Tras muchos años trabajando con el Curso no siento ningún cambio...
P-688: En tu respuesta a la pregunta P-457*, dijiste que es una trampa creer que la respuesta del Espíritu Santo a nuestras peticiones de ayuda será un cambio en la situación externa. Sin embargo citaste de la sección «El "héroe" del sueño»: «Tú juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa. Y mediante Su juicio se eliminan los efectos» (T.27.VIII.9.4-5). Esto me ha resultado confuso durante gran parte del tiempo de mis 11 años trabajando con Un Curso de Milagros.
Además, en la misma respuesta adviertes: "Y esto no quiere decir que no hagas todo lo posible para rectificar tu situación financiera —acudir a un consultor financiero u otra cosa". ¿Quiere esto decir que dividimos la situación en dos partes, por un lado le pedimos ayuda al Espíritu Santo para encontrar paz, y por otro lado buscamos un asesor financiero para resolver nuestro problema de dinero? ¿No ayudaba Jesús a Helen Schucman a encontrar zapatos y abrigos? ¿No somos nosotros dignos de ese mismo tipo de ayuda?
Esto me está volviendo loco porque he agotado todas las posibilidades y sigo sin saber qué hacer; porque tras todo este tiempo siento como si fuera un esfuerzo inútil. No escucho una voz, no veo ningún cambio en la miseria que percibo, y no tengo ningún modo de saber si Alguien me escucha en absoluto. ¿Cómo se le pide ayuda a Jesús y al Espíritu Santo? ¿Cómo se le «[lleva] todo efecto temible ante Él para que juntos miréis su descabellada causa y os riais juntos por un rato»? (T.27.VIII.9.3). Por favor, contéstame y guíame a otras fuentes de lectura si es posible.
Respuesta: La única razón por la que experimentamos una sensación de malestar o de carencia, sea cual sea la forma externa que eso tome en nuestras vidas, es siempre porque creemos que no somos dignos del amor (T.4.IV.7). Así que una y otra vez tomamos la decisión inconsciente (y a veces tal vez de manera consciente) de mantener el amor fuera de nuestra conciencia. Creemos que hay muchas cosas externas que necesitamos y que somos infelices porque no las tenemos. Pero ellas son sólo símbolos de la experiencia que todos queremos —saber verdaderamente que nuestra culpa no es real y que somos amados sin reservas. Y, lo creamos o no, esa experiencia de ninguna manera depende de la satisfacción de ninguna de nuestras necesidades externas.
Cuando llevamos cada "efecto temible" al Espíritu Santo, habrás notado que Jesús dice que miremos juntos a la causa (el pensamiento de culpa en nuestra mente) en vez de a los efectos (la situación externa en el mundo y, en particular, nuestros pensamientos y sentimientos al respecto). Y Su juicio es que la causa es una tontería, nuestro pecado y culpa no son reales (L.156.6). Cuando compartimos Su perspectiva con respecto a la causa, todos sus efectos —nuestro miedo, malestar y preocupación— simplemente se desvanecen. Puede que la situación externa en el mundo cambie o no cambie, pero ya no habrá preocupación por ella, puesto que en ese momento nuestra mente está sanada y no necesitamos nada. Es posible tener esta experiencia de liberación en cualquier instante, pero es nuestro propio miedo al amor lo que nos impide aceptarla todo el tiempo. Y tenemos miedo del amor porque no hay sitio para nuestro "yo" limitado (con todas sus aparentes necesidades y deseos) en ese lugar que refleja la alegría desbordante (sin límites) del Infinito.
Ahora bien, no hay nada malo en pedirle a Jesús o al Espíritu Santo las cosas que necesitamos, tal como hizo Helen durante algún tiempo, aunque si nuestras peticiones parecen ser contestadas no será realmente porque Jesús o el Espíritu Santo hayan intervenido en nuestras vidas y nos hayan entregado algunas de las "golosinas" que queremos, como Helen pareció experimentar (puede verse un comentario sobre lo que está sucediendo realmente en ese tipo de situaciones en el libro Ausencia de felicidad, en la sección del capítulo 17 titulada "Helen y Jesús: la ilusión y la realidad", de Kenneth Wapnick). Pero lo que Jesús está intentando ayudarnos a ver es que la satisfacción de tales necesidades no aborda la culpa subyacente que hay en nuestra mente, la cual seguimos creyendo que es real, y la cual es la verdadera causa de sentimientos tales como la sensación de futilidad, inutilidad, desesperación y depresión. Así que cuando no estamos bloqueando el amor, puede que encontremos de hecho que algunas de nuestras necesidades específicas son satisfechas. Pero, una vez más, esto no tendrá nada que ver con Jesús o con el Espíritu Santo sino más bien con nuestra propia decisión de permitirnos experimentar el amor en una forma específica y limitada que podamos aceptar sin que aumente nuestro miedo.
Buscar en el mundo la ayuda de quienes ofrecen ayuda en la forma que tú piensas que la necesitas, como por ejemplo un asesor financiero, un terapeuta, un médico, un abogado, etc., puede hacerse en un estado de paz si primero has pedido la ayuda de la única Ayuda real en tu mente. Así que esto no es realmente una situación de "o esto o lo otro" en términos de quién ofrece qué tipo de ayuda, sino más bien una manera en la que podemos aprender a abordar todos nuestros aparentes retos en el mundo de una manera tranquila, recordando dónde se encuentran el único auténtico problema y su única solución (en nuestra mente), y volviéndonos ahí primero en busca de ayuda, antes de regresar a nuestras ocupadas actividades diarias en el mundo (T.18.VII.7-8). Por supuesto, esto puede ser fácil de describir, pero puede ser muy difícil de poner en practica. Pero, una vez más, es sólo nuestra propia resistencia a la experiencia del amor, debido a que nos sentimos indignos, la que hace que la cosa más natural del mundo (T.11.XI.1.1-4; L.41.8.1-3) ¡parezca difícil!
Además de la sección de Ausencia de felicidad citada más arriba, puede que encuentres útiles los comentarios sobre pedir cosas concretas presentados en las preguntas P-538 y P-555* para aclarar el proceso, además de la pregunta P-86 sobre el poder de la mente para proyectar.
Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions126.htm#Q688
Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html
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