lo correcto, no siempre es así. Puede que incluso ante un caso de una enfermedad considerada por el ego como "grave", nuestro ego nos diga que lo adecuado es que esta enfermedad desaparezca, y a menudo esto puede ser correcto, pero otras veces puede ser mejor que la enfermedad continúe, por motivos que a nosotros humanamente se nos escapan. Incluso si el resultado final fuese el fallecimiento de nuestro cuerpo, a veces esto puede ser lo mejor, si esta vida ya ha sido bien aprovechada para el perdón y las siguientes lecciones de perdón van a corresponder mejor con el cuadro general del despertar global en una "siguiente vida" en la que encontraremos las personas idóneas para completar nuestras respectivas lecciones de perdón, etc.
Por eso, la recomendación es que no nos apeguemos a los resultados en la forma. Nuestro papel es simplemente practicar el perdón, dejando los resultados en manos del Espíritu Santo (la parte de nosotros que está siempre despierta y que sabe lo mejor para todos y conoce con exactitud el cuadro global del despertar). Podemos confiar en el Espíritu Santo. En términos lineales, nuestra experiencia será que al perdonar un asunto, el símbolo externo cambiará o desaparecerá si eso es lo más conveniente para todos, o puede que temporalmente se mantenga igual y sin cambiar, si es eso lo mejor para todos. En cualquiera de los dos casos, lo importante es que estaremos más en paz y nuestra sensación de sufrimiento disminuirá, tanto si el símbolo externo que antes nos preocupaba parece seguir estando presente como si no. En la práctica, el proceso del perdón es muy dulce y suave, y frecuentemente determinadas circunstancias que nos preocupaban se volatilizan repentinamente, pero lo importante sigue siendo siempre reconocer nuestra paz interior. Si hemos perdonado algo, la causa de ese conflicto ya ha sido sanada (el perdón siempre funciona). Si el símbolo al que atribuíamos la causa parece seguir presente, simplemente es que se está aprovechando ese mismo símbolo para que suba a nuestra conciencia más de la culpa que tenemos oculta en nuestra mente inconsciente, dándosenos así la oportunidad de tomar conciencia de esta culpa y seguir perdonando. Por otro lado, con nuestra práctica del perdón, el Espíritu Santo va borrando también de nuestro "guión de vida" innumerables acontecimientos desagradables que estaban programados para suceder en nuestra vida (y en otras de nuestras aparentes vidas: "vidas anteriores", "vidas futuras", "vidas paralelas", etc), y que sin embargo, al haber perdonado, ya no van a ser necesarios y no ocurrirán, aunque nosotros nunca lleguemos a darnos cuenta de qué cosas nos estamos librando, ya que al no llegar a suceder, excepto que tengamos el don de la videncia no sabremos que estaban programados para suceder hasta que finalmente han sido eliminados de nuestra mente sin necesidad de que esas circunstancias tomen forma. Con la práctica del perdón, cada vez nos resultará más fácil sentirnos en paz sean cuales sean las circunstancias en que parezcamos estar envueltos. Y cuando ya no quede nada de culpa, ya no habrá cabida para la más mínima gota de sufrimiento.
Relacionado con esto, pueden leerse las diversas metáforas de la sección de metáforas de este blog (ver en las etiquetas del blog: metáforas), por ejemplo, la breve pero inspiradora metáfora de la cebolla: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/09/la-metafora-de-la-cebolla-aplicada-al.html Y también, como de costumbre, para repasar este tipo de asuntos es siempre útil releer «La Desaparición del Universo», de Gary Renard, donde podemos ver abordados estos temas desde diversos ángulos diferentes, por ejemplo aplicándolo al tema económico, a la salud, a las relaciones, etc.
