Facimoutreach P-130

¿Qué diferencia hay entre la "verdadera empatía" y la "falsa empatía"?

P-130: ¿En qué consiste la "verdadera empatía", en contraposición con la "falsa empatía"? ¿Y cómo se puede practicar la "verdadera empatía"?

Respuesta: La "verdadera empatía" descrita en Un Curso de Milagros consiste en percibir la verdadera necesidad que hay en todas las partes de la Filiación separada, que es la necesidad de sanar la idea de la separación en la mente, sin importar la forma que adopte. La verdadera empatía consiste en ver el problema donde está, que es en la mente. Es una aplicación de uno de los principios básicos del Curso: «Las ideas no abandonan su fuente, y sus efectos sólo dan la impresión de estar separados de ellas. Las ideas pertenecen al ámbito de la mente. Lo que se proyecta y parece ser externo a la mente, no se encuentra fuera en absoluto, sino que es un efecto de lo que está dentro y no ha abandonado su fuente» (T.26.VII.4.7-9). Esto significa ver más allá de las circunstancias de la situación que parece ser el problema —enfermedad, cualquier clase de escasez, trastornos psicológicos o emocionales, catástrofes naturales, etc.— y reconocer que ninguna de ellas tiene el más mínimo efecto sobre el verdadero Ser. Las circunstancias no tienen el poder de quitarnos la paz, y la solución reside en la capacidad del individuo para reconocer esto también él, y tomar una decisión a favor de la paz en lugar de la aflicción. La verdadera empatía proviene de una decisión tomada en la mente de mirar con la percepción verdadera del Espíritu Santo, y así ver sólo una expresión de amor o una petición de amor (T.14.X.7). La respuesta, entonces, es dejar que fluya el amor del Espíritu Santo hacia la persona "necesitada", de cualquier forma que sea lo más útil y amorosa. Por lo general, lo más probable es que nuestra ayuda no consista en decirles a las personas verbalmente que han tomado una decisión errónea y que pueden elegir de nuevo, pues una actitud así frecuentemente podría ser un ataque por nuestra parte, y por consiguiente podría incrementar el miedo y la ansiedad en las personas en lugar de ayudarlas. Una vez que hemos tomado la decisión de ver con el Espíritu Santo y de no creer la interpretación que da el ego de la situación, la respuesta concreta fluye de manera natural. La intención es unirnos con la otra persona en el nivel de la mente, que es donde descansa la respuesta al problema. Esto no nos impide ayudar a alguien a encontrar soluciones concretas o ayudas externas para afrontar el problema, pero el contenido de la mente —la percepción verdadera del Espíritu Santo— estará claro. La verdadera causa y la verdadera solución radican en el poder de la mente para elegir.

La "falsa empatía" es la percepción del ego basada en la victimización. El ego ve una víctima que está siendo atacada por alguna fuerza externa —ya se trate de una enfermedad, de otra persona o de algún evento catastrófico—  y cree que esa persona/víctima tiene necesidad de una solución externa que resuelva el problema. La falsa empatía puede ser el motivo de que algunas personas se vean a sí mismas como "héroes" o "rescatadores" que son capaces de prestar ayuda a la víctima para resolver su aprieto, sin tomar conciencia de la decisión de la mente. Desde esta perspectiva, las dos personas están de acuerdo en que hay una víctima y un agresor, y que se puede encontrar una solución externa a la mente. Es un acuerdo establecido desde la locura. El Curso deja claro que esa falsa empatía es realmente un ataque porque niega el poder de la mente. Así no sólo no se resolverá el problema, sino que de hecho se funciona de tal manera que el problema se agrava porque se refuerza la separación: «La prueba más clara de que la empatía, tal como el ego la usa, es destructiva, reside en el hecho de que sólo se aplica a un determinado tipo de problemas y a ciertos individuos. Él mismo los selecciona y se une a ellos. Pero nunca se une a nada, excepto para fortalecerse a sí mismo» (T.16.I.2.1-3).

Una clara señal para reconocer la falsa empatía es cuando se hace una distinción según la cual hay personas que son merecedoras de ayuda o de apoyo, mientras que otras quedan excluidas porque no merecen ayuda. Esto es especialmente cierto cuando aquellos que son excluidos son identificados como los "agresores" que no sólo no son dignos de simpatía sino que merecen algún tipo de castigo. Cuando nos descubrimos dividiendo el mundo entre víctimas y agresores, como cuando ocurre un desastre, tenemos la oportunidad de hacernos a un lado separándonos de la interpretación inicial del ego, y entonces considerar lo que el Curso nos dice: «Tú no sabes lo que es la empatía. Pero de esto puedes estar seguro: sólo con que te sentases calmadamente y permitieses que el Espíritu Santo se relacionase a través de ti, sentirías empatía por la fortaleza, y, de este modo, tu fortaleza aumentaría, y no tu debilidad» (T.16.I.2.6-7). Nuestra práctica de la verdadera empatía comienza con el reconocimiento de nuestra falsa empatía y de nuestra habitual confusión entre causa y efecto. Ese es el motivo de que no sepamos "lo que es la empatía". Una vez que somos honestos sobre nuestras percepciones erróneas, empieza a revelarse la auténtica medida de nuestra creencia en el sistema de pensamiento del ego. Este reconocimiento, junto con el cuestionamiento de la validez de la interpretación del ego, permitirá que nuestra percepción cambie gradualmente y que nuestra respuesta sea transformada por el Espíritu Santo. Su verdadera empatía satisfará entonces nuestra auténtica necesidad, y la auténtica necesidad de todos, que consiste en la sanación de la mente. Esta es la verdadera respuesta al verdadero problema.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions27.htm#Q130

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html