martes, 31 de mayo de 2016

Facimoutreach P-229

Si sólo la salvación puede curar, ¿sigo necesitando mis medicinas?

P-229: Me siento confusa por un pasaje de la lección 140 de Un Curso de Milagros: "La salvación es lo único que cura". Ahí se dice que: «Así pues, dejamos a un lado nuestros amuletos, nuestros talismanes y medicamentos, (...). Sencillamente permaneceremos en perfecta quietud a la escucha de la Voz de la curación, la cual curará todos los males como si de uno solo se tratase (...)» ((L.140.10.1-2)). Opino que nosotros mismos creamos nuestra propia enfermedad. He tenido hipotiroidismo durante los últimos 24 años más o menos, y también he sido diagnosticada con depresión. Creo con fe absoluta en Dios y en Su verdad. ¿Dejo de tomar mis medicaciones? Me doy cuenta de que tengo un miedo subyacente a las posibles consecuencias de no tratar el hipotiroidismo. ¿Puede mi fe eliminar estas condiciones? ¿Esta lección está refiriéndose a la curación física, a la espiritual, o a cuál? Me siento muy perdida sobre esto.

Respuesta: Por favor, no dejes de tomar tus medicamentos. Ese no es el objetivo de esta lección del Libro de ejercicios. Jesús nunca nos pediría que renunciemos a ninguna cosa del mundo de la forma que aún parezca ayudarnos a sentirnos mejor, que controle nuestros síntomas corporales y reduzca nuestro dolor y nuestro miedo (T.2.IV.4.5-10; 5). Él sólo está tratando de llevarnos a mirar más allá de nuestras suposiciones tácitas sobre la enfermedad y la curación.

En concreto, el propósito de esta lección es ayudarnos a empezar a entender que no es el cuerpo el que está enfermo o el que debería ser nuestro foco de atención para la curación. En vez de eso, la que realmente está enferma y necesita curación es la mente que cree que la separación y la culpa son reales. Esa es la idea que subyace a las líneas que dicen: «La Expiación no cura al enfermo, pues eso no es curación. Pero sí elimina la culpabilidad que hacía posible la enfermedad. Y eso es ciertamente curación» (L.140.4.4-6). Y más adelante en esa misma lección: «No tratemos hoy de curar lo que no puede enfermar [el cuerpo]. La curación se tiene que buscar allí donde se encuentra [en la mente], y entonces aplicarse a lo que está enfermo [la mente] para que se pueda curar [la mente]» (L.140.7.1-2). Esta idea se expresa con gran claridad en el Texto: «El cuerpo no tiene necesidad de curación. Pero la mente que cree ser un cuerpo, ciertamente está enferma» (T.25.introd.3.1-2).

Esta lección no intenta provocar ningún cambio en nuestra conducta, como por ejemplo sería dejar de tomar nuestros medicamentos. En vez de eso, se nos invita a abrirnos a un modo diferente de pensar sobre qué es lo que está enfermo y por qué. Y una vez que empecemos a aceptar que la enfermedad está en la mente y que proviene de nuestra creencia inconsciente pero ilusoria en la culpa —la culpa por creer que nos hemos separado de nuestra Fuente y que al hacer eso hemos atacado a la Fuente— podemos entonces comenzar a entender que la curación consiste simplemente en el proceso de deshacer estas creencias —a lo que el Curso se refiere como el perdón. Así que continúa tomando tus medicamentos, pero al mismo tiempo, invita a Jesús a que mire junto contigo la culpa de tu mente, la cual te ha llevado a creer no sólo que eres un cuerpo, sino que además mereces sufrir. Jesús no acepta ninguna de estas creencias sobre ti, pero tú aún sigues aceptándolas, así que necesitas su guía.

Como aclaración, el significado que el Curso le da al término "fe" es diferente al que se le da tradicionalmente, como por ejemplo cuando se habla de curación por la fe. Dios no cura nuestra enfermedad —el Curso no nos está pidiendo que pongamos nuestra fe en Dios para que Él nos quite nuestra enfermedad y nuestro dolor. Por fe, el Curso se refiere a la lealtad que le guardamos al ego o al Espíritu Santo como guía de nuestro pensamiento, con el inevitable resultado que sigue a poner nuestra fe en uno de estos dos maestros o en el otro (T.13.IX.2.3-6). Pon tu fe en la interpretación que el ego hace de ti misma y de los demás y estarás garantizándote experimentar culpa, miedo, dolor, enfermedad y muerte. Pon tu fe en la interpretación del Espíritu Santo y estarás garantizándote paz, amor, alegría y vida. Y poner tu fe en el Espíritu Santo significa que estás dispuesta a sustituir el juicio y el ataque (que haces contra ti misma y contra otros) por el bálsamo sanador del perdón.

Para ver algunas discusiones relacionadas con la curación y la enfermedad, pueden leerse también las preguntas P-57, P-128 y P-142.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions44.htm#Q229

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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