sábado, 7 de mayo de 2016

Facimoutreach P-990

Cuanto más profundamente me adentro en el Curso, menos me siento en contacto con Dios

P-990: Me parece que cuanto más profundamente me adentro en Un Curso de Milagros, menos en contacto me siento con Dios. Aquí mi ego ha atrapado a mi espíritu en un cuerpo y paso mi vida eligiendo entre las reacciones de mi yo-superior y de mi yo-inferior ante las acciones de unos supuestos "otros", mientras que Dios es felizmente inconsciente de lo que yo creo que es mi existencia. Así que Dios se convierte cada vez más para mí en un concepto amorfo y teórico. Hay incluso veces en las que he considerado la idea de que Dios no existe. Lo que me mantiene en marcha es que no se me ocurre cómo podría el Curso proceder de alguien de este mundo. Tampoco puedo encontrar una mejor explicación para la locura de este mundo o "existencia", ni un camino mejor que el Curso para lidiar con ella. Parte de mí sabe que todo esto podría ser simplemente una enorme —y lo deseo desesperadamente— defensa del ego para evitar que me interne en mi recorrido con el Curso. ¿Tienes alguna idea sobre esta paradoja y sobre cuál sería la mejor forma de hacerle frente?

Respuesta: Aunque dolorosa, la sensación de que te sientes cada vez menos en contacto con Dios es una etapa normal, e incluso crucial, del trabajo con el Curso. Al fin y al cabo, el Curso nos está diciendo que el Dios con el que la mayoría de nosotros crecimos no existe. A diferencia del Dios de la Biblia, el Dios del Curso «no sabe nada de la separación» [es decir, de este mundo] (Psicoterapia; propósito, proceso y práctica) (P.2.VII.1.11). No obstante, por fortuna, el mensaje de Jesús no se acaba ahí. Su verdadero objetivo es ayudarnos a entender que «no hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado» (L.132.12.4). Permanecemos como una «Unidad unida cual Una sola (...) en el hogar en Dios, soñando con el exilio» (T.25.I.7.1; T.10.I.2.1). Por lo tanto, Dios no es inconsciente de nosotros porque Él sea ignorante o indiferente. Él no sabe de nosotros porque nosotros —como los seres separados que creemos que somos— no existimos. Este es nuestro sueño, no el Suyo.

A pesar de su lenguaje cristiano, en el que se alude a Dios como un ser que tiene pensamientos y sentimientos, el mensaje subyacente del Curso es que Dios no es un ser, y nosotros tampoco lo somos. Para nuestra mente dormida, bajo la tutela del ego, este concepto es incomprensible y al mismo tiempo muy amenazador. Así que el ego actúa rápidamente para aniquilar esta amenaza y mantenernos bajo su control. El ego tergiversa el mensaje del Curso que potencialmente puede cambiar nuestra mente, y lo distorsiona diciéndonos: "¡Lo ves!, pensaste que Dios estaba enfadado contigo. Pero es incluso peor que eso. ¡Ni siquiera le importas en absoluto!". Esta defensa nos permite continuar firmemente enraizados en este sueño, con nuestra conflictiva mentalidad de "uno-o-el-otro" perfectamente intacta.

Sin embargo, tal como has afirmado en tu pregunta, hay una parte de nuestra mente que reconoce una presencia amorosa en el Curso, la cual difícilmente podría provenir del sistema de pensamiento de este mundo. Y parte de nosotros sabe que si reconocemos algo, tiene que estar dentro de nosotros. Captamos —quizá débilmente en ocasiones— que hay algo dentro de nosotros a lo cual anhelamos regresar. Pero Jesús sabe que aunque anhelamos desesperadamente sentir el Amor todo-abarcador de Dios, no podemos entenderlo o darle sentido desde dentro de este sueño. Así que Jesús no intenta enseñarnos lo que Dios es, o lo que Su Amor es. En vez de eso, él se centra en enseñarnos lo que ellos no son.

Jesús no nos pide que creamos en Dios. Más bien se esfuerza por ayudarnos a llegar poco a poco a conocer a Dios al permitir que el perdón tome el lugar de todas las ilusiones de culpa que bloquean nuestra conciencia de Su Amor. Quizás el mejor resumen de este punto de vista de Jesús viene en el Anexo "Psicoterapia: propósito, proceso y práctica". En el siguiente pasaje, Jesús se refiere concretamente a la psicoterapia. Pero lo que dice revela su punto de vista sobre la totalidad del viaje espiritual que él nos pide que recorramos. «Sería injusto en verdad que se tuviera que creer en Dios (...). Creer en Dios no es realmente un concepto significativo, puesto que a Dios sólo puede conocérsele. Creer implica que es igualmente posible no creer, mas el conocimiento de Dios no tiene opuestos. No conocer a Dios es no tener conocimiento, y es a esto a lo que conduce toda falta de perdón. Y sin conocimiento, uno sólo puede tener creencias» (P.2.II.4.3-7).

Así que, afortunadamente, los pensamientos conflictivos sobre la existencia de Dios, y la confusión sobre lo que es Dios, no son ni defectos personales ni impedimentos para nuestro progreso como estudiantes del Curso. El mejor enfoque es simplemente verlos hacer su inevitable aparición a medida que proseguimos con nuestro viaje de cuestionar cada uno de los valores que estamos manteniendo (T.24.introd.2.1).

Para una discusión relacionada sobre la naturaleza de Dios de acuerdo con Un Curso de Milagros, puede verse la pregunta P-625.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions201.htm#Q990

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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