martes, 10 de mayo de 2016

Facimoutreach P-251

¿A qué se refiere "una aceleración celestial"?

P-251: Siendo las circunstancias del mundo las que son, me viene a la memoria una sección del libro de Robert Skutch, "Viaje sin distancia", con respecto a Helen preguntándole a Jesús para qué era Un Curso de Milagros, y la respuesta que recibió: «La situación mundial está empeorando a un paso alarmante. Personas de todo el mundo están siendo llamadas para ayudar y están haciendo sus contribuciones individuales como parte de un plan global previamente dispuesto. Debido a la aguda emergencia, el habitualmente lento y gradual proceso de desarrollo espiritual está siendo saltado en lo que podría llamarse una "aceleración celestial". Helen podía sentir la urgencia que había detrás de esta "explicación", y sentía intensamente que lo que se le estaba transmitiendo era que el tiempo se estaba acabando». ¿Qué significa eso exactamente? ¿Qué es lo peor que podría pasar? Incluso si destruyésemos a todas las criaturas vivientes del planeta, ¿no seguiríamos vivos en espíritu? ¿Hay realmente algo de lo que preocuparse?

Respuesta: En primer lugar, una aclaración sobre la "aceleración celestial". Eso fue la experiencia personal de Helen; fue para ella una forma de entender las experiencias inquietantes que estaban sucediendo en su vida por aquel entonces (1965), sin que aumentara el miedo que ya había presente. Ella aún no se había cruzado con la teoría del tiempo como algo totalmente ilusorio, que es algo que Jesús le explicaría mucho más tarde; eso habría sido demasiado molesto para ella en aquellos primeros meses. Así que el contenido del mensaje de Jesús fue expresado en una forma que era significativa para Helen y con la cual ella estaba relativamente cómoda. Lo más probable es que Helen no lo hubiera expresado de esa forma años más tarde, una vez que ella hubiera visto el cuadro completo. Muchos estudiantes, al olvidarse de esta distinción entre forma y contenido, han acabado tomando literalmente la explicación de Helen sobre la "aceleración celestial". Cuando al debatir este tema ponemos de relieve la irrealidad del tiempo, resulta obvio que no puede haber literalmente una necesidad de acelerar las cosas. La situación en el mundo puede empeorar y ser motivo de preocupación sólo si el mundo es real, y si el tiempo es también real y lineal. (Ver Ausencia de felicidad: La historia de Helen Schucman, la escriba de Un Curso de Milagros, páginas 512 y 513).

En segundo lugar, cualquier tipo de destrucción solamente puede emanar desde el sistema de pensamiento del ego. El hecho de que el planeta Tierra dejara de existir no significa que regresaríamos a nuestra verdadera Identidad como espíritu. El dolor de nuestras mentes torturadas con el odio contra nosotros mismos no desaparecería simplemente porque el planeta haya estallado. Si nosotros («¿Quién es el "tú" que vive en este mundo?» [T.4.II.11.8]) destruyésemos el planeta, podríamos seguir muy "vivos", pero inmersos en la culpa de nuestras mentes erradas, no en la inocencia y pureza del Espíritu, como Cristo. Todavía estaríamos atrapados en el sueño del pecado, la culpa y el miedo, y en sus proyecciones. En otras palabras, estaríamos percibiendo un planeta destruido, y entonces nuestra culpa, la cual no hemos soltado, se manifestaría de alguna otra forma.

Entender que el mundo no es real y que no somos nuestros cuerpos es un paso en la dirección correcta —un paso importante; pero nuestra sanación todavía no se ha completado. Es muy reconfortante tener la seguridad de que el mundo y los cuerpos no son reales, porque así ya no tendremos miedo de que el fin del planeta sea el fin de "nosotros". Afortunadamente ese aspecto de nuestro miedo se calma, lo cual nos libera para pasar a la siguiente etapa, que es experimentarnos como mentes tomadoras-de-decisiones que están constantemente eligiendo identificarse ya sea con el sistema de pensamiento del ego o con el del Espíritu Santo.

Tenemos que ver la inversión que hacemos en defender el propósito que tiene nuestra creencia en el pecado, la culpa y el miedo. En última instancia tenemos que alcanzar el nivel de estar dispuestos a desprendernos de todo sentido de individualidad, conciencia y especialismo antes de que regresemos a nuestra existencia como espíritu. La etapa intermedia, no obstante, es la conciencia de mentalidad correcta de que somos los soñadores del sueño. Esta es la etapa en la que elegimos de manera consistente ((con mucha constancia; sistemáticamente)) percibirlo todo "por encima del campo de batalla", llenos de confianza de que toda destrucción y sufrimiento, todo placer y excitación, no son más que el resultado de una mente que sueña haberse separado de la Unidad del Cielo.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions47.htm#Q251

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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