(Actualización): Y sobre este tema también pueden leerse los diversos comentarios de Kenneth Wapnick a preguntas relacionadas con esto, por ejemplo en el índice de preguntas&respuestas podeis mirar en el menú temático de más abajo (titulado: POR TEMAS) donde los temas están ordenados alfabéticamente, y sopesar las preguntas de la sección titulada Magia, o mejor todavía, un poco más abajo la sección titulada "Milagros" físicos. Esto será especialmente útil cuando estén posteadas todas esas preguntas&respuestas. Las que son sobre este tema estarán posteadas probablemente este mismo mes de marzo, al menos la mayoría; y en cualquier caso, todas las preguntas que encontré interesantes de traducir estarán posteadas como muy tarde el 1 de julio, que es cuando está programada la publicación de la última de ellas, a razón de una o a veces dos por día.
Saludos
Toni, yo quisiera confiar más de lo que confío en el Espíritu Santo... ¿Cómo puedo incrementar esa confianza?
ResponderEliminarUn abrazo.
Codorníu
Lo fácil sería decir "suéltalo todo" (incluidas las dudas), "y entonces la confianza estará ahí por sí sola". Pero, ¿y si uno cree o siente que no puede soltar? Para eso están las prácticas espirituales. En el caso de UCDM, la práctica principal es el proceso del perdón. La confianza va aumentando con la práctica. Incluso podría decirse que todo UCDM está destinado a eso: al desarrollo de la confianza. En el Manual para el maestro, se habla de las 6 etapas del desarrollo de la confianza (M.4.I), y esas etapas son un sinónimo de las etapas del proceso del despertar (en UCDM no se plantean como etapas "escritas en piedra", sino que se dan más bien como indicaciones orientativas).
ResponderEliminarAsí que el desarrollo de la confianza es un proceso. El perdón es una de las herramientas (la principal que ofrece UCDM) para deshacer el miedo/culpa y desarrollar la confianza. A medida que practicamos el perdón (o la práctica espiritual que cada uno esté siguiendo), la confianza va aumentando. Cuando la confianza se vuelve muy alta, todo se vuelve fácil. Cuando la confianza llega al 100%, podríamos decir que eso ya ni siquiera es confianza, sino más bien certeza y equivale a la iluminación. (La certeza no es meramente "confianza aumentada", sino que está en otro plano completamente distinto: es conocimiento no-dual).
Así que, al igual que nuestra confianza para caminar o para montar en bicicleta aumenta conforme empezamos a aprender y a practicar el caminar y el ir en bici, con lo demás sucede de manera semejante: con la práctica, llega la confianza.
Hay un post dedicado precisamente a este tema:
http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/10/las-6-etapas-del-desarrollo-de-la.html
Son indicaciones orientativas, no hay que "intelectualizarlo", de hecho basta con saber que la clave es perdonar, y seguir practicando el perdón. Porque el perdón resuelve todos nuestros problemas:
«El perdón es la llave de la felicidad» (L.121) (Lo mismo sería decir "confianza", en vez de "felicidad".
En realidad todos los problemas son un único problema (la creencia en la ilusoria separación), y ya está resuelto: el perdón es lo que nos permite saberlo por experiencia propia.
Así que la clave, en la práctica recomendada por UCDM, es simplemente seguir practicando el perdón, usando la confianza que tengamos, por poca que sea, pues aumentará.
No importa que en los comienzos sintamos que estamos practicando sin creer en el proceso, o sin confianza. Si estamos practicando el perdón, eso significa que tenemos al menos confianza suficiente para practicar. No se necesita más. Como dice el Curso (con respecto a la práctica del Libro de ejercicios, pero vale para la práctica de los principios del Curso en general):
«Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. Nada de eso importa. Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad.
Recuerda solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más» (L.introd.8-9) (Son los dos últimos párrafos de la introducción al Libro de ejercicios)
Un abrazo
Muy claro!!
ResponderEliminarGracias mil.
Un abrazo.
Codorníu
Gracias infinitas por tu dedicación!!! Siento paz cuando te leo.
ResponderEliminarGracias a ti por pasar por aquí. La paz que sientes al leer, como la paz que sentimos todos en cualquier momento, nos indica que la paz está realmente dentro de nosotros (no depende de un evento externo) y el proceso del perdón nos ayuda a ser cada vez más conscientes de esta paz que siempre está disponible para todos. Un abrazo :-)
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