¿Debo juzgar a quienes afirman estar "iluminados"?
P-654: Hace poco pasé seis semanas con un hombre que se describe a sí mismo como un ser iluminado. Vi en él una oscilación entre la pequeñez (el deseo por las cosas mundanas, poder, prosperidad y prestigio) y la grandiosidad (él creía en su imagen casi constante), realzando palabras repetitivas sobre sí mismo en cuanto a cómo experimentaba el estar iluminado (a qué se parecía estar iluminado). He reflexionado desde entonces sobre si yo tenía la responsabilidad de ayudar a otros que estaban allí a que vieran lo que a mí me parecía como una actividad de reclutamiento muy efectiva para formar una secta. Pero posiblemente fui útil simplemente por mantener de manera constante el punto de vista de que tanto él como yo somos simplemente y por igual seres humanos valiosos.
Después de esta aventura me topé con una oración de Thomas Merton que empieza: "No puedo saber, Padre, si estoy haciendo tu voluntad". Mi alegría es vacilante (provisional) y se basa en la posibilidad de que simplemente por ser yo mismo, por ser auténtico, se muestra que estoy alineado con el Espíritu Santo (la verdad de que todos tenemos el mismo valor) y que he hecho la Voluntad de mi Padre y he sido útil. Cuando repaso mentalmente lo sucedido, puedo ver que mi ego se entrometió claramente tratando de ayudar, de una manera deliberada, a que mis acciones fueran más bien como un intento equivocado (guiado por la percepción errónea del ego) de rescatar a los demás. En ningún momento discutí fuertemente contra la magia que veía a mi alrededor, sino que simplemente me di cuenta de que esas personas estaban inmersas en ese sistema de pensamiento que no puede tener sentido. ((Sobre el lenguaje que se utiliza en esta pregunta, evidentemente las palabras han de entenderse en un sentido "ucedemiano"; por ejemplo, cuando en la última frase habla de "la magia", se refiere a las tendencias basadas en el ego (actitudes ilusorias o egoicas, especialismo, etc.), y cuando en el párrafo anterior se habla de "pequeñez" y de "grandiosidad", se refiere al modo en que se usan esas dos palabras en UCDM, concretamente en la sección T.9.VIII))
Respuesta: Tal vez una de las lecciones más difíciles que Jesús trata de enseñarnos en su Curso es que él no está para nada interesado en nuestras palabras y acciones —ni en las de cualquier otra persona— sino que sólo se interesa por nuestros pensamientos (Ver la pregunta P-637-(2) para un comentario más a fondo de este importante tema), así que ahí es también donde él quiere que nos enfoquemos. Una excelente estratagema del ego es hacer que nos calentemos la cabeza pensando sobre si nuestra acción o inacción en una situación en particular la hemos hecho basándonos en el ego o guiados por el Espíritu Santo.
Ahora bien, lo que cuentas suena como que tú te hubieras comportado admirablemente en circunstancias difíciles y desafiantes. Sin embargo, Un Curso de Milagros nos invita siempre a que nos centremos en cuán bien somos capaces de reconocer las circunstancias externas como una pantalla en la que se proyectan los pensamientos de separación y culpa no sanados que hay en el interior de nuestras mentes —pensamientos de sentimientos de juicio, irritación, fastidio, actitud defensiva, ira, etc., independientemente de si actuamos en base a ellos o no. Y una de las maneras de medir si hemos tenido éxito en reconocer y soltar nuestros propios pensamientos egoicos es que lleguemos a un reconocimiento de los intereses compartidos —en vez de separados— con todos nuestros hermanos, a pesar de todas las diferencias a nivel de la forma. En última instancia, esto significa reconocer nuestra igualdad con cada uno de los demás, no como seres humanos (pues como seres humanos somos muy diferentes unos de otros de muy diversas maneras, con diferentes, talentos, habilidades y limitaciones) sino como mentes que están todas entrampadas en la ilusión del ego, compartiendo la misma necesidad de ser liberadas del dolor de la creencia en la separación y de despertar.
Esto no es hacer ningún juicio, de una manera u otra, sobre la validez de tus observaciones de lo que percibiste como una actividad tipo-secta, ni tampoco es justificar nada de lo que cualquiera de aquellas personas pudieran estar haciendo. Es sólo que Jesús nos advierte que «analizar los motivos de otros es peligroso» (T.12.I.1.6) debido a que «nunca se hace sin la participación de tu propio ego. Todo el proceso no es sino un intento inequívoco de demostrar que tienes la capacidad de comprender lo que percibes» (T.12.I.2.1-2).
Así que la única manera de estar seguros de que estamos haciendo la Voluntad del Padre es estar dispuestos a mirar nuestros propios juicios y reacciones egoicos, llevándolos a la sanadora luz del Espíritu Santo, Quien entonces puede enseñarnos que sólo hay peticiones de amor y extensiones de amor —y que nuestras propias reacciones son nuestras propias peticiones de amor (T.12.I.3,6,7,8). Reconocer si un hermano está extendiendo amor o haciendo una petición de amor no es una distinción que nosotros podamos hacer por nuestra cuenta, pues por nuestra cuenta lo único que vamos a lograr es hacer reales la separación y las diferencias. Pero si logramos desprendernos de nuestros propios bloqueos/obstáculos egoicos, entonces todo lo que fluya a través de nosotros será simplemente un reflejo del amor que está brillando dentro de nuestra mente —y de las de todos los demás.
Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions118.htm#Q654
Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html
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