martes, 14 de junio de 2016

Facimoutreach P-216

¿Por qué es tan frágil cualquier felicidad producida por el Curso?

P-216: Durante los 12 años que llevo como estudiante de Un Curso de Milagros he observado un patrón muy perturbador/molesto. Alcanzo un estado temporal de ser —que he anhelado—, experimentando auténtica felicidad, ausencia de dolor, una sensación maravillosa de conexión. Entonces en algún momento sucede algo muy diminuto y de repente experimento ser invadido. Antes de darme cuenta, toda esa felicidad y sentido de equilibrio y de amor han desaparecido completamente. La culpa que sigue a eso es más perturbadora/molesta, y regresar al estado mental anterior se vuelve imposible, lo que produce un sentimiendo de profunda pérdida. Parezco fluir a estados mentales ya sea de intensa o de suave luz, para después caer repentinamente en la oscuridad. Incluso la oscuridad emite rayos de luz. Todo este patrón es como viajar a través de una serie de experiencias que no pueden explicarse en términos del mundo: desde lo negro a lo claro y volver a lo negro. Sin embargo, el efecto que me producen estas experiencias es perder el respeto por mí mismo y por los demás, ya que mi actitud parece oscilar entre puntos diametralmente opuestos de la "brújula". Así que mi pregunta es: si la bondad que creo experimentar puede ser pinchada y desaparecer con tanta facilidad, ¿cuán real es, en realidad?

Respuesta: El patrón que describes no es realmente algo inusual, aunque la forma concreta que adopta puede ser de algún modo única para ti. Antes de que aceptemos la Expiación para nosotros mismos (T.2.V.4.4; T.9.VII.2; T.14.III.10.1-2), continuaremos alternando entre nuestra mente-correcta y nuestra mente-errada. El verdadero problema no son las oscilaciones ((literalmente dice "vacillations", o sea, "vacilaciones", o indecisiones, titubeos, etc, lo cual es interesante señalar, pues así se enfatiza que en el fondo se trata de una decisión)) que experimentas, sino los juicios que haces de ellas. Ciertamente esos cambios pueden experimentarse como molestos/perturbadores, sobre todo mientras te ves a ti mismo como si estuvieras a merced de esos regresos a la oscuridad. Lo que será útil que reconozcas, incluso si al principio sólo lo reconoces a nivel intelectual, es que es tu propio miedo a la luz, a la paz y a la felicidad lo que te sumerge de nuevo en la oscuridad. Jesús es consciente de que esto nos va a suceder a todos nosotros, señalando que «según se aproxime la luz te lanzarás a la obscuridad huyendo de la verdad, refugiándote algunas veces en cosas menos temibles, y otras, en el terror más absoluto» (T.18.III.2.1). Enterrada profundamente en tu inconsciente, hay una decisión que tú mismo estás tomando de invitar a que "algo muy diminuto" entre e interrumpa tu experiencia de la felicidad. Pues si te permites a ti mismo proseguir con esa experiencia indefinidamente, todos los límites o fronteras en torno al ser que crees que eres se disolverán y ya no te identificarás más con ese ser. Y esa "pérdida" de ser ((esa "pérdida" de ser "yo", podríamos decir, pues se refiere al ser individual)) es aterradora para cualquier mente que se identifique con el ego. El miedo, el juicio y la culpa son los antídotos preferidos del ego para combatir las experiencias de paz y amor, pues ellos refuerzan tu identificación con el ser separado. Al fin y al cabo, sólo un ser separado, con sus límites auto-impuestos, puede experimentar la sensación de "ser invadido".

Una clave en todo esto es reconocer que el estado de felicidad no es algo que tú necesites "lograr", y que tu anhelo de él lo único que hace es negar el poder de tu propia mente para elegir contra él. Si puedes pedir ayuda para descubrir tu propio miedo a la luz, y empezar a observar tus vacilaciones/oscilaciones sin hacer juicios, sin imponerles las etiquetas de "deseable" o de "indeseable" (pues todas las polaridades provienen del sistema de pensamiento —basado en los opuestos— del ego), el poder que estas experiencias negativas parecen tener sobre ti empezará a disminuir.

A medida que recorremos el camino del perdón, nos permitiremos a nosotros mismos tener vislumbres de la verdadera felicidad inmutable, la cual llega sólo ((de manera definitiva)) al final de nuestro viaje. Pero sólo cuando sepamos verdaderamente que no somos el ser que creemos que somos, sólo cuando sepamos que no estamos en este mundo y que por lo tanto no podemos ser sus víctimas, estaremos abiertos a la auténtica felicidad que nunca cambia y a la auténtica paz que no puede ser perturbada jamás.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions42.htm#Q216

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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