viernes, 3 de junio de 2016

Facimoutreach P-267

Si el miedo nunca está justificado, ¿entonces las personas no deberían sentir miedo en situaciones aterradoras?

P-267: Estoy en la lección 240 del Libro de ejercicios de Un Curso de Milagros. Lo voy a expresar con mis palabras: dice que el miedo no está justificado en ningún caso, nunca. Me pregunto sobre las personas que volaban en los aviones del 11-S, siendo conscientes de que iban camino de estrellarse contra las torres. ¿No podrían ellos sentir miedo o pánico de alguna manera?

Respuesta: Sí, claro que sí. Sería extraño si no sintieran miedo o pánico en una situación así. Decir que el miedo nunca está justificado no es lo mismo que decir que no deberíamos sentir miedo. De manera similar, Jesús dice que la ira nunca está justificada (T.6.I.4), y que nunca está justificado que nos percibamos como tratados injustamente (T.26.X.3-4). La esencia de su suave enseñanza es que cuando nos demos cuenta de que estamos sintiendo miedo —por quedarnos con tu ejemplo— no deberíamos tratar de justificarlo atribuyéndolo a algo externo como su causa, a pesar de que esa sea nuestra experiencia. A medida que practicamos nuestras lecciones de perdón durante un periodo de muchos años, nos sentiremos más cómodos de reconocer que el miedo proviene siempre de la identificación con el ego, independientemente de lo que esté pasando externamente. Cuando nuestras mentes se curan —cuando dejamos ir al ego completamente— no volveremos nunca más a experimentarnos como vulnerables o en peligro, porque habremos percibido correctamente al cuerpo —simplemente como la proyección de un pensamiento de culpa y miedo en nuestras mentes. Sabremos que somos tal como Dios nos creó y que nada puede alterar esa Identidad. Estas ideas se encuentran también en la lección 160: «Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí».

Así que cuando Jesús dice en la lección 240 que "el miedo es un autoengaño", él está hablando desde la perspectiva de una mente sanada. Cuando verdaderamente sepamos y aceptemos que "ni una sola cosa en este mundo es verdad", nunca volveremos a tener miedo y ni siquiera nos sentiremos molestos, con independencia de las circunstancias. Éste es un proceso lento y suave que comienza simplemente cuando decimos las palabras que hemos leído en el Curso, «que luego se aceptan en parte como ciertas, pero con muchas reservas. Más tarde se consideran cada vez más seriamente y finalmente se aceptan como la verdad» (L.284.1.5-6).

Por último, puede ser reconfortante recordar que Helen Schucman experimentó un miedo intenso mucho tiempo después de haber escrito el Curso. Uno de estos episodios en particular condujo al sublimemente bello e instructivo poema en prosa, "Los regalos de Dios", el cual aparece como la pieza final de la colección de poemas que Helen publicó también bajo el título de "Los regalos de Dios". Este poema fue en realidad un mensaje especial de Jesús para ayudar a Helen con su miedo (ver "Ausencia de Felicidad", páginas 443-446, para una descripción detallada de las circunstancias que rodearon a este mensaje). Jesús no le dice a Helen en ninguna parte de ese poema que ella haya fallado de ninguna manera por estar sintiendo tanto miedo. Fue uno de los materiales más inspiradores y emotivos que Helen recibió de Jesús —y lo que Jesús le dijo a ella se aplica también a todos nosotros—, con Jesús ayudándola a que ella entendiera la verdadera naturaleza de su miedo y cómo superarlo.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions50.htm#Q267

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